Y fui, fui a tu despacho al terminar las clases, le dije a mis amigos que no se preocuparan y me prepare mentalmente para verte hablarme con esos hermosos labios

Argh! Tus labios, Arthur! Rosados! Como carne pura y virginal! Queria hacerte gemir como una perra

-Buenas tardes, Jones- me dijiste con mirada apurada -Aca tienes los 40, y no te preocupes, no le dire a nadie de tu tardanza ayer- avanzaste a la puerta -Si me disculpas..-

-Quiero hablar contigo- Solte la frase como un escupitajo y volteaste a mi como un angel

-Sobre Mathew?- preguntaste burlon -Tranquilo, yankee, ni Francis ni Gilbert no lo han tocado-

-Arthur, no es eso-

Mi paciencia estaba agotandose luego de todos estos años; quise tomar tus delgados brazos y besarlos por todas partes, luego desabotonar tu blanca camisa mientras gritas mi nombre

-Jo..Jones, para porfavor! Este no es un lugar apro..apropiado- dirias pero la saliva en tu boca te ahogaria de tanto abrirla

Te arrancaria de un tiron esa horrorosa insignia del Consejo Escolar, que llevas todos los dias en el pecho como simbolo de tu cinico orgullo. Lo haria, aunque rueges que no, serias mi pequeña puta

Patearias por tu libertad pero era muy tarde, tendria tus manos entre las mias, encajando perfectamente como dos piezas de esos puzzles ingleses que tanto te gusta hacer.

-Caballeros, aprecian la esencia del Tamesis? Es Inglaterra, señores! La tierra de gloria!-

Te haria tragar todas esas elegantes palabras por la misma boca por la que chuparias mi pene como si fuera esos dulces de mantequilla que tanto amas. Lo succionarias como un bebe con el seno de su madre, lo lamerias una y otra vez con los ojos locos al pensar que tu miembro esta hinchado por un mocoso liberal como yo.

-Esta bien, pero que sea rapido, si?- respondiste juntando tus manos como esas colegialas de las que Kiku habla; asi con la cara suplicante y las cejas inclinadas.

-Ssi! Si! Claro que si! Sere breve- Parecia un estupido, pero en ese tiempo tu me tenias en tus manos como un titere

El momento pudo ser hermoso, yo confesandote lo que siento por ti desde que te vi, en primer grado, hasta el amor que habia mutado hasta el dia de hoy.

Y tu, hubieras aceptado y lanzado a mis brazos mientras repartias calidos besos por mi rostro; y yo acariciaria tus mejillas sonrojadas para luego jurar que seriamos felices para siempre, que nos casariamos y viviriamos juntos.
Pero nada es perfecto, no?

Ese hijo de perra abrio la puerta con suficiente confianza, me miro de pies a cabeza como bicho raro y entonces te vio a ti, alli fue donde sus ojos brillaron como estrellas y tu fuiste el cielo.

Tomaste el brazo de tu amante frances y sonreiste

-Hasta luego..- esa pausa estaba devolviendo mis esperanzas en las que tu lo empujabas y observabas con asco, fui un completo tonto -..como dijiste que te llamabas?-

-Alfred- dije -Me llamo Alfred F. Jones-

-Good afternoon, Alfred- Te fuiste, dejandome en tu pequeño imperio, con las lagrimas naciendo de mis ojos y tu sonrisa en mi mente.