Quisiera regresar a ese lugar de mareas bajas, aquel donde aún se visualizan los sueños amaneciendo a través del horizonte, donde las mariposas continúan su vuelo en libertad sin temor a ser aprisionadas por algún loco amor pasajero.
Quisiera volver al comienzo de aquel camino, sí, a ese lugar en donde nos encontramos por casualidad o porque así lo quería el destino, ese lugar donde nos paramos un día y comenzamos a andar, sin notar esa línea de llegada que hoy sentimos tan cerca.
Quisiera volver a la luz de tus ojos con el brillo de mi tonta sonrisa, tomar tus gafas de sorpresa para ver los colores que dibujan tu mundo y añadir una pizca de los míos, aunque ahora grises volverán a brillar.
Quisiera sentir el calor de un abrazo, como el de aquella tarde de jueves que entre nervios exigí.
Volver a las palabras, las historias, los secretos escondidos, esas conversaciones sin fin cuando nos peleábamos por tener la última palabra, hasta esos mitos que guardamos.
Quisiera llegar, sentarme, acomodarme, quedarme, no el rato que se llevan las horas, sino instalarme de a lleno cada día hasta el punto de la cotidianidad.
Quisiera compartir el café, los momentos difíciles llenos de nubes negras, esas alegrías que aceleran el corazón, mi locura aún cuerda, tu moralismo, hasta mis temores a perdernos.
Estar ahí para ti ese día que encuentres la alegría, ese día que te sientas la persona más afortunada del mundo, porque ese día me harás sentir también la persona más afortunada del mundo.
Hacerte saber cuánto te quiero y que para confiar ciegamente no fueron necesarios años porque lo hice en apenas una conversación.
Quisiera que seamos amigos hasta que nuestros huesos se vuelvan cenizas, hasta que seamos tiempo, historia, susurros, olvido…
… Quisieras?