Una vez más las emociones atacan desde el alma, encontrando como única salida esta compilación de textos desordenados, retazos acumulados al pie de un grito. Palabras que fluyen desde el interior, tal vez sin sentido, sin orden cronológico, con errores y sin cuerpo, pero sí con nombres.
Nuevamente una parte de mí se niega a quedarse en silencio y dejo que las palabras se apoderen del espacio sideral y fluyan antes de que se enfríen y terminen escondidas en lo profundo de una gaveta.
Aquí las reflexiones de un astronauta, sin luna.