Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24: Promesa

La sorpresa ha salido bien, creo que todo el mundo se lo ha tragado, Mitsuki actúa mejor de lo que hubiera imaginado.
El salón de la casa de Nami es muy acogedor, escuchar sus risas y charlas hace que me sienta... ¿protegida? Realmente no.
No sé hasta qué punto estamos a salvo y aún quedan muchas incógnitas que resolver, sobre todo después de nuestra visita a aquella cabaña tan extraña y el segundo colgante blanco.
Pero, la verdad, ahora no me apetece pensar en ello.
Estamos todos juntos, felices, Kaori está cantando y Mitsuki realmente lo está disfrutando... ¿Por qué no puede ser todo así de fácil?
Me quedo pensando en mis cosas hasta que Kaori y Mitsuki desaparecen tras las puerta del salón para hacer la cena.
-Voy a beber agua -digo involuntariamente. No sé si será por todo lo que hemos pasado, pero cada vez que veo desaparecer la espalda de Mitsuki, se me encoge el estómago.
Es como si cada nervio de mi piel gritase: "No te alejes".
Sigo sus pasos hasta la cocina y abro, sin muchas contemplaciones.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

-Oye chicos, ¿necesitáis ay...? -Pero no llego a terminar la frase.
Se me detiene la realidad por un momento, congelada en una sola imagen, congelada en ese azul oscuro de sus ojos que se clavan en los de Kaori.
Intento tragar, pero no puedo. Trato de entender qué pasa, pero mis sentidos están ralentizados: Kaori está a escasos centímetros de Mitsuki, con la mano en su pecho y una mirada demasiado intensa, demasiado salvaje, demasiado... ¿qué? ¿Pasional?
Y Mitsuki está totalmente inhundado por ella, perdido, como nunca antes lo había visto... no conmigo.
Aparto la mirada y susurro una disculpa, dos palabras que repito de nuevo en voz alta, dibujando una sonrisa tan clara como me es posible.
-Lo siento, no quería interrumpir.
Salgo sonriendo de la cocina, ninguno de los dos dice nada, tampoco se mueven.
Pero yo estoy temblando y me arde el pecho.
"¿Qué es esto?"
No entiendo, o prefiero no entender, lo que acabo de sentir al contemplar esa escena. Respiro un momento, con más fuerza de la que debía, me recompongo y vuelvo al salón con la mejor de mis caras.
Esconder las emociones es lo que mejor se me da en el mundo.
Mitsuki y Kaori tardan en volver y, cuando lo hacen, traen con ellos platos de comida deliciosa.
Ninguno de los dos hace comentarios al respecto y Mitsuki no se digna a mirarme.
¿Lo habrá besado? ¿Se habrá lanzado él? ¿Quizá Kaori lo ha acorralado? Sacudo la cabeza para evitar pensar en las millones de preguntas que me asaltan, una detrás de otra, al fin y al cabo, podían hacer lo que quisieran.

El resto del tiempo fluye sin contratiempos. Nadie parece haberse dado cuenta de nada y ni Kaori ni Mitsuki parecen distintos. Todo el mundo se lo pasa bien, incluso yo. Pero hay algo que me pesa en el estómago y me hace difícil tragar la comida.
Se acerca el momento de volver a casa y es algo que me aterra. No quiero volver sola con Mitsuki.
-Nami, no me encuentro muy bien... voy a irme a casa ya. -Mitsuki tuerce el gesto en una mueca, de preocupación o ansiedad, no estoy segura, pero antes de que añada algo, le interrumpo-. Vosotros continuad con la fiesta, nos vemos en la escuela.
Recojo mis cosas lo más rápido que puedo y salgo por la puerta, caminando hacia mi casa tan rápido como me permiten las muletas.
Mi casa.
Mi habitacion.
Mis cosas.
Todo aquello que lleva ahí desde antes de que Mitsuki apareciera en mi vida, pensar en eso me calma.
Me siento estúpida por haber hecho esto, pero necesitaba alejarme un poco de todo.
La noche es fresca y el cielo estrellado cubre mi cabeza, me reconforta. El sonido del mar también ayuda...
Por un momento, dudo en si volver a casa de verdad, podría irme a nuestro lugar secreto, de hecho estoy a punto de hacerlo.
Pero me detengo. Primero, porque si Mitsuki vuelve y ve que no estoy, seguramente sepa dónde encontrarme. Segundo, porque aún siento el peligro de algo que nos sobrepasa acechando a nuestras espaldas.
Y tercero, porque ya he actuado suficientemente consentida hoy y no quiero armar un numerito de esto ya que, en realidad, ¿por qué estoy enfadada?
Me muerdo el labio y aligero el paso. Solo quiero llegar hasta mi cama, mañana será otro día y las cosas en frío se ven de forma distinta.

Entre pensamiento y reflexión, llego hasta mi puerta.
Saco las llaves como puedo y, mientras tanteo en la semioscuridad en busca de la cerradura, escucho un ruido extraño. Todos mis músculos se tensan, aprieto los dientes y trago saliva. Hay varias farolas en la calle, de tenue luz pálida, por lo que no estoy segura de lograr ver algo aunque me gire.
Respiro hondo y continúo con las llaves.
Lo he vuelto a escuchar, esta vez, más cerca de mí.
Siento el corazón latirme en la sien, tan rápido que parece que se me va a salir de un momento a otro, una vacilación que me vuelve torpe con el llavero.
No son pasos, suena algo metálico y como el roce de una tela... pero no puedo pensar con claridad. Contengo la respiración, agarro con fuerza la llave, la siento girar entre mis dedos y la puerta cede al fin.
Cierro.
Con el corazón a mil subo las escaleras lo más silenciosa que puedo para no despertar a mis abuelos, llego a mi habitación y me meto con ropa incluida en la cama, tapándome con la sábana, como si de un escudo protector se tratase.
Suelto el aire que estaba reteniendo en los pulmones... ya puedo volver a respirar.
No sé qué ha sido eso, lo mismo solo eran paranoias mías, pero prefiero no arriesgarme.
Sin pensarlo dos veces, cojo el móvil y mando un mensaje por el grupo de Line que tengo con Mitsuki y el resto:

Chicos, no salgáis de casa (Nami espero que me hagas el favor de acogerlos esta noche). No estoy segura, pero hay algo en la calle que no es normal... lo que fuera creo que me ha seguido por el camino. Pero estoy bien, no os preocupéis, estoy ya en casa y he cerrado bien la puerta. Por favor, no salgáis.

Nami me responde con un tranquilizador mensaje y todos se quedarán a dormir en su casa esta noche. Nadie correrá peligro.
Me hago un ovillo entre las sábanas y agarro con fuerza el colgante de mi pulsera. Es un gesto que se ha convertido en involuntario, algo exageradamente reconfortante, me parece sentir el latido de un corazón bajo la pintura del abalorio.
¿El mío? Podría ser...
Hay tantos interrogantes que uno más, ya no iba a quitarme el sueño.

A la mañana siguiente, Nami, Kaito, Ray, Reika y Mitsuki se presentan temprano ante mi puerta, llamando con urgencia.
-Aya, ha pasado algo. -Es lo primero que dice Mitsuki nada más abro la puerta, no hay saludos, ni preguntas, solo un terrible miedo que parece recorrer la calma de mis amigos. Aún es pronto para ir a clase, así que tenemos tiempo para hablar.
-No hemos podido dormir esta noche... -comienza Nami, se restriega las manos con nerviosismo, le tiemblan los dedos-. Esta mañana, Kaori ha salido primero y ha dado una vuelta por el barrio y...
-Una chica ha sido asesinada -completa Ray, seco, frío, como el es, pero con un temblor en la voz que nunca antes le había escuchado-. Un par de calles más arriba... Kaori no ha querido contarnos mucho más pero la han matado de un disparo.
Me quedo completamente paralizada. Quiero decir algo pero no puedo, simplemente no me sale, tengo la garganta congelada y los pulmones estáticos.
-La escena es peor aún, -la voz de Reika me llega amortiguada, como si estuviese muy lejos de allí-, el asesino ha dejado un mensaje escrito con... con la sangra de la chica, un kanji, "Sombra".
Creo que voy a vomitar.
Me mareo con tal brusquedad que tengo que apoyarme en Kaito para no caer de bruces contra el suelo.
Sí, algo está pasando, algo malo que ronda nuestras vidas y no nos va a dejar en paz hasta que... ¿Hasta qué?
Kaito me rodea con un brazo y deposita un suave beso en mi cabeza, respirando hondo, también estaba temblando.
-Creíamos que... -Nami es incapaz de contener las lágrimas, pero se mantiene en el sitio, con la espalda recta y los nudillos apretados-. Hagamos una promesa.
Levanto la cabeza y la miro, tiene la mirada decidida y brillante por las lagrimas. Es ella, la primera amiga que tuve aquí, resuelta y amable, cálida, fuerte y valiente.
-Vivimos todos cerca unos de otros -continúa, secándose las lágrimas con el dorso de la mano-. A partir de ahora nadie andará solo, regresemos todos juntos y avisemos cuando estemos en casa. No sabemos si el culpable volverá a intentarlo así que... ¡No nos separemos! Por favor...
Su voz termina en un susurro.
Pese a todo, sonrío. Le cojo de las manos y las aprieto con delicadeza.
-Claro, todos juntos. Es una promesa.
-Sería muy aburrido si alguno faltase a las actividades del club, ¿no? -Todos nos reímos con el comentario de Kaito y la tensión desaparece.
-Vamos a clase -añado-, quizá la escuela nos relaje un poco.
Todos asienten y van saliendo a la calle, todos, menos Mitsuki, que se queda a esperarme en la puerta.
Ninguno dice nada, solo nos miramos, una mirada de entendimiento que trasciende por encima de la voz.
"Estaba preocupado", reflejan sus ojos.
"No te preocupes", refractan los míos.
Sonrío de medio lado y salgo por la puerta, bastante más calmada que antes, segura y protegida.
Les tengo a todos, somos un equipo, una familia...y no pienso dejar que nos destrocen.
"Va a comenzar la semana del festival cultural y al menos tenemos algo en que centrarnos", me digo a mí misma, ahora mismo, solo quiero que el tiempo corra, que vuele a mi alrededor. Necesito estar recuperada del todo para poder enfrentarme a lo que trata de acabar con nosotros... no me arrebatarán a nadie.
"Lo juro", aprieto con fuerza el colgante de mi pulsera y continúo caminando.
Siempre avanzando, empujada por la suave brisa que llega del mar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro