Capítulo 28: Arrepentimiento.
"Ya sé que JiEun está embarazada."
"Terminamos."
Fueron el par de mensajes que SeokJin le mandó a JungKook, después de un rato de lamento y llanto. Durante lo que quedaba del día y noche, nunca llegó una respuesta. Jin se fue a dormir sintiéndose vacío. Por más que se dijera que JungKook no le importaba, imaginarlo siendo feliz con una familia le dolía.
—Amor, ¿pasó algo? —preguntó YeRim acomodándose en la cama. Tomó la mano de su esposo en un signo de que podía confiar en ella.
—¿Uh?
—Desde la tarde que has estado mal... si es por lo del embarazo, ya salió negativo... Si no te gusta la idea de un bebé no tienes que preocuparte, podré esperar a cuando te sientas listo —le sonrió tratando de calmarlo.
SeokJin la miró y se odió un poco más.
YeRim era tan buena y él no la merecía.
—Estoy bien —dijo después de unos segundos—. Solo que me sentí muy nervioso en el momento y eso me descompuso un poco, pero no es tu culpa, sí. Solo es algo que no puedo evitar... mañana seguro me sentiré mejor —le dijo, dejando un beso en su frente, le dio una sonrisa tratando de convencerla de que iba a estar bien. Su esposa le asintió, y Jin se recostó en la cama dándole la espalda a YeRim para cerrar los ojos.
YeRim después de observar a su esposo acostarse, se arropó junto a él y lo abrazó muy fuerte, sintiéndose bien a sentir el cuerpo grande y tibio de Jin junto al suyo.
—Dulces sueños, cariño —le susurró para luego depositar un pequeño beso en la nuca del rubio, y así caer rendida al sueño.
Al día siguiente cuando SeokJin despertó y YeRim le deseó unos buenos días, trató de mantener una sonrisa creíble en su rostro, fingiendo que se encontraba completamente bien para no alertar a su esposa. A pesar de que la verdad era que la ansiedad lo carcomía en espera de alguna respuesta de JungKook, la que seguía sin recibir.
—¿Te sientes mejor? —le preguntó SeokJin a su esposa que seguía algo pálida.
—No... aunque debe ser un resfrío, no es tan grave, pronto se me pasará. No te preocupes —le convenció la mujer a su esposo, dándole una sonrisa cálida a pesar de que se sentía algo débil.
—Está bien, pero si te llegas a sentir mal en un par de días más, será mejor que vayas a la clínica —recomendó SeokJin, para acercarse a ella y depositarle un pequeño beso en la frente. Ante ello YeRim lo miró lleno de cariño, y SeokJin hubiera deseado poder verla de la misma forma—. Me iré a bañar. Tengo que ir a la clínica.
Una vez bañado y vestido, bajó al comedor a tomar desayuno, y le ordenó a MinJu que le llevara el desayuno a YeRim a la cama, ya que esta seguía algo enferma, la mujer asintió y enseguida fue a preparar una bandeja con el desayuno para la señorita.
SeokJin iba camino al trabajo cuando su celular sonó anunciando que había llegado un mensaje. Kim aprovechó el semáforo en rojo para poder leer lo que había recibido, sintiéndose algo nervioso al leer el nombre de JungKook.
"Te juro que no tenía ni idea"
"Jin, no puedes terminar con esto y ya"
"Por favor"
"Jin"
Sinceramente Jin se encontraba algo decepcionado. Todavía tenía la pequeña esperanza de que YeRim estuviera equivocada, pero era real.
JiEun de verdad estaba embarazada.
Mordió su labio tratando de ignorar el dolor en su pecho y la humedad en sus ojos. Dejó el celular de aun lado y siguió el camino.
Al paso de unos minutos el timbre del teléfono empezó a sonar, SeokJin observó la pantalla por algunos segundos, indeciso si debía contestar la llamada o no, al final prefirió ignorarlo al igual como lo hizo por el resto del día.
Los siguientes días fueron comunes y aburridos. De su casa a la clínica, y de la clínica a su casa. YeRim platicándole con entusiasmo sobre cosas que estaban lejos de ser de su interés. Ver la televisión repetida. Comer. Revisar cosas de la clínica... e ignorar los constantes mensajes y llamadas de JungKook. Extrañamente esta vez no tenía el valor necesario para bloquear el número de Jeon.
Después de una semana, cuando Jin estaba en medio de un almuerzo el celular volvió a sonar como de costumbre.
—Te están llamando, cariño —le hizo ver lo obvio YeRim.
—Lo sé.
—¿No contestarás? Podría ser algo importante, desde hace días que viene pasando lo mismo.
—Es solo del trabajo que molestan por ciertos asuntos que ya se dieron por acabado.
—Pues parece que no lo han tomado del todo así. Te la pasan llamando. Será mejor que tomes orden y les aclares que el asunto terminó.
SeokJin pensó en aquellas palabras, y después de unos segundos respondió: —Tienes razón, cariño. Haré una junta esta noche y aclararé las cosas.
YeRim le dio una sonrisa y Jin se la devolvió. La mujer levantó su pulgar feliz, dándole ánimos a su esposo. Luego volvió a llevar la comida a su boca. Por otro lado, Jin miró su celular, y tomando algo de aire decidió abrir el chat de JungKook.
"Veámonos a las nueve."
"En el bar de siempre"
—Tendré la reunión a las nueve —le informó Jin a YeRim.
La mujer asintió y dijo: —Espero que todo resulte bien.
[...]
SeokJin se encontraba listo para ir al bar. Pronto serían las nueve así que se despidió de su esposa y se subió a su auto. Mientras conducía se convencía a sí mismo que todo iba a resultar bien. Debía mostrarse frío e indiferente a pesar de que su corazón pesara con dolor.
Una vez dentro del bar sintió su estómago revolverse.
Reconoció la figura de JungKook a lo lejos. Su corazón empezó a palpitar más rápido de lo normal a medida que se acercaba a él. Trató de suprimir la mueca de asombro cuando vio a Jeon con unas marcadas ojeras debajo de sus ojos.
Cuando el mayor elevó su vista y se encontró con SeokJin, sus ojos se iluminaron en esperanza. Kim trató de dejar a un lado el hecho de que su corazón agitó ante aquella mirada, y se sentó junto a él sin decir ninguna palabra.
—Gracias por juntarte —empezó a decir JungKook—, creí que no tendría oportunidad para hablar contigo.
—La única cosa para que te cité aquí, Jeon, es porque quiero que dejes de molestarme. He tenido paciencia para no bloquearte —soltó tosco, sin ninguna pizca de amabilidad. Evitando el pensamiento de que más que paciencia no tenía la valentía para hacerlo.
JungKook dio una sonrisa torcida ante lo que el rubio dijo. Agachó su cabeza y luego la levantó para preguntar: —SeokJin... ¿En serio planeas terminar lo nuestro?
—Sí, JungKook, es justo para eso lo que vine. Por si no te quedó claro el mensaje.
—No.
—¿No qué? —cuestionó Jin.
—No podemos terminar... Jinnie... Por favor...
—No, JungKook.
—¡No! ¡¿Por qué?! —preguntó con un tono frustrado.
Jin al escuchar la pregunta soltó una risa que estaba lejos de sonar divertida.
—¿En serio preguntas el porqué? JiEun está embarazada, JungKook —le recordó sintiendo como sus palabras salían con un veneno extremadamente toxico. JiEun embarazada. Lo odiaba.
JungKook hizo una mueca al escuchar lo último.
—No la amo... —dijo después de unos segundos—. Puede estar embarazada, pero no quita el hecho de que no la amo.
—Pero sí es un hecho que las cosas cambian —aclaró Jin—. No es cualquier detalle. Es un bebé que viene en camino. Uno tuyo y de ella.
—¡Lo sé! Lo sé... —respondió entre medio de lo que parecía ser un sollozo—. Pero no quiero terminar lo nuestro. Sé que apenas éramos algo en realidad, pero era todo lo que podía tomar de ti y a pesar de querer mucho más, es mejor que no tener nada. No quiero perder esto.
—Basta.
—¡No! No... no quiero que esto se acabe, por favor —insistió tomando la mano del rubio.
SeokJin vaciló tratando de no mirar a Jeon a los ojos, cuando una pregunta que venía desde hace días le llegó a su cabeza y sin pensarlo soltó: —¿Si quiera usaste protección?
JungKook pareció sorprenderse ante la pregunta. Sus mejillas se acaloraron y la vergüenza fue notaria en su rostro.
—Y-yo no recuerdo —admitió después de unos segundos.
Jin se enfureció al escuchar aquellas palabras. Pensando amargamente que JungKook debió estar tan deseoso de acostarse con ella que ni siquiera era capaz de recordar algo tan básico.
—Seguro. Debías estar tan caliente que ni siquiera te acuerdas si usaste protección o no, porque lo único que pensabas era en follarte a JiEun —respondió sin molestarse en encubrir sus celos. No podía evitarlo. La sola idea de que JungKook deseara tanto a JiEun lo enfermaba. Él no tenía derecho a reclamar nada, pero ahí estaba: hirviendo de celos.
—¡No! No, no —se apresuró antes de que Jin siguiera con una idea equivocada—. No me malentiendas. No recuerdo cuando lo hice con JiEun. El ultimo recuerdo que tengo fue haber tomado un par de cervezas y después solo amanecí a su lado y ya.
—Basta, no trates de mentir —Jin le gruñó. Trató de levantarse de la mesa para irse del lugar.
—¡No! Escúchame —pidió tomándolo de la muñeca y evitando que se fuera—. Te juro que no recuerdo nada de lo que sucedió esa noche. Fue la única, después de eso nunca más volví a tomar cerca de ella para que no volviera a suceder lo mismo, y por eso también tomé la decisión de terminar con JiEun. Te juro que le iba a terminar esa tarde. Eso era lo que tenía que conversar con ella esa tarde.
Jin al escuchar aquellas palabras dudó seriamente. JungKook le había dicho que tenía que hablar de algo con JiEun y que sería una sorpresa. Quizá JungKook no estaba mintiendo. Pero sus sentimientos llenos de fealdad, inseguridad y odio, decidieron tomar la orden de no creer en las palabras de JungKook, llevándolo a un nuevo pensamiento agrio... Quizá JungKook sabía desde antes la noticia y por eso no quería contarle lo que iba hablar con JiEun.
—Claro, JungKook, seguro ibas a terminar con ella —se mofó sin gracia de ello.
—Jin.
—Jin nada. ¿No puedes entender que esto se acabó? JiEun está esperando un hijo tuyo.
—¿Y? ¿Eso siquiera tendría que afectarte? —le preguntó ya sacado de quicio y molesto—. Te recuerdo que tú eres la persona que rechazó más de una vez la idea de que fuéramos solo nosotros dos. Poniendo limites cada vez que trataba de expresarte que te amo y que quiero volver a empezar contigo, con la barata excusa de que ya no me amas y lo nuestro es solo sexual... Si es así ¿por qué mierda te importa si JiEun está embarazada o no? —volvió a preguntar esta vez acercándose más a Jin en busca de una respuesta—. Tú dejaste claro muchas veces que nuestra relación solo es sexo. Se supone que no tienes sentimientos por mí, Jin. Tú no me amas —le recordó con un dolor que se vio reflejado en sus ojos—. No quieres nada de mí, más que un revolcón para sacarte la picazón. No entiendo por qué te afecta tanto.
Después de decir aquellas palabras ambos se quedaron en silencio. JungKook miraba a Jin suplicando que respondiera su pregunta. Sin embargo, SeokJin era incapaz de mantener la mirada en los estrellados ojos de Kook, así simplemente desvió su vista a otro punto fijo. Jin no sabía que responder, porque él sabía que JungKook tenía la razón, pero su orgullo y terquedad no le permitían aceptarlo.
—Me voy —se levantó tratando de escapar lejos de aquellos ojos de ciervo.
—No huyas.
—No estoy huyendo —tartamudeó con un pequeño sonrojo al darse cuenta de lo horrible que salió su mentira. Patético se dijo mentalmente.
—Sí, seguro —se burló Kook.
SeokJin miró desafiante a JungKook. Podría intentar decir que él no estaba huyendo, que simplemente ya no quería seguir perdiendo el tiempo, pero algo ya más calmado solo soltó un suspiro de sus rosados labios. Se volvió a sentar y miró a su amante.
—JungKook —llamó ya cansado—. Vas a tener un hijo con ella. No es cualquier cosa. No es algo que se puede solucionar y ya. Incluso si no la amas, significa que siempre va a estar presente en tu vida. Vas a empezar una familia con ella y vas a tener que dedicarte a ella.
—Pero te amo a ti. No quiero estar con nadie más que contigo. Ni siquiera deseo al bebé. JiEun me lo dijo y rogaba que fuera una pesadilla. No quiero un bebé. No de ella. No la amo y es algo que siempre nos va a mantener unidos y no soporto la idea.
—Pero te harás cargo. No serías capaz de dejarla estando embarazada.
JungKook agachó su mirada y Jin torció su labio para seguir:
—Lo ves.
—Sabes que es difícil para mí.
—Lo sé, te conozco. Sé lo mucho que odias a tu padre por lo que le hizo a tu madre. La abandonó cuando estaba esperando a Gyeom, por su amante, y ahora es feliz lejos con otra familia. ¿Planeas hacer lo mismo que él? —le preguntó Seokjin directo a los ojos.
JungKook lo miró afligido y sus ojos se aguaron, al final de en cuentas estaba tocando un nervio sensible en la vida de JungKook.
Jeon sintió su labio temblar y una sensación de malestar lo abundó. Quería llorar. Había odiado a su padre por eso y ahora se encontraba en una situación bastante similar.
—No —respondió seco después de unos segundos.
Jin sonrió levemente. Esperaba aquella respuesta, aunque seguía doliendo.
—Lo nuestro tiene que terminar Kook. Comenzarás una familia con ella. Y si te soy sincero sí me afecta y duele. Es inevitable después de todo el tiempo que pasamos juntos, pero no sirve de nada. Las cosas están hechas, solo queda asumirlo.
JungKook se quedó callado y empezó a pensar en las palabras del rubio. Los nervios de Jin aumentaron ante la perdida mirada de JungKook quien parecía ajeno a este mundo. El silencio era incómodo y desesperante.
—Bien. Tienes razón —dijo después de un largo rato, sin mirar realmente a Jin—. JiEun está embarazada. Va a tener un hijo mío y tendré que aceptar el hecho de que tendré una familia con ella.
—Sí.
—Supongo que es un adiós definitivo —su voz salió débil y rasposa. Su garganta apretaba a la vez que lágrimas se escapaban de sus ojos. No quería terminar con Jin, pero no podía obligar al rubio a estar con él, mucho menos ahora que tendría un hijo. Su estomagó se revolvió ante el recuerdo. Tendría un hijo con JiEun.
—Lo es —le respondió Jin con un intento de sonrisa que pareció más una mueca, también se veía bastante afectado.
JungKook agachó su mirada y mordió su labio fuerte tratando de apaciguar todo el dolor que estaba sintiendo.
Una vez más calmado, sin preguntar se acercó a SeokJin, tomó su rostro y lo besó. Lejos de apartarlo, SeokJin le correspondió con emoción como si se tratase de una despedida.
Jeon quiso reír del dolor.
Era una despedida.
Olvidando todo por unos segundos, continuó con el beso.
Era amargo y triste.
Las lágrimas de ambos lo convirtieron en salado.
JungKook se separó, y su rostro se encontró a unos centímetros de distancia con SeokJin. Lo miró a los ojos, llevó su mano a la mejilla húmeda del rubio y la acarició con pena. Con una sonrisa inestable y sus ojos brillantes le dijo: —Te amo.
Y sin esperar una respuesta de SeokJin se apartó, agarró su celular y se marchó del lugar.
SeokJin se quedó solo en la mesa.
Pensó en la sensación fantasmal de los labios de JungKook sobre los suyos. Más lagrimas volvieron a salir de sus ojos al pensar que esa fue la última vez en poder sentirlos.
Mordió su labio y se obligó a calmarse.
Iba a estar bien, tarde o temprano dejaría de doler.
Ya había renunciado una vez a JungKook en su pasado, a pesar de que doliera como el infierno, no iba a morir.
Con una sonrisa amarga llamó a un mesero y pidió un trago, este anotó el pedido con una mueca al ver el estado del cliente que solía ir con regularidad con su pareja. Intuía que ambos habían terminado, así que lamentó el quiebre de la relación.
Cuando el pedido llegó a la mesa Jin empezó a beber el alcohol sintiendo un poco de consuelo en el ardor que estaba generaba al atravesar su garganta. Una vez se acabó volvió a pedir más. Y una vez el vaso se volvió a vaciar, SeokJin exigió por otro.
Bebió hasta que el mismo dueño del local le pidió por favor que parara, y le ofreció pedir un taxi al que SeokJin molesto rechazó.
Borracho y dolido manejó a un lugar alejado de la ciudad. Bastante peligroso considerando su estado. Una vez llegó a su destino el cual la cima de un pequeño monte. Tambaleando caminó por el lugar, observando a la ciudad desde lo lejos y admiró hipnotizado la vista de Busan por la noche. Llena de luces y ruido.
SeokJin se dejó caer y se recostó en el pasto. Miró el cielo y cerró los ojos recordando que hace años atrás había venido con JungKook a este mismo lugar y le había dicho que quería quedarse por siempre en sus brazos.
Volvió a llorar por un largo rato.
Observó el manto nocturno que cubría el cielo. Sus lágrimas recorrían sus mejillas y sus parpados pasaban cada vez más por el cansancio. Miró la luna y se preguntó si aquella vez hace meses atrás en aquel hotel cerca de la playa en Songjeong, cuando JungKook le había propuesto empezar de nuevo... si tan solo hubiera aceptado... ¿estarían ahora mismo acostados, besándose y acurrucándose uno al otro antes de ir a dormir?
¿Hubieran tenido el final feliz que muchas veces anheló?
Probablemente sí...
Pero el miedo a que las cosas se volvieran a repetir lo mantuvo todo este tiempo negándose ante la idea de un nuevo comienzo junto a JungKook.
Y ahora...
Se arrepentía de no haber aceptado en ese preciso momento.
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SeokJin despertó solo sintiendo el vacío al otro lado de la cama. JungKook no estaba. Como pudo abrió los ojos y enseguida divisó la figura de su novio en el escritorio de este. Se levantó tratando de no hacer mucho ruido. Notó lo tenso que este se encontraba mirando algo en el computador, así que decidió acercarse para ver qué lo tenía así.
Se sorprendió un poco cuando vio que estaba revisando un perfil en Facebook, analizando una foto en la que salía un hombre con dos niños.
—¿Quién es? —preguntó, sobresaltando un poco a JungKook quien estaba concentrado.
Avergonzado de ser descubierto con una voz algo apenada respondió:
—Es mi papá... me salió de sugerencia.
SeokJin se sorprendió ante ello. Sabía que la relación del padre y Kook no era para nada buena. El hombre había dejado a la madre cuando esta estaba en pleno embarazo, peor aún, por su amante. La madre de Kook cayó en una depresión a la cual le costó años superar. JungKook no solía hablar de él.
Por otra parte, Yu quien solo tenía seis añitos a veces solía llorar porque su padre nunca lo quiso, y por mucho que kook y JiHye intentaron convencerlo de lo contrario, pero él niño no pudo hacer caso a ello, en especial cuando sentía ese pequeño dolor en su corazón cuando veía a sus compañeros con sus padres a la salida del colegio. Solía preguntarse cómo sería llamar a alguien Papá, más allá de una palabra vacía, si no con todo el trasfondo de ella.
—¿Estás bien?
—Algo —murmuró decaído sintiendo un nudo en su garganta.
—Kookie, sabes que puedes decirme como te sientes realmente.
—Solo es algo triste y no lo sé... recuerdo un par de veces cuando solía jugar conmigo, aunque nunca fue muy cariñoso. Es un poco hiriente saber que todo el amor que yo y Yu nunca recibimos se los da a sus otros hijos. Realmente se nota que es un buen padre con ellos. Que se siente feliz de tenerlos, pero me da un poco de envidia y pena que nunca sintiera eso por nosotros. Y me da rabia conmigo mismo. No debería afectarme. Él nos abandonó hace años, ni siquiera le interesó YuGyeom, pero no lo sé... Soy algo estúpido.
—Está bien, amor. Estoy aquí —le dijo abrazándolo por la espalda—. Se que puede ser algo hiriente —debía serlo. Verlo feliz con otra familia cuando ni siquiera se había preocupado de conocer a Yu y de llamar a JungKook después de irse—. Pero tienes a tu mamá, que se ha esforzado todos estos años para que salgan adelante y para verlos felices. Y ahora también me tienes a mí. Y pase lo que pase yo estaré junto a ti.
—Gracias —le dijo con una sonrisita. SeokJin solía mejorar mucho su ánimo cuando se encontraba decaído—. No sabes cuánto te amo.
Kook quitó el perfil de su padre, y suspendió el computador. Se levantó de su asiento y sin preguntarle a su novio, lo tomó en brazos. Jin no puso ninguna queja, dejó que JungKook lo cargara hasta la cama y lo recostara en ella.
Sin decir muchas palabras JungKook se coló entre las piernas de Jin, empezó acariciar los muslos observando con una sonrisita como Jin se mordió el labio al sentir las manos de él acariciarlo. Kook acercó su rostro a los muslos internos y empezó a chupar y morder para renovar las marcas que había dejado en la madrugada. Una vez terminó, se apartó para esta vez acercar su boca a la de Jin y besar dulcemente sus labios.
—Algún día podríamos formar una familia —dijo Kook.
—Eso no lo veo muy posible. No me puedo embarazar.
—Podemos adoptar —trató de animar. Aunque amaría ver a su hermoso Jin con una pancita cargando un bebé solo de los dos.
—En corea no existe la adoptación homoparental.
—Iremos a otro país.
Jin arqueó una ceja y soltó una risita para después decir: —Bien. Pero hay que decidir a cuál.
—Más rato —le dijo JungKook para trazar un camino de besos desde la mandíbula de Jin hasta sus labios—. ahora quiero olvidar todo.
—¿Si? ¿Y cómo?
—besándote. Besante puedo olvidar todo. Es como una cura para mis males. Tienes unos labios milagrosos.
—¿En serio? ¿Debería enseñarle al mundo mis labios milagrosos?
—¡No! —gruñó bromeando, acaparando entre sus brazos el cuerpo de Jin—. Soy egoísta, no quiero compartir.
SeokJin se rio y lo besó.
Amaba tanto a JungKook.
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Hola! Lamento la tardanza, quería publicar este capítulo la semana pasada, pero no estaba convencida y hasta ahora sigo sin estarlo:,( pero bueno, hice lo que pude.
Espero que les haya gustado aunque sea un poquitito el capítulo, siento que pudo haber sido mejor, pero ojalá les haya hecho sentir algo. En lo personal quería que fuera doloroso pero siento que no llega a transmitir eso:,c
En otro tema, hace tiempo atrás yo le dije que Jin se iba arrepentir de no haber aceptado y es aquí cuando sucede.
Ahora me queda decir que ¡muchas gracias por leer y perdón por cualquier error o falta de ortografía!
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