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Capítulo 26: Dr. Jeon.


—¡Feliz Cumpleaños!

SeokJin se obligó a sonreír cuando su esposa llegó a su habitación con un pequeño pastel deseándole un feliz cumpleaños y luego procediendo a cantarle la tradicional canción.

—Muchas gracias, cariño —le agradeció al momento que YeRim terminó de cantar.

—No es nada, amor. Eres mi esposo el cual hoy cumple veintiocho y debemos festejar. Tu padre llamó y quiere que vayas a cenar esta tarde y tu madre también me llamó, quiere que también vayas a cenar. Es decisión tuya con quien vas —comentó algo incomoda. No le gustaba que su esposo se encontrara en aquella posición.

SeokJin hizo una pequeña mueca. Siempre elegiría a su madre por encima de su padre, pero este se enojaría mucho si se entera que rechazará su invitación para ir con su madre y su nueva pareja.

—Hablaré con mi padre. Iremos a almorzar con él y le diré a mi madre que iré para la cena.

—Bien, mientras tanto podrías vestirte porque saldremos a desayunar.

SeokJin le sonrió y con un suspiro procedió a levantarse. Hoy cumplía veintiocho, pero hace tiempo que los cumpleaños dejaron de importarle, al final solo se volvía más viejo y su vida un poco más miserable.

Se arregló y se vistió con un traje elegante, quizá era mucho para un desayuno, pero sabía que YeRim lo llevaría a un lugar altamente fino y costoso, donde llevar un traje sería considerado un atuendo diario. Peinó su cabello rubio formando una grieta que dejaba ver gran parte de su frente, por lo general solía taparla, pero decidió que se veía más acorde con lo que llevaba.

En un par de horas, el matrimonio se encontraba en pleno desayuno, tal y como pensó Jin habían ido a uno de los lugares más caros de Busan. YeRim pagó con su dinero, debido que quería que fuera un día especial para su pareja. Pidió delicias, que estaba segura que a su esposo le gustaría, no se equivocó del todo, después de todos los años conviviendo juntos ella lo conocía por completo o más bien creía hacerlo.

Jin acabó feliz de su desayuno, si es verdad que al principio no tenía el mejor ánimo, todo resultó ser de su gusto. Admitía que, si no hubiera estudiado medicina y no hubiera conocido la música, seguramente hubiera estudiado algo relacionado con la comida.

Cuando los platillos quedaron vacíos y sus estómagos satisfechos, el matrimonio se dirigió a un centro comercial. YeRim quería consentir a su esposo, así que le propuso comprarle todo lo que quisiera. A decir verdad, Jin no tenía mucho interés, él tenía el dinero necesario para comprar lo que se le antojara, pero a veces no tenía el valor para ello. YeRim lo notó, cuando observó como su esposo miraba con atención una guitarra.

Ambos salieron de la tienda, aunque YeRim sabía con perfección la sorpresa que le daría su esposo ahora.

Una vez regresaron a su casa con un par de bolsas nuevas, se dedicaron a descansar durante un tiempo. SeokJin ya le había avisado a su padre que se encontraba disponible en la tarde, mintiéndole que tenía una reservación especial con YeRim por la noche.

Cuando llegaron a la mansión Kim. El padre lo recibió con un frío: "Feliz cumpleaños" al igual que un abrazo. SeokJin sabía perfectamente que su padre nunca le tuvo el cariño que debía haber sentido, más bien, veía a sus hijos como objetos que debían seguir sus pasos, así que no era sorpresa que no mostrara emoción alguna por el día especial de su hijo. Y SeokJin también sabía que el día en que él le confesó haberse enamorado de un hombre, había perdido el mínimo afecto que su padre pudo haberle tenido. Si hoy en día ese señor estaba ahí era porque su orgullo y prejuicios no permitirían que uno de sus hijos fueran una abominación.

El almuerzo fue incómodo, en especial para YeRim que intentaba alegrar el ambiente a pesar de resultar en un rotundo fracaso. MinHyuk nunca mencionó nada sobre su futura ex esposa y SeokJin tampoco nombró a su madre, sabiendo que seguramente su padre diría comentario despectivos y horrendos de ella.

Cuando todo terminó, fue un alivio enorme para SeokJin y YeRim. El matrimonio salió lo más rápido de esa gran mansión la cual nunca se podría llamar hogar.

Todavía quedaban un par de horas para que la cena con su madre llegara y Jin se estaba preparando mentalmente para recibir a la nueva pareja de esta. Por otro lado, YeRim se encargaba de encárgale a uno de sus empleados un trabajo especial que tendría de recompensa una porción extra en su salario de ese mes.

La hora llegó y el matrimonio partía nerviosamente a la casa de HyuBin. YeRim estaba emocionada de conocerlo, quería saber más a fondo sobre el hombre que había conquistado el corazón de su amada suegra y esperaba con anhelo que este fuera el indicado para ella.

Al llegar notaron que la casa era bastante normal. SeokJin creía que era perfecta para su mamá. No era pequeña, ni tampoco tan grande, sabiendo que podría conservar el calor de un hogar. La pareja se ubicó a la entrada y tocaron el timbre. JiSoo con su vientre un poco más notorio les recibió y YeJin había llegado para abrazar a su hijo y susurrarle un feliz cumpleaños.

Algo temerosa agarró la mano de Jin, apartándolo de su esposa, y lo guío hasta la sala principal para presentarle a la persona que le había hecho volver a creer que no todo estaba perdido respecto al amor.

—SeokJin, amado hijo mío, quiero presentarte a HyunBin, mi pareja.

SeokJin lo observó. El hombre era más alto y bastante guapo. Este le estrechó la mano para saludarlo y después presentarse con una encantadora sonrisa.

—Un gusto SeokJin, yo soy HyunBin.

Jin pudo entender claramente porque su madre cayó rendida ante él.

—Un gusto, ansiaba conocerte. Quería saber quién fue el afortunado.

El hombre sonrió y le dijo:

—Realmente soy muy afortunado. Me hubiera gustado haberla conocido mucho antes, pero está bien porque lo importante es que la llegué a conocer. Ahora solo puedo pedir que esté conmigo lo que reste de mi vida.

SeokJin se alegró ante las palabras. Sabía que el HyunBin era sincero, puesto que lo veía en sus ojos y en el tono dulce de su voz.

Las siguientes horas que pasaron en familia, descubrió algunas cosas. HyunBin tenía una hija de unos veinte años, que había ido a estudiar al extranjero, la madre de ella se llamaba HaSeul, con la cual ella y HyunBin habían terminado en buenos términos. Sabía que HaSeul ya tenía otro esposo e hijos. Su madre le había contado que la conocía y era un persona muy amigable y cariñosa, le contó que ella le había dicho que se sentía muy feliz que HyunBin hubiera encontrado a una persona especial, ya que a pesar de que su historia romántica no fue la mejor, ellos terminaron como buenos amigos. Y sentían que al final para eso fueron destinados, la única razón por la que debieron de estar juntos por un tiempo fue para que naciera su primer y gran tesoro. YeJin dijo que la comprendía al cien por ciento, ya que, si bien ahora se daba cuenta que su historia con Minhyuk nunca fue buena, sentía que sí valió la persona conocerlo ya que gracias a eso pudo tener a sus dos hijos.

SeokJin trató de conocer un poco más a HyunBin por su cuenta y realmente le agradó. El hombre era tan atento y cariñoso que más de una vez la idea de que si él hubiera sido su padre, su familia hubiera sido diferente. Quizá no se hubiera convertido en el hombre de ahora, quizá hubiera tenido un apoyo desde el principio, eso lo confirmó cuando el hombre le mostró una foto de su hija junto a otra chica la cual la presentó como la novia de ella, lo mostró con tanto orgullo y cariño que SeokJin no pudo evitar pensar en cómo hubiera sido recibir aquella mirada de su padre hacia él.

Las siguientes horas, SeokJin quedó completamente convencido que su madre estaba por fin con el hombre indicado. No pudo evitar llorar por ello, y es que se sentía tan feliz por ella. Después de tantos años donde ella se mantuvo sumisa, sin voz y tomando migajas de amor, realmente merecía ser feliz y HyunBin era el hombre indicado. La trataba como su igual, y no como algo de su propiedad que pudiera mandar y ella debía obedecer.

—¿Por qué lloras, bebé? —le preguntó YeJin algo preocupada.

—Estoy feliz. Estoy tan feliz por ti. Te mereces a alguien que te ame.

—Lo sé... me costó entenderlo. Primero tuve que empezar por mí misma, amarme a mí y después permití que HyunBin pudiera amarme y yo poder amarlo. Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Me siento tan libre y feliz.

—Lo noto y me alegro tanto por eso.

—Entonces ¿te agradó HyunBin?

—Sí.

—Me alegra. No sabía qué podría pasar si él no te llegaba a agradar, tenía miedo de eso.

—Con que te haga feliz es lo único que importa, incluso si no me hubiera agradado si hubiera visto que te trata bien y son felices juntos, estaría conforme. Solo tenía miedo de que volvieras a encontrar a alguien como papá, pero no fue así y te juro que estoy feliz.

—Me vas a hacer llorar —dijo con una risita mientras trataba de detener las lágrimas que amenazaban con salir—. Yo también deseo eso para ustedes. JiSoo ama a SeHun, y él igual la ama y pronto tendré un nieto que nacerá con mucho amor de por medio. Y tú la vez pasada me dijiste que amabas a YeRim así que me siento feliz con eso.

—Sí... uhm. Bueno, ya se hace tarde y creo que es hora de irnos—comentó evitando el tema.

—Tienes razón —YeJin hizo una mueca—. ¿Vendrás a visitarnos otro día?

—Claro que sí, mamá.

—Mi pequeño príncipe —musitó con cariño la madre a su hijo, abrazándolo por una última vez esa noche.

[...]

Una vez el matrimonio llegó a su casa, saludaron y despidieron brevemente a los empleados que estaban en su último turno. La pareja con pasos cansados llegó a su habitación, luego de una pequeña ducha que tomaron por separado, se pusieron sus pijamas y se recostaron en su cama.

—HyunBin agradable —comentó YeRim mientras esponjaba su almohada.

—Lo es... —aceptó Jin con una sonrisa media melancólica y media alegre—. Hubiera sido genial que hubiera conocido antes a mi madre... pero es mejor tarde que nunca.

—Exacto —respondió YeRim con una sonrisa—. ¿Y? ¿Fue un día bueno? —preguntó con cariño. Esperaba que su esposo hubiera disfrutado de su cumpleaños.

—Lo fue —admitió SeokJin. A pesar de todo había disfrutado del día.

—Antes de que se termine me gustaría darte otra sorpresa.

—¿Uh? ¿Cuál?

—Espérame aquí... Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga —le mandó con una sonrisita juguetona en sus ojos.

SeokJin acató algo confundido y curioso.

Pudo escuchar a su esposa correr con pequeños pasitos y abrir uno de los armarios que pronto volvió a cerrar. Solo bastó un par de segundos cuando sintió el peso en la cama.

—Listo, ¡ya puedes abrir los ojos! —exclamó entusiasmada.

SeokJin los abrió lentamente y se llevó una gran sorpresa cuando vio a su esposa o más bien el objeto en sus manos.

—¿Una guitarra?

—Sí, cuando fuimos al centro vi que te llamó la atención y luego recordé que cuando conocí a JungKook, había mencionado que a ti te solía gustar la música. No lo había tomado mucha importancia hasta ahora, pero te vi observar la guitarra y creí que te podría gustar. Fue algo difícil decidirme se te soy sincera, siempre te oí hablar pestes sobre la música, pero recuerdo las palabras de Kook y pienso en que quizá en realidad solo la extrañas.

—Yo... no sé qué decir...

—No falta que digas nada... tú... ¿Sabes tocar? —preguntó, sintiéndose un poco estúpida al haber comprado la guitarra sin saber si su esposo sabía usarla o no—. Si no sabes puedes aprender, podría buscar algún curso o-

—Sabía —interrumpió SeokJin, admitió un poco de su pasado—, pero estoy algo oxidado.

YeRim sonrió con cariño y negó.

—Eso no importa, cariño, solo debes practicar en tu tiempo libre, y seguro tocarás igual que antes. Sería genial oírte tocar. Y ahora que lo pienso en serio es bastante curioso.

—¿Qué cosa?

—Solías decirme que la música es una pérdida de tiempo, pero en realidad te gusta. ¿Tengo razón en que la extrañas?

—No sé... quizá puede ser que sí... me gusta... pero papá creía que era una pérdida de tiempo.

—Oh... —expresó poniendo una mueca triste que rápidamente deshizo, negándose a deprimirse. Ella ayudaría a su esposo—. SeokJin —le llamó con seriedad.

—¿Si? —dijo mientras observaba inseguro la guitarra.

—Si te gusta la música no deberías dejarla. Incluso podrías dedicarte a ella.

—Ya es algo tarde.

—Nunca es tarde —contradijo.

—Lo es.

—No lo es—negó segura de sus palabras—. No importa cuando tardes en conseguirlo, nunca es tarde para algo.

—N-no lo sé... han pasado años.

—Mira el ejemplo de tu mamá. Ella ya es grande, más de alguna vez habrá pensado que en el amor ya estaba todo perdido, pero aun así conoció a alguien verdaderamente bueno que sabe amarla y respetarla... Mientras tú lo desees, cariño, nunca será tarde —alentó llevando su mano a una de las mejillas de SeokJin para acariciarla con amor—. Eso aplica en todo. En si quieres aprender algo nuevo, si quieres amar, si quieres retomar. Solo no te hagas ideas negativas en tu cabeza.

—Si tú lo dices... muchas gracias, cariño. Intentaré practicar en mi tiempo libre. Gracias por el apoyo.

—No hay de qué. Te amo mucho y quiero que seas feliz en lo que te guste.

—Yo... yo igual te amo —dijo a pesar de que de una forma diferente a como YeRim lo amaba a él.

YeRim lo miró con cariño y tomó su mano para blindarle apoyo. En seguida sus ojos se abrieron al recordar que quería decirle algo a SeokJin.

—Se me había olvidado decirte —dijo ansiosa—. Estaba pensando en que mañana podría invitar a JiEun y a JungKook para organizar algo por tu cumpleaños. Hoy la pasamos con tu familia, pero sería lindo que también puedas disfrutar con tus amigos. Nunca me hablas sobre algún conocido de la clínica, así que solo se me ocurre ellos dos que son más cercanos a nosotros ¿o hay alguien más que pueda invitar?

—No, no hay nadie más. En la clínica no somos muy amigos, más que nada trabajamos juntos.

—¿Y el doctor Jung? —preguntó acordándose de él y las llamadas telefónicas de su esposo con él—. El otro día dijiste que habían solucionado sus problemas y se te veía bastante contento.

—Seguimos sin tener una relación tan cercana como para invitarlo.

—Bien... entonces no hay problema, solo será JiEun y JungKook.

SeokJin deseó un poco que solo fuera JungKook, sin la molestosa de JiEun.

[...]

El día siguiente llegó. Tanto como JungKook y JiEun ya habían sido invitados y estos se alistaban para ir a la lujosa casa de sus amigos.

—¿Me veo bien? —preguntó la chica, mientras lucía su hermoso conjunto de ropa adecuada para el invierno.

—Bien —admitió Kook luego de mirarla.

JiEun era hermosa, pero aquello ya no provocaba nada en él.

Y en unos cuantos días más, le diría adiós.

JiEun inconforme con la respuesta le dio una sonrisa falsa y preguntó de nuevo:

—¿Solo "bien"? —recalcó con cierta pesadez la última palabra, demostrando lo disgustada que había quedado con ello.

—Sí, te ves bien JiEun. No sé qué más quieres que te diga.

—Nada —respondió molesta—. Supongo que estás ansioso por celebrar el cumpleaños de SeokJin.

—¿Qué? D-de qué hablas.

JiEun se tensó quedando completamente quieta, unos segundos después se relajó y se dio la vuelta para darle a JungKook una sonrisa que aparentaba ser dulce.

—No encuentro otro motivo por el cual me estés tratando de tan mala forma y apresurándome todo el tiempo.

—Solo sería descortés llegar tarde.

—Como sea, será mejor que partamos, como dijiste sería algo descortés llegar tarde... Perdón por lo alterada que soné, cariño —se disculpó acercándose a JungKook tratando de quitar todo espacio entre los dos, y de esa forma acariciar con sugerencia su pecho—. Solo quería que dijeras que me veía algo más que bien. Traté de arreglarme lo más que pude para ti.

—Está bien... —le dijo, sin prestarle atención a sus palabras—. Vamos.

Finamente la apartó, sin importarle lo brusco que pudo ser al hacerlo. Se le hacía incómodo que JiEun se le acercara de esa forma y llevaba los días contado para terminar con ella.

El transcurso del camino fue lento y silencioso, nada cómodo para Kook. Se sintió tan agradecido de que por fin llegara a su destino que casi suelta una bendición ante ello.

Cuando entraron a la mansión, YeRim los recibió y los guío hasta la conocida sala de juegos. Conversaron durante unos minutos de temas triviales. De pronto una cuarta presencia llegó a la habitación.

—Perdón por la tardanza, estaba terminando de arreglarme —se excusó SeokJin con una hermosa sonrisa en su rostro que derritió a dos personas en el instante.

—Te ves hermoso —soltó JungKook, al darse cuenta de sus palabras el calor llegó a sus mejillas y sus ojos se abrieron en sorpresa a lo que él mismo dijo—. M-me refiero a que se te ve bien la r-ropa así —señaló a Jin de pie a cabeza, aun nervioso y avergonzado de que el par de mujeres hubieran escuchado.

Y, a decir verdad, SeokJin lucía diferente a la usual, llevaba algo de ropa mucho más informal, muy parecida a aquella vez cuando JungKook lo encontró en aquel bar gay donde todo comenzó.

—YeRim me dijo que debía vestirme diferente para mi cumpleaños —comentó Jin, tratando de que nadie notara el pequeño sonrojo que ocasionó el halago de JungKook.

—Y mi esposo se ve divino —expresó orgullosa de su marido—. ¿No es así, chicos?

—Se ve bien —dijo JiEun sin mucho entusiasmo y con una sonrisa forzada en su rostro.

—Sí.

YeRim contenta con la respuesta de sus invitados les sonrió para luego dirigirse a su esposo y darle un casto besó en sus labios. Jin no la apartó y le correspondió, haciendo que el estómago de JungKook se apretara y su vista se enfocara en cualquier otro lugar que no fuera en ellos dos.

—Cariño, mientras tanto podrían buscar una película, música o algún video juego, con JiEun vamos a ir a comprar.

—¿Iremos a comprar? —preguntó confusa.

—Sí, la idea de organizar esto fue de un día para otro y no hay mucho para que podamos comer. Será rápido, como media hora. Iremos al mismo mercado de la otra vez, ese que me dijiste que te gustaba mucho porque tenían gran variedad de productos.

—Oh, sí lo recuerdo... —murmuró JiEun—. ¿No me puedo quedar? Me siento algo cansada.

—Oh vamos, no será por mucho. Te compro lo que quieras, pero no quiero ir solita. Vamos, porfis~ —suplicó abrazando a su amiga.

—Yo... bien. Iré.

—¡Sí! Ven, será rápido —le dijo tomándola del brazo a la vez que tomaba su cartera en busca de las llaves de su auto—. Ustedes disfruten mientras tanto —animó refiriéndose a su esposo y a JungKook—. Trataremos de llegar lo antes posible, aunque si tienen mucha hambre, pídele a MinJu que prepare algo rápido para picotear.

—Adiós.

—Cuídense —se despidió JungKook sonriéndoles hasta que salieron de su vista.

Una vez ambos se quedaron completamente solo, se miraron con una sonrisa cómplice.

—Parece que estaremos solos por un tiempo.

—¿No será esto una clase de déjà vu?

—No lo sé ¿quizá sí? En todo caso ahora sabemos que debemos cerrar la puerta con llave —recordó Jin, a la vez que se dirigía a la puerta para ponerle el seguro.

JungKook observó como lentamente Jin se dirigía hacia él.

—Mhmm... qué podemos hacer mientras tanto —susurró bajo acariciando el pecho de JungKook—. Creo que tengo una idea.

—¿Si? ¿Cuál es?

—Te la diría —murmuró y deposito un beso en el cuello—, pero creo que es mucho mejor que te lo muestre —opinó tirando a Jungkook en el sofá y se subió encima de él.

Sus labios se encontraron y sus lenguas juguetearon por largos minutos. Era exquisito lo bien que sus bocas se funcionaban. Podrían estar horas y horas saboreándose el uno al otro, y aun así nunca se cansarían, todo lo contrario, buscarían más y más, hasta que sus cuerpos no tuvieran la energía suficiente para seguir.

Fueron largos minutos de besos y manoseos, que el tiempo que parecía una eternidad entre los dos, también pasaba a un ritmo fugaz.

—Kook oh...

—Creo que deberíamos parar antes de que regresen —murmuró encima de los labios de Jin—. Ya no alcanzamos hacer nada más.

—T-tienes razón.

—Sí... —susurró ronco y posteriormente besó suavemente el cuello de Jin. Era verdad que dijo que debían parar, pero no podía resistirse mucho cuando SeokJin estaba encima suyo.

—Kook... mhm... mañana podríamos juntarnos oh... —gimió cuando las manos de Kook amasaron con fuerza su culo—. Oh... Me debes mi regalo, acuérdate que yo te di uno para tu cumpleaños.

—Te daré lo que quieras —garantizó refregando el culo de SeokJin en su entrepierna—. Solo debes pedírmelo.

Jin sonrió convencido en las palabras de JungKook y luego volvió a atacar su boca. Así siguieron, tacándose por encima de la ropa, cuando no fue suficiente SeokJin adentró su mano en los jeans de JungKook para tomar el miembro duro y húmedo. Lo masturbó imaginando que se encontraba follando su interior. Imaginó aquella enorme polla cepillando con fuerza su próstata. Sí, quería que JungKook lo follara ahora mismo, y cuando se lo iba a decir la puerta sonó.

—Señor Kim —se escuchó al otro lado de la puerta—. Las señoritas ya regresaron.

—Entiendo... g-gracias por avisar MinJu —le gritó SeokJin, levantándose de prisa encima de JungKook para que ambos alcanzaran a arreglar sus aspectos y sin ser sospechosos.

—Mierda, estoy duro.

—Tapate con algún cojín o algo, y piensa en algo desagradable —le dijo, a la vez que trataba de acomodar toda su ropa y pelo—. ¿Me veo bien?

—Sí... no creo que se den cuenta —murmuró prendiendo el televisor, abriendo la primera aplicación la cual era Disney plus+ buscó por unos segundos hasta que encontró los Simpson y puso el capítulo al azar y lo adelantó.

—¡El seguro! —chilló SeokJin al acordarse de él. Sería muy sospechoso si el par de mujeres trataran de abrir la puerta y esta estaba con llave.

Corrió rápidamente a sacar el seguro, y cuando abrió la puerta el par de mujeres estaban justo por abrirla.

—¡Oh! Cariño, MinJu me dijo que habían llegado y estaba por ir a ayudarlas a sacar las compras —inventó en el nerviosismo.

—Descuida, el personal ya me ayudó, de hecho, conversé con ellos y en un par de minutos traerán todas las cosas servidas, listas para llegar y comer. ¿Decidieron qué vamos a hacer? ¿Una película o algo?

—No coincidimos en nada, así que nos pusimos a ver los Simpson.

—Entonces ahora que estamos los cuatros podemos decidir qué ver.

Jin asintió aun algo nervioso. Llevó a YeRim al sofá y se sentó junto a ella. JiEun por otro lado se sentó encima de JungKook, este la intentó apartar sutilmente, pero no lo logró. Minutos después llegó toda la comida, y Jeon se alegró ya que dio la excusa de que quería comer para poder sacar a JiEun encima suyo. Ella algo descontenta se apartó de él. El par de parejas conversó por un tiempo, mientras decidían que podían ver. Cuando encontraron algo que fue del interés de los cuatro, se ubicaron cómodamente en el sofá. En el momento en que la película iba a la mitad, Jeon notó que la delicada cabeza de YeRim yacía recostada en el hombro de SeokJin, mientras este envolvía a YeRim con uno de sus brazos. JungKook se sentía celoso y un pequeño dolor en su pecho le molestaba. Trató de quitar la atención de ello, pero se le hacía casi imposible cuando su ser casi masoquista no podía dejar de mirar la escena.

La película finalizó y empezaron a comentarla, JungKook no habló tanto ya que apenas pudo concentrarse en ella, pero si dio opiniones de los fragmentos que alcanzó a poner atención. Decidieron ver otra película, lo que aumentó el doloroso sosiego para JungKook al ver al matrimonio tan junto, haciéndolo dudar si es que SeokJin quizá sí amaba de esa forma a YeRim.

Una vez ya sin ánimo de ver otra película, pusieron música. YeRim era la más contenta y alegre, que animaba a todos a bailar. Primero logró que su esposo bailara por un tiempo con ella, al igual que Kook con JiEun, y luego dio la idea de intercambiar parejas. Bailó con JungKook y disfrutó el tiempo con él, lo consideraba un buen amigo y le tenía mucho aprecio, luego le tocó bailar con su mejor amiga, la cual no se veía muy animada y parecía más perdida en sus pensamientos y enfocada en SeokJin y JungKook que bailaban alegremente a unos pasos de ellas. Sin embargo, no se rindió y no paró de alentar a su amiga hasta que esta ya parecía más relajada bailando con ella.

Luego de una hora ya se encontraban cansados.

—Creo que me estoy haciendo vieja —murmuró YeRim, echada en su sofá—. Antes podía bailar por horas y ahora estoy que muero.

—Solo tienes veinte siete.

—Redondeando a los treinta.

—Yo igual estoy cansada. Creo que sería buen momento para que nos empecemos a despedir, JungKook.

—Bien...

—Ahh ¿ya se van? —se quejó YeRim haciendo un puchero—. ¿No se pueden quedar un poquitito más tarde? ¡¿Y SI HACEMOS UNA PIJAMADA?! —ideó con un brillo en sus ojos al igual que el de una niña pequeña.

—Ya no somos niños, amiga. Será mejor que me vaya con JungKook y de paso ustedes aprovechen y sigan celebrando como matrimonio.

—Oh, sé a lo que te refieres... pero paso... no creo que tenga energías.

JiEun soltó una risa que los oídos de SeokJin apenas soportaron. Le desagradaba tanto y encontraba que sonaba tan falsa. Aun así, también mostró su sonrisa más hipócrita y le dijo:

—Gracias por venir. Espero que vengan otro día.

—Seguro que sí... —le respondió ella—. Ahora, cariño, será mejor que nos vayamos arreglando para irnos.

—En seguida —le dijo JungKook sin mucho ánimo, abrigándose y buscando la llave del auto.

—Adiós.

—Los acompañaos a la puerta —ofreció YeRim.

La pareja asintió el matriminió los acompañó. Se despidieron por una última con abrazos por parte de los hombres, y un beso en la mejilla por parte de las mujeres. JungKook olfateó a SeokJin en medio del efímero abrazo, sería lo suficiente para soñar con él y su perfume, y con ese pensamiento se alejó feliz de la mansión del matrimonio.

YeRim cierró la puerta y luego se apoyó en ella por el cansancio de su cuerpo.

—¿Y? ¿La pasaste bien? —preguntó. Su voz sonó algo adormilada y un bostezo la acompañó a los segundos.

—Sí. Lo disfruté.

[...]

—¿Para qué me pediste que viniera aquí? —preguntó JungKook, algo confundido mientras miraba de reojo la oficina medica de Jin—. Pensé que iríamos directo al hotel.

SeokJin le había dicho claramente ayer que quería un regalo de cumpleaños.

—Siéntate —le ordenó Kim sin responder bien a la pregunta. Apuntó a uno de los asientos donde se solían sentar los pocos pacientes que él atendía.

—¿Y bien?

—Hoy jugaremos a algo —dijo algo juguetón, ganándose una mirada confundida por parte de JungKook.

—¿Eh?

—Seré tu paciente.

—¿Qué? No entiendo.

SeokJin rodó los ojos hasta ponerlos blancos. JungKook a veces podía ser algo lento.

—Soy doctor, pero quiero que alguien me atienda —empezó a decir levantándose de su asiento y yendo hasta JungKook con pasos lentos y atrayentes. Una vez que llegó hasta él se arrodilló para que su boca susurrara justo al oído: — ¿Serías mi doctor, koo~?

JungKook tragó duro y su polla crispó.

—S-supongo que sí.

Jin sonrió encantando y se quitó la bata que llevaba puesta. Sin decir ninguna palabra se dirigió hacia su escritorio y del cajón sacó algo, era una credencial en la que decía "Dr.Jeon".

—Póntela. Espero que actúes bien —exigió entregándole el par de cosas—. Mi regalo de cumpleaños debe ser especial, ¿no crees?

—S-sí —respondió Kook algo nervioso, aceptando la bata y la credencial.

—Vamos, si te apresuras será más divertido —SeokJin mostró el asiento vació al cual le pertenecía a él, sin embargo, alguien más se haría a cargo de el hoy.

JungKook se apresuró a ponerse lo que Jin le había dado, una vez listo se sentó en donde SeokJin le había indicado y se preparó mentalmente para interpretar a su personaje.

—Señor Kim, ¿no?

—Así es.

—Tome asiento por favor —SeokJin algo nervioso y excitado tomó lugar justo enfrente de JungKook. Si hubiera sabido lo caliente que se vería con una bata, hubiera propuesto hace tiempo esta fantasía—. Dígame, señor Kim, ¿a qué ha venido específicamente? ¿Algún malestar en especial?

SeokJin negó y luego dijo:

—Es mi cuerpo... últimamente se siente muy raro... ¿Usted podría ayudarme?

—Claro. Siéntese en la camilla —apuntó al objeto—. Sáquese la camisa y enseguida lo revisaré.

Jin asintió y de forma obediente hizo todo lo que su doctor le mandó. JungKook quedó justo frente a SeokJin, este elevó su mirada para poder conectarla con Jeon, ya que la camilla hacía una gran diferencia de altura. Abrió sus piernas dándole permiso para que su doctor se metiera entre ellas.

—¿En este momento hay algún malestar en especial que me pueda indicar?

—Mis pezones —habló con la voz temblando. Su mirada se agachó, quedando fijamente en el piso—, se sienten sensibles.

—¿Sensibles, eh? Me temó que tendré que revisarlos.

Su mano envolvió suavemente el cuello de Jin, con un poco de fuerza hizo que este levantara su cabeza para que pudiera mirarlo fijamente. Duraron un par de segundos así, hasta que su mano empezó a bajar dejando un suave y eléctrico roce por la piel de su paciente. Su dedos algo juguetones y burlones se detuvieron en uno de los sensibles pezones para luego pellizcarlos.

—¡Ahg! —jadeó Jin. JungKook lo miró fríamente y volvió a apretar y SeokJin se retorcijó ante el toque.

—Parece que tiene un serio problema aquí —murmuró ronco, llevando su mano a otro pezón haciendo que SeokJin gimiera—. Probemos con otra cosa.

Sus finos y rosas labios tomaron el pezón izquierdo. Lamió y luego chupó, oyendo como a SeokJin le gustaba.

Una vez se apartó del pezón estaba húmedo y rosado por la excitación.

—¿Cómo se siente ahora?

—R-raro... mi cuerpo arde por dentro, doctor... y duele aquí —señaló su entrepierna.

JungKook la observó y luego miró a Jin.

—Así que duele y arde... —repitió en un murmuro mientras seguía mirando—. Creo que sería correcto tomarte la temperatura, para comprobar si estas con fiebre —comentó a la ligera, apartándose de SeokJin.

Kim lo miró curiosamente durante unos segundos sin saber qué haría Jeon, sin embargo, su cerebro rápido captó la idea al ver como las manos de JungKook empezaba a desabrochar su pantalón.

—Necesito que se levante de la camilla y se arrodille, señor Kim. Es para tener una posición más cómoda al momento de tomarle la temperatura.

SeokJin asintió y en un par de segundos se encontraba arrodillado tal y cual como JungKook le había dicho. Elevó su vista encontrándose con la oscura mirada de Jeon, quien había sacado su grande y pesado miembro. El hinchado glande se posó en los pomposos labios de Jin, Jeon gimió al sentir el roce de ello y sin pensarlo empezó a masturbarse logrando que una pequeña cantidad de presemen empezara a salir de su punta y empapara los suaves labios de su paciente.

—Diga: "Ah" —ordenó posando con delicadeza su mano encima del cabello rubio de SeokJin. Kim abrió su boca, JungKook lo miró con una sonrisa y metió lentamente su pene, hasta que su paciente tocó la punta de la nariz con su base.

Empezó a embestir en la apretada y caliente boca, deseoso de lo exquisito que se sentía. SeokJin chupaba ansioso, a veces atorándose con el gran miembro, a pesar de que debería disgustarle aquello era todo lo contrario, le encantaba la sensación de ser ahogado por la polla de JungKook.

Jeon siguió bombeando por largos segundos en la húmeda boca de SeokJin, sin embargo, al sentir que se iba a correr se apartó rápidamente. SeokJin lo miró algo aturdido y confundido, sus ojos aguados y sus labios que encontraban rosados e hinchados por la succión, hacían que la vista fuera tan erótica que JungKook se las arregló para no correrse con la simple imagen.

—Levantase —mandó con su voz ronca y rota. Su miembro que aún se encontraba al exterior dolía por correrse dentro de SeokJin, no importaba si era su boca o su apretado ano, quería vaciarse en el delicioso cuerpo del rubio.

SeokJin una vez de pie, sintió que sus rodillas temblaban de anticipación. De repente la boca de su doctor envolvió la suya compartiendo un sucio beso, donde sus lenguas se encontraron haciendo que Jeon disgustara un poco de su poco sabor que aún quedaba en SeokJin.

—Realmente su boca está muy caliente, señor Kim —susurró Kook a unos centímetros de los labios de Jin.

—¿Puede hacer algo por mí? —preguntó mirándole con sus ojos cristalinos de excitación—. N-no lo soporto...

—Necesito que se deshaga de sus pantalones y ropa interior. Tengo que inyectarle para que la fiebre pase.

SeokJin obedeció. Se quitó toda la parte inferior, quedando completamente desnudo. Volvió a posicionarse en la camilla, esta vez de una forma diferente, estaba de estómago, mirando a la pared, sus pies se sostenían de la pequeña escalera que servía para los pacientes más bajos, y su culo estaba elevado. JungKook se acercó y lo tocó, golpeando duro una de las mejillas a lo cual Jin soltó un gemido ahogado.

JungKook observó el culo desu paciente, con sus dos manos tomó el par de mejillas separándolas para que le mostrara por completo el pequeño agujero que se contraía en desesperación de querer que algo lo llenase. El mayor estuvo un poco de tiempo jugueteando con ello a la vez que se encargaba de no abandonar su erección. Amasó y palmeó el pequeño culo, pronto llevó sus labios depositó un par de besos húmedos para por último morder fuertemente de tal forma que sus dientes se marcaran en la sedosa piel del rubio.

—Bien, creo que la revisión superficial ha terminado, hasta ahora se encuentra en un excelente estado para proseguir con la inyección.

—¿E-entonces ya estamos listo?

—No —dijo serio—. Debo asegurarme que la zona sea complemente segura para la inyección. Debo dar una revisión más profunda —informó sacando un pequeño paquete de lubricante que solía traer por algún caso de "emergencia".

Empapó sus dedos con el líquido, dejando otra porción para más tarde. Sus dedos se hundieron en el pequeño agujero. Empezó a expandir el canal estrecho, embistiendo con el dedo del medio y el anular. Jin se estremeció y soltó un gemido cuando Jeon tocó su próstata. JungKook sin piedad empezó a masajearla.

—P-por favor doctor... ¡mhm! Creo que ¡aah! C-creo que... que estoy listo para que me inyecte.

—Bien —sacó sus dedos húmedos y tomó su polla la cual masturbaba en un ritmo sin constancia. Segundos después alineó el glande en la entrada de Jin—. Descuida, no duele tanto.

Entró por completo, siendo envuelto por la estrecha entrada que apretaba su miembro de una forma deliciosa. Jin se arqueó y su boca se abrió en una gran "oh" a la vez que un sonido obsceno salía de ella.

Las embestidas empezaron y ambos gemían en el acto. Era tan excitante. La polla de JungKook grande y venosa partiéndolo hacía que Jin rogara por mucho más, por otro lado, el canal tan estrecho enloquecía a JungKook.

SeokJin movía sus caderas en un ritmo acelerado, pensando en que solo quería que la polla de JungKook se adentrara en los más profundo de él. Jeon gemía en medio de sus embestidas duras y rápidas, sintiendo como su polla bombeaba en el interior. Era delicioso todo el placer que se podía llegar a sentir. La piel suave de las nalgas de SeokJin se rozaba con las de su ingle, y sus testículos chocaban una tras otra vez formando un sonido sucio y excitante que era acompañado por gemidos, gruñidos y jadeos.

Ambos llegaron a su límite. SeokJin se aferró en la camilla, gritando su liberación, su pene se estremeció y soltó su semen cayendo en sus pies y escalera. JungKook en cambió, se corrió en un gruñido ronco y excitante, liberándose dentro de Kim, logrando terminar con éxito la inyección a su paciente.

Cuando JungKook salió de Jin, este rápidamente sintió el vació y el semen tibio de JungKook correr por sus muslos. Jeon se detuvo a admirar la vista, y sus manos volvieron a amasar el par de nalgas y pronto sus dedos se volvieron a meter sin aviso dentro de Jin. Kim sensible por su orgasmo gimió con sus piernas temblado.

—Esto es tan caliente —dijo observando como sus dedos entraban y salían de agujero de Jin, mientras aun semen fresco escurría de el.

—k-Kook~

—La camilla es muy resistente —comentó JungKook, mientras seguía embistiendo.

—L-lo es... ¡mhmm! Algo i-incómodo, p-pero resistente... D-doctor... yo...

—¿Si?

—Todavía no me siento del todo bien... C-creo que una sola i-inyección no fue suficiente. ¿Me seguirá ayudando?

—Claro que sí, para eso estoy.

Por eso minutos más tardes JungKook se encontraba en medio de las piernas de SeokJin, chupando con fuerza los muslos internos a lo que Jin respondía con gemidos. Sabía que SeokJin le tenía prohibido dejar chupetones, pero en este momento no le importaba, y por lo visto SeokJin lo estaba disfrutando bastante, no era un secreto que esa era una zona erógena para él.

Y en el fondo —quizá no tan en el fondo— Quería marcarlo, que supieran de quién era en realidad. Por mucho que Jin se negara a darle otra oportunidad, YeRim nunca podría tenerlo de esa forma. Nunca podría hacer que su cuerpo se viera más pequeño a pesar de que no lo era, nunca podría ver la mirada rota de Jin suplicando por más. Así que sí, lo estaba marcando y JungKook estaba seguro que SeokJin quería que lo marcara.

—Kook... por favor —dijo ido.

La fantasía ya había pasado, y sin querer había regresado a sus roles originales. Donde solo eran JungKook y SeokJin, los amantes que no tuvieron su final feliz. Por alguna razón, a pesar de que la realidad no era la soñada, era mejor que la fantasía del Doctor y el paciente. Ellos solo eran un personaje, en cambio Jin y Kook eran reales y sentían.

Su historia no era perfecta, pero estaban ahí en carne y hueso entregándose el uno al otro.

—Kook... quítate la ropa, quiero tocarte —pidió SeokJin, tratando de formar la oración sin error alguno, lo que era bastante difícil si JungKook se encontraba atacando sin piedad sus mulos.

JungKook al escuchar la petición de Jin, chupó una vez más, y luego empezó a deshacerse de la bata, siguiendo sin pausar con su camisa. Su torso estaba descubierto y SeokJin sin pensar empezó a toquetearlo, complacido de sentir la piel cálida de Jeon en sus manos.

Jeon volvió a atacar la boca de SeokJin y este envolvió sus piernas en la cintura de Kook y se besaron por un largo tiempo. JungKook pellizcó uno de los pezones de Jin y luego empezó a masturbar su pene entre medio de los glúteos del rubio, cuando este le suplicó se hundió lento sintiendo como poco a poco Jin lo volvía a apretar con sus paredes calientes y resbaladizas por la ronda pasada.

Embistió un par de veces más, y luego sin avisar tomó a Jin y lo levantó con él. En un par de pasos se encontraban en la pared más cercana. Jin sintió su espalda húmeda, chocar con el frío material de la pared. JungKook volvió a embestir y folló con rudeza a Jin. SeokJin abrumado por todo el placer, apoyó su cabeza en el hombro de JungKook, cerró los ojos y cuando Jeon tocó su próstata la echó hacia atrás a la vez que gemía sin pudor alguno pidiendo por más. JungKook al escuchar aquellas palabras empezó a embestir más desesperado y hundió su rostro en el cuello de Jin para chupar con fuerza y dejar otra marca. Jin gritó y se vino, enterrando sus uñas en la espalda húmeda del sudor de JungKook y rasguñando por completo aquella zona.

Quizá se había dejado las uñas un poco más largas a propósito. Quizá ni siquiera había un quizá. Simplemente SeokJin quería marcar a JungKook como suyo. Que JiEun viera sus uñas marcadas en JungKook y supiera que no le pertenecía a ella.

Jeon todavía no llegaba a su liberación así que empezó a embestir una tras otra vez, Jin se sentía tan sensible por su orgasmo que sentía que en cualquier momento se correría de nuevo. Un minuto más tarde JungKook se derramó por completo en SeokJin.

—Mierda —jadeó al salirse de Jin.

—K-kook... mhmm...

—¿Estás bien? —preguntó apartando con cariño un mechón rubio que se encontraba pegado por el sudor en la frente de Jin.

—Lo estoy... me dolerá el culo por unos días, pero valió la pena —dijo con una risita.

JungKook sonrió al ver a Jin conforme y feliz, volvió a tomarlo en brazo, Jin sin darse cuenta volvió a enredar sus piernas en Kook, y en unos pasos cayeron en la silla de cuero que ocupaban los pacientes. Jin quedando en horcajadas encima de JungKook.

—Me siento muerto... pero en el buen sentido —murmuró SeokJin apegándose a Kook.

—Entiendo, bebé.

SeokJin se acurrucó aún más, al punto de que su cabeza se recostó en el hombro de Jeon. JungKook con algo de dificultad logró alcanzar la bata y tapó a SeokJin con ella. Cuando SeokJin notó ese gesto, soltó una leve risa y después deposito un pequeño beso en los finos labios de JungKook. No fue suficiente, ya que en seguida volvieron a besarse, no era tan apasionado como al principio, más bien era un consuelo después del sexo brutal que habían tenido. Así pasaron el resto de la tarde, besándose con pequeños cariñitos de por medio, y una que otra marca nueva en los cuerpos de ambos.

—SeokJin —llamó una voz a sus espaldas.

—Hola, EunWoo —saludó dejando a un lado la pelota de básquetbol y girándose para hablar de forma correcta con su compañero—. ¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó amablemente.

—Sí. Me gustaría hablar contigo en privado —murmuró bajo y nervioso.

—Okey —respondió Jin algo inseguro.

Después de todo era algo raro todo esto. EunWoo era su compañero más que amigo y rara vez compartía con él un par de palabras. SeokJin pensó que quizá pretendía pedirle algún favor y fue por eso que lo siguió hasta los camarines donde ya todos se habían ido y quedaban ellos dos.

—¿Y? —dijo Jin después de unos segundos en silencio—. ¿Qué quieres hablar conmigo?

—Me gustas —soltó de un tirón sorprendiendo a SeokJin por completo.

Esperaba cualquier cosa menos eso.

—Oh... yo... ¿te gusto?

—Sí —afirmó—. Quizá esto es muy repentino para ti, pero te juro que mis sentimientos son reales.

—B-bueno... yo-

—¿Te gustaría salir conmigo? —interrumpió EunWoo antes de que Jin pudiera decirle algo.

—Yo...

—Por favor, piénsalo —su rostro suplicaba una oportunidad, SeokJin pensó que él era muy atractivo, pero nunca se había detenido a pensar en él de otra forma que no fuera de compañerismo—. Puede ser algo precipitado de mi parte, cuando ni siquiera sé si te gustan los chicos... pero solo quiero una oportunidad —Insistió acercándose. Jin se puso algo nervioso y sonrojado por toda la situación y antes que pudiera decir algo Eunwoo ya había puestos sus labios encima de los suyos. Los primeros segundos Jin se quedó estético y asombrado. Luego pensó que era algo raro... no eran igual que los besos de JungKook, y si bien no se sentían mal tampoco se sentía del todo correcto. Y sin darse cuenta se relajó y correspondió el beso con timidez. Sus ojos se cerraron y sus manos inconscientemente se afirmaron de los hombros de EunWoo. Solo quería experimentar qué se sentía besar a otro hombre que no fuera Kook y necesitaba asegurar cual era la diferencia tan grande que había entre los besos de su novio.

—SeokJin ¿estás a-... oh.

SeokJin se apartó bruscamente de Eunwoo y su mirada se dirigió a Jeon, que estaba sin expresión alguna parado en el pedestal de la puerta.

—Lamento interrumpir —dijo tosco y frío, casi sin demostrar ninguna emoción, aunque por dentro era totalmente diferente. No era agradable ver a tu novio sujetándose de los hombros de otro tipo a la vez que se besaban.

—¡JungKook! ¡Espera! —gritó SeokJin corriendo detrás de él y dejando a un confundido EunWoo en los camarines.

JungKook seguía caminando rápido y pesado tratando de salir lo más pronto del gimnasio. SeokJin seguía detrás de él pidiéndole que le escuchara, pero Jeon lo ignoraba por completo.

—¡JungKook! ¡Por favor! —gritó alcanzándolo y tomándolo del brazo.

—¿Qué?

—Espera... déjame explicarte.

—No hay nada que explicar. Ya vi lo suficiente. Terminamos.

SeokJin abrió los ojos y rápidamente las lágrimas llegaron.

—JungKook, por favor. N-no... no puedes estar hablando en serio... si me dejas explicarte.

—¡BASTA SEOKJIN! —gruñó enojado mirándolo con furia, rápidamente la mirada se volvió triste y herida—. Basta... solo... déjame —pidió con un nudo en la garganta. Se de media vuelta y siguió caminando a la salida.

SeokJin lo miró irse.

[...]

Esa noche SeokJin se la pasó llorando.

Él de verdad se iba apartar de EunWoo para posteriormente rechazarlo de forma amable, solo quería saber cuál era la diferencia entre él y JungKook. Y ahora estaba más que claro. Solo rogaba que JungKook le dejara hablar mañana para solucionar las cosas.

Y para su mala suerte JungKook lo ignoró todo el día. Por más que intentó acercarse, Jeon parecía verle y cambiar su rumbo a cualquier otra parte lejos de él. Los nervios de Jin aumentaron cuando vio que la insoportable de HeeJin pasó el almuerzo con él. Trató de restarle importancia y convérsense a sí mismo que todo estaba bien, pero no podía del todo, sus pelos se ponían de punta cuando veía a la estúpida chica conversar con tanto entusiasmo y alegría con Kook.

Las siguientes horas de jornada escolar que quedaron, Jin se la pasó distraído e inquieto. Los profesores notaron aquello y preocupados que el ejemplar alumno y presidente del consejo estudiantil se encontrara de aquella forma, le preguntaron si había pasado algo para que actuara así. SeokJin nunca admitió nada y solo se excusó con que anoche no había dormido bien, cosa que no era del todo mentira, puesto que sus lágrimas y dolor apenas le dejaron descansar un par de horas antes del colegio.

Otra cosa difícil fue cuando por fin había encontrado a JungKook sin compañía siendo el momento perfecto para hablar, EunWoo apareció y le pidió volver hablar de nuevo, JungKook los vio y se fue del lugar. SeokJin se sintió más frustrado que nunca y tuvo que tranquilizarse para no tratar mal a EunWoo, al final no era del todo su culpa ya que él no tenía ni idea en la situación que lo había metido.

Habló con él y lo rechazó de la forma más amable posible. Y por más que fue triste que ver su mirada de disilusión, no podía darle otra respuesta que un no.

Una vez sonó el timbre que indicaba que ya había terminado el horario escolar y los estudiantes que no tenían alguna actividad extra, podían regresar a sus casas. SeokJin salió corriendo del salón, para ubicar a JungKook en la salida. Cuando lo divisó a la distancia, su estómago de contrajo al verlo nuevamente con HeeJin.

Se acercó tratando de guardar los celos que en su interior florecían.

—¡JungKook! —llamó. Este se paralizó y la chica a su lado dejó de reír para mirarle con curiosidad.

SeokJin terminó de cortar los últimos pasos para llegar frente a ellos.

—¿Podemos hablar? Por favor —pidió.

—Que sea rápido —respondió frío que hizo que el labio de SeokJin tiritara en amenaza de formar un puchero—. HeeJin nos vemos más tarde —le dijo a la chica despidiéndose de ella.

—¡Sí! Estaré ansiosa esperando. Te digo, en ese lugar venden los mejores helados de Busan, sé que te gustarán.

—Seguro.

La chica le sonrió y se acercó para depositar un sonoroso beso en la mejilla. El interior de SeokJin se revolvió de celos e inseguridades.

—¿Vas a salir con ella? —preguntó con la voz herida, segundos después de que la chica se fuera.

—No es asunto tuyo.

—¡Claro que lo es! Eres mi novio.

—¿En serio? ¿A caso lo recordaste ayer cuando te estabas besando con el imbécil de EunWoo?

SeokJin agachó su mirada.

—Déjame explicarte eso... sé que lo arruiné, pero te juro que lo iba a apartar.

—Parecías bien a gusto cuando llegué.

SeokJin negó.

—¡Te lo juro! En serio. ¿Puedes dejar explicarte? Si ya después no quieres saber nada más de mí lo entenderé. Solo déjame explicarte.

JungKook lo miró por largos segundos. Era una mirada dura y fría, muy diferente a las que solía recibir de parte de él, siempre eran risueñas y llenas de amor.

—Bien —dijo aceptando la petición de SeokJin.

SeokJin sonrió con la esperanza de aclarar el problema y que volvieran a la normalidad.

—Vamos a otra parte, aquí alguien nos puede escuchar.

JungKook asintió y Jin tomó su brazo para dirigirlo al baño más cercano. Una vez adentro se aseguraron que no hubiera nadie y cerraron con llave.

—¿Y bien? ¿Qué quieres hablar conmigo? —preguntó apoyándose de la pared, fingiendo que le daba igual lo que SeokJin quisiera hablar con él o no.

—Quiero aclararte lo del beso. No es lo que tú crees. No te engaño con EunWoo.

—¿En serio? Porque lo que vi decía otra cosa.

SeokJin negó más de una vez sintiendo que iba a llorar de nuevo y como pudo se acercó a JungKook.

—Él ayer me pidió hablar —empezó a decir con la voz inestable—. Yo pensé que quizá quería pedirme un favor o algo así que acepté. Fuimos a los camarines y se me confesó. Yo quedé en blanco y no sabía que decir, entonces él me pidió una oportunidad y antes de que yo pudiera rechazarle me besó... me iba a apartar ¿si? Solo que me di cuenta que era muy diferente a cuando tú me besabas... así que no me aparte... ¡pero solo porque quería comparar! —se apresuró a explicar cuando vio que sus palabras se podían malentender—. Cuando él me besó no sentí nada, solo eran unos labios fríos contra los míos... y entonces... me di cuenta que realmente te amo. Cuando me besas mi corazón se siente tan cálido y eléctrico... mi estomago cosquillea y siempre quiero más y más de ti... Realmente te amo, porque después de eso no puedo imaginar besar a otra persona y sentir todo lo que siento cuando estoy contigo... no creo que sea posible. Por favor, perdóname —suplicó con sus ojos cristalizados—. Solo fue un beso y te juro que si hubieras llegado unos segundos más tarde yo ya me hubiera apartado de él. Lo iba a rechazar.

—Y-yo... no lo sé...

Jin se acercó tímidamente y con algo de miedo, al final de cuentas ahora mismo su relación colgaba de un hilo. Delicadamente tomó con ambas manos el rostro de JungKook y le hizo mirarle.

—Perdón... —volvió a decir mientras lagrimas salían de sus ojos—. Perdóname. Te amo. En serio te amo, JungKook.

JungKook lo miró dolido y le preguntó:

—¿De verdad lo ibas a apartar?

—¡Sí! Te lo juro.

—¿Y ya lo rechazaste?

—¡Sí!

—Bien... bien...

Entonces lo besó. SeokJin se sorprendió al principio, pero rápidamente lo correspondió. Fue un beso duro y necesitado, y los dejó sin aire a los dos. Una vez se separaron SeokJin todavía se sentía algo inseguro.

—¿Me perdonas?

—Sí —afirmó Kook—. Solo no te quiero volver a ver con él... él... ¡él te beso!

—Descuida, trataré de alejarme de él. Sinceramente tampoco me sentiría muy cómodo después de lo que pasó. Te prometo que me alejaré.

—Te creo...

—JungKook... —musitó despacio.

—¿Si?

—¿Vas a salir con HeeJin?

—Bueno... ella me invitó a tomar helado. Acepté porque estaba herido y pensé que te molestaría —confesó algo avergonzado.

—Oh... la verdad es que sí me molestó... estuve en el almuerzo viéndolos y tenía miedo de que... no sé... empezaras a salir con ella.

—Nunca podría salir de esa forma con ella. Solo me gustas tú. Te amo a ti. Perdón, estaba herido y quería de alguna forma lastimarte.

—Está bien... solo... no vayas con ella...

—Le dije que nos veríamos en una hora y media.

—No vayas —suplicó con un pequeño puchero—. Puedo pasar la tarde contigo... hay que reconciliarnos totalmente ¿no? —dijo con un pequeño sonrojo mientras desabrochaba el primer botón de la camisa de JungKook—. ¿Qué dices? —preguntó desabrochando los siguientes dos botones y luego depositar un beso en aquella zona descubierta.

—Que pasarás toda la tarde contigo —respondió tomando de la cintura a SeokJin y apegándolo a él—. Voy a marcarte por todos lados, y que tu cuerpo grite que solo eres mío.

—¿Lo harás? —preguntó llevando su mano a la entrepierna de JungKook para empezar a masajearla.

—Lo haré y tú harás lo mismo conmigo. Soy solo tuyo.

SeokJin sonrió.

—Te amo.

—Yo igual.

Después de aquellas palabras JungKook lo folló con fuerza contra la pared. Nunca antes habían llegado tan lejos en el colegio, una que otra manoseada o incluso felaciones orales, pero nunca al punto de tener sexo. De todas formas, no se arrepentían, era peligroso, sí, pero eso hacía que su libido creciera aun más.

Simplemente fue grandioso.

Ambos cuerpos quedaron marcados, sin embargo, no todo fue celos y posesividad, siempre hubo amor de por medio. Jin y JungKook podrían tener sexo duro, pero eso no significa que no era una forma de hacer el amor.

Una vez terminaron por completo y sus ropas se encontraban a medias puestas. Seokjin seguía recostado encima de Jeon, buscando un poco de consuelo y cariño. A veces después del acto se veía un poco mimoso.

—Tuve miedo —soltó JungKook de repente. SeokJin que seguía sujetado de él, le miró con preocupación porque los ojos de bambi que su novio tenía, estaban a punto de romper en llanto.

—¿Por qué?

—Pensé que él te gustaba. Estuve pensando todo el día, miles de historias. Tenía miedo de que al final me dijeras que te estabas enamorando de él... es algo estúpido, pero de verdad tuve mucho miedo. Te amo y no te quiero perderte. No quiero imaginarte con otra persona que no sea yo.

—Está bien, Kookie. Te amo a ti —lo consoló esparciendo un delicado y cariñoso toque en su pelo—. Nunca estaré con nadie más que tú. Pase lo que pase, mi corazón siempre será tuyo. Lo prometo.

JungKook lo miró y deseó con todas sus fuerzas que las palabras fueran reales. Lo besó con mucho amor, sin saber que solo una de las promesas se cumpliría.

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¡Hola! Quería pedir perdón por el atraso, pero estoy en medio de una mudanza y ha sido bastante complicado para mi escribir durante este tiempo, también no ayudó que el capítulo saliera mucho más largo de lo usual, tiene 9377 palabras D:

También esto se me hace un poco triste porque tenía un montón de nuevos proyectos como empezar dos historias nuevas y respecto a Reflejos del pasado quería subir como una clase de maratón que sería una actualización diaria por cinco días, sin embargo, con todo esto no creo que vaya a poder.

Quiero pedirle que confíen en mí, en el sentido que en los próximos capítulos habrá mucho drama. Seguro más de uno va a querer matarme, entendería, pero por fis confíen.

Sobre el especial de los 3k de estrellitas, lo quiero subir después de un par de capítulos más. Al final decidí que lo subiré como un capitulo especial, porque si lo hago al final de otro cap será muy largo. Y si desean preguntar algo aun están a tiempo para ello :)

Nos leemos en la próxima actualización. Muchas gracias por leer y perdón por cualquier falta de ortografía o error.

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