Capítulo 2: Desconocidos que solían conocerse.
—Ha sido una agradable cena —dice JiEun cortésmente—. Pero ya es demasiado tarde y debemos irnos.
—Fue un gusto conocerte YeRim —comentó JungKook sonriéndole a la baja mujer.
—El gusto fue el mío. Eres un hombre excelente, mi amiga tiene mucha suerte.
—Gracias —respondió mirándola—. SeokJin también tiene mucha suerte al estar a tu lado.
—Lo sé, ella es increíble —sonrió antes de tomarla de la cintura y unir sus gruesos labios con los de ella—. Increíble —repitió.
JungKook algo incómodo tomó la mano de su novia. Ambos los acompañaron hasta la puerta. YeRim le dio un abrazo a su amiga antes de soltarla y decirle adiós, JiEun le dio un beso en la mejilla a SeokJin. JungKook le dio uno a YeRim y volviendo a sentirse incomodo estrechó las manos con SeokJin. Este en ningún nunca quitó su mirada de desprecio.
Antes de que JungKook y JiEun pudieran seguir con su rumbo una mano los detuvo.
—Se me ha olvidado darte algo —recordó YeRim—. Ven, no tomará mucho.
—Está bien —aceptó y se dejó arrastrar por su amiga al interior de la casa.
SeokJin y JungKook se quedaron solos en un silencio para nada cómodo. La tensión se sentía. JungKook quería hablar para tener un ambiente mejor, pero no encontraba las palabras, no sabía qué decir. Y siendo honestos, la frígida mirada que le dedicaba SeokJin no ayudaba. Pero sentía la necesidad de hablar con él.
—Ha pasado mucho tiempo ¿no?
—Sí.
JungKook asintió ante la cortante respuesta y volvió hablar:
—No esperaba que fueras el esposo de YeRim.
—Yo tampoco esperaba que fueras el novio de la amiga de YeRim.
Si hubiese sabido habría evitado quedarme a la cena.
—Sí... bueno a mí me sorprendió mucho más que fuera mujer.
—Tú también sales con una.
—Sí, pero yo siempre dejé en claro que era bisexual. Yo tenía el recuerdo de que eras completamente gay.
—Pero conocí a YeRim, quien es una excelente mujer. Cariñosa, Hermosa, dedicada, de buena familia y con futuro. Es perfecta.
—Uhm comprendo.
—Me alegra que lo hagas. Ahora quiero que también entiendas que han pasado tantos años y las cosas han cambiado. No soy el mismo de antes.
—Lo sé. Me recuerdas a cuando te conocí por primera vez —el tono de voz y mirada pasan a ser amistosas a molesta.
—Puede ser —una sonrisa arrogante se asoma en su rostro—. El punto aquí JungKook es que ahora somos dos extraños que comparten un pasado. Desconocidos que solían conocerse. Nada más. Ya no sé quién eres y espero que igual sea así para ti. Somos extraños, no viejos amigos, ni nada.
—Me quedó más que claro que ya no te conozco –respondió molesto y con burla. Casi queriendo sonreír, pero sin gracia alguna.
—Y no sabes cuánto me alegra. Supongo que ahora que entendiste no hay nada más que decir ni de qué hablar ¿verdad?
Jin sonaba tan sereno que descolocó a JungKook, ¿Cómo podía ser tan frío y cruel? Estaba bien que las cosas en su pasado no hubieran terminado de lo mejor, pero que lo tratase como si fuera un extraño que conoció por un efímero momento en su vida, lo lastimaba. Sin embargo, sabía que no podía reclamar nada. Era su culpa después de todo.
—Sí.
No hubo más respuestas. El silencio duró otros minutos hasta que las voces de sus mujeres se escucharon desde lejos. Ambas llegaron a la puerta, JiEun tenía una caja de regalos en sus manos y habían logrado escuchar algo de la conversación de lo mucho que le había gustado a JiEun el presente de su amiga.
—Ahora sí, adiós ¿nos vemos el sábado? –le preguntó a su amiga.
—Sí. Ahora sí que nos los atrasó más. Tengan buen viaje y cuídense.
—Ustedes igual cuídense —se despidió la chica, agarrando la mano de Jeon.
El matrimonió observó a sus invitados partir y una vez que los perdieron de su vista, la pareja ingresó a su hogar.
—¿Cómo te ha parecido JiEun?
—Es bonita y simpática –respondió honesto.
—Lo sé. Me alegra tanto que por fin se hayan podido conocer.
—Sí... a mi igual.
—¿Cómo es eso de que conocías a JungKook?
—¿No lo expliqué ya en la sala? No hay nada más que decir –respondió fastidiado llevando su mano a la sien—. Yo me iré a acostar. Hoy ha sido un largo día –se mordió la lengua para no soltar un "y pésimo"—. Buenas noches.
—Uh, buenas noches, cariño. Espero que descanses bien. Yo veré la novela y después iré a acostarme, el capítulo de hoy es imperdible –comentó ansiosa.
Jin le sonrió falsamente y dejó que ella le diera un beso antes de que partiera a la sala de descanso la cual contaba con un enorme Smart TV. Cuando perdió su figura dejó de sonreír y con una mueca desagradable se fue a su habitación.
Tenía tanto miedo.
Temía de lo que pudiera suceder.
De lo que se pudiera revelar.
Esperaba que esta cena sólo haya sido cosa de una sola vez.
[...]
—Mira, me ha obsequiado este collar tan precioso —le mostró la hermosa cadena de oro en la cual colgaba una pequeña pequita de diamante—. Es hermoso y debe haber costado un dineral.
—Tu amiga debe tener mucho dinero como para obsequiar algo así.
—Estuvimos en su casa JungKook, creo que el hecho de que tenga dinero fue algo que se pudo percibir. En todo caso sus padres son dueños de una de las joyerías más prestigiosas de Corea del Sur, así que dudo que le haya costado regalar algo así. Incluso si hubiera gastado mucho en esto, no me sorprendería, YeRim es muy bondadosa.
—Lo capto.
—¿Y? ¿Qué te ha aparecido la cena?
—Bastante buena. La comida estaba deliciosa y YeRim fue un encanto.
—Lo sé. Su esposo, SeokJin, no parece tener la mejor personalidad del mundo, pero ese rostro lo compensa, hablando de él ¿es igual que antes?
"ahora sólo somos desconocidos" recordó las palabras de SeokJin.
—No sé. Él siempre ha sido algo distante y no conocí mucho de él.
—Entonces no debe haber cambiado nada.
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—Bienvenido al taller de música, Oppa. Estos son cada dos días a la semana, miércoles y viernes. Aquí están los horarios —le pasó un papel—. Como vez los miércoles serán en horario escolar y los viernes después de clases.
—Comprendo. Muchas gracias.
—A usted oppa, me alegra que haya tomado este taller. Si necesita ayuda puede pedirme a mi o algún otro integrante. Sé que es nuevo en esto, y por eso queremos brindarle una cálida bienvenida.
—Muchas gracias, en serio —estaba contento de que ella lo recibiera tan amablemente.
—Ahora puede entrar y aprender un poco. Yo tengo que arreglar unos asuntos con uno de los profesores de música y vuelvo.
—Comprendo... ¡adiós!
SeokJin entró a la sala y vio a diferentes chicos en su mundo. Se sentía tímido como para ir y hablarle a alguien, así que se encaminó directo a una guitarra desocupada que había. Era obligatorio unirse, aunque sea a un taller, eligió música porque tenía un cierto interés en ella, en el fondo quería aprender a tocar guitarra y en si el taller se veía bastante relajado.
Cuando agarró la guitarra se quedó examinándola. No sería tan difícil, pensó antes de hacer el intento de tocarla, quedando en vergüenza cuando el sonido desafinado salió de ella.
—¿Por lo menos sabes tocar un acorde?
SeokJin se giró y vio al chico que hace unos días le había derramado la bebida encima. JugKook, si no se equivocaba.
—¿Acorde? —preguntó confundido y avergonzado al no saber a qué se refería.
—Dios –suspiró el chico observando el techo, para después mirarlo con algo de irritación.
—¿Por lo menos tienes una guitarra? ¿O algún instrumento?
—No.
—¿Entonces cómo planeas practicar por tu cuenta? Esa guitarra le pertenece a otro integrante por si no sabías —le informó.
SeokJin se sonrojó de la vergüenza. Había tomado la guitarra de un desconocido y para rematar había hecho el ridículo al tratar de tocarla.
—Yo pensé que era de la clase —admitió dejando la guitarra en el lugar en donde la encontró.
—No hay. Tú tienes que traer la tuya. El salón sólo cuenta con flautas y un piano.
—Oh.
—¿Tienes dinero?
—¿Eh? ¿Por qué preguntas eso? —el tono de voz algo receloso, hizo a enojar a JungKook ¿acaso creía que le iba a robar?
—Lo pregunto para saber si tienes el dinero suficiente para comprarte una.
—Ah... sí.
—Está bien, de otra forma vendrías a perder el tiempo, ¿la guitarra es lo que te interesa verdad?
—Sí.
—Está bien, ¿pero no sabes nada de ellas verdad?
—No...
JungKook soltó un suspiro cansado y dijo:
—Podría enseñarte lo básico.
—¿En serio?
—Sí, estoy seguro que la guitarra sufriría mucho si intentas aprender sólo. Nadie merece tal tortura.
—Uh ¿gracias? Supongo... eres muy amable.
—Sí como sea. No me agradas, pero si se trata de música es diferente.
—A penas me conoces y no te agrado –Jin sonrió sin gracia. Esta era la primera conversación real que tenía con el chico y JungKook parecía tener un mal concepto de él.
—Oh no, te conozco. Todos hablan del perfecto Kim SeokJin. Es irritante que te tengan en un altar cuando eres una persona común al igual que todos, y más que te tachen por perfecto, porque simplemente un ser humano no puede serlo. Me pareces demasiado falso, quién sabe las cosas que ocultas.
—Uh qué gran percepción de mi tienes –comentó sarcástico.
—Soy franco. No soy como tú, no me interesa fingir para caerles bien a todos, digo lo que pienso y si no te agrada está bien, no te necesito.
—¿Pero me enseñaras a tocar guitarra? –estaba confundido ante la actitud del chico.
—Sí, como dije. Son cosas diferentes, la música es arte y me gusta que el mundo la sepa apreciar. Y quizá pueda conocerte mejor y ver si me terminas siendo insoportable o agradando, aunque sea una pizca.
—Gracias por la oportunidad, supongo.
—De nada.
[...]
—Así que entraste al taller de música –dijo JaeHyun en medio de la cena.
—Sí padre.
—¿Por qué lo has hecho? Es una pérdida de tiempo —sonaba enojado.
—Bueno, según el colegio debía unirme, aunque sea a un taller.
—¿Pero música? Es una basura.
—Pero en el colegio es bien mirado. Algo más cultural y es bien vista. Han dicho que ha sido una buena elección y que mi reputación ha sido mejor vista al parecer un chico interesante y sensible —trató de excusarse. No pensó que su padre se molestaría al saber de ello, si lo hubiera hecho, seguramente escogería otro taller.
—Como sea —resignado pareció tomar en cuenta la explicación de su hijo—. Sólo espero que esto no interfiera en tus estudios.
—Claro que no padre.
El KookJin habló a solas después de tanto tiempo :o
Cambié la portada u.u no me convence del todo, pero está mejor que la anterior —en mi opinión —, así que la dejaré permanente a no ser que en el futuro sepa editar mejor y quiera cambiarla.
Perdón por cualquier error o falta de ortografía.
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