Capítulo 12: Sacrificio.
En la gran sala principal el par mujeres hablaban entre ellas, sin darse cuenta de las miradas que se brindaban el par de hombres. Jin sonrió y JungKook quedó hipnotizado por lo hermoso que era.
—¿Y hay algo nuevo que contar acerca de su trabajo? —preguntó YeRim a Jungook, para integrarlo un poco más. El hombre rápidamente apartó la mirada de SeokJin para posarla sobre la esposa de este.
—Nada interesante, aunque estas últimas semanas hemos estado planeando una fiesta para los de la empresa y conocidos.
—¿Si? ¿De qué?
—Pues será como recrear un baile de graduación, esos de lo que se ven en las películas americanas... si quieren pueden ir —propuso.
—Creo que sería interesante —opinó Jin con una sonrisa ladina.
—Todavía no hay fecha definida, pero en cuanto este le avisamos y le mandamos una invitación.
YeRim asintió emocionada.
—Yo iré al baño y vuelvo —avisó Jin el cual se levantó de su asiento, los ojos de JungKook siguieron cada movimiento.
—No te demores mucho, pronto la cena estará lista.
—Descuida —dijo y se fue de la sala principal.
A los segundos después JungKook habló:
—Me dieron ganas de ir al baño también, iré con SeokJin y esperaré a que termine para mi turno —trató de decirlo lo menos sospechoso posible.
—Hay otros baños de invitados para que no tengas que esperar —informó YeRim.
—Oh... descuida, no me moriré por esperar un poco, a parte su casa en enorme y seguro me termino perdiendo.
—Puedo guiarte si gusta, no hay problema.
—No, de verdad. No moriré por aguantar un poco, de hecho, seguro ya terminó.
—Está bien.
JungKook se alejó dando una sonrisa amable la cual desapareció cuando estuvo lejos de la vista de las mujeres. Siguió caminando por los pasillos hasta que se encontró con la puerta del baño, en donde seguramente estaría SeokJin.
La golpeó y dijo:
—Soy yo.
La puerta fue abierta y apareció la perfecta figura de Jin. JungKook entró y escuchó que la puerta fue cerrada con pestillo. Luego sintió los labios de SeokJin ser presionados en su cuello y después le susurró:
—Por un segundo creí que no ibas a venir.
JungKook no respondió, sólo se dio la vuelta y atrapó a SeokJin en sus brazos. Pronto sus labios se unieron, sus lenguas danzaron entre ellas y sus manos empezaron nuevamente a explorar el cuerpo del otro.
SeokJin dio un pequeño saltó y envolvió sus piernas alrededor de las caderas de JungKook, quien le sujetó y amasó con fuerza su trasero. Jin gimió sobre la boca de JungKook y con su mano derecha buscó el miembro de este.
—No, SeokJin, después no podré ocultar la erección.
—Podría hacerte correr.
—No hay mucho tiempo para eso.
—Pero quiero tocarlo, lamerlo y sentirlo.
—Mierda, SeokJin, no sigas por favor. Nos van a pillar.
—Está bien —dijo, pero su mano se adentró dentro de la ropa de JungKook y tomó el pene semi-erecto.
—SeokJin —su voz salió con un tono de advertencia para que parara, pero sus acciones se contradijeron ya que empezó a embestir la mano de Jin.
—Vamos, algo rápido —suplicó con una voz ahogada.
—Está bien.
JungKook sentó sobre el lavamanos a SeokJin, y con sus ansiosas manos le bajó pantalón y ropa interior hasta las rodillas, tomó el miembro de él y sacó el suyo para juntarlo con el de su amante. Una vez ambos pedazos de carne estuvieron apegados llevó su mano a ellos y empezó a masturbarlos.
SeokJin se mordía su camiseta, dejando su vientre y pecho al descubierto, el propósito era para no hacer ruidos muy fuertes, pero incluso así JungKook podía escucharlo, y Jeon no se encontraba muy diferente, se le hacía bastante difícil no soltar algún jadeo o gemido que llegara a ser sospechoso si se llegara a escuchar afuera del baño.
Apartó de los labios la camiseta con la que SeokJin amortiguaba sus gemidos, para poder besarlo. Ambos se perdieron en la grata sensación de los labios del otro, era tan húmedo e íntimo.
—Dios —jadeó—. Quiero que me folles aquí mismo.
—No podemos.
—Por favor —pidió y detuvo a JungKook. Se dio la vuelta exponiendo su albino trasero—. No necesitó preparación, estuve jugando en la ducha antes de que llegaras.
—Me vas a matar algún día —expresó observando las blanquecinas nalgas. Tomó su adolorida polla, esparciendo el pre-semen por el falo—. ¿Estás seguro?
—Sí, hazlo... Será rápido —convenció.
JungKook asintió y deslizó su miembro por la grieta de SeokJin un par de veces antes de alinear su glande en la entrada. Poco a poco empezó adentrarse, siendo envuelto por la exquisita estrechez que SeokJin poseía.
—Muévete —demandó SeokJin.
JungKook acató y empujó, sacándole un gemido al receptor.
—Me encanta oírte gemir, pero este no es un buen momento para ello.
—L-lo sé, s-sólo n-no pares.
JungKook embistió una tras otra vez. SeokJin observaba a través del pequeño espejo que se encontraba frente a él, como JungKook mordía su fino labio para retener los jadeos.
De pronto ambos conectaron sus miradas por el reflejo del espejo, aumentando la excitación que sentían en el momento. JungKook agarró con fuerza las caderas de SeokJin, pero siempre tratando de controlar no presionar demasiado para no dejar marcas de sus dedos, aunque le gustaría hacerlo SeokJin le había dejado en claro que no debía.
Embistió violento, encontrándose con el punto dulce de SeokJin, este gritó y cerró sus ojos ante la intensidad. JungKook levantó más el trasero de Jin para poder entrar en una mejor posición, el rubio apegó su rostro al espejo por el reducido espacio que había.
Jin sintió la mano de JungKook envolver su pene y masturbarlo, aún jodiendolo contra el lavamanos, su cabeza se presionó aun más sobre el espejo por las enérgicas embestidas que JungKook le otorgaba. Sus piernas empezaron a temblar así que tuvo que sujetar con fuerza las orillas del laba mano, su miembro empezó a tener espasmos y lo último que necesitó para correrse fue sentir como JungKook llegaba en su interior.
Nunca admitiría en voz alta que tenía un fetiche con el semen.
Aunque claro, siempre que se acostaba con tipos desconocidos usaba protección, eran muy pocas las veces que no se llagaba a cuidar y después de ello siempre se iba hacer un examen por precaución.
Y con JungKook se permitía volver hacerlo.
Aunque claramente después de iniciar su relación oficial de amantes le había pedido un examen.
Dejó los pensamientos de aun lado cuando sintió los dedos de JungKook acariciarlo al mismo tiempo que besaba su cuello descubierto.
Se apegó más al cuerpo de JungKook y dijo:
—Eso fue intenso —su respiración estaba uniforme al igual que la de Jeon—. Deberíamos repetirlo.
[...]
—Perdón por la demora, me perdí.
—¿No esperaste a SeokJin?
—No me aguanté —se excusó.
—Es raro, todavía no ha regresado.
—Quizá le dio algún dolor estomacal o algo, yo sólo no pude seguir aguantando y busqué otro baño. Su casa es enorme.
JungKook intentó distraer a las mujeres unos minutos más, hasta que SeokJin entró a la sala sonriendo.
—Perdón por la demora, pero no sé qué le pasó al grifo del lavamanos que soltó un montón de agua y me empapó, así que me fui a cambiar. Después recibí una llamada de la clínica sobre unos asuntos internos -mintió descaradamente.
—Está bien, cariño. Por un momento pensé que te había sucedido algo, pero veo que estás bien, así que sigamos.
Jin le sonrió y buscó a JungKook con su mirada, una vez lo localizó se sentó junto a en el sofá.
—Debe ser bueno tener un día de descanso —dijo JiEun tratando de conversar con Jin.
—Sí, el trabajo suele ser algo estresante, pero es bueno relajarse un día.
—Estoy segura que en la noche no vas a relajarte bastante —bromeó con doble sentido, logrando que YeRim se sonrojara y soltara una risa tímida.
JungKook desvió su mirada y presionó con fuerza su lengua en su mejilla interna mientras sus dedos se clavaban en sus rodillas.
—Claro —dijo Jin, quién se tensó en el momento.
—Dudo que mi amiga te deje dormir —volvió a bromar.
—De eso no hay duda —respondió YeRim.
SeokJin se aclaró la garganta y dijo:
—Creo que llamaré a MinJu para que ponga la mesa, ya estoy algo hambriento ¿y ustedes?
—Yo igual —respondió JungKook.
—Bien —dijo YeRim—, la cena debe estar casi lista, pero mientras pediré que abran un vino para la espera.
[...]
La cena ya había terminado y la pareja tenía que volver a su hogar. Una vez se despidieron del matrimonio caminaron en dirección al auto que habían dejado estacionado a un par de metros.
—¿En serio quieres invitarlos? —el aliento de JiEun se vio expuesto en el aire debido al frío de la noche—. Lo digo por SeokJin, ese hombre es un amargado y será un estorbo y fastidio ahí
—No digas esas cosas, JiEun.
—Pero él odia la música —insistió abultado sus labios en el proceso—, y sólo estará mostrando una cara de que se cree superior a todos por ser médico, viste como me trató la primera vez cuando fui amable con él y le hablé sobre la música. Él la odia.
—Primero que nada, no la odia, estoy seguro que pasó algunos momentos difíciles y se alejó de ella. Segundo no permitiré que hables de esa manera de él —lo que dijo fue simple, pero el tono mordaz que empleó desconcertó a JiEun.
—¿Y a ti qué mosco te picó? Él suele ser pesado con nosotros y ahora lo defiendes como si fuera tu mejor amigo.
—Simplemente no permitiré que le faltes el respeto, ahora mejor sube al auto si no quieres iniciar una pelea.
—Está bien, pero no me vuelvas hablar hasta que se te pase la estupidez.
—Y tú cuando dejes tu actitud de niña malcriada.
—Haré que no escuché eso Jeon JungKook. Me iré en un taxi, en el departamento cuando bajes los humos de tu cabeza conversamos.
JungKook asintió sin prestarle mucha atención y se subió al auto. Exhaló una vez estuvo en el asiento de piloto, JiEun a veces era demasiado molesta, pero le tenía bastante paciencia, no obstante, no era la necesaria cuando se trataba de SeokJin.
No iba a aguantar que ella le tratara mal.
Empezó a pensar en él, en que seguramente se quedaría con YeRim y una oleada de celos y repulsión lo abundó. Pero no podía hacer nada al respecto.
Ellos no eran nada más que amantes.
En el pasado tuvo su oportunidad con SeokJin y como el imbécil más grande del mundo lo arruinó, y no podría reclamar nada.
Se conformaría con estar cerca de él, de tenerlo, aunque sea solo de forma física.
Ya no importaba si lo seguía amando después de tantos años, ya no podría volver a decirle el par de palabras por el miedo a ser rechazado y de perder lo poco que tenía con SeokJin ahora.
Aunque sólo sea utilizado como la gran oportunidad de SeokJin para conseguir sexo intenso y placentero, no quería perderlo de nuevo.
No quería perderlo por nada del mundo.
Y un pensamiento le jugó chueco.
¿Qué vas a perder, JungKook? Tú no tienes a SeokJin, sólo eres su amante. Su diversión.
[...]
—Todavía es algo temprano, amor... nos podríamos divertir un poco ¿no? —susurró la mujer, acariciando por encima de las ropas el pecho de su esposo.
SeokJin hizo una mueca y se masajeó el cuello.
—No lo sé cariño, estoy algo cansado.
—Ha pasado tiempo desde la última vez que lo hicimos, por favor. Te necesito.
—Yo...
—Hay condones y me habías dicho que mañana tenías turno de tarde, así que no tiene porqué preocuparte.
—Bueno, yo-
—A veces siento que no me deseas —le interrumpió—, casi nunca me tocas o me besas, ¿estoy haciendo algo mal? —preguntó herida y con sus ojos cristalinos, SeokJin se quedó en silencio y YeRim sintió su corazón oprimirse—. Creo que es mejor que nos acostemos, supongo que tienes razón, debes estar cansado.
—YeRim, escúchame.
—Está bien, SeokJin, comprendo que estés algo cansado, yo... yo me iré a dormir.
—No... —dijo, viendo a su esposa a la cual en estos instantes le recordaba tanto a su madre, una pobre mujer que mendigaba amor de su marido, la cual lloraba por horas preguntándose qué había hecho mal para no recibir de vuelta el amor que otorgaba—, espérame en la habitación... me iré a bañar y después lo haremos ¿si?
—No tienes que hacerlo por obligación —su voz salió baja—, dijiste que estabas cansado y fui una tonta en insistir, no debes hacerlo por mí.
—Yo de verdad quiero hacerlo —mintió sintiéndose la peor persona del mundo al ver como los ojos de su esposa se expandieron por la sorpresa, y un brillo nació en ellos ante las palabras—. Prepárate, yo iré después de bañarme.
—Está bien.
SeokJin la observó irse a la habitación.
Entró al baño y se miró al espejo.
Se las arreglaría para poder satisfacer a su esposa.
Podría hacer aquel sacrificio, al final, ya lo había hecho antes.
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SeokJin observaba a sus padres a escondidas, y escuchaba con atención lo que ambos conversaban.
—Por favor, cariño. Llevamos tiempo sin hacer el amor y te extraño.
—YeJin, no me fastidies más, estoy cansado.
—¿Cansado? Siempre es la misma excusa, siempre estás cansado. Dime qué pasa, por favor. No lo entiendo, siempre estoy tratando de hacer todo bien, pero no consigo que vuelvas a tratarme como antes.
—Me irritas, mujer.
—¿Por qué no me quieres tocar? ¿Ya no soy atractiva para ti? Antes solíamos estar tan bien, nuestros primeros años de matrimonio eran perfectos.
—Nos casamos porque quedaste embarazada.
—Pero nos amábamos.
—Ya está YeJin, para. Me duele la cabeza, es increíble que ni siquiera pueda descansar en mi propia casa. Me iré.
—No, por favor —suplicó porque sabía que iría con alguien más—. Quédate.
Pero hizo caso omiso, y dejo sola a su esposa en aquella habitación fría y triste que se suponía que era de ambos. Ni siquiera se percató cuando pasó al lado del pequeño niño que acababa de cumplir los seis años, el mismo que seguía viendo a su madre mientras ella sollozaba sin fin.
SeokJin no comprendía porqué su madre lloraba, pero no le gustaba que lo hiciera. Lo que si sabía era que su mami lloraba por su papá y eso le hacía surgir un extraño sentimiento.
Él antes admiraba a su padre, era un hombre alto y con una cara seria, mami decía que era muy inteligente y poderoso.
Su padre también solía jugar con él, pero con el tiempo cambió y apenas lo veía.
Su padre también no tomaba mucho encuentra a su hermana pequeña, y eso le hacía enojar porque JiSoo era su princesa y ellas tenían que ser cuidadas y respetadas, también había que otorgarle todo el amor del mundo.
Hubo una cosa que a SeokJin le sorprendió mucho, y fue que su papá podía cambiar su cabello de color. Jin lo recordaba con el pelo negro como el suyo, pero un día despertó y su papi lo tenía de un color amarillo.
SeokJin se preguntó si cuando grande su pelo también cambiaría a ese amarillo.
Entonces escuchó algunos murmullos, unas palabras que decía su madre pero que no podía entender.
Eran: "¿Por qué no soy lo suficiente?" "¿Porque te refugias en otros brazos, incluso algunos desconocidos?" "¿Qué he hecho mal?"
Pero SeokJin seguía sin entender, el no sabía que era ser suficiente, porque era una palabra extraña que los adultos solían utilizar.
Tampoco entendía qué había hecho mal su mami, quizá era el arroz que la última vez habían quedado muy seco para su gusto. Seguramente era eso.
Después se preguntó cómo era eso de que su papi se refugiaba en otros brazos, ¿acaso mami se ponía triste porque papi abrazaba a otros? También lo de los extraños le sorprendió, ¿acaso mami lloraba porque papá hablaba con extraños?
Si era eso, nunca volvería hablar con desconocidos, ni abrazar a otras personas que no fueran su mami o JiSoo.
—Mami, ¿po qué lloras?
—Nada hijo —se limpió las lágrimas y le sonrió a su hijo—, sólo recordé una película muy triste.
Y Jin le creyó porque era demasiado inocente para entender que su mamá mentía.
Pero con el paso de los años descubrió que esa no era la verdadera razón del llanto de su madre y con ello la idea del amor se quebró y prometió que nunca se enamoraría de alguien para que este partiera su corazón. También prometió que nunca sería como su padre.
Pero en ese momento no comprendía el peso y vueltas de la vida.
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Como dije, me llega bien seguido la inspiración para escribir esta historia xd
We en este capítulo no tenía planeado mostrar un poco más de los sentimientos de JungKook, eso estaba planeado para el próximo capítulo, pero igual va estar relacionado con lo de este.
Tampoco tenía planeado que Jin y Kook follaran, sólo se iban a meter mano, pero weno no sé qué me paso :D
Y el recuerdo de hoy fue de un chikito e inocente u.u
Perdón por cualquier error falta de ortografía y muchas gracias por leer <3
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