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Capítulo 35.2: La jaula de esmeraldas

La madre de los Karlsson logró sacar a su hijo de los problemas de ese incidente, sin embargo, este no fue castigado.

¿Que Celina saliera de una vez de su vida y su cabeza sería suficiente para que él volviera a ser el Daniel Karlsson de doce años?

Todo fue bien un tiempo e incluso se habló de regresarle el apellido y estaba recibiendo de nuevo ayuda económica. Se había acostumbrado a vivir con su salario, pero siempre se arrepentía de haber salido de aquel nido de víboras de oro.

Es sorprendente como hay recompensas que hacen a uno querer entregar su libertad. El joven pasó por disímiles contratiempos para salir de la droga y alcohol, incluso en el pueblo se empezó a hablar de su mejoría.

Aunque ya no lo veían como Daniel Karlsson, ahora era un ciudadano querido por todos, dado su papel como policía y alguien confiable.

"Qué terrible es cuando una mala acción es premiada por la vida." Quizás si no hubiesen mejorado las cosas podría haber visto el matar a alguien como algo malo, pero no, el perro fue recompensado y su familia lo vio como algo bueno.

Pasaron los años y Danna cumplió los diecisiete. Junto a esto y su gran desempeño, incluso mejor que el de su hermano, el padre de la familia decidió empezar a enseñarle todo lo que sabía para que ella llevara el negocio al graduarse, dejando de lado a Daniel.

Podría el joven volver, pero no recuperaría nunca su posición, la perdió para siempre.

Cuando esto le fue comunicado le dio un ataque de rabia. ¿Por qué? Si últimamente estaba haciendo todo bien. ¿Culpar a Danna?, es su hermana, no podía, juró cuidarla de todo esto, pero la muy hija de puta lo disfrutaba, le gustaba eso.

Desgraciadamente, ella se dio cuenta antes que él, no dejaría que le quitaran su posición tan fácilmente.

El hombre volvió a salir a beber esa noche, dejó que el alcohol fuera el motor impulsor al ver otra vez el frío con que Celina le miraba, una mujer de ojos azules le estaba coqueteando. Él sin duda le siguió la rima, siempre tuvo suerte con las mujeres, pero no pasaba de temas de una noche, una relación le dominaría, no caería de nuevo.

Acordaron ir a su casa, pero ambos estaban demasiado borrachos, por lo que terminaron haciéndolo en el parque central en la madrugada, nadie les veía fuera de la luna y árboles.

Fuera de una situación incómoda en un lugar poco agradable para ello, el chico estaba absorto en los ojos de la mujer, mientras más feliz la veía por el momento más rabia le daba que le mirara así, le recordaba todo lo que había pasado...todo por esos ojos azules.

Cuando terminaron el acto, él tomó su navaja suiza del bolsillo y terminó cortando su cuello, la vio retorcerse del dolor, del miedo, de la incertidumbre...y lo disfrutó, fue mejor que reciente sexo.

Tomó todas las medidas necesarias para borrar sus huellas de la escena, recordó cada cosa que veía en los diferentes casos que había estado y fue reparando todo cuidadosamente.

Se sintió vivo y realizado, controlaba de nuevo.

Como costumbre de la vida funcionado mal, como suele hacer, el chico fue recompensado.

Ese día descubrieron en la familia que a Danna le gustaban las mujeres y recibió una paliza por primera vez su pequeña hermanita.

El segundo caso fue incluso más satisfactorio, cuando se topó tras eliminar a la mujer con el video de su hermana con otra chica, pensó cómo usar eso para quitarle su posición.

En el tercero se encontró con la llamada de Danna en plena escena del crimen, ¿no era sorprendente? Ni siquiera la había matado y ya tenía la recompensa, pobre mente...

Él había trabajado en acercarse a Julia, sin embargo, no tenía los mismos ojos de su madre. No le daba la misma satisfacción matarle, solo se limitó a acostarse con ella y llevar una amistad falsa.

La logró convencer de denunciar el tema de su hermana, que él lo apoyaría, tras ello Danna tendría su primera mancha en la familia. Desgraciadamente, Antonio desapareció y el tema fue dejado de lado.

¿Fue culpa de que no lograra eliminar satisfactoriamente a su presa?

Danna y su amiga estaban investigando mucho el tema, aunque eso las metiera en problemas, no podía dejar que su hermana avanzara, al fin de cuentas es la única que podría ver su verdadera naturaleza, porque también es una Karlsson. Logró disuadirle tras enseñarle las fotos del caso bajo la máscara de buen hermano.

"¿Qué pasaría si asesino a Annie Silva? Ella es ahora el principal juguete de Danna y cumple las características, si la elimino la vida me va a recompensar, tal vez logre quitármela del medio", pensó.

Ya casi no quedaban mujeres que sirvieran de sacrificio para su suerte, así que debía cambiar de coto de caza.

Nathaniel, por otra parte, se presentó en el momento justo y lugar adecuado para ser su chivo expiatorio. Podría culparlo de los hechos y también trajo hasta sus manos a la mujer que necesitaba para cerrar la obra, "la persona que su hermana ama".

—Por ello serás la última de Varenchya, desgraciadamente ya tras esto inculparán a ese joven y sería el final. Pero puedo viajar a otro pueblo y seguir, así que no es tan tedioso tampoco —dice él mientras cocina, Dévora no puede verlo, solo escucharlo.

—¿Entonces soy tu boleto a la buena suerte y la decadencia de tu hermana? —Sonríe desde su posición, recuperando la postura, siente la boca seca.

—Eres la última pieza del rompecabezas, una vez estés muerta todo volverá a la normalidad y será bueno de nuevo, Celina. —El hombre regresa frente a ella y se sienta a comer.

—Celina, eh, de igual forma no me das miedo o preocupación, es cierto que quiero vivir, pero he hecho cosas peores. ¿Por qué me cuentas todo esto? —Dice ella buscando su mirada.

—No es que puedas decirle a nadie más, pronto morirás. —Prueba una cucharada y le mira a sus profundos ojos azules.

—Sí, pero al final fui tu confidente muchos años, confiaste en mí cuando te sentías solo y vulnerable, es normal que sigas contándome las cosas, mi querido Daniel —expone Dévora y le mantiene la mirada.

—Cállate, no hables así. —La señala con el dedo.

—Solo digo la verdad. No te juzgo, has hecho lo que has podido hasta ahora mientras vagabas solo —comenta la chica.

"Necesito salir de aquí, demonios", piensa Dévora mientras siente su tiempo agotarse.

—No estoy solo —dice él—. Pronto tendré un hijo con Julia, si todo sale bien podré salir con ella, luego de esto, tendré la relación que se me fue negada.

—Mi marido está muerto, puedo estar contigo ahora, déjala. —Muerde su labio ante la noticia y la rabia invade su cuerpo, no soporta que toquen a Susana.

—Es mentira, sabemos que eso no será así. —Sigue comiendo y la observa, le resulta raro verla vestida y maquillada como ella, además de estar simulando ser esa mujer—. Deja de fingir Annie, no vas a lograr nada con eso.

—No quiero ser la antigua Celina, sino una nueva, una que viva para ti y esté contigo, que no te deje solo mientras tus padres te regañan o encierran en una habitación por sentirte mal. Si pudiera te acariciaría el cabello como cuando niño. ¿No quieres esta Celina? —Va a seguir hablando cuando su rostro es tomado por las mejillas por la mano fuerte del hombre.

—¿A qué estás jugando? —Hace cada vez más presión, llegando a ser doloroso.

—A lo que tú quieres jugar, ser Celina ¿Me vas a matar, no? Prefiero ser lo que deseas. —Mira los ojos de Daniel desde su posición.

—Estás actuando muy diferente, sueles ser más tímida. —La suelta de forma brusca.

—Es que no soy Annie, soy Celina —dice Dévora con dificultad por la sangre que sale de su boca por el agarre que recibió de Daniel y las mordidas de tensión que se daba Annie.

—Sigues viva únicamente porque tengo que respetar el tiempo de muerte natural. Si no, ya estarías muerta. —La mano aprieta su cuello, pero ella no pone resistencia, no da signos de ser cazada.

—Disfruta ese tiempo que queda. Podría ser esta la única oportunidad de recuperar lo que deseas —argumenta ella y abre las piernas ante él, la falda en forma de tubo que le había puesto se enrolla subiendo por sus muslos dejando ver la ropa interior—. Puede que sea la única persona que entienda como te sientes y lo acepte así.

—No eres lo único importante aquí, necesito que desaparezcas. —La suelta y se sienta en su silla.

—Solo soy un juguete para tu hermana, aun así, para su desgracia, soy el juguete que la ha llevado por el mal camino o, ¿no te has dado cuenta? Empezó a fallar en todo cuando se acercó a mí —expone una mentira.

—Esa siempre ha sido Vanessa —dice él recuperando su calma.

—Ya se aburrió de ella. —No deja de mirarlo—. Es cierto, no soy Celina. Sin embargo, hubiera sido mejor para ti en el pasado. Sabes, este cuerpo también pasó por mucho.

—Se nota, estás llena de marcas e imperfecciones, se ven horribles —indica él para seguir comiendo.

—Tú también tienes, aunque en tu cabeza. En el fondo eres igual a mí —dice Dévora dejando escapar un suspiro.

"Annie, necesito que salgas tú," piensa y deja salir a su amiga, la que se encontraba en completo silencio sin querer hablar. Al momento del cambio, esta empieza a llorar.

—¿Qué te pasa de pronto? —Le gana la incertidumbre al hombre.

—¿Oye, has querido morir alguna vez? —Comenta Annie y sus ojos ahora se ven de un azul apagado, no hay frío en ellos.

Daniel trata de buscarle un sentido al cambio de su mirada.

—¿Por qué preguntas eso? —Baja la guardia al verla menos imponente.

—He escuchado tu pasado y realmente, ¿por qué quieres volver a esa casa? —La voz sale débil y suave.

—¿Por qué estás tan deprimida ahora? —Levanta el rostro lloroso de la chica.

—Quiero ser feliz y no puedo, la vida no me deja —empieza a quejarse y le mira a los ojos para morder su propio labio, no le importa la sangre—. Me han golpeado, infravalorado, denigrado, tocado mi cuerpo en contra de mi voluntad, hecho que no sea capaz dormir bien por las noches, que tenga que ingerir antidepresivos para no terminar saltando del techo, despertar y abrazar cadáveres. Soportar que la persona que amo no deseara nada conmigo por tres años. Sentir que podía lograr las cosas y que me sean arrebatadas en el último momento. Pero aun así, no deseo morir.

—Eres lamentable, estarás mejor cuando todo termine, piensa en esto como una liberación. —El hombre es incapaz de mostrar empatía, aun así, alguna vez en su vida tuvo, sin embargo, no queda nada de ello.

Tal vez no queda nada de ello.

—No voy a pedir que me liberes. Solo quiero que colmes el vaso para no desear vivir, irme sin ningún tipo de esperanza. —Deja de verle a los ojos y sonríe levemente de forma derrotista, con lo último que le queda.

—¿Qué quieres? —Pregunta él por simple curiosidad.

—Toma mi cuerpo. Puedes sedarme para que no me mueva ni un centímetro mientras me mueves, átame donde desees, no haré nada. Ambos ganaremos, tú tendrás el cuerpo parecido a esa mujer que nunca lograste doblegar de una forma completamente dócil y yo habré perdido mi conciencia y razón para luchar.

—No suena tan mal.—Se aleja de ella y va a por el cloroformo—. Será divertido tenerte debajo.

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