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Todas las naciones (o al menos al mayoría) estando en un mismo lugar. Todas aquellas que son capaces de iniciar una guerra en solo cuestión de segundos. Y las cuales no son capaces de convivir entre ellas. Por lo cual las reuniones 'mundiales' (ya que en realidad no lo son tan así) son en periodos distintos, evitan conflictos entré aquellas que no se llevan en absoluto bien. Es una manera organizada de acuerdo entre la Onu y Union Europea, que tomaron medidas drasticas después de que varios (por no decir muchos) intentaron colgar con una cuerda a un ruso, y otros traían explosivos, y eran muy ruidosos, aun sin hablar ingles (o español, ambos idiomas mundiales), a lo cual lo habian organizado de esa manera, aparte de que todas juntas se necesitaría un lugar tamaño de un estadio de fútbol, debido a las peleas y evitar un daño colateral; sin embargo, pese a todas las advertencias, estan ahi.

Reunidos por quien sabe quien, y porque sabe porqué. Supuestamente era un asunto de suma importancia, y tan importante era que el anfitrión no se apareció.

Hasta este punto. No se junta a latinoamericanos con africanos. No se junta socialistas con capitalistas. Y por nada del mundo se juntan aquellas naciones explosivas, como una bomba de tiempo, apunto de estallar.

Básicamente era un deje familiar al ver a algunas tipicas naciones pelearse, pero otras...no tanto, y los sudamericanos animaban (por llamarlo asi) la pelea, o hacian concursos bobos entre ellos mismos, no les interesaba tanto en terminar molestando a una potencia y se vayan contra ellos. Aunque eso realmente le valía a un argentino.

Aquel que como decia el dicho, dale la burra al trigo, que insistía con el tema respecto a sus islas. Y no es que sea cargoso con el tema. Sin embargo, no es solo eso, eran sus hermanas, y el no se cansara de repetirlo hasta que aquel anglosajón se le quede grabado en su frente. Las islas son argentinas. Quiera o no. Desde el 82' no las ve. Le prohibieron terminantemente aquello, y aunque el de cejas prominentes haya intentado sacarlas no se lo permitian, esto se debia a que Arthur podian en parte comprender su dolor, pero el solo siguió ordenes, sabia lo que era perder a un hermano. Y aunque se les haya hecho típico pelearse por eso, no puede hacer nada. Lo intentó mas de una vez y fracaso estrepitosamente.

La pelea 'malvinas' era tan tipica e irritante como siempre. Como un clasico cliché en las películas estadounidenses.

Por otro lado, el frances miraba con curiosidad la ventana, habia escuchado ruido afuera y se percato de gente rodeando aquel edifico donde se encontraban. No entendia. Intento ignorar el mal presentimiento, y el sabor amargo en su paladar; acerco la copa de vino a sus labios resecos y bebió. Se dio la vuelta y vio el desastre que era el lugar.

Paises cómo Túnez, Argelia, Sudáfrica discutian en un idioma extraño, o tales como Arabia Saudita traía una extraña vestimenta y se percataba que varios lo apartaban como si fuese lepra o un peligro, algo sumamente extraño ya que media como 1.60, y no se le notaba intenciones malas, Israel mirando mal al alemán, o Kazajistán discutiendo con Ucrania. Todo era caos. Incluso pudo haber visto sillas volar, e incluso algun escritorio. Si seguia asi, se iba a aburrir y retirar, no era su labor, y el anfitrión no tenia que ser tan importante si era asi de tardon.   

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Silencio.

— ¡Schieße!  — Gritó con fuerza, un rubio fornido, sosteniendose su brazo, haciendo presión en la herida.

La mayoria se quedo estáticos al contemplar como aquella bala atravesaba la gigantesca luna dando contra una de las naciones ahi. Mientras que paises como Italia del norte, Japón, Croacia y Chile, se iban a verificar el estado del mayor. Muchos no sabian que decir. Mas que el frances giro su vista hacia donde la habia mantenido hace unos segundos. Topándose con mas gente a los alrededores, y algunos con capuchas negras o mascaras. Las lunas debieron ser antibalas. El tenia razon despues de todo.

Observo atentamente como sacaban un par de pistolas, y la gente comenzaba hacer alboroto, dejando solamente a los encubiertos de negro, y aquellos observando atentamente el cristal de la parte superior del edificio.

Entonces en vez de calmar el pánico, un africano solo lo empeoró.

— ¡Tiroteo! — Grito con fuerza. Y con una extraña pronunciación de español, mezclada con su acento, a la par que corria escondiendose con una de las sillas.

Eso basto para que el pánico comenzará.

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Y despertó.

Fue un sueño.
Uno sumamente extraño.