Capítulo 7
29 de junio del 2021- Actualidad
Eran las 3 de la mañana, tanto Jimin como Agust se encontraban en la biblioteca investigando sobre el tema para su ensayo. Aunque ya tenían la mayoría de la información, querían seguir leyendo sobre las problemáticas sociales que habían traído las anteriores pandemias.
El rubio suspiró cansado, ya no había nadie allí a excepción de ellos dos. Miró al chico a unos pasos de él y recordó aquello que había llegado a su mente la noche anterior, el día en el que conoció la mejor y la peor parte de Min Agust. Se llevó la mano a su cuello, tocando la zona en la que el entonces desteñido, había posado sus labios dejándole un pequeño chupetón.
Sí, Jimin se arrepentía de haber juzgado mal al chico, y las palabras que le salieron de su boca en ese momento fueron producto de la molestia y rabia que sentía en ese entonces. Pero eso no justificaba, para él, el comportamiento que había adoptado Min. No justificaba el hecho de que este lo haya estrellado contra la pared, sus palabras recalcando su discapacidad, ni ese beso...
— ... ¿Por qué siempre que te hablo no me escuchas? —dijo con voz cansada el pelinegro.
— Disculpa, estaba concentrado en la lectura. Si querías que te prestara atención podías hablar más alto o acercarte. Nadie te va a escuchar estando tan lejos y hablando en susurros. —contestó, sorpresivamente, molesto, incluso sorprendiéndose a sí mismo por el tono que había usado. Indiscutiblemente, pensar en Min también le provocaba molestia.
— Ni siquiera estabas concentrado en la lectura. ¿Eres sordo o qué? —replicó fastidiado el chico, cuyos ojos felinos lo miraban con una pizca de exasperación, los cuales cambiaron repentinamente tiñéndose de sorpresa— Lo... lo siento, no quise decir eso.
— ¿Te da mucha gracia recordarme a cada rato que soy sordo, Min? —Jimin se había levantado del suelo, acercándose molesto al otro chico quien trataba de disculparse—. ¿Crees que porque vienes acá y finges ser bueno voy a olvidar lo del invierno pasado? —suelta Jimin con molestia y asco. El rubio tiró el libro que tenía el pelinegro en las manos, el estruendo se escuchó por todo el lugar.
— En serio, lo lamento. Lo dije sin pensar, hemos estado trabajando por 10 horas y ambos estamos cansados. —habló rápidamente, seguramente esperando que Jimin lo dejase pasar como si nada. Se equivocaba.
Jimin lo empujó hasta que la espalda de Min quedó totalmente recargada en un estante. Sus alturas eran similares, a veces parecía como si Jimin fuese 2 centímetros más alto, otras era al revés. El rubio acercó su cara al pelinegro, haciendo que sus labios se rozaran sin llegar a tocarse totalmente — ¿Crees en serio que podías dejarme una marca y que lo dejaría pasar como si nada? —movió su cara, volviendo a rozar los labios de Agust y acercó su boca al oído de este— Min Agust, siempre tan lindo, pero todo un desastre. Qué desperdicio esos ojos con esa personalidad tan de mierda que tienes, cariño.
Antes de retirarse, Jimin plantó un suave beso en la comisura de los labios de Min— Ahora estamos a mano. — Dicho esto volvió a su puesto, sumergiéndose en los libros que tenía en el piso.
Pero qué mierda has hecho, Park Jimin.
Y es que dentro de sí, todo se sentía como un caos constante. Las cosas que Agust le había hecho el invierno pasado provocaba que ahora buscara hacer lo mismo en el pelinegro, en una especie de interminable venganza sin fin hasta que alguno creyese que era suficiente de provocaciones. Hasta que alguno se rindiera y decidiera dejar atrás ese absurdo ego que los envolvía para dar un paso y disculparse con el otro.
No entendía en qué momento todo había comenzado, si esa vez que lo vió bajar del autobús, si el momento en el que habían tropezado, si ese estúpido beso esquinero que aún no tenía una razón ni un sentido claro o si, por el contrario, esa indiscutible atracción había empezado ese año al ser más consciente de los cambios que el pelinegro estaba teniendo.
29 de junio del 2021
— Min, mueve el culo. Te juro que si no te levantas en este instante, traigo un balde de agua. No me importa mojar tu cama y que tengas que dormir con Jaemyung.
— ¿Y yo qué hice? —Replicó el pelirrojo haciendo un puchero mientras se abotonaba su bata blanca.
Eran las 9 de la mañana, los próximos días ciencias sociales no tendrían actividades puesto que debían preparar su investigación y ensayo. En el cuarto sólo estaban ellos tres, ya que Eunbin había salido temprano aludiendo que en ciencias fácticas los estaban explotando con trabajo de más. Habían pasado unas horas desde el incidente con Agust. Luego de eso, ambos simplemente se habían ignorado y se enfocaron en su trabajo, sólo se hablaron cuando Jimin decidió que era lo suficientemente tarde y que debían descansar un poco. El rubio no sabía por qué había hecho lo que hizo, pensaba que quizás fue producto de su cerebro trayendo a colación un recuerdo del invierno pasado y Min siendo imprudente comentando algo que, justamente, se relacionaba con la memoria en cuestión.
— Agust, levántate. —El rubio desde su cama le tiró una almohada, la cual fue atrapada por el pelinegro y fue abrazada por él, acomodándose mejor para dormir.
— Intenta quitando las cobijas, eso funciona con mi hermano menor. —sugirió Jaemyung antes de irse corriendo, a lo que parecía, el laboratorio. No sin antes gritar un "No se maten todavía".
Jimin suspiró mirando al pelinegro quien seguía durmiendo plácidamente sin inmutarse de la intensa mirada del rubio. En unos días debían entregar el primer borrador y ellos a duras penas tenían una simple introducción. Siguiendo el consejo del pelirrojo, Jimin se acercó a la cama de Min dispuesto a despertarlo de una vez por todas. No obstante, no contaba con que, al agarrar las cobijas y jalonearlas, el pelinegro hiciera lo mismo. Entre forcejeos, Min finalmente abrió los ojos fijándose en el chico rubio quien estaba más cerca de lo que había creído. Jimin dejó de hacer fuerza en el momento que vio esos ojos felinos abrirse, cayendo sobre Agust cuando este volvió a jalar con fuerza la manta.
Los dos chicos se quedaron ahí, uno encima del otro, mirándose fijamente y observando los pequeños detalles que a simple vista pasan desapercibidos.
Jimin notó la piel de porcelana de Min, lo pequeña que era su nariz, sus pobladas cejas, su cara mañanera ligeramente hinchada y los delgados labios que estaban levemente abultados en el centro. El rubio no supo cuánto tiempo duraron así, mirando al otro y contemplándose mutuamente; hasta que sintió cómo una mano bajaba lentamente a su cintura y cómo la pierna de Agust se flexionaba a su costado derecho, provocando que quedara aún más cerca de él. En un movimiento rápido y ágil, Min lo había puesto debajo de su cuerpo, enrollando ambas piernas del rubio en su cintura. Jimin soltó un pequeño grito cuando las manos de Agust fueron a parar a su cintura, atrayéndolo más a él. El pelinegro se acercó al oído izquierdo de Jimin, mientras su mano derecha se acercaba peligrosamente al cuello del chico, ejerciendo un poco de presión.
— Si me vas a despertar así todos los días, asegúrate de antes ponerle seguro a la puerta. —Susurró antes de levantarse y saludar al inesperado intruso.
Jimin volteó y observó que allí se encontraba su mejor amigo. El rubio suspiró pesadamente antes de taparse la cara, le esperaba un largo interrogatorio.
(...)
— Entonces...— tanteó Taehyung esperando a que Jimin empezara a hablar.
— ¿Qué quieres saber? No sé qué contarte, así que sólo pregunta.
— ¿Son novios?
— No.
— ¿Amigos con beneficios?
— Creo que ni siquiera somos amigos. Es más como un "compañeros de proyecto por obligación" — dijo Jimin arrugando la nariz un poco, acción que lo hacía ver tierno.
— Minnie, eso que vi era todo menos un "compañeros de proyecto por obligación". Pensándolo bien, ¿Esa es la palabra clave que usan los nerds para decir que son folla-amigos?
— Eso que viste no es lo que parece, y Tae, por segunda vez, no hay nada sexual entre nosotros.
— ¿Estás seguro? Porque duré en la puerta 5 minutos y parecía el inicio de una porno.—Taehyung observaba a su amigo con una mirada pícara, antes de reír con la sonrisa cuadrada que lo caracterizaba. Conocía a Jimin hace ya bastante tiempo y jamás había conocido un interés amoroso de su parte hacia alguien, y aunque no le agradaba Min del todo, le divertía ver a su amigo en esa situación.
— Creí que estabas preguntando, no asumiendo.
— Ya, lo siento. Prosigo. Uhmmm... ¿Lo sigues odiando?
Jimin apartó la vista de Taehyung, se concentró en sus manos las cuales sostenía una hoja que había encontrado en la tierra. Ambos chicos habían ido al pequeño bosque que rodeaba el lugar, sabían que nadie estaría por ahí a esas horas ya que todos estaban en sus respectivas actividades. Aunque se suponía que Taehyung debía estar acompañando a Fácticas, en ese momento no le importaba. Le había dicho a Jimin que luego inventaría algo que justificara su ausencia.
— No lo sé, ¿sabes? —dijo el rubio rompiendo el pequeño silencio que se había creado—. Recuerdo la primera vez que lo vi. Llevaba el cabello más corto y blanco, tenía unos jeans rotos, una manilla gruesa con taches en su muñeca derecha y una chaqueta de cuero. Estaba bajando del bus y se veía molesto con todo, caminaba por el lugar mirando a su alrededor con evidente fastidio. Luego vi cómo se acercó a una chica, y le quitó un encendedor que se asomaba por su bolsillo. Creo que desde ahí empecé a juzgarlo, fue después que me enteré de que esa era su compañera y que el encendedor era suyo. Sin embargo, y aunque sabía esto, no dejé de tratarlo como un ladrón.
» Creía que, si hacía eso con pequeñas cosas, era capaz de hacerlo con otras más grandes o de mayor valor. Después de eso chocó conmigo, ¿Recuerdas? Fue tan, pero tan grosero, que encajaba con la imagen de malandro que había creado en mi mente.
— Sí, lo recuerdo. En ese momento también pensé que era un imbécil y cuando tuve oportunidad pregunté sobre él. Una chica del staff que pertenecía a su escuela me comentó que él tenía una personalidad compleja, que era bastante altanero y soberbio. Además de que estaba acá en contra de su voluntad, ya que lo habían amenazado con contar todas sus fallas y pasar un reporte disciplinario si no se presentaba. Me siento mal por haber reforzado esa idea negativa de él que habías empezado a crear, pero en ese momento realmente se veía como un problemático y luego sucedió el incidente...
— Exacto, el incidente... Fue extraño ¿Sabes? Sé que en parte fue mi culpa, supongo que él sólo estaba molesto por lo que dije sobre él y que eso hizo que reaccionara de esa forma. Pero no puedo olvidarlo Tae, sus manos presionando con fuerza mis brazos, él mirándome con odio, mi espalda chocando fuertemente contra la pared, sus palabras... Sus palabras me dolieron más, porque en ese momento se sintieron reales. Qui-quizás el inútil sea yo y el- el que debía morir era yo y no...- y no-. — la voz de Jimin se escuchaba entrecortada a raíz del nudo en su garganta y de las lágrimas que amenazaban salir por sus ojos. Ni siquiera era capaz de terminar esa frase.
— No digas eso Minnie, sabes muy bien que no es así. —Taehyung se acercó a él, abrazándolo para consolarlo— Creo que deberías darle otra oportunidad al chico. Ambos se equivocaron, se juzgaron y actuaron de forma errada, pero ahora deben soportarse por tres semanas y las cosas no van a mejorar si sigues mirándolo con odio.
»Sigo sin entender la posición en la que estaban hace una hora ni cómo llegaron ahí, pero he visto cómo lo miras y él también lo nota. También he visto cómo él te mira y realmente siento que se quiere acercar de forma genuina. Las personas se equivocan Jimin, pero valen más aquellas que reconocen su error y deciden enmendarlo.
— Tú sólo lo dices porque le tienes ganas a su mejor amigo— bromeó el rubio, ya un poco más calmado, gracias a las palabras de Taehyung.
— Bueno sí, sería incómodo invitarlos a nuestra boda, que tengan que ser nuestros padrinos y se maten a la mitad de la ceremonia— Taehyung sonrió al ver cómo había logrado hacer reír a su amigo, quien se tapaba la boca y cuyos ojos quedaban ocultos por sus mejillas producto de su enorme sonrisa.
— Siento que hace rato no hablábamos así. Suficiente de mí, cuéntame todo sobre Jungkook.
— Lo conocí el invierno pasado, me pareció lindo y le pedí su número. Cuando el decatlón acabó, seguimos en contacto. No sé si me gusta, pero estoy seguro de que me atrae. No quiero ir rápido y apresurarme en buscar algo con él, primero quiero conocerlo y estar seguro de lo que siento y si esto es recíproco.
— La única imagen que tengo de Jeon es de cuando comimos en el restaurante y estaban sirviendo comida rápida. Estábamos junto a los demás y ustedes dos parecían estar inmersos en una burbuja. Literalmente, aunque ambos tenían la cara manchada de salsa y las manos llenas de papas fritas. Si quieres mi opinión, creo que también le atraes. — dijo el rubio tomando la mano de su amigo, quien seguía abrazándolo como tratando de unir cada una de sus partes rotas — También creo que te debo una disculpa, siento haberlo juzgado sin conocerlo antes, creo que te herí sin darme cuenta.
— Está bien Jimin, sé que no lo hiciste con esa intención.
— ¿Tae?
— ¿Sí?
— ¿Me puedes soltar? Me estoy quedando sin aire
— Nah, quedémonos así unos segundos más. Disfrutemos el momento.
Taehyung se dejó caer por completo en el suelo, llevando a Jimin consigo y quedando acostados. Se sumergieron en un cómodo silencio, admiraban juntos el cielo y escuchaban las aves a su alrededor. Pasaron unos minutos hasta que el rubio volvió a hablar.
— Tae.
— ¿Sí?
—Te quiero.
— Yo también te quiero, Minnie.
Holi, jé.
¿Qué les parece esa hermosa amistad?
¿Qué piensan de ese tira y afloje entre esos dos testarudos?
Nosotras estamos amando todo este proceso y esperamos -de todo corazón- que ustedes también.
Sin nada más que agregar, les deseamos una feliz semana. Nos leemos el viernes.
- Pitu y Aly.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro