|8|Baile bajo la lluvia.
Jaden.
El aroma a café es exquisito, embriagante y su sabor es magnífico, o al menos eso es lo que yo pienso. Se escuchan los murmullos de las personas en el local, desde familias hablando a sus hijos, hasta las risas de los grupos de amigos.
Me encuentro sentado en mi mesa habitual, observando a través de la ventana, en la espera de mi pequeña Hazel. Miro la hora en mi teléfono «3:08». Suelto un suspiro, se le ha hecho tarde.
De fondo comienza a sonar Tenerife, esa canción me trae un hermoso recuerdo «Será porque involucra a una pequeña rubia». Sonrío ante mis pensamientos.
La observaba desde la cocina, se encontraba sentada bajo un árbol leyendo. Me gustaba verla leer, porque hacía muchas muecas como si estuviera imitando la de los personajes.
—Mamá, ya regreso —Ella levanta la mirada del pastel, y me observa. Asiente sin poner objeción, siempre me ha dicho que no es necesario que venga con ella. Sin embargo lo hago, para poder estar con esa rubia.
Me encamino hasta donde está, levanta la mirada al percatarse que estoy frente a ella. Es tan hermosa, con esos ojos como el cielo, labios rosados y pequeñas pecas esparcidas por toda su nariz y pómulos. Quita los auriculares y forma una leve sonrisa.
—H-Hola Jaden —Titubea. En ocasiones suele ser muy tímida, aunque ya no como la primera vez que la ví.
—Hola pequeña —Desde que la conocí, la he llamado así porque es muy pequeña—¿Qué estás leyendo hoy?.
—Bajo la misma estrella. Apenas lo estoy comenzando, pero he leído reseñas que dicen que es un poco triste—Dice formando un puchero «Adorable».
—Yo he escuchado acerca del final de ese libro. Si quieres te lo puedo decir, para que no sufras después—Ella abre mucho los ojos al escucharme.
—Ni se te ocurra Taylor, aunque ya me haz hecho un spoiler.
—No, no lo hice.
—Claro que si, dijiste que sufriré—Refunfuña.
Suelto una risa. La verdad es que si sufrirá, pero no lo admitiré.
—¿Por qué escuchas música mientras lees?—Cambio rápidamente de tema, para que olvide el posible spoiler.
—Siento que le da más ambiente a la lectura —se encoge de hombros—además no lo hago siempre, sólo algunas veces.
Cierra el libro que se encontraba sobre su regazo, y me invita a sentarme a su lado. Me acomodo junto a ella y me extiende uno de sus auriculares.
—Ten, escuchemos música.
—Solo si yo escojo la canción.
—Uhm no, mejor lo colocamos en aleatorio.
Coloca el modo aleatorio y comienza a sonar Tenerife, ya la había escuchado antes gracias a Aubrey. De pronto se me ocurre una idea, me levanto tomando de la mano a Hazel, ella me mira confundida.
—¿Me concede éste baile, bella dama?.
Sonríe asintiendo. Enreda sus brazos alrededor de mi cuello, yo guío las mías a su cintura. Mientras bailamos, nos reímos el uno del otro, porque no lo hacemos bien, pero vale la pena intentarlo.
Sin esperarlo, la lluvia comienza a caer sobre nosotros, no le tomamos mucha importancia y seguimos bailando. Ese día me di cuenta que, sentía más que amistad hacia Hazel.
El sonido de la campanilla logra sacarme de mis recuerdos, por instinto dirijo la mirada hacia allí, y entonces la veo. Con su hermoso cabello rubio cayendo en ondas sobre sus hombros, jeans rasgados en la parte de sus rodillas junto a una camisa blanca.
Me visualiza y avanza hasta llegar a mi, inmediatamente me levanto para saludarla.
—Es bueno verte pequeña—Digo y beso su mejilla, quedándome segundos más de lo debido. Al separarme, puedo contemplar que se a sonrojado completamente.
—También a ti, Jaden—Dice y toma asiento, en el lado contrario al mío.
La imito y me siento, en donde estaba segundos antes.
—¿Quieres pedir algo ya? ¿O prefieres esperar?.
—Me gustaría pedir ahora—Responde
— es que ese aroma a pastel, me está volviendo loca.
Sonrío y hago una seña al camarero, llega y toma nuestras órdenes. Hazel se decide por un trozo de pastel de chocolate y un batido de fresa, yo sólo ordeno un cupcake junto a un capuchino.
—Cuéntame pequeña, aún no me has dicho que estudias—Indago, recargando el mentón en mi puño.
—Estudio Derecho.
—Así que quieres ser abogada, al igual que tus abuelos.
—Si, desde que era pequeña me ha gustado todo lo relacionado al Bufete. Y me di cuenta que, quería ser abogada.
—Yo creí que terminarías siendo escritora—Añado, ella suelta risa negando varias veces.
—No, no. Yo amo leer, pero escribir no se me da muy bien. Aunque siempre he pensado que en un futuro, pueda abrir una librería que también funcione como biblioteca.
Menciona, el camarero llega con nuestras órdenes y Hazel no tarda mucho en probar su pastel. Suelta un gemido de satisfacción.
—Esto está delicioso—Musita y toma de su batido.
—Los pasteles de Amelia, son los mejores. Por eso el café es muy concurrido.
Explico probando de mi capuchino, para Lugo darle un bocado a mi cupcake. Escrutinio con la mirada a Hazel, a pesar de que hayan pasado cinco años, aún me sigue gustando como la primera vez.
Durante éstos años he tenido solo dos novias, y no fueron oficiales. Pero no me sentí como lo hago con ella, con Hazel es diferente.
—Podrías dejar de mirarme así.
—¿Así cómo?.
—Como si fuera tu dulce preferido.
—¿Y te molesta que lo haga?—Interrogo. Sus mejillas se han vuelto a encender.
—No, no es eso. Es solo que...me pones nerviosa— Confiesa llevándose las manos a sus mejillas.
—Sal conmigo Hazel—Suelto así, sin más. Se paraliza, abre y cierra la boca tratando de formular una respuesta.
—¿C-como?.
Titubea, me echo hacia adelante para que pueda escucharme mejor.
—Quiero que tengamos una cita pequeña—Le repito.
—¿Hablas en serio?—Inquiere dudosa.
—Muy en serio, pequeña—extiendo mi mano y pongo un mechón de cabello detrás de su oreja, sonríe ante mi acción.
—Bien, saldré contigo.
—¿Te parece bien el viernes?
—Me parece muy bien— el sonido de su teléfono nos interrumpe. Lo saca de su bolsillo y hace una mueca al ver de quién se trata— es Heather, no te molestaría que contes…
—Para nada, hazlo—la interrumpo, asiente y acto seguido atiende la llamada.
—¿Ocurrió algo Heather?—hace una pausa, escuchando lo que le dicen. La veo hacer una mueca— dime qué estás bromeando, por favor—frota su frente, con la palma abierta—okey, trata de apagarlo, enseguida estoy ahí.
Corta la llamada y me mira haciendo un mohín.
—¿Debes irte?—pregunto, aunque ya sé que es así.
—Si, Heather y Alice estaban tratando de hacer pasteles. Pero ahora el horno no quiere apagarse y está echando mucho humo, y si no llego ahora probablemente incendien la cocina.
Me río ante lo que han hecho las amigas de mi pequeña.
—No te rías, es grave— refunfuña.
—Bien, déjame y pago la cuenta para llevarte.
—No es necesario, yo traje auto—Asiento—entonces nos vemos el viernes.
—Si, luego te diré la hora.
Se levanta de su asiento y camina hasta mi, besa mi mejilla y esboza una sonrisa.
—Nos vemos el viernes, Taylor.
Pronuncia y a continuación sale corriendo, sin darme tiempo de responder. Me dispongo a pedir la cuenta, para poder irme también.
—¿Es tu novia?—Pegunta el chico que nos estuvo atendiendo.
—Aún no, pero lo será pronto.
Respondo con una sonrisa. Porque si, aún no lo es, pero muy pronto lo será.
Aqui un nuevo capítulo.
Espero les haya gustado.
El de la foto es Jaden ¿No es hermoso?
Voten y comenten√
Hasta el próximo Domingo.
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