|22|Silencio
Hazel.
El pasillo está solitario a estás horas, el ambiente se ha tornado frío y silencioso, las únicas personas que permanecemos ahí somos mi abuela y yo. No he querido despegarme ningún momento del lugar, ya han pasado dos días desde que mi abuelo ingresó al hospital. Y durante todo este tiempo no ha despertado, tampoco hemos tenido muy buenas noticias.
Mi abuela está como ausente, aunque permanezca aquí sentada, pareciera que su mente está en otro lado, le afecta el estado de mi abuelo.
Kyle y las chicas también han estado con nosotras, nos han traído algunas cosas para que podamos cambiarnos. Trataron de convencernos de ir a la mansión y descansar un rato, pero por más que intentaron, no lo lograron. Estuvieron aquí hasta hace media hora, que decidieron bajar a la cafetería.
Mi teléfono ha estado vibrando constantemente, no he querido recordarlo, pero sé que se trata de Jaden. Por alguna razón no he querido hablar con el, porque sé que al instante que lo vea, voy a explotar y le diré todo. Pero no lo quiero hacer, no sin antes hablar con Lena.
Siento que alguien se sitúa a mi lado, voltea y me encuentro con unos ojos grises mirándome fijamente.
—Ve a casa Hazel, necesitas descansar. De qué vale que mi tío este ahí dentro, luchando contra la muerte y, tu estés aquí dispuesta a enfermarte por terca.
No quise refutar, el tiene toda la razón, hace dos días que no duermo bien y tampoco he comido mucho. Pero es que la preocupación no me deja. Tengo miedo de irme y que cuando regrese, ya sea demasiado tarde.
Pero sé que si sigo así, habrá malas consecuencias.
Miro de Kyle hacia mi abuela, sé que Martha no ha sido la mejor de las personas conmigo, pero aún así no puedo evitar preocuparme por ella.
—¿Qué hay con ella?—cuestiono, Kyle miró en dirección a Martha y soltó un suspiro.
—Se niega a dejar el hospital…—susurró con la mirada perdida—, ve con las chicas que yo me encargo de ella.
Tardé varios minutos en decidir si irme o quedarme esperando, pero la realidad era que necesitaba salir de ahí, los hospitales nunca han Sido de mi agrado. No me fui sin antes prometerle que regresaría pronto y, decirle una mil veces que me llamara por si algo sucedía.
Fui en busca de las chicas y las encontré a ambas sentadas, en una de las mesas de la cafetería. Al verme las dos se levantan, caminan hasta mi y abrazarme, realmente lo necesitaba. Me alegra tenerlas ahí y contar con su apoyo.
—Lista para irnos—Heather pasa una mano por mi cabello, lo único que puedo hacer es asentir.
Las tres nos dirigimos hacia el estacionamiento, mientras íbamos caminando por los pasillos, observé a las personas que se encontraban en el. Algunas estaban contentas quizás por una gran noticia, mientras que otras estaban sufriendo. Eso era lo que causaban los hospitales, felicidad y tristeza, aunque la mayoría del tiempo, solamente era tristeza.
Llegamos hasta el auto y nos subimos en el. Todo se vuelve silencioso, no estamos del mejor ánimo, al menos Alice y yo no. Heather pone el auto en marcha, comienza a conducir y nos echa una mirada a las dos.
—¿Saben? Ezra tiene una novia—comenta, tratando de aligerar el ambiente.
Sin embargo, ninguna de las dos habla. El silencio vuelve a reinar dentro del auto, en el transcurso veo pasar las calles por la ventana, el hospital queda un poco alejado de la mansión, por lo tanto aún falta mucho trayecto.
—Los chicos quisieron venir—volteo hacia Heather—. Les dije que no era necesario que lo hicieran y, que pronto los llamarías. Me hicieron prometerles que te obligaría a leer los mensajes y que no fueras una mala amiga ignorándolos.
Un malestar se instala en mi pecho, sé qué no debí hacerlo pero hablar con ellos es automáticamente hablar con Jaden, sin embargo, ellos no merecen que los ignore. Me prometo escribirles luego de que tome una ducha, mientras que sigo mirando a Heather que habla de nuevo.
—Están preocupados por ti Hazel—añade mirando el camino—, en especial Jaden.
Escuchar su nombre hace que mi estómago de un vuelco. Me siento una tonta por estar ignorándolos, lo extraño y quiero verlo, pero tampoco quiero mentirle en la cara diciéndole que todo está bien cuando en realidad no es así.
—Luego los llamaré ¿Si?, Primero quiero descansar un poco.
Heather asiente sin mirarme, fijo mi vista en el espejo retrovisor y veo a Alice, ella tampoco ha estado bien últimamente, ya no habla casi y se que se ha sumergido en su burbuja nuevamente. Me duele por ella, Alice siempre ha sido de sentimientos frágiles, y se que le costará recuperar su confianza de nuevo.
—Corazoncito…—La llamo, ella voltea su rostro y fija su vista en mi—. Recuerda siempre que eres valiosa, no te centres en esas voces que dicen lo contrario.
Sus ojos se llena de lágrimas, que no tardan en caer por sus mejillas. No responde y se concentra nuevamente en ver por la ventana. Quiero abrazarla, pero se que eso empeoraría todo, llegando a este punto se que no le gusta que se muestren condescendiente con ella.
Comparto una mirada con Heather y en sus ojos puedo ver la tristeza, tanto a ella como a mi, nos duele ver a nuestra amiga así, de la tres Alice siempre ha sido la más vulnerable.
Pasado unos minutos, visualizo la mansión a la distancia. Heather aparca el auto y en silencio las tres nos bajamos. Cada una se dirige a su habitación, al entrar a la mía lo primero que hago es ir a tomar una ducha.
Me relajo durante un buen rato bajo el gua, salgo de ella cuando veo que mis dedos están totalmente como unas pasas. Tomo una toalla, secando me con ella, me cambio y me dispongo a tomar una siesta antes de regresar al hospital.
Pero antes decido tomar mi teléfono y escribirles a los chicos, no tengo ánimos de llamarlos. Por lo tanto, escribo un mensaje a cada uno, incluyendo a Jaden.
Dejo el teléfono a un lado y me acuesto dispuesta a dormir. Pero no han pasado ni dos minutos cuando mi teléfono comienza a sonar, mi corazón se acelera al reconocer que es el timbre que le he puesto específicamente a Jaden.
Tomo el móvil entre mis manos y mi respiración se detiene al ver su nombre ahí, ¿Le respondo?
«Claro que si, Hazel»
Acepto la llamada y pego el teléfono a mi oído.
—Jaden…
Mi voz sale en un susurro, durante unos segundos nadie dice nada. Luego escucho un gran suspiro al otro lado de la línea. Mi corazón se acelera aún más al reconocerlo.
—No sabes cuánto he esperado que me conteste las llamadas, Hazel—Es lo primero que suelta. Enseguida me siento aún más culpable, por haberlo ignorado.
—Lo siento…
—No te disculpes pequeña, sé qué estás pasando por un momento difícil, pero solo no me ignores, quiero estar ahí para ti amor, siempre voy a querer estarlo.
Escucharlo me hace sentir fatal, ¡Mierda! No debí ignorarlo durante estos días, soy una persona terrible. También quiero que tenerlo a mi lado, pero soy demasiado terca como para darme cuenta que en lugar de postergar algo, solo nos estoy haciendo daño.
—También quiero que estés a mi lado Jaden… te extraño.
—Yo igual pequeña. Se que algo te está ocurriendo y por eso me has estado ignorando—habla pausadamente y mi respiración se detiene—. Pero no hablaremos de eso ahora.
—Yo…
—Tranquila amor, ahora tienes que descansar, Heather me contó que no haz dormido bien estos días y, que ya están en la mansión.
—Si… estaba por hacer eso.
—Descansa. Mañana iré a verte, necesito poder abrazarte—musita.
—Y yo quiero que lo hagas.
—Hazel…
—¿Si?
—Te quiero, amor.
Mi corazón se estruja y muchos sentimientos se agrupan en mi pecho.
—Te quiero, Taylor.
Luego de eso la llamada se corta, recuesto mi cabeza sobre la almohada mirando las estrellas en el techo. Se siente bien poder hablar con Jaden, con el todo se siente mejor. Extrañé tanto escuchar su voz, aunque en el fondo sé, que está un poco molesto conmigo. Lo conozco perfectamente y se que es así.
Escribo un mensaje rápidamente al número, que tome prestado de la agenda de Isobel. Me sorprende ver qué no pasan ni tres minutos, cuando me llega una respuesta afirmativa.
Mañana a primera hora, veré a Lena.
[…]
Siento una suave caricia en mi mano, quiero abrir los ojos pero estoy muy cansada y aún tengo mucho sueño. Me recuerdo que debo regresar al hospital, debo encontrar a mi abuelo despierto y hablar con el, quiero decirle que a pesar de todo lo quiero.
Vuelvo a sentir otra caricia y tras eso, unos sollozos que logran despertarme del todo. La habitación está oscura, me incorporo con un poco de miedo, la mano que segundos antes me acariciaba se aleja.
Enciendo la lámpara que reposa sobre la mesa de noche, instantáneamente alumbra solo el espacio cerca de ella. Enfoco mi vista en la persona frente a mi, el miedo que sentía segundos antes incrementa al ver el estado en que se encuentra Kyle.
Tiene los ojos rojos e hinchados, su labio está partido al igual que su pómulo, un poco de sangre brota de el. La preocupación y la angustia llegan a mi, me acerco a el rápidamente con el corazón latiendo a mil.
—¿Q-que te pasó?—pregunto tomándolo de las manos, las cuales se encuentran temblando.
El no responde si no que tira de mi dándome un fuerte abrazo. Hunde su cabeza en mi cuello y, no puedo hacer más que abrazarlo de vuelta.
—Dime que te ocurrió Kyle—susurro—. Me estás preocupando.
Suelta un sollozo y se aleja de mi, mirándome a los ojos. Me resulta impresionante ver al grandioso Kyle Gallagher, en este estado tan vulnerable.
—Tuve un pequeño accidente al venir hacia aquí—explica y veo como una lágrima corre por su mejilla.
—Pero…
—Es mi culpa Hazel—susurra con la voz quebrada.
—¿De qué hablas?
—Mi tío… murió por mi culpa.
Mi respiración se detiene por milésima vez en el día, sentí que todo el color de mi rostro se fue, una gran presión se instaló en mi pecho y me invaden unas terribles ganas de llorar. Las lágrimas no tardan baje por mis mejillas.
—¿P-por qué dices que es tu culpa?
—Yo le conté todo—dice mirando a la nada, y entiendo a lo que se refiere—. Y cuando terminé de decirles, el comenzó a sentirse indispuesto.
Me duele que el piense que es su culpa.
—Eso no es cierto Kyle, mi abuelo estaba enfermo, tu mismo escuchaste al doctor.
—Mi tia piensa todo lo contrario—apunta. Aprieto mis labios en una linea recta.
—Mi abuela solo trata de buscar a un culpable que no existe.
Kyle no dice nada más y me aprieta a el de nuevo, cierro los ojos y los dos lloramos en silencio. Mi abuelo no fue la jor persona en mi vida, pero tampoco fue la peor. El simplemente estuvo ahí, no compartimos muchos momentos pero, eso no quiere decir que no lo quería.
A pesar de la circunstancias, yo lo quería… a los dos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro