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|1| Regreso a Destiny.


Hazel.

No sé porque mis abuelos insistieron en que regresara. Ya estaba a gusto en Londres «Mira el lado positivo Hazel» solo será durante el verano.

Busco con la mirada a la persona que mandaron mis abuelos por mi, me detengo en un cartel que dice "Hazel Evans", lo sostiene un hombre de complexión corpulento, alto y de cabello oscuro. Avanzo hasta detenerme frente a él.

-Hola, soy Hazel-esbozo una sonrisa de lado-. Tú debes ser Robert.

-Si, señorita Evans-me lanza una mirada fría- Sígame por favor.

Sostiene mis maletas y camina fuera del aeropuerto, lo sigo en silencio «parece un hombre serio». Al llegar al auto guarda mi equipaje en el maletero. Abre la puerta por mí para que pueda entrar. Al hacerlo el se dirige a la parte del piloto y entra poniendo en marcha el auto.

Mi teléfono brilla anunciando un nuevo mensaje

"Regresa pronto".

Lo ignoro y dirijo la mirada a la ventanilla viendo el camino rumbo a la mansión Evans.

Suelto un suspiro. La última vez que estuve aquí fue hace cinco años cuando mis abuelos decidieron mandarme a un internado en Londres.

Internado al que yo no quería ir, pero no podía desobedecer sus órdenes. Desde que mis padres murieron cuando yo tenía siete y mis abuelos obtuvieron mi tutela, me han criado bajo sus reglas. Una de ellas es no desobedecerlos y yo siempre las he seguido.

Regresar aquí es un poco extraño, aquí no conozco a nadie más que a mis abuelos, cuando me fui tenía catorce, si, pero no tenía ningún amigo. Solo él, ese niño de cautivantes ojos azules, la razón por la cual me enviaron al internado.

Adiós

Aún recuerdo la última vez que lo vi, luego de ese día no lo he vuelto a ver más. ¿Será que el me recuerda? No seas tonta Hazel, han pasado años es obvio que no te recuerda.

La puerta se abre de golpe, sobresaltada salgo de mis pensamientos y miro al hombre frente a mi.

-¿Ocurre algo?-le interrogó.

-Ya hemos llegado señorita- musita con seriedad. ¿Es acaso así siempre?.

-Oh, no me había percatado- respondo. ¿En que momento habíamos llegado? Eso me pasa por estar sumergida en mis pensamientos y no prestar atención a mi entorno.

En la puerta me espera Isobel, la mujer que siempre me ha cuidado desde que era niña y a la cual le tengo mucho afecto. La última vez que la vi fue en vacaciones de invierno, estuvo en Londres durante dos semanas visitándome. Camino hasta ella y la envuelvo en un fuerte abrazo. Anhelaba hacerlo desde hace mucho.

-¡Bel! Te he extrañado tanto-Me estrecha mas hacia ella.

-Hazel, mi niña-murmura con notable emoción-me alegra que estés aquí de nuevo-pronuncia rompiendo nuestro abrazo.

-Si, al principio no quería regresar-digo mirándola a los ojos-Pero mis abuelos insistieron y aquí estoy-hago una mueca.

-Este es tu hogar Hazel-frunce el ceño-¿Por qué no querrías regresar?

-Te lo he explicado muchas veces Bel-murmuro-Pero no hablemos de eso ahora.

-Esta bien mi niña-esboza una sonrisa triste-Mejor entremos, ven, cuéntame cómo te fue durante el viaje.

Me dice mientras entramos a la mansión. Avanzamos hasta llegar al salón principal. Todo sigue igual a como lo recuerdo. Los grandes sillones de cuero negro, el librero en una esquina, los retratos familiares, los adornos. Y ese cuadro en especial, un retrato donde estoy con mis padres y mis abuelos. Está colocado perfectamente arriba de la chimenea. Aún recuerdo ese día, el último en el que vi a mis padres... con vida.

-Veo que nada ha cambiado-murmuro con nostalgia.

-No. Sabes que tu abuela ama esta... -El sonido de la alarma en su reloj la interrumpe-Tengo que sacar el pastel del horno. Espera aquí, si.

Sale casi corriendo para llegar a la cocina. Hay mucho silencio en esta mansión. Pero es interrumpido por el sonido del teléfono fijo. Avanzo hasta el para atender la llamada.

-Buenas, mansión Evans-contesto como muchas veces he visto a Isobel hacerlo.

-Buenas tardes señorita, podría comunicarme con la señora Martha Evans.

Cuando he llegado no la he visto. Y sumando que la casa está en silencio, supongo que no se encuentran. Como siempre. Ellos nunca estan.

-En estos momentos la familia Evans no se encuentran. Pero si gusta puede dejarles un mensaje.

-Claro, dígale que el decano Brown necesita hablar con ella.

¿Decano Brown? ¿Por qué el querría hablar con ellos? «tal vez deje algún documento importante». No lo creo, yo me encargue de todo mi papeleo. Excepto de uno.

-Bien, le comunicaré su mensaje... Disculpe, ¿con quién hablo?

-Con la asistente del decano. Y gracias por atenderme, que tenga buena tarde.

-Usted igual.

Corta la llamada. Me pregunto sobre qué querrá hablar el decano con mis abuelos.

Suelto un suspiro de cansancio mirando fijamente el cuadro.

Espero que haber regresado a Destiny, haya sido una buena idea.

Nota de Autora: Sigue leyendo; Doble actualización.

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