La anciana despertó del sueño con una sonrisa en el rostro.

--Joven Choi --Se volteó hacia el pelinegro quien estaba sentado en la alfombra. Había decidido ir al barrocal una semana después --. Ha habido un cambio significativo. --Le sonrió

--¿Lo hubo? --Se paró de la alfombra exaltado por la noticia.

--Han sido dos meses ya. En la línea original aquel distanciamiento no existe.

--¿Puede decirme por favor que vio? --preguntó como un niño emocionado.

Después que la anciana le relatara los fragmentos incompletos que pudo observar en el sueño, una sonrisa enorme se emplazó en su rostro junto a unas cuantas lágrimas que lucían como cristales en sus ojos.

--¿Va a seguir enviando notas? --preguntó ella.

--Ya no es necesario. Solo debemos esperar a que pase ESE día en la línea de tiempo ¿verdad? --Ella asintió --. ¿Después de eso despertaré en otra realidad, ¿verdad? --Ella volvió a asentir

--Eso en el caso de que no se vuelva a la línea original. ¿De verdad no va a seguir enviando las notas?

--Por más que no haya contacto, sé que sigue pensando en él. Lo sé --Miró al suelo pensando en las posibilidades --. Si sigo enviando notas le dificultaré el proceso de olvido. Fallamos al inicio, pero ahora está bien y debe quedarse así. --El pelinegro sonrió ladino --De todas formas, ya es imposible volver a la línea de tiempo original. Han cambiado demasiados sucesos ya.

--Siga viniendo una vez a la semana, por favor. No podemos estar seguros hasta que sea la noche de ese día.

El pelinegro asintió confiado de que esta vez, su vida sería diferente.

O eso pensaba hasta aquel día en la biblioteca.