(Benedict)

Estaba manejando tranquilamente, llegaba de estudiar unos libretos. La ciudad se veía tranquila, tan pacifica, era tarde ya la noche estaba sobre mí. Acostumbrado al barullo ver la ciudad de esa forma me traía un poco de paz, la que no tenía dentro de mi hacía varios meses.

La vida es muy corta para vivir permanentemente frustrados había leído en un libro que el mismo Lucas me había regalado. Pensándolo bien si deseaba ser feliz debía ser capaz de tomar decisiones. Decidir, esa palabra la tenía marcada en mi alma implicó en mi vida tener que renunciar muchas veces a situaciones o personas a las que dejaría atrás, un ejercicio que tuve que hacer de forma consciente y madura asumiendo las consecuencias. La vida es un eterno dejar ir, porque solo con las manos vacías serás capaz de recibir. Maldita frase del maldito libro que me regaló. Me acuerdo esa semana la mima noche que la vi irse con Hiddleston, esa mirada cargada de angustia, tristeza, inseguridad. La había perdido para siempre. Recuerdo haber bebido hasta mas no poder Lucas, Nicholas y David conteniéndome y llevándome al hospital. Nuevas recaídas por semanas sin sanar. Es que en realidad nunca sanaría.

Habían pasado meses, mi relación con Lily había terminado, pero la acompañaba en todo momento, no le faltaba absolutamente nada, la acompañaba donde fuese. Le había alquilado un apartamento cerca del mío en Liverpool. Estábamos en constante comunicación. Pero tanto ella como yo sabíamos que el amor que teníamos era en direcciones opuestas. Dolió por momentos, pero ella fue la que había acompañado esta decisión. Sabía perfectamente que amaba a Kate con mi alma y me había visto destrozado por ella. De la peor forma. La ultima conversación sobre nosotros me había dicho que se había enamorado pero que no podía seguir en la misma situación si amaba a otra persona, y que ella siempre supo que jamás se igualaría a Kate. Le había rogado que se quede conmigo, pero me había dicho que era un egoísta y así era. Estaba tan vulnerable. Le pedí tiempo para sanar para estar mejor y poder cuidarlos. Ella me había entendido y ahora estábamos en un inpaz.

Llegué al estacionamiento, le dejé mis llaves a Simón el portero que cuidaba nuestro edificio. Y subí, Lucas me esperaba con una pizza y unas cervezas. Encima de la mesada se encontraban unos sobres abiertos. Tiré mi chaqueta en el sofá y dejé mi móvil en la mesada.

- ¿Amigo cómo has estado? - pregunté al castaño.

- Hermano mira cómo te espero – levantó sus manos señalando lo que había en la mesa.

- Así es como se espera a un cumberbacht.- ambos reímos. Observé una tarjeta dorada en las manos de Lucas.

- ¿Qué tienes en tus manos? - pregunté curioso.

- La invitación de Nicholas.

- ¿ya las ha mandado? - dije sorprendido.

- Iremos una semana a Escocia.

- ¿no me hablas en serio?

- No mentiría ni loco Ben. ¿sabes la cantidad de mujeres que habrá?

- Dame eso – le saqué la tarjeta de sus manos. Comencé a leer con atención. La boda se celebraría en Escocia y estaríamos todos los invitados hospedados en diferentes lugares, pero cercanos a la estancia.

- No puede ser. - dije

- Claro que si- gritó- y beberé y saldré con chicas- destapo una cerveza y comenzó a beber. - enseguida mi semblante cambió. Lucas se dio cuenta de mi cambio radical de actitud.

- Ben ¿Qué sucede?

- ¿Crees que ira? – pregunté sin mirarlo.

- ¿Quién? – hizo una pausa- claro ... Kate.

- Ella es amiga de Stacy. Por lo que tengo entendido.

- ¿y cuál es el problema?

- No quiero que nuestro encuentro arruine las celebraciones de Nicholas. Él no lo merece.

- Sabes que no pasará, escucha ella debe estar dolida no creo que debas acercarte si es que irá.

- y cómo quieres que haga?

- Capas que va acompañada – esas palabras hicieron que mi corazón se estruje.

- No- hice una pausa- no lo había pensado.

- Creo que no deberías pensar Benedict. Déjalo

- Tienes razón- ahora no pensaría, luego hablaría con mi mente como hago todas las noches antes de descansar.

Luego de cenar, Lucas se había ido a duchar y yo aproveché para tomar una cerveza un poco más tranquilo. Llamé a Lily para asegurarme que todo estaba en orden, habíamos conversado amenamente, a veces la extrañaba no solo a ella sino las conversaciones que teníamos. Como me cuidaba, me pregunté durante muchas noches si estaba haciendo bien, aunque debía sanar porque ahora mi hijo estaba en camino y quedaba poco tiempo. Corté la llamada cuando vi que Lucas se acercaba.

- Tendré que organizarme antes de irnos a Escocia. – dije rápidamente.

- Lo que quieras, solo dime que hacer y hablaré con David.

- ¿el vendrá también?

- Claro

- Mañana mismo organizaremos la agenda, necesito que alguien esté cerca de Lily por si me necesita.

- Claro a quien quieres que llame. ¿tu madre, Tracy, no se dime?

- ¿quieres que llame a mi hermana? - ¿estás loco?

- Puede venir y con gusto la atenderé...

- No te pases – dije ofuscado.

- Lo siento, lo siento. – levantó sus manos.

- Mi hermana es una buena opción. Hablaré mañana con ella. – dije bebiendo una cerveza.

- Me iré a dormir

- Yo me quedaré un rato.

- Lo se hablaras con tu mente – dijo entrando por el pasillo.

Cuando mi mente y mi corazón conectaron pensaba que algunas personas simplemente no sirven para estar juntas. ¿pero por qué nos sucedía esto a Kate y a mí? ¿por qué nosotros?

Hay cosas o situaciones que suceden inesperadamente que hacen que sea imposible estar con la persona a la que amas. No todas las personas saben comprometerse, incluso hay algunas que no son capaces de hacerlo. A veces simplemente no funciona, independientemente de lo que nuestras emociones nos digan. Sin embargo, hay casos en los que comprometerse no es suficiente. No lo fue para mí y dudaba si Kate podría perdonarme. No sabía si quería averiguarlo en la boda de Nicholas. No estaba seguro. ¿pero si no podía contenerme? ¿y si iba acompañada?

El amor es una emoción sumamente intensa, y de vez en cuando nos lleva a tomar malas decisiones que pueden ser dañinas para los que amamos. Pueden ser mentiras, cosas que hayamos dicho o que hayamos hecho. Cuando se trata del amor, nuestro pasado nos persigue.

Pasamos de una relación a otra arrastrando todo lo que acumulamos en nuestras relaciones anteriores. Y eso me había pasado con Lily. Tenía una mujer hermosa enfrente y no supe valorarla. Solo la lastimé. Pero no quería eso nuevamente. Quería cambiar, quería ser una mejor persona y ser un buen padre. Como lo fue el mío conmigo. Donde habían quedado esos valores que tanto me habían enseñado. Maldito sea. Mi padre no estaría orgulloso de mi en estos momentos. Destruir una familia por un amor que jamás podrá ser. Me tranquilicé un poco cuando vi un mensaje de Lily que decía buenas noches estamos bien. Con esos pensamientos tortuosos decidí irme a la cama. Mañana sería un día largo y tenía que sobrevivir.

TRES SEMANAS DESPUÉS

Tres semanas habían pasado, durante los días había estado ocupado arreglando todo para viajar a Escocia, David había retrasado varios proyectos y nos habíamos tomado los días necesarios para la organización de todo. Lucas se había encargado de los trajes, su primo Bastián un gran productor y amigo de Nicholas se instalaría con nosotros, era un chico un poco más joven que nosotros, soltero y con muchas ganas de conocer gente. Los días que había llegado había dormido en el apartamento. Habíamos frecuentado por varias noches algunos bares a los que solíamos ir y veíamos su espíritu jovial y agradable en cada salida.

Esa mañana había almorzado con Lily, ambos fuimos sinceros nuevamente y planificamos como seguiríamos luego de mi viaje. A pesar de no faltarle nada, sentía que estaba sola y triste. No sé porque la sensación que tenía era de angustia. No podía verla de esa forma, ella sin duda era buena actriz aparentaba que todo estaba muy bien cuando no lo era así.

- Mañana por la noche partiré ¿tienes todo lo necesario para estas semanas que no estaré?

- Claro que si quédate tranquilo Ben. – dijo tratando de sonreír. – además tu hermana me hará compañía, es muy buena ¿sabes? Tener que soportarme...

- Lily no digas eso- hice una pausa- ella te quiere.

- ¿y tú? – esa pregunta me había sacado mis pensamientos. Siempre que podía ella lo hacía. Entendía que estaba más susceptible que antes, pero sabía bien la respuesta.

- Sabes que te quiero – dije mirándola a los ojos, ella no sacó la vista de los míos.

- ¿te necesito lo sabes? - arremetió nuevamente.me puse un poco incómodo. Estas preguntas eran frecuentes en nuestras charlas.

- Claro que lo sé. – ella siguió comiendo su pollo tranquilamente. Luego de unos minutos de silencio donde ella aprovechó para comer tranquila decidí hablar.

- Si necesitas llamarme hazlo- dije

- Claro, igualmente tu viaje es importante quédate tranquilo que no te molestaré.

- Jamás lo harías Lily, no me digas eso. ¿Puedo preguntarte cómo estás? No lo he hecho y quería saberlo. – dije probando bocado.

- Bien supongo. No lo sé. Sinceramente. Estoy tratando de transitar mi vida tranquilamente pero no sé si lo estoy haciendo bien.

- Claro que si – la tomé de la mano, ella dio un respingo. – claro que lo haces bien, así está de sano nuestro bebé. Ella sonrió. Y sus ojos se aguaron. Sabía lo que venía.

- Ben por favor es difícil para mí esto.

- Para mí también Lily. – retiré mi mano.

- Prefiero seguir con esto sola y tranquila y no estar esperando por algo que no llegará. Sabes a lo que me refiero.

- Claro que lo sé. Te pedí tiempo. Aunque no quisiste dármelo te lo rogué. - ella asintió.

- Cuando vuelva del viaje hablaremos.

- ¿es necesario?

- Claro que lo es.

Terminamos de almorzar y la llevé al apartamento donde vivía. Me despedí de ella y por la noche volvería a ir con mi hermana Tracy. Estaba de vacaciones y quiso venir unos días a Liverpool a despejarse y estar con Lily. Ellas tenían buena dialogo y quería estar cerca de su futuro sobrino.