Cap 9 ... Afortunado encuentro
(Kate)
A la mañana siguiente me levanté renovada, creo que la conversación con Thomas me había aclarado las ideas. Me había duchado y me vestí con ropa suelta. Esa una mañana agradable y había una linda brisa. Bajé hacia el salón donde solían desayunar los demás invitados. Me sorprendí de la escasa de gente que se encontraba en el lugar.
- ¿nos hemos levantado muy temprano? – dije sentándome frente a Alice.
- Al parecer – comió su tostada.
- Dame eso- tomé la tostada de su mano y mordiéndola.
- ¡¡¡Oye!!! - se quejó
- Le falta más manteca – dije devolviéndosela. ¿y Cleo?
- Esta buscando mas café. Creo que tiene dolor de cabeza. ¿has dormido bien?
- Si muy- dije levantando mi hombro,
- Creo que te escuché hablar luego de que te fuiste a tu habitación.
- Con Thomas. – dije
- ¿todo bien?
- Sí, me ha ayudado un poco con mis inseguridades.
- Me alegro. Sabes que quiero mucho a Thomas y se lo que él te quiere.
- Lo sé
Cleo se acercó con dos cafés.
- ¿Estás bien?
- De lo mejor, mezclar pastillas con café es un coctel esplendido para poder pasar la mañana en el ensayo.
- ¿ensayo? - dije confusa.
- Las noticias no te han llegado o no le has prestado atención a los instructivos- señaló levantando uno.
- ¿estamos en la boda de la reina de Inglaterra? – dije
- Deja de bromear. A media mañana debemos ir al salón de los espejos. Según el mapa está a 34 habitaciones de aquí.
- Maldición- dije ¿y qué haremos ahí?
- Tendremos que encontrarnos con nuestros acompañantes.
- ¿Qué dices? - casi escupo el café que tenía en mi boca.
- Tendremos que simular la entrada y una wedding planer nos dirá con quién entraremos.
- Maldita Stacy- dije sin medir mis palabras.
- Kate por favor, dijimos que haremos lo posible para que todo salga bien.
- Lo sé. Lo siento. Es que eso significa que debo encontrarme con...
- Benedict, sí. Pero te apoyaremos en lo que suceda.
- ¿Qué dices?
- Lo que has escuchado- dijo comiendo su tostada
- Bueno veremos que sucede, por lo pronto debemos ir a cambiarnos para pasar por esas 34 habitaciones.
- Mejor vámonos. - las tres nos levantamos.
Nos tomamos el tiempo para llegar al salón de los espejos. Los corredores del castillo eran bastante largos y muy interesantes. Cada uno de ellos tenía una arquitectura totalmente diferente e innovadora a pesar de ser un lugar antiguo. Cuando nos adentramos en el salón, varias personas dejaron de conversar para observarnos. Stacy salió de un grupo y vino corriendo abrazándonos a las tres por igual.
- Gracias por venir.
- No nos hemos perdido – dijo Alice bromeando.
- Me alegro, este castillo es enorme. - dijo sonriente.
- Pasen por favor que Carolina nos está esperando.
- ¿Quién es Carolina?
- La organizadora.
Comenzamos a caminar hacia el centro del salón, era un lugar impecable, tan pulcro. En el centro había tres arañas que brillaban con muchos diamantes plateados. Unas hermosas telas de seda salían de ellas y atravesaban todo el salón hasta llegar a las esquinas del mismo. Estaba tan enfrascada en admirar el salón que no me di cuenta del grupo de hombres que se encontraba a nuestro lado.
- Bienvenidos a todos, soy Carolina. Estoy encargada de la organización de la boda. Como ya saben ustedes son los invitados más importantes, obviamente después de los familiares de los novios. – el salón comenzó a llenarse de risas.
- Fueron designados por los Nicholas y Stacy. – señalo a los novios. – para acompañarlos como cortejo nupcial.
- Es muy formal esto – dijo Alice en mi oído.
- Shhh prestemos atención- dije empujándola.
Ella comenzó a reír. Cleo la observó seria. La organizadora siguió hablando dando instrucciones, pero era tan aburrida que dejé de escucharla. Los nervios comenzaron a invadir mi cuerpo. Todavía no había visto a Benedict en el salón. Haber cruzado miradas ayer había detonado varias sensaciones encontradas en mi interior.
- Bueno se pondrán en pareja. Y comenzaremos con el ensayo. – todo el salón comenzó a organizarse y varias chicas y chicos comenzaron a buscar su pareja.
- ¿estas segura de esto? - me dijo Cleo antes de buscar pareja. ¿si quieres lo busco para ...?
- Estoy segura amiga, ahora busca un chico lindo para ti. – Cleo asintió y miró a Alice para que entienda el mensaje. Inmediatamente desaparecieron de mi vista.
Luego de unos minutos, todas las personas que se encontraban en el salón estaban acompañadas, incluyendo a Alice y Cleo. Comencé a sentir las miradas. Me había quedado sola. La sensación era frustrante. Ningún joven se me había acercado para ser mi acompañante. Mis ojos comenzaron aguarse. Pero traté de mantener la compostura. De pronto el silencio fue roto gracias a la puerta principal.
- Disculpen. Siento haber llegado tarde. – de golpe todas las miradas dejaron de observarme. Benedict estaba entrando por la puerta. Se acercó a Stacy y Nicholas. Les dio un beso en la mejilla y habló con el castaño. Esté le dio una palmada en el hombro y sonrió. Carolina se acercó a ellos, se presentó y lo único que pude escuchar hizo que mi cuerpo se tensara.
- Tienes que buscar una pareja para la boda y justamente ella ha quedado sola. ¿puedes hacer acompañarla? – Benedict dejó de observar a Carolina para voltear su cabeza y dirigirme la mirada. Abrió sus ojos como platos, sonrió le agradeció a la organizadora y emprendió su camino hacia donde me encontraba. Todas las miradas volvieron hacia mi cuerpo. Benedict se colocó en mi costado izquierdo. Muy tranquilo. Fue tan rara la sensación que comencé a enojarme. Luego de explicaciones sin sentido de Carolina, Benedict giró su cabeza y comenzó a mirarme, luego de unos minutos donde estaba muriéndome por dentro habló.
- Hola – me dijo seco.
- Hola – dije con un hilo de voz.
- ¿Cómo has estado?
- Bien - tenía miedo de ver sus ojos.
- Me alegro que así sea. – ¿me alegro que así sea? Que mierda estaba diciéndome. Sentía su aroma a menta en mis fosas nasales. Sentimientos y recuerdos comenzaron aflorar. Comencé a sudar por los nervios. Me atreví hablar.
- ¿tú? – el pareció confuso ante mi pregunta por lo que decidí no hablar más.
- Bien gracias por preguntar.
- De nada me alegro por ti.- ¿Qué había dicho? Luego de unos minutos de silencio y sentir solo la voz de Calorina. Volvió hablar.
- Debes tomar mi brazo.
- ¿Qué dices? - lo miré, él estaba observándome con sus ojos celestes agua, sonreía. Conociéndolo, estaba disfrutando el momento de incomodidad en el que me encontraba.
- Debes tomar mi brazo. – inmediatamente tomé su brazo y me aferré a él. Vi como sonreía. Yo estaba ofuscada. Y resoplé.
- Siento que tengas que hacer esto conmigo. – dijo de pronto. Me quedé callada. No sabía que contestar.
Comenzamos a caminar detrás de varias parejas, Alice me observó y yo fruncí el ceño. Ella guiñó su ojo. Había hecho pareja con David y Cleo con Steven. Luego de hacer varios ensayos. Y tener un terrible dolor de cabeza por la tensión del momento, me excusé y me retiré. Sabiendo que el ensayo seguía un buen rato más. Stacy lo entendió y le pidió a Alice y Cleo que me dejasen sola.
Caminé por dos corredores que había pasado anteriormente, luego observé a los lejos otro jardín diferente al que habíamos pasado. Me desvié y mis pasos me guiaron hacia allí.
Me quedé parada observando una hermosa fuente con flores de loto. A su alrededor había un hermoso banco blanco. Me acerqué a una de las flores y la toqué. De golpe vi mi reflejo. Estaba un poco sudada. Y mi maquillaje tapaba mis ojeras. De golpe sentí una presencia. Me erguí rápidamente. Y tragué en seco.
- Es hermoso ¿no crees? – la voz de Benedict retumbó por todo el jardín.
- Si – dije sin voltear.
- ¿estás bien? – sus pasos se sintieron más cerca.
- Supongo- dije
- Kate ... - hizo una pausa, de pronto me acordé de cómo había sido la última vez que nos habíamos visto. Como había terminado todo. Las palabras, el dolor, el llanto. El enojó invadió mi cuerpo y terminó con mi paz.
- ¿Qué es lo que quieres? - me di vuelta, Benedict me observó serio. Su semblante había cambiado a como se encontraba en el ensayo.
- Necesitaba saber que estabas bien, te has ido tan rápidamente que ...
- Lo estoy, gracias por preguntar, ahora debo irme. – pasé por su lado y la fragancia a menta volvió a invadir mis fosas nasales.
- Kate – me quedé estática en mi lugar junto a él, pero en sentido contrario. – no he podido sacarte ...
- No lo digas. - amenacé
- De mi mente. – finalizó. – no puedo y no quiero.
Sus palabras hacían eco en mis oídos. Mi cuerpo no tenía reacción alguna y mi corazón latía rápidamente. Maldito tiempo, maldita boda repetía mi mente. Me sentía tan vulnerable a él.
- Benedict por favor. - logré decir.
- Vine a recuperarte. – finalizó.
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