(Benedict)

El resto de la noche paso muy lentamente, aunque seguimos conversando y bebiendo mi mente se situaba en otro lado, mi corazón seguía acelerado, quería irme de ahí y corroborar que Kate estaba en el mismo lugar que yo, pero la mirada de Lucas me inhibía. Me sentía agobiado.

Fuimos interrumpidos por los sonidos de unas copas. Los homenajeados se subieron a unas escaleras llenas de flores, para que podamos verlos. Todos los invitados comenzaron aplaudir y ellos levantaron sus copas. Dijeron unas palabras que no les presté atención solo me dediqué a beber champagne. De un momento a otro fuimos el centro de atención ya que todos los presentes dedicaron sus miradas hacia nuestro grupo y comenzaron aplaudir y algunas chicas a gritar.

- ¿Qué es lo que sucede? – pregunté rápidamente.

- Acaban de anunciar que somos invitados especiales por el novio- levantó la copa David en agradecimiento.

- Y fuimos elegidos como acompañantes de las damas de honor. –dijo Steven

- ¿Qué diablos? – interrumpí.

- Es una maldita estupidez- dijo David – pero ya estamos en el baile.

- Quiero conocer a esas damas ya – volvió hablar el rubio. Me acerqué a Lucas.

- Me hablas de verdad – le espeté

- ¿Es que no estas escuchando? – hizo una pausa- claro que no – se respondió solo- si estas en otro mundo desde hace un buen rato.

- Discúlpame, pero no me interesa esto de ... ser acompañante. – dije con asco.

- No hay opción.

- Cállate que anunciaran a las chicas que acompañaremos – dijo nuevamente el rubio - estoy ansioso.

- Maldita sea- dije enojado.

Traté de prestar atención a lo que los homenajeados decían, de pronto mi mente comenzó a divagar y pensar muchas estupideces, no sé si era el efecto alcohol, pero me dejé llevar hasta que escuché la voz particular de Stacy.

Comenzaron aplaudir y chocar copas. Me sentía tan agobiado que desajusté un poco mi corbatín. De pronto dirigí mis ojos hacia donde todos miraban y aplaudían y ahí mi corazón volvió a detenerse. Volví a verla. Kate estaba entre ese pequeño grupo de jovencitas que llamaban la atención. Me quedé sin aire, el calor comenzó hacerse presente en mi cuerpo. De golpe todo el mundo se dio cuenta de la situación. Y volvió a mirar hacia donde nos encontrábamos. Steven se acercó a mí.

- Creo que están mirándote.

- ¿En serio lo dices? – de pronto mis ojos buscaron los de Kate y enseguida conectaron.

Cuando te gusta una persona tu corazón se acelera, tus sentidos se potencian, te ríes y lloras sin ninguna razón aparente, tienes ganas de hacer locuras, de besar, de hacer el amor. Pero cuando las amás es otra cosa, es algo más, es la profundidad de un sentimiento, de querer compartir lo bueno y lo malo. Y eso sentí, nuestras miradas seguían conectadas. Fueron los segundos más largos de la noche. Inmediatamente Kate se dio cuenta de la situación y corrió su mirada y su cuerpo. Mis ojos dejaron de verla y mi desesperación comenzó. Nicholas enseguida llamó la atención de todos y la música comenzó a sonar. La gente volvió a lo suyo y yo sentía la necesidad de salir de ahí.

- ¿Dónde vas?

- Necesito irme de aquí por un rato.

- ¿sabes que no te creo no? - dijo Lucas.

- Pues sabes que no me importa- él comenzó a reír.

Comencé a caminar entre le gente, poco me importaba si se daban cuenta de mi actitud o no. Quería salir del maldito jardín. En realidad, quería buscarla, necesitaba escucharla, necesitaba verla, necesitaba saber si me odiaba, me aborrecía, o me seguía amando. Necesitaba saber si había algún sentimiento hacia mi persona.

Llegué a una de las galerías, estaba muy iluminada, caminé sin rumbo alguno hasta que llegué a otro jardín, pero esta vez estaba oscuro, solo la luz de la luna iluminaba un pequeño banco blanco junto a una fuente llena de flores de loto. Jamás imagine ver tal hermosura. Me acerqué a ella y me senté junto al banco blanco. Escuché el sonido del agua, busqué un cigarro y comencé a sentir el aire en mil pulmones. Solo era el sonido del agua y yo. Los minutos pasaron, los segundos se hicieron eternos. Tiré el cigarro en el suelo, ensuciando el hermoso paisaje en el que me encontraba. Me di vuelta y comencé a caminar. En el pasillo vi una sombra, era la silueta de una mujer que parecía exhausta, uno de sus brazos de apoyaba en la pared y su cabeza estaba recargada en la misma. Me alarmé seguramente necesitaba ayuda. Comencé a caminar rápidamente, cuando estaba a escasos metros de ella me di cuenta de quien se trataba. Mi cuerpo me alertó y me detuve instantáneamente.

Era ella. Kate estaba recargada en la pared, parecía angustiada. Tenía un sobre en su mano derecha y en la izquierda una copa de vino que dejaba caer en el suelo. Su pecho bajaba y subía. No se había percatado de mi presencia, pero inevitablemente tenía que pasar por donde estaba. Mi mente y mi corazón tenían una lucha interna que devoraba mis ideas. No sabía si hacerme notar o esperar y pasar desapercibido hasta que ella se fuera de aquel pasillo.

Maldita sea el momento, maldita sea la boda, maldita sea el día en que tire nuestra relación a la mierda, maldito sea yo por ser tan cabrón y tan estúpido. Y como la amaba maldita sea. No podía verla vulnerable, no sabía que estaba ocurriendo, capas que fue mi presencia y el darse cuenta que tendríamos que convivir unas semanas debido a este acontecimiento. O capas que no era yo el dueño de su angustia, era otra persona a que ella hora amaba. Como me carcomía la cabeza, necesitaba respuestas. Recuerdo la conversación con Lucas de que trate de no arruinar todo porque sabía cómo actuaria desde el primer momento que pisamos este enorme y tétrico castillo.

Mis impulsos llegaron y mi cuerpo reaccionó, comencé a caminar hacia donde estaba. No sabía si era el sonido del llanto o mi mente me hacia una mala jugada, poco me importó yo solo avancé. Me acerqué lo suficiente y llegué hasta ella, ni idea tenía que yo estaba a su lado. Pronto ella subió la cabeza y siguió mirando la pared en la que estaba apoyada, se limpió algunas lágrimas, se acomodó su hermoso vestido azul, dio un sorbo al poco vino que tenía dentro de la copa. Y comenzó andar en sentido contrario al que me encontraba.

Maldita sea no podía ser, ¿Qué estaba sucediendo? Ignoró completamente mi presencia. ¿O que acaso no se había dado cuenta que estaba a su lado? ¿Qué carajos sucedía? Miré hacia ambos lados y lo comprendí todo. Estaba tan oscuro el corredor que no se había dado cuenta que estuve a su lado. Que respiré el mismo oxígeno que ella respiraba. Maldito cobarde ¿Qué iba a decirle? Ahora me encontraba estancado en la nada mientras la figura de ella se perdía por el pasillo. ¿debía quedarme así, sin hacer nada? De pronto una mano detuvo mi andar.

- Déjala- miré a mi costado. Lucas se encontraba allí. Atrás de él, estaba Alice, con un semblante muy serio. Miré ofuscado a mi amigo. Él solo me observó y dejó su lugar a la castaña.

- Necesito que hablemos Cumberbacht.

- ¿pero qué carajos?

- Creo que necesitas escucharla hermano. – dijo mi amigo.

- ¿Qué está sucediendo?

- Tu sucedes- dijo Alice. – ya las has visto. Estaba segura que esto ocurriría. Sabía que esta boda volvería a dañarla.

- Alice tú no sabes nada

- Se lo suficiente para que conversemos. Quiero saber que pretendes. Quiero saber tu juego.

- No tengo ningún juego. ¿me tomas de estúpido?

- Amigo tranquilízate

- Y tú qué haces del lado de ella. ¿es que acaso...?

- La única persona que me interesas eres tu ben – dijo Lucas. – y si tengo que hacer esto para que estés bien lo haré.

- ¿Siempre se trata de ella no? ¿es que no se dan cuenta como me siento? ¿No tienen la más puta idea de cómo tengo el corazón en este momento? Las cosas que quiero decirle? Para que vea que sigo amándola. Que nada ni nadie va a cambiar eso.

- No digas cosas...

- De las que me arrepentiré- dije cortándola- Kate es mi vida y haré todo por recuperarla. Salvo que ella ya no lo quiera.... Pero no tengo que hablarlo con ustedes.

- Claro que si – grito la castaña. – sabes que si Benedict. Como ya sabes yo fui al artífice de que todo esto comience.

- Y te lo agradezco, y agradezco tu apoyo hermano- miré a Lucas- pero esto debo resolverlo solo. Como sea y será lo que tenga que ser. Les pido favor déjenme solo. Necesito pensar para poder volver a la reunión y no hacer el ridículo.

Sin darles tiempo a contestar Salí disparado hacia el jardín lleno de luces donde se celebraba la cena de Nicholas y Stacy.