Cap 19 ... Emociones
(Benedict)
Había vuelto a ser yo. Había sido por una noche un hombre completo. Seguía enamorado de Kate. Sus besos y caricias me habían vuelto a la vida. No quería recordar en la situación que me encontraba. Nos habíamos vuelto a encontrar. Nuestra relación era una montaña rusa de situaciones encontradas y desencuentros. Ambos lo sabíamos.
Antes de que amanezca cada uno se fue a su habitación había sido una despedida larga, ninguno quería dejar la boca del otro. La angustia comenzó a surgir en mi cuerpo cuando vi su puerta cerrarse. No sabía que pasaría luego. Estaba exhausto y asustado a la vez.
Recordé por momentos cuando llegué a mi cama que su cuerpo fue tocado por Edd. Todavía no entendía que hacia él ahí. Los nervios y la incertidumbre me carcomían. Maldita sea. Traté de cerrar mis ojos y no pensar, pero mis pensamientos me atormentaban. Me senté nuevamente y prendí un cigarro, me asomé al balcón. Respiré el aire fresco que chocaba con mis mejillas, aspiré el humo y dejé que entré en mi ser. ¿Realmente había posibilidad de recuperar a Kate con un hijo en camino? Estaba dispuesto a hacer todo para lograrlo.
Lucas había pasado por mi para desayunar, el grandioso día de Nicholas había llegado. El día de su boda, luego de tantos ensayos e idas y venidas por fin se concretaría. La ceremonia comenzaba por la tarde casi entrando la noche. Ese día sería único, volvería a tener en mis brazos a Kate y estaría con ella toda la noche con tal de sentirla.
Le había contado a mi amigo todo lo sucedido la noche anterior, mientras comía su cupcake de naranja movía su cabeza en señal de que estaba escuchándome. Me había percatado de contarle cada detalle hasta que sonó mi móvil. Ambos fruncimos el ceño, cuando observé quien podría interrumpir mi relato me asusté.
- Tracy ... - dije confundido.
(Edd)
Había llegado a mi dormitorio ofuscado, enojado aventé lo primero que encontré en esa habitación. Maldito cumberbacht. Si tuve en su momento un poco de empatía con él, la había perdido. El sentimiento de odio que corría por mi cuerpo de solo pensar que siempre se salía con la suya.
Los últimos días que leí su diario me preguntaba ¿Qué le había visto? Que tenia él que enloquecía a Lidsen, porque había tomado la decisión de hacer lo que hizo y dejar expresado todo en ese maldito diario. Leerlo me generaba más odio hacia él y en su momento hacia ella. Prendí un cigarrillo y me apoye en el enorme ventanal de la habitación, lágrimas de impotencia corrían por mi rostro. Sabia porque lo hacía, sabia perfectamente porque estaba llorando, solo. Estaba en una situación que no esperaba, estaba enamorándome.
Cerré mi mano con fuerza y golpee el frio mármol del balcón. El dolor invadió mi cuerpo pero necesitaba sentir otra cosa que no sea amor en ese momento. Había leído que El odio era una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás, pero ¿a quién quería perjudicar?. El perjudicado había sido yo, Maldición.
- Perdóname Lidsen, por favor – dije en voz alta. Apoyé mis manos adoloridas en el mármol nuevamente y lloré. – juro que algo haré, voy a vengarte hermana.
Las pocas horas que tenia la noche había podido conciliar el sueño. Me había acostado en cama sin ropa luego de darme un baño y tratar de calmar el dolor de mi mano izquierda. Mi cabeza estallaba de dolor.
Esa mañana me levanté para desayunar pero antes me habían asistido, mi mano no estaba fracturada pero estaba muy golpeada. Evadí preguntas sobre que me había pasado y todo había vuelto a la normalidad. Me senté con varios de los amigos de Nicholas incluso algunos eran amigos míos también. Había visto de lejos a Cumberbach con Lucas. Los observé por un rato hasta que vi algo que me había llamado la atención. Benedict se había levantado de su lugar al parecer había recibido un llamado y salió rápidamente del lugar con cara de pocos amigos. Su amigo no lo había seguido. Desvié mi mirada hacia la puerta y vi a Kate entrando con sus amigas, muy radiante. Fruncí el ceño. Inmediatamente ella me observó, levantó su mano y me saludó. Hice lo mismo. Su mirada se posó en la mesa donde estaba lucas, levantó sus hombros y emprendió su camino hacia una mesa contigua a la mía.
Luego de charlar y desayunar, me levanté con la intención de hacer algo diferente para poder despejar mi puta mente de pensamientos idiotas que me invadían por completo. Comencé a caminar por los pasillos, llegué a una pradera observé el paisaje y me tomé la libertad de sentarme dejado de un árbol frondoso y prender un cigarro.
- ¿Qué pretendes? – abrí mis ojos como platos. Observé la figura que se encontraba parada junto al árbol.
- ¿Qué es lo que te sucede?
- Deja de evadir preguntas, sabes de que hablo.
- ¿Te has tomado el trabajo de seguir mis pasos?
- Responde
- Lucas- hice una pausa- ¿Qué diablos quieres?
- Que me expliques que haces aquí
- Fui invitado a la fiesta – dije soberbio.
- Con Kate- gritó
- ¿Acaso te manda cumberbacht?
- Nadie lo hace, los vi se que algo pasa entre ustedes
- Claramente sino no, no nos hubieras visto besándonos.
- Deja de hacerte el gracioso Edd. Tu la besaste.
- claro está - contesté - ya sabes me gusta y te has enterado que hemos frecuentado.
- si y vuelvo a preguntar qué quieres con ella?
- muchas cosas pero creo que eso no tengo que hablarlo contigo– me levanto de mi lugar, me acercó a él. - si necesitas saber algo ¿Por qué no le preguntas a ella? – paso por su lado y emprendo camino hacia el castillo. El idiota me había robado los minutos de paz.
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