Llegué a mi habitación para recostarme un rato y luego tomar una ducha caliente. La necesitaba. Esa noche teníamos la fiesta temática de la que me había hablado Ben. Por cierto, miré mi móvil otra vez, no había nada. Parecía que se había esfumado. Sentía que el tiempo no jugaba a mi favor. Todavía no tenia noticias de él. ¿Qué demonios pasaba? Luego de mirar el techo acostada, me di cuenta cual podría ser el motivo. Ella. ¿le habrá pasado algo? ¿su bebé estaría bien? Me di cuenta de mis pensamientos, me levanté, me desvestí y entré a la ducha. Cuando salí de ella Alice estaba cambiándose muy tranquilamente.

- Oh Kate no te escuché en la ducha.

- Claro que no – comencé a reír- estaba muy tranquila.

- ¿vas a cambiarte? – preguntó

- Claro, solo no sé qué ponerme. ¿de qué es la fiesta?

- Temática

- Aja ¿y tú iras vestida de ...? – levanté una ceja.

- Diosa griega

- ¿dime que no es verdad?

- Claro que si – saltó efusiva- pero iremos con mascara.

- ¿me hablas de verdad?

- Claro es la regla. Vamos- se acercó a mí. Yo seré afrodita la diosa del amor y tu serás Atenea. Aquí tengo tu traje- se acercó a su cama, lo tomó y me lo entregó.

- No puedo creer que confíe en ti.

- Cámbiate ya- tenemos que ir por Cleo.

- ¿ella estará vestida igual que nosotras? - miré el atuendo- casi desnudas- levanté una ceja.

- Ella será Hera. – vámonos.

Caminamos por los pasillos del castillo hasta llegar a otro salón, esta vez no era de los espejos. No tenia nombre.

- Es hora de ponerse las máscaras.

- Como digas jefa- ironizo Cleo. – las tres las colocamos sobre nuestros rostros y nos adentramos en el salón. Estaba decorado con muchas flores de colores y arcos llenos de enredaderas que los cubrían, las luces estaban tenues y solo las bolas de cristal alumbraban el centro de la pista de baile. Algunas personas ya estaban danzando, otras con copas en sus manos hablando amablemente. Todos con sus rostros tapados.

Nos sentamos en la mesa que teníamos asignada. Comencé a buscar inconscientemente a Ben o algunos de sus amigos. No lo encontraba. Mi desesperación invadió mi cuerpo. Tomé una copa de vino, bebi rápidamente cuando levantó la mirada tres chicos se acercaban a nuestra mesa. Tomaron asiento frente a nosotras, ellos levantaron sus máscaras. Steven, Lucas y David. Suspiré. Faltaba Ben. Lucas se acomodó junto a mí.

- Kate ¿Cómo has estado? - solo lo observé.

- Digamos que bien. Gracias por preguntar.

- Benedict tuvo un inconveniente por eso estuvo ausente, me ha dejado un recado para ti. – abri mis ojos.

- ¿Cómo sabes que...?

- Lo sé todo soy su hermano. – rió.

- Te escucho. – dije fría.

- Quiere verte en el jardín, ya sabes dónde a media noche.

- ¿el no vendrá? - dije ofuscada.

- Digamos que está viniendo, pero .... Solo quiere verte.

- Entiendo, gracias.

Me quedé pensando en las palabras de Lucas. Cleo y Alice luego de unas copas danzaban eufóricamente. Seguía sentada tomando vino. Estaba sola, aburrida y abrumada también mi corazón latía a mil por hora. Miraba mi móvil y los minutos se hacían eternos. Tomé mi sobre y decidí ir a tocador en el camino fumaría un cigarro, lo necesitaba.

Estaba sumida en mis pensamientos me observé al espejo y miré mi reflejo. Mis ojos denotaban angustia, creo que necesitaba respuestas. ¡Cómo nos gusta sentirnos necesitados! Saber que otra persona esté comiendo de nuestra mano nos proporciona un baño de ego que nos hace sentir importantes. ¿realmente era eso?

Cuando Sali del tocador, volví a revisar mi móvil. Era casi medianoche. Mis pasos se aceleraron. Caminé un largo tramo. Llegué al jardín y me senté en el banco de mármol. A esperar. Prendí otro cigarro y esperé. 

- Deberías tomar la opción de dejarlo. – escuché una voz detrás de mí. La piel de mis brazos de erizó. No era la voz que esperaba. Ladeé mi cabeza para mi izquierda y divisé una persona vestido con una capa y un atuendo negro. Sus mascara tapaba su rostro. Sabia quien era. Su voz era inconfundible. – comencé a reír. - ¿Qué haces aquí... cuando la fiesta es en otro lado?

- Estoy aquí ...- hice una pausa – esperando.

- ¿a alguien? - solo hice silencio. – no creo que sea yo.

- ¿Qué haces por aquí? También la fiesta es en otro lado. – reí.

- Quería verte.

- Entiendo.

- ¿puedo saber que sucede? - cuestionó.

- No lo sé, solo necesito respuestas. – levanté mi rostro. Él se acercó.

- Estas bellísima. – se acercó un poco más. Me sonrojé por su cumplido. – eres hermosa Kate. – tomo mi rostro.

- Edd – lo frené. - ¿qué quieres de mí? – el frunció el ceño.

- Esta mal decir que desde que vine a Escocia quiero que estés en mi cama. Como hacemos la mayoría de las noches. Que me encantas....

- ¿Cómo has dicho?

- Es mi mirada, la luz que desprende, la alegría que derrama cuando te miro.

- ¿pero ... habíamos dicho que ...?

- Quiero que todo fluya Kate y lo sabes ...

- Edd ... creo que debemos dejarlo.

- Sabes cual es el problema – se acercó- hemos sido condicionados para creer que necesitamos encontrar nuestra media naranja. Andamos por ahí como seres incompletos a la búsqueda de esa otra mitad que nos complete, negándonos hasta ese momento la felicidad y los sentimientos de paz y realización que uno tiene cuando siente que ya está tiene todo lo que necesita.

- ¿Dónde está el Edd que conocí?

- Acaso ... estas bromeando – dijo ofuscado.

- no

- Necesito besarte. – sin darme tiempo su boca estaba rosando la mía. Sus labios me pedían entrar. Sus palabras me habían dejado confundida.
No podía creer que pensaba eso de la situación. Tomó mi cuello y por un segundo pude alejarme de él.

Me observó confundido y volvió acercarse.

- Tenía muchas ganas de hacer esto. De besarte Lo necesito.- yo estaba estática.

- Edd ... Estoy en una situación complicada y lo sabes.- dije

- Estás aquí conmigo en este hermoso jardín  una bella noche...

- Edd ... - lo interrumpí-

- Pero... No entiendo tu comportamiento Kate. 

-deberíamos dejarlo. -  dije sin más. Él frunció el ceño. Pero luego comenzó a reír.

- ¿es porque está cumberbach aquí?

No pude decir nada. Los nervios me jugaron una mala pasada.

-entiendo -dijo irritado y riendo a la vez -  no entiendo como puedes estar enamorada de una persona como él. Después de todo lo que ha pasado entre nosotros.

-¿qué dices? Tu eras su amigo.  Además nosótros no ...

- claro que si. Te he acompañado en muchas noches. Y lo sabes.

- creo que deberías callar.

- ohhh el no lo sabe?

No nos dimos cuenta que había una persona observando todo.

- ¿Qué sucede aquí? – ambos salimos del trance. Lucas se encontraba observándonos sin su máscara. A su lado estaba Steven. Ambos mirando a Edd. Sus miradas eran frías.

- Chicos – ignoró mi presencia  y caminó hacia ellos.

- Edd no sabíamos que ....

- Estarías aquí- terminó Lucas sorprendido.

- Soy una caja de sorpresas- tomó la mano de Steven y este la apretó.

- Lucas

- Hola Edd.

- ¿pero díganme están ustedes dos? Falta su otro mosquetero. – dijo irónico.

- Kate necesito hablarte por favor- me observó. - Puedes venir conmigo.

- Claro- dije nerviosa, la situación se había puesto tensa. No tenia idea de lo que estaba sucediendo.

- Luego nos vemos Edd. – dijo el moreno, me di vuelta para darle una última mirada, Edd estaba serio hablando con Steven. Lucas y yo caminábamos en silencio. El ambiente seguía tenso.

- Menos mal que el que vio a la situación fui yo y no Ben.

- ¿de que hablas? Estaba esperándolo – dije ofuscada.

- Linda forma de hacerlo Kate. ¿a que estas jugando?

- ¿Qué dices? - dije enojada aún.

- Lo que has escuchado.

- Benedict es el que esta jugando conmigo. Y tu lo sabes- lo señalé.

- Eso no puedo respondértelo solo tienes que hablar con él.

- Este jueguito misterioso me está hartando. – me detuve en medio del pasillo – estoy harta desde hace un día y medio que no se nada de Benedict. Tu me hablas y me dices esto... estaba esperándolo como una estúpida en el jardín y ....

- Pero no has perdido el tiempo

- estaba teniendo una conversación

-¿estas segura?

Claro que si pero no tengo que explicarte... Y creo que en su momento no he perdido el tiempo porque estuve frecuentando a Edd. ¿Cuál es el problema? - grité.

Lucas estaba observándome. De un momento a otro su vista se enfocó atrás de mi espalda.

- ¿es verdad? – una voz detrás hizo que mi espalda se encorvara y mi piel se erice. Cerré instantáneamente mis ojos. Sabia que la persona que estaba esperando se encontraba detrás de mí.

- Creo que debo irme – dijo Lucas

Observé como se perdía por el pasillo. Sentí los pasos de Ben, mi cuerpo no tenia reacción. Se acercó a mi

– ¿es verdad lo que acabo de escuchar Kate?.

Me quedé en silencio, los gestos de mi cuerpo me delataban. Maldición ¿a qué estaba jugando yo ahora? Sabía que en el fondo amaba a Ben, pero la sola presencia de Edd me desestabilizaba. No sobre mis  sentimientos porque eso lo tenía bien claro sino preguntarme porque me gustaba estar con él, cuando sabíamos ambos que era pasajero. Porque lo habíamos charlado.