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Cap 16 ... Confusión

La tarde comenzó a transcurrir. Esa mañana no lo había visto. Supuse que estaría cansado, dormido quién sabe. A veces Benedict es impredecible. De golpe mi piel comenzó a erizarse por los recuerdos de la noche anterior. Sonreí como una loca enamorada, senti que los minutos pasaban me puse algo cómodo y salí junto a Cleo hacia el salón de los espejos, teníamos un último ensayo. Porque quedaban pocos días para la boda.

Cuando llegamos al lugar, había poca gente así que aprovechamos y con Alice comenzamos a contarle a la castaña la conversación que habíamos tenido en la fiesta. Ella comprendió todo a la perfección. Me dió su apoyo, claro que lo esperaba porque Cleo me acompañó cuando Alice se encontraba afuera, ella era un sostén.
El salón comenzó a atestarse de gente, los novios habían llegado, pero todavía no veía con claridad a Ben. Lo busqué con la mirada por todo el salón pero no pude encontrarlo.

Carolina la organizadora del evento comenzó a dar órdenes y todos se colocaron en sus lugares correspondientes. Mis nervios comenzaron aflorar, era la única además de Cleo que se encontraba sin nuestra respectiva pareja. Nuestras miradas eran de incertidumbre, mis manos comenzaron a sudar, por momentos fuimos el centro de atención, algunas personas conversaban entre ellas y nos observaban. Todo se volvió un poco confuso. De pronto las puertas del salón de los espejos se abrieron, y dejaron ver a una persona que jamás imaginé ver en esa boda.

Ed entró al salón muy elegante, con cierta altanería, conociéndolo le encantaba ser el centro de atención. Varias jóvenes empezaron a caer en sus encantos, lo miraban como si fuese un adonis. Entró junto a Joseph un amigo de él, saludó a los novios que lo recibieron muy amablemente, caminó hasta el centro y saludó a unas chicas que le sonrieron. De pronto detuvo su mirada y me observó, sonrió y llegó hasta mí.

- Hola Kate, que bella estas.

- Ho.. hola Ed – dije confundida. ¿Qué haces aquí?

- Soy un invitado más. - sonrió.

- Pero... ¿Por qué no me lo has dicho?

- ¿deberías saberlo? – esa respuesta no la esperaba ¿Qué le sucedía?, me quedé en silencio. – disculpa no fue mi intención hablarte de esa forma. - seguí en silencio. - me colocaré donde corresponde. Me quedé estática cuando se puso a mi lado. - toma mi brazo Kate. – ordenó.

- Pero ... este lugar es de otra persona.

- Claro de Cumberbacht lo sé. Pero me han dicho que se ausentaría.

- ¿Cómo?

- No se que ha sucedido.

- Entiendo- la angustia comenzó a recorrer mi cuerpo. Miles de ideas pasaron por mi cabeza. Sin querer mis facciones demostraron las emociones que no quería hacer notar.

- Lamento estar aquí en su lugar, pero podrías decirle a tu rostro que no me lo haga saber.

- Claro que no es así- dije enojada- solo estoy confundida.

- Tenia ganas de verte – soltó sin más. - estas hermosa.

- Gracias- dije ruborizada.

- Me encanta cuando haces eso.

- Realmente me confundes Ed.

- ¿por qué lo dices? - soltó

- Porque me hablas de una forma hostil y luego me dices cosas bonitas.

- Te dije que lo sentía, pero estoy nervioso. Las bodas me ponen así. – lo miré confundida. – y quería causar una linda impresión cuando me veas por acá. Quería sorprenderte por eso no te he dicho nada.

- Lo entiendo.

- Quiero que luego me muestres todos los jardines. Tengo pensadas varias cosas para hacer allí. - se erizó mi piel cuando lo escuché. ¿estás bien?

- Claro- dije sin más- me alegro de que estés aquí. – sonreí.

Todavía no podía entender que había sucedido, Ben se ausentaba de repente, Ed aparecía en la boda. Yo seguía confundida. Todo el ensayo lo tuve a mi lado, el me sonreía y me decía cosas bonitas. Era algo raro para mi porque nuestra relación no se basaba en eso. Haber pasado la noche con Ben había removido sentimientos encontrados, tenía mucha confusión. Necesitaba respuestas. Recordé que esta noche hablaríamos pero lo veía poco factible si el estaba ausente. La angustia comenzó

(Ed)

Llegué a la habitación que me habían asignado, estaba algo cansado. Me recosté en la enorme cama medieval y me quedé observando el rebuscado techo del lugar. Había dejado esa mañana el diario de ella. Lo tenía en la mesa de luz que había al costado de la enorme cama. Bajé mi vista y lo tomé. Busqué la última página donde había dejado mi lectura.

"Nos estábamos alejando, él se alejaba con su indiferencia dejando en mí, rastros de soledad. Al principio pensé que era por los tiempos, ambos con nuestras cosas, pero luego me di cuenta de la realidad. Me golpeó tanto que quise ser como ella. Pero sabía que jamás lo lograría".

Cerré el diario ofuscado, sus palabras me dolían, eran como espinas. Me levanté de golpe y fui al baño a tomar una ducha. Mientras sentía el agua en mi cuerpo, pensé en ella en como la extrañaba. Era parte de mí. Una sensación rara hizo que mis ojos se aguaran y lagrimas cayeran por mi rostro. Esa angustia tenía nombre y apellido y se llamaba Katherine Mannddeles. Quería odiarla por haberme sacado lo mas importante que tenia en mi vida. Quería destruirla. Hacerle sentir lo mismo o peor de lo que ella había sentido. Pero para una parte de mi, esto era imposible. Por el sentimiento que había aflorado, la otra parte .... La quería.

Me odiaba a mi mismo por haber dejado que ese sentimiento surgiera, me odiaba por traicionar el nombre de ella, yo juré por mi vida que después del calvario que pasaron mis padres por la noticia, el calvario que llevaba conmigo día a día, destruiría a Kate y a Benedict Cumberbacht. En que mierda me había convertido, en un maldito idiota que le encantaba su compañía, le encantaba hacerle el amor por las noches, le encantaba beber hasta embriagarse para luego terminar entre las sabanas. Sali de la ducha con esos pensamientos.

Sentí que golpearon la puerta de la habitación. Tomé rápido el diario y lo escondí. Me puse una remera y abrí. Kate se encontraba frente a mi puerta. Sus ojos estaban brillosos. Su boca carnosa estaba totalmente roja. Se quedó en silencio.

- ¿estas bien? – pregunté confuso.

- Ed... No quise molestarte pero sabes ... Quisiera hablar un momento. - la tomé de la mano

- Ven entra- ella se negó - ¿sucede algo?

-prefiero ... Quedarme aquí, solo estoy un poco confundida por lo de esta tarde en el salón.

- ¿Qué quieres saber? - cerré la puerta de l habitación. Ambos quedamos en la puerta.

- Quiero que me digas porque estas aquí. – dijo seria.

- Kate...- acaricié su rostro. – solo soy un invitado más. – fruncí el ceño. – no comprendo que te sucede.

- Es que...- hizo silencio – siempre hemos sido confidentes y cuando supiste de la boda por mi boca, no has dicho nada. Es que estoy ...

- Kate- tomé su rostro- tranquilízate ¿no confías en mí?

- Claro que lo hago.

- Bueno ya te he contado porque no te he dicho. Discúlpame por pensar en ti ...

- No no déjalo.

- hey bella - ella se sonrojó. – me acerqué – te haría mia ahora mismo. – solté, realmente me sentía muy atraído por ella.

- Ed ... - dijo timida. – no es momento de que hagamos este tipo de comentarios ... Sabes ... – tomé su rostro ella como pudo logró alejarse.. eso comenzó a doler dentro de mi cuerpo. Sentir el rechazo. - debo irme.

- Esta bien, pero me debes un paseo por los jardines. Creo que son bastante bonitos.

-  está bien

- Esta vez te dejo ir, la próxima vez te quedarás conmigo. – ella no se inmutó, la noté incómoda. Se levantó de su lugar y salió por la puerta.

Me quedé observando, mi plan estaba tambaleándose. Por un lado lo entendía a Cumberbacht, por el otro seguía odiándome a mi mismo. 

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