Cap 13 ... ¿soltar?
(Kate)
Ver la sombra de Benedict perderse por el pasillo, hizo que mi mente se alertara y tomé el control de mi estático cuerpo. ¿Qué mierda había pasado? ¿Qué le había dicho? Maldita sea, había sido toda una equivocación. ¿si lo amaba? Claro que lo hacía. Luego de verlo, mi corazón volvió a latir con la misma forma que lo había hecho la última vez. A pesar de tener un bodrio en mi cabeza, Benedict lograba algo en mí que nadie lo había podido hacer. No sé cómo terminamos en ese jardín, pero quería que me bese desde que lo vi llegar esa noche. Necesitaba que lo haga y necesitaba hacerlo. Sus besos me habían hecho olvidar de la miseria en la que se encontraba mi corazón, me había hecho olvidar de Thomas, de Edd, de todo. Me dejé llevar por el amor que sentí por años y cuando mi mente se activó, me hizo volver a la realidad, la imagen de Lily con su abultada panza y el juntos hizo que mi cuerpo le diera repulsión la situación. Y me había soltado rápidamente.
Recuerdo una frase que me había dicho Alice en una conversación telefónica luego de haberle contado que Benedict seria padre con otra mujer.
- Si tuviera que describir el amor en una frase, sería: 'El amor es por lo que creemos que vale la pena luchar'. No importa cómo se presente, viene en diferentes tonalidades y no hay dos personas iguales y será diferente a cualquier otro que haya existido antes. Lo reconoceremos sin importar qué tan bien o qué tan mal nos haya ido.
Y tenía razón, en el proceso de vivirlo tendremos que preguntarnos cuánto estamos dispuestos a luchar por él, cuánto estamos dispuestos a renunciar para compartir que nos permite saber qué tan cierto es. Nunca me lo había preguntado y ahora esa duda se implantaba en mi mente y mi corazón. Y creo que era tiempo de sacarme esa duda. Si realmente podía luchar por él.
Rápidamente me adentré por el pasillo para ir tras él. Mis pasos fueron ligeros, pero después de unos minutos no conseguí ver por donde había desaparecido, la desesperación comenzó a hacerse notar en mi cuerpo, me encontraba agitada. Sentía que todo se iba a la mierda, que todo lo que me pasaba de improviso lo arruinaba porque evidentemente no estaba en mis planes.
El único amor que vale la pena tener es por el que vale la pena luchar, porque cualquier cosa que no vale la pena, no es amor. Maldita cabeza que me carcomía con esos pensamientos. Seguí caminando apresuradamente con la idea de encontrarlo como sea. De golpe volví al salón donde estaba la fiesta, donde todos sonreían, bailaban y danzaban al compás de la música que retumbaba por todos lados. Me adentré en la pista con el objetivo de encontrarme con David, Lucas o Steven para preguntarle sobre él. Mis ojos iban de un lado a otro. La desesperación seguía. Mi la angustia aumentaba.
Una mano tomó mi brazo sacándome de mis pensamientos, giré sobre mi eje y vi a Alice, su cara era de preocupación.
- Kate ¿Qué ha pasado?
- Al ...- el desconcierto me invadía, ¿tendría que decirle mi encuentro con Ben?
- Estas agitada – levantó su ceja izquierda, muy característico de ella. - ¿te encuentras bien?
- Si si – traté de sonar calmada. – estaba buscando ...
- Te has desaparecido un buen rato.
- Si es que fui al jardín, ya sabes a tomar aire.
- Y nos dimos cuenta con Lucas – siguió ignorando mis palabras- que Ben te había acompañado- comenzó a reír- no creas que no nos hemos dado cuenta.
- ¿Cómo?
- ¿ha pasado algo? Hace unos minutos pasó como una fiera y saco a Lucas de la pista, ahora ambos se han retirado quien sabe dónde.
- Maldita sea.
- ¿vas a contarme o no?
- Acompáñame- dije resignada. Alice tomó su chaqueta de la mesa en la que nos encontrábamos cenando anteriormente y nos sentamos a conversar.
Le conté todo lo sucedido, ella no se inmutó cosa que me pareció raro viniendo de una persona como Alice. Ella dejó que termine mi relato, se sirvió una copa de vino, y comenzó a beberla tranquilamente. Su postura me impacientaba.
- Al... ¿no vas a decirme nada? - la miré desesperada.
- Yo sabía que esto sucedería Kate. Lo que no sabía es ...- hizo una pausa- reaccionarias como lo has hecho. Pero...
- Alice por favor ... entré al salón para buscarlo, para hablar con él. Para ver...
- ¿y qué quieres saber? Kate, llevas años de esta situación con Benedict. Ninguno de los dos puede soltar verdaderamente al otro. Aprender a soltar, es lo que te va a permitir crecer, volver a ser felices, es algo que todos podemos lograr, cuando hacemos lo necesario para lograrlo.
- ¿y si no quiero hacerlo?
- Entonces amiga ... - hizo una pausa – debes decirle lo que sientes, y afrontar todo lo que respecta a su vida y sabes de lo que hablo.
- ¿Y si no puedo?
- Si no lo haces, nunca lo sabrás. Sabes que te quiero Kate y eres mi hermana, pero primero, debes ordenar tus ideas, tus prioridades si realmente quieres ser feliz.
- Gracias por estar siempre, no sé qué haría sin ti. – y la abracé. - Ahora debemos averiguar cuál es su habitación.
- Espera – levanté una ceja- creo que hoy no es la noche, por lo que me cuentas y como lo he visto no es una buena idea. Las cosas por lo menos hoy tienen que acomodarse en su mente.
- ¿y si es demasiado tarde? - dije nerviosa.
- Sabes que no. Te ha declarado su amor nuevamente, luego de tanto, no va a cambiar de la noche a la mañana.
- Esperemos
- Quédate tranquila, ahora vámonos a la habitación estoy un poco cansada, pero creo que me llevaré esta botella de este rico vino.
- Eres terrible.
Tomamos nuestras cosas y nos retiramos, traté de ocultar la ansiedad que sentía en todo mi cuerpo. Pero necesitaba confiar y Alice era la persona perfecta para calmarme. A lo largo de la vida, vivimos todo tipo de situaciones. Independientemente de que éstas sean positivas o negativas, alegres o tristes, con frecuencia, tendemos a aferrarnos a ellas. Nos guste o no, lo aceptemos o lo rechacemos, nada es permanente en la vida, todo cambia y ante este hecho tenemos dos opciones Podemos fluir con los cambios o podemos quedar atrapados en relaciones, sentimientos y momentos dolorosos, que nos impide seguir avanzando y disfrutar de la vida. Alice tenía razón sí. Pero bien en el fondo de mi ser, tenía que hablar con Benedict. Quería creerle, quería estar con él. Pero tenía miedo. Mientras caminábamos con ella por el pasillo no pudimos darnos cuenta que nos observaban desde otro jardín oscuro con mucho detenimiento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro