〖Capítulo 1〗
Cinco años después.
Min SooMin
Como todas las mañana, hice el desayuno para mi niño y para mi hermano. Min JungMin, era un hermoso niño de cinco años, aún no iba a la guardería los lunes y los viernes, hablaba algunas palabras. Min YoonGi, mi hermano, se encargaba de cuidarlo mientras yo trabajaba todo el día de asistente del jefe en una compañía. Mi hermano, trabajaba en casa, su trabajo era ser compositor, metido en su habitación componiendo alguna que otra canción para venderla. No pasábamos trabajo, por que lo que hacia YoonGi nos daba perfectamente para vivir y sumándole lo que yo gano vasta y sobra.
Cuando tuve la mesa lista, me encaminé hacia mi habitación en donde estaba la cama de mi pequeño que aún se encontraba durmiendo. Para despertarlo con alegría comencé haciéndole cosquillas por la planta de los pies, rápidamente comenzó a moverse hasta despertarse y reírse mirándome. Me lancé a su lado haciéndole cosquillas mientras oía sus carcajadas acompañando las mías.
-¡Buenos días mi príncipe! -le dije, dejando de hacerle cosquillas para que el respirara.
-Buenos días Omma -me saludó, agarrándose de mi cuello y depositando un beso en mi mejilla.
-Vamos, a levantarse, que mami tiene que ir a trabajar y tío Min hoy sacará al niño al parque -se emocionó, YoonGi se lo había prometido y tenía que cumplirlo.
Ayudé a JungMin a darse un baño y le coloqué la ropa, mi pequeño tenía tres años pero era bastante inteligente. Además, hablaba con cierta fluidez que niños a su edad no tienen. Sin quitarle el hecho de ser cariñoso, carismático, tierno y además, bondadoso. Nunca me arrepentiría de tenerlo.
-Omma, ¿Vendrás temprano hoy? -me preguntó, estaba de pié encima de la cama mientras yo le pasaba la camisa roja con estampado de Pokemon por la cabeza.
-No lo sé príncipe -le contesté sentándolo y buscando el peine.
-¿Puedes traeme algo? -comencé a peinarlo de forma graciosa.
-Lo tendré en cuenta, ahora a desayunar -lo cogí por la mano y lo llevé conmigo a la sala.
Lo ayudé a sentarse en su silla especial y le di su biberón de leche un poco caliente. Sí, aún tomaba leche, al menos por las mañanas. Minutos después, salió YoonGi de su habitación, aseado y vestido casual.
-Buenos días -dijo algo somnoliento, era normal, YoonGi podía dormir quince horas al día y seguir con sueño después de eso.
-Tienes que llevar a JungMin al parque, recuerda que se lo prometiste. No lo hagas correr mucho por si se cae, recuerda darle su merienda a las diez y su almuerzo a la una...
-No dejes que se acerque a ningún extraño y mantenlo cerca todo el tiempo -terminó por mí lo que yo todos los días le repetía mientras cogía un poco de jugo de la jarra -Me lo respites siempre.
-Es para que no se te olvide -recalqué -Adios príncipe de mamá, portante bien con tío ¿Okey? -le di un beso en su esponjosa mejilla derecha para luego salir, agarrando mi bolso negro y dirigirme hacia mi trabajo.
•••
-Escruché que el hijo del jefe vendrá dentro de poco -me dijo In Ha, mi compañera de trabajo o mejor dicho la que es encargada del segundo al mando de esta empresa.
Ella era delgada, bonita de cara y cuerpo, parecía una modelo en su totalidad. Era la única amiga que tenía en el trabajo y no la consideraba como la mejor.
-¿Si? Según lo que han dicho, estudió en los Estados Unidos -dije mientras revisaba los papeles de las reuniones del jefe, no la estaba mirando mientras que ella estaba en la esquina de mi mesa de trabajo.
-Si, también recuerdo que es muy guapo -puntualizó, yo apenas y la estaba escuchando, estaba muy concentrada en el trabajo que realizaba -Cuando empecé a trabajar él estudiaba y dos meses después se marchó al extranjero -In Ha era mayor que yo por dos años -¿Me estás escuchando SooMin? -preguntó, haciendo que la mirara, tenía una ceja arqueada esperando que le dijera algo.
-Lo siendo In Ha, el jefe Jeon me a dejado mucho trabajo y realmente ahora no tengo tiempo para a hablar contigo -contesté, poniéndome de pié con los papeles que había estado ordenando y revisando en mis manos.
-Pero... -me alejé de la chica llenado hacia la oficina del jefe.
Antes de entrar toqué tres veces y luego de escuchar su voz dándome acceso del otro lado empujé la puerta de madera. En el interior todo estaba completamente pulido, paredes blancas con pinturas abstractas, el suelo era de cerámica brillante y siempre estaba bien limpio. Había un sofá en L en una esquina con una mesa de cristal en el centro de este, era blanco y visiblemente cómodo. En la esquina contraria a la del sofá había una gran ventana de cristal que daba hacia el exterior, la empresa quedaba en un edificio en la cuarta planta. Al final de la oficina de encontraba la mesa del jefe llena de papeles y el estaba allí, sentado en su silla giratoria hablaba por teléfono muy serio.
-Si, yo mando un auto para que lo recoja -hablaba -Bien, tengo que colgar -y cortó la llamada mirándome.
-Tiene una reunión a las dies señor, y a las doce una cita con los inversionistas japoneses -le dije leyendo todo aquello de su agenda, dejé los papeles que traía en su escritorio -Aquí están todas las opiniones que tuvieron los chinos en la junta de la semana pasada.
-¿Algo mas? -me preguntó revisando por encima aquellos papeles.
-¿Quiere que le haga algún tiempo para algo importante? -le pregunté, si venía su hijo del extranjero lo mas seguro es que quisiera verlo y pasar rato con él, además me convenía a mi, porque así terminaba temprano.
-Ahora que lo dices -me miró de pies a cabeza -Necesito un favor suyo -lo miré a los ojos -Vas a ir a buscar a mi hijo al aeropuerto, yo necesito hacer algo importante -me dijo, o mejor dicho me ordenó.
-Pero señor yo...
-Asegurate de que llegue a un hotel sano y salvo, el aeropuerto es el de Incheon, vaya a esperarlo a las cuatro -lo ví agarrar su chaqueta para salir de la oficina, yo me quedé de pié sin ni siquiera poder defenderme -Y una cosa mas -se detuvo antes de salir -Digale que llame a su madre -habló y salió de su oficina.
•••
Llevaba mas o menos treinta minutos en el aeropuerto y no había señales de que el vuelo que llegaba de Estados Unidos llegara, había mirado mi reloj ya unas diez veces. Me molestaba un poco que el jefe me diera un trabajo que en sí es responsabilidad de él ya que es su hijo el que llega. Me aseguré de que era un simple retraso del vuelo y que llegaría en un momento así poderme ir.
Una vos por una cocina hizo que todos mis sentidos se alteraran, había llegado ya. Suspiré y me apresuré a ir a la salida para esperar al hijo del jefe. Los pasajeros del vuelo que acababan de llegar comenzaron a salir por grupos, llenos de equipaje. Al ver todas esas personas caí en cuenta de un punto muy importante, no sabía como era el hijo del jefe y mucho menos como se llamaba. Razoné entre llamar al jefe, pero este solo me reprocharía por ser tan descuidada.
De mi cartera saqué rápidamente una hoja en blanco y con un bolígrafo coloqué "familia Jeon" para que aquel chico se diera cuenta de que alguien de su familia lo estaba esperando. Coloqué el papel para que las personas lo vieran.
-¿Usted es la secretaria de mi padre? -dí un salto en mi lugar sin levantar los pies del suelo al escuchar aquella voz un tanto gruesa.
-Si yo... -me giré y no pude acabar la frase.
•••
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