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Circuito Cerrado

Byakuya rompió el abrazo rápido, sabiendo que Senku no era mucho de las muestras de afecto en público.

Se frotó los ojos con la muñeca, mirando atentamente a su muchacho por un momento, para luego mirar a su alrededor, viendo a un montón de gente desconocida, y un par de caras conocidas... Taiju, Yuzuriha... Xeno y Stanley...

—¡Wow! —Terminó de frotar sus ojos y sonrió—. ¡Me siento muy joven, como hace veinte años! ¡Y vaya, qué sorpresa verte aquí, Xeno! ¡Taiju, Yuzuriha-chan, se ven muy mayores! ¡Senku, también te veo más maduro! ¡Creces tan rápido, solo no te veo desde hace cuarenta años! —Rio estruendosamente, ignorando las miradas shockeadas de todos.

Sin embargo, Byakuya después empezó a frotarse la barba con gesto pensativo, volviendo a mirar a su alrededor.

—Por cierto, ¿qué época es esta? —De repente, sus ojos se fijaron en varios de los aldeanos y mostró evidente sorpresa—. Se parecen a... ¿Cuánto tiempo ha pasado? —Volteó a mirar a Senku, esperando que él tenga respuestas.

—Unos tres mil setecientos años... —contestó Senku con una sonrisa agridulce.

—¡¿T-tres mi...?!... —Casi se va de espaldas, para luego llevarse las manos a la cabeza—. Pero... —De repente se quedó en silencio y Senku les hizo una seña a sus amigos, por lo que de inmediato Gen y Ukyo, que fueron los que mejor entendieron la seña, comenzaron a llevarse lejos a todos.

—Sígueme, viejo. Y tú también, Xeno —llamó a su mentor, que se había quedado allí a la espera de ser llamado también.

Los tres se fueron a la cabina superior, donde se sentaron a conversar, menos por su padre, que se quedó de pie.

Byakuya no dejaba de estirar sus extremidades, sorprendido de sentirse tan bien, por lo que Senku, apenas cerraron la puerta, empezó a explicarle varias cosas.

—Parece que no supieras que acabas de despetrificarte —señaló, con ojos entrecerrados.

—¡¿Despetrifi-qué?!

—Fuiste una estatua también, tal como nosotros —agregó Xeno—. Pero aparentemente te petrificaste cuarenta años después que nosotros, por lo que dijiste...

—Y te petrificaste sin siquiera darte cuenta —dedujo Senku—. La pregunta aquí es ¿cómo? Whyman, ¿seguro que tú no lo hiciste? —Levantó la capsula atada a su cintura.

—No, solo enviamos más de nosotros dos veces.

—¡AAH, ESA COSA HABLÓ! —Byakuya lo señaló con pánico.

—Ah, sí. —Senku sonrió divertido—. Viejo, este es Whyman, él y sus miles de compañeros alienígenas parásitos mecánicos fueron los responsables de la petrificación mundial.

Byakuya volvió a frotar su barbilla.

—¿Y por qué se llama "Whyman"?

—¡¿Eso es lo que te preocupa?! —le reclamaron ambos científicos.

Aun así, comenzaron a contarle exactamente lo que había pasado en la Tierra y el por qué de la petrificación, y además lo que habían averiguado del legado que dejó con la Isla y la Aldea y las cien historias.

—Así que mi disco sí te llegó, ¡recibiste la llamada de papá! —Byakuya estaba abrazando otra vez a Senku, y moqueando sobre su hombro, pero Senku esta vez estaba tratando desesperadamente de escapar de su agarre.

—¡Para ser diez billones de veces más viejo sigues teniendo bastante fuerza! —se quejó.

—En fin —Xeno carraspeo, decidiendo ignorar el "afectuoso" reencuentro padre-hijo—, eventualmente tu hijo y su tripulación llegaron a Estados Unidos, donde tuvimos... diferencias.

—Trató de matarnos —dijo Senku sin pelos en la lengua, dejando pálido a su padre—, pero ya no importa, lo arreglamos con la segunda petrificación mundial, así que nadie murió. —Sonrió ladinamente.

—¡¿Segunda petrificación mundial?! —Obviamente, tuvieron que explicarle todos los detalles de eso, intentando suavizar lo más posible la sangrienta persecución de Stanley, pero rápidamente cambiaron a hablar del descubrimiento de la inmortalidad, los mensajes de Whyman y la decisión de ir a la Luna lo antes posible.

—Oww, la pequeña Suika fue tan valiente. —Byakuya estaba llorando a moco tendido a este punto.

—Acabamos de contarle el más grande secreto de Whyman, el de la inmortalidad, y él sigue pensando en esa parte de la historia... —Xeno lo estaba mirando como si fuera un idiota más grande de lo que ya había creído, mientras que Senku solo se rio.

—Así es mi viejo. —Sonrió divertido, pero luego su sonrisa cambió a una más cariñosa, aunque pronto carraspeó y empezó a frotar su oído con el meñique—. De todos modos, no te preocupes por Suika, Kohaku se quedó completamente pegada a ella luego de eso, así que ya no volvió a sentirse sola.

—¿Kohaku? —Byakuya ladeó la cabeza, como si le sonara ese nombre, y claro que le sonaba, porque acababa de hablarle de ella.

—Ella es la aldeana que te dije, la que me llevó a la aldea por primera vez. —Volvió a rascar su oído con indiferencia—. También es la que encontró tu estatua, así que tendré que agradecerle más tarde. —Rio suavemente.

Sin embargo, de pronto tuvo a su padre a dos centímetros de su cara, mirándolo con ojos entrecerrados.

—Eh... ¿Y a ti qué demonios te pasa? —Lo miró con una ceja en alto, un poco perturbado mientras se hacía para atrás.

Byakuya volvió a frotar su barba, mirándolo con la misma expresión de sospecha un largo rato, sin decir nada, hasta que el Dr. Xeno carraspeo.

—En fin, volviendo a la construcción del cohete...

Continuaron contándole todo, hasta que llegaron a la parte del mensaje del futuro que recibieron no hace mucho.

—Y el nombre de esa persona que nos envió el mensaje... —Senku sonrió— fue el tuyo. Ishigami Byakuya.

—¡¿Eh?! ¡¿Fui yo?! —Se señaló a sí mismo, con la cara totalmente arrugada por la confusión—. No sé qué tan genial recuerdan que soy, pero no tengo ni idea de cómo construir una máquina del tiempo...

—No necesariamente tuviste que ser el creador, pero podríamos dejarte hacer el primer mensaje. —Senku sonrió divertido, aunque se veía pensativo y quizás hasta algo preocupado—. Aunque no sé... cuánto tiempo tomaría...

—Además, aún no sabemos cómo llegaste aquí. —Xeno lo miró con curiosidad—. ¿Qué es lo último que recuerdas? ¿No viste ningún tipo de luz verde como la que envolvió la Tierra?

—Mmm, pues no. —Volvió a frotar su barba, mirando al techo—. Recuerdo que estaba en el río y... de repente... me sentí muy débil... caí al agua... —Sus ojos se nublaron de tristeza—. Por un momento creí que todo se había terminado... pero luego me desperté aquí, ¡justo delante de ustedes!

A Senku le tomó un momento recuperarse del impacto de escuchar eso, pero pronto intercambió una mirada con el Dr. Xeno.

—Me imagino que piensas lo mismo que yo, Dr. Senku. —Xeno sonrió a sabiendas.

—Sí, es lo más posible... —Rascó su oído con el meñique mientras miraba al techo con gesto pensativo.

—¡¿Eh?! ¡¿De qué están hablando?! ¡No entiendo nada! —Byakuya giró la cabeza de un lado al otro como zarigüeya.

—Lo que se puede enviar al pasado, es trozos del arma petrificadora, o bien ráfagas del rayo petrificador —explicó Xeno con seriedad—, entonces si pudiéramos tener una fecha aproximada de un día donde tú estuvieras en el río, habríamos podido...

—Petrificarte —completó Senku, por lo que Byakuya lo miró con la mandíbula dislocada.

—¡¿Entonces me petrificaron ustedes mismos?! Qui-quiero decir, creo que era el 20 de julio y que ya debían ser como las 10 de la noche, ¡pero ustedes no habrían podido saberlo!

—Ahora lo sabemos. —Senku sonrió como psicópata.

—¡Nada de esto tiene sentido! —Byakuya parecía al borde de un ataque.

—Podría haber sido un cálculo aproximado de nuestra parte... —murmuró Xeno, llevándose dos dedos cruzados a la barbilla—. O puede ser que el tiempo se maneje como...

—Un circuito cerrado —completó Senku con una sonrisa todavía más desquiciada y emocionada.

—¡¿Circuito QUÉ?! —De repente Chrome cayó de detrás de la puerta—. ¡Rayos, eso suena muy malote! ¡Es una de las teorías malotas que armamos hace tiempo! —Sin ninguna vergüenza, se acercó a ellos casi soltando espuma por la boca de la emoción.

—Debí haber esperado que estarías escuchando, ya se te está haciendo costumbre... —Como cuando los espió a Senku y a Gen, o a Senku y a Xeno, o a Senku y Xeno y Tsukasa...

—Je, je... lo siento... —Chrome se frotó la nuca, mientras que Suika, Gen, Chelsea, Nikki y Kohaku se asomaban tras él, ya que habían estado espiando juntos.

—¿Todos aquí saben de qué hablan menos yo? —Byakuya estaba totalmente perdido.

—La teoría del circuito cerrado es una donde puedes hacer lo que se te dé la gana con los viajes al pasado... mientras no afectes los eventos sucedidos para llegar a ese punto —explicó Senku con una sonrisa abismal.

—Es más complicado que eso, pero básicamente sí. —Xeno tenía una sonrisa intrigada.

—Yo... creo que no lo entiendo... —Gen estaba con los ojos en espirales.

—Pondré un ejemplo. —Senku alzó un dedo—. Supongamos que nos llega un mensaje desde el futuro que nos dice que si construimos la máquina del tiempo habrá una catástrofe que acabará con toda la vida en la tierra.

—¡Eso sería terrible! —gritaron Kohaku y Suika.

—En ese caso, lo correcto sería no construir la máquina del tiempo, sin embargo... si no la construimos, ¿cómo nos habría llegado ese mensaje?

Todos los no-científicos se quedaron en blanco.

—Eso es una paradoja —continuó Xeno—. Pero en el circuito cerrado, no tenemos que lidiar con ellas, porque desde el futuro solo se enviaría información que ya se sepa desde el pasado que puede ser enviada.

—¡Eso es muy confuso! —protestó Gen.

—¿Pero eso no significaría... que desde el futuro la máquina solo serviría para cumplir con lo que ya pasó en el pasado? —preguntó Suika, entrecerrando los ojos.

—Tienes diez billones de puntos por esa deducción. —Senku le sonrió—. Sin embargo, tiene más usos, como el de revivir a mi padre aquí. —Señaló a Byakuya—. Y seguramente le encontraremos muchos más usos, no sería una simple máquina para cumplir con los libros de historia o lo que sea, dependiendo qué tanto se tarde.

—Pero si tu padre está aquí ahora y él es Byakuya Ishigami, no puede tardar mucho ¿verdad? —preguntó Chelsea con gesto inocente, ganándose que Gen la mirara escandalizado por su crudeza y luego le chitara.

—¡Shh! ¡¿Si sabes lo que estás insinuando, verdad?! —le gritó en un susurro.

—Eh... ¡Oh! —De repente se dio cuenta y se llevó una mano a la boca—. Lo siento.

Senku hizo una mueca, pero prefirió cambiar de tema.

—En fin, solo tenemos que hacer llegar esta información al futuro, que el 20 de julio, cuando Byakuya tenía ochenta años, deben enviar ráfagas del rayo petrificador al pasado, a donde está el río de la isla del tesoro.

—Pero si estaba en el río, ¿cómo llegó al mar? —preguntó Kohaku—. ¿Lo arrastró la corriente? Las aguas del río no se veían tan rápidas como para arrastrar una estatua...

—Es verdad, no eran corrientes tan agresivas esa noche... —Byakuya se llevó una mano a acariciar su barba una vez más—. Aunque puede ser que mis hijos y mis nietos no me hubieran encontrado en varios días, y cuando llueve las aguas se ponen más agresivas, así que es posible que eso arrastrara la estatua al océano... —Sin embargo, no se veía muy convencido.

—Si hubieran encontrado su estatua, seguro que habría estado en las Cien Historias —comentó Chrome.

—Entonces lo más probable es que no lo encontraran y la corriente lo arrastrara de un modo u otro —afirmó Xeno.

—Sí, es probable... aunque me sorprende que ni mis hijos ni mis nietos me hubieran encontrado... —De repente, la mirada de Byakuya se ensombreció y él miró al cielo a través de una ventana—. Mis hijos... mis nietos... —Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras volteaba a ver a Senku—. ¿Sabes, Senku?... Yo les hablaba mucho de ti, ellos ya te amaban. —Le sonrió con todos los dientes, con las lágrimas volviendo a salir—. Estoy seguro de que los habrías amado también... y a Lillian...

Senku cerró los ojos con fuerza, negándose a decir nada con tanta gente presente.

La que sí habló, fue Nikki, acercándose a Byakuya con los ojos también llenos de lágrimas.

—¿Acaso usted realmente es... el marido de Lillian Weinberg? —Lo miró con los ojos brillantes.

—Bueno, no fue una boda por lo civil, claro, pero sí, llegamos a casarnos. —Rio con las mejillas rojas, sin molestarse en secar las lágrimas que siguieron saliendo.

—Oh... Sé que esto es raro, pero... ¿podría abrazarlo? —Nikki estaba moqueando, pero Byakuya ni dudo en abrazarla, estallando los dos en llanto más bien ruidoso y poco agraciado, pero todos los miraron con cariño.

—Oye, viejo... —Senku de repente parecía pensativo—. ¿Y acaso aún recuerdas... la fecha en la que murió Lillian? ¿Y el lugar en el que fue enterrada?

Byakuya y Nikki voltearon a verlo con los ojos muy abiertos.

A los pocos minutos, llegaron a tierra y todos corrieron detrás de Byakuya, mientras él observaba todo en la Isla con ojos atentos.

—La Isla ha cambiado demasiado... —murmuró Byakuya, deteniendo un poco su ritmo.

—Sí, explosiones volcánicas no bastaron para matar a los isleños, pero si lograron que la isla se hiciera mucho más grande, seguramente —masculló Senku, recién llegando a su lado—. Sin embargo, tenemos el punto exacto en el que aterrizó la Nave Soyuz. ¿Crees que desde ahí podrás marcar el lugar donde enterraron a Lillian?

Byakuya sonrió con nostalgia, antes de mirarlo con ojos llenos de determinación.

—¡Por supuesto, no me subestimes, estaré viejo pero aun así sigo siendo tu padre! —Rio divertido, a lo que Senku rio levemente, para luego señalar al árbol del Palacio del Cabecilla.

Desde ahí, Byakuya contó los metros con sus pasos y luego les marcó el lugar exacto donde una vez estuvo no solo la tumba de Lillian, sino también la de otros dos de sus compañeros astronautas, Shamil y Connie.

—¿Crees... que podremos salvarlos también? —Sus ojos se aguaron de solo pensarlo—. Aún recuerdo la fecha en que murieron... lo recuerdo perfectamente...

Senku colocó una mano en su hombro y se quedó a su lado sin decir nada mientras el equipo de la fuerza se encargaba de cavar como locos.

Finalmente, Nikki de repente chocó su pala contra algo demasiado duro que claramente no era una roca.

—¡E-encontré algo!

Con cuidado, siendo ayudada por los demás, Nikki quitó el exceso de tierra y luego, allí en sus brazos, levanto la estatua de Lillian Weinberg.

¡Ella también había sido petrificada!

Todos gritaron de emoción, y Byakuya se acercó para tomar la estatua, a lo que Nikki se la entregó con rostro honrado de ser ella la que tuviera ese privilegio.

—¿Podrá... volver? —Las lágrimas no dejaron de salir mientras abrazaba la estatua—. Estaba realmente muerta... la mató la neumonía... estaba tan fría... pero sonreía...

Todos lo miraron con lágrimas en los ojos, pero Senku simplemente sacó un frasco de líquido despetrificador.

—Temo que solo hay una forma de averiguarlo.

Luego de que Yuzuriha la vistiera con un vestido simple que parecía una rara mezcla del de Ruri y Kohaku, Byakuya finalmente le echó el líquido despetrificador.

Todos observaron expectantes mientras los trocitos de piedra se iban desprendiendo.

Finalmente, la despetrificación fue completada, pero Lillian mantuvo los ojos cerrados.

Todos se quedaron en silencio, nadie respiro, nadie parpadeó, todos sentían los corazones retumbando en sus oídos.

Finalmente, el gesto de Lillian se arrugó y ella abrió los ojos lentamente.

Todos jadearon, y ella miró fijamente al hombre que la sostenía en sus brazos.

—¿Byakuya...? —No tardó ni un segundo en reconocerlo a pesar de que estuviera mucho más envejecido.

Él estalló en lágrimas, para luego abrazarla. Y claro que ella le correspondió, aún sin entender nada.

Senku les dio la espalda, sonriendo con suavidad y pasando una mano discretamente por sus ojos.

Finalmente, parecía que las piezas estaban volviendo a caer todas en su respectivo lugar.

Continuará...

Holaaaa :'D

Gracias por su apoyo al primer cap! Espero q este cap les haya gustado y los haya hecho entender mejor qué intento hacer aquí xP

De nuevo, no es q yo crea 100% que esto va a pasar, quizás en el segundo cap del Spin-off que sale el 17 de diciembre me desmonten todo y quede como payasito D: pero creo q más o menos tiene sentido lo que planteo aquí...?

En fin, creo que la idea es buena al menos para fanfics :')

Ojala les haya gustado TTwTT

Pero bueno, diganme qué les parece OwO Y si tienen ideas de qué les gustaría ver en caso de que esto pase, Messirven(?

No olviden que se les ama y me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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