**Capítulo 4: La Herencia de la Antaria**
El sol despuntaba lentamente en el horizonte, derramando luz cálida sobre el vasto campo donde Rick había echado raíces. Aquel rincón del bosque, una vez olvidado y silencioso, ahora parecía vibrar con una energía latente, oculta bajo la tierra que Rick empezaba a sentir en cada hoja y pétalo que había crecido. Las gotas de lluvia, que caían con la delicadeza de una melodía melancólica, parecían resonar con un susurro antiguo: el eco de la Nymphofly Antaria, que había entregado su vida justo a su lado.
El sistema había notificado los regalos recibidos: las Alas de Antaria, el Veneno de Nymphofly y la Esencia Lunar, tesoros de una criatura que había elegido aquel sitio para descansar en paz. Rick sintió la conexión con esos objetos, la tierra los abrazaba junto a sus raíces. Había algo solemne en esa entrega, algo que Rick apenas comenzaba a comprender, pero que sentía con la intensidad de la vida misma fluyendo por su savia.
Rick: (Pensando) +Es extraño... siento que este lugar se ha vuelto más... vivo. Como si la tierra hubiera despertado. Las gotas de lluvia caen, y siento que cada una de ellas me fortalece, me conecta más con este sitio. Debo cuidar de este legado, de estos objetos... aunque soy solo un pequeño brote, la fuerza de la Antaria vive en mí.+
El campo estaba tranquilo, pero Rick notaba algo diferente. El suelo bajo sus raíces parecía tener una vibración ligera, casi imperceptible. Era como si la magia de la Nymphofly Antaria no hubiera desaparecido del todo, sino que se hubiera transformado en una nueva presencia, mezclándose con el maná del bosque, y con el suyo propio. Sus habilidades, aún limitadas, parecían resonar con una nueva sintonía. Sus raíces crecían más rápido, su cuerpo comenzaba a absorber la luz del sol con mayor intensidad, y su velocidad de recolección de agua se había incrementado.
De repente, un destello de luz brillante se materializó frente a él. Era una proyección del sistema, mostrándole su nuevo título: El Susurro del Girasol, Guardián de los Tesoros de los Caídos. Con este título, Rick sentía una nueva responsabilidad, pero también un poder que no había sentido antes.
El sonido de las alas de otros insectos llenó el aire. Una pequeña horda de criaturas voladoras se aproximaba hacia Rick. Sus colores eran tenues y sus movimientos eran rápidos; sin embargo, a diferencia de la Antaria que le había visitado, estas criaturas parecían menos majestuosas y más agresivas. Estaban buscando el legado de la Nymphofly Antaria, y lo habían localizado gracias a la energía latente en el campo.
Sistema:
¡Alerta! Criaturas hostiles detectadas: Moscas de la Sombrabrisa.Nivel: 5-10.Objetivo: Recuperar los Tesoros de la Nymphofly Antaria.
Rick: +¡No puedo permitir que se lleven lo que me fue confiado! ¡Debo proteger este legado! Aunque soy solo una plantita, la voluntad de la Antaria vive en mí.+
Rick, aún incapaz de moverse, solo podía confiar en su conexión con la tierra y en las habilidades que había desarrollado. Sintió el flujo de maná en sus raíces, y con una concentración intensa, activó su habilidad "Bendición de la Madre Naturaleza". La tierra pareció responder a su llamado, envolviéndolo con una barrera de energía verde brillante, que se expandía desde su tallo hasta el suelo que le rodeaba.
Las Moscas de la Sombrabrisa, diminutas criaturas de oscuras alas, chocaron contra la barrera, pero fueron repelidas por la energía natural de Rick. La barrera, aunque débil, resistía el embate de las pequeñas plagas. Rick notó que su maná se drenaba lentamente, pero la velocidad de recolección aumentaba al mismo ritmo, manteniéndolo estable.
Mientras se defendía, Rick sintió algo cambiar bajo tierra. Las Alas de Antaria brillaban tenuemente, como si respondieran al peligro inminente. A través de sus raíces, absorbió ese brillo y, sin entender del todo cómo, sintió que algo se había activado en él. Un leve destello azul se materializó en las puntas de sus hojas. Era una pequeña fracción del poder de la Antaria, pero Rick sabía que no podía sostenerlo mucho tiempo.
Rick: +¡Es ahora o nunca!+
Con un esfuerzo final, canalizó la energía que había acumulado y liberó un destello de luz a través de su barrera. Las Moscas de la Sombrabrisa, sorprendidas, retrocedieron momentáneamente, dando a Rick el tiempo suficiente para fortalecer su barrera aún más. Con la nueva energía, la barrera pasó de ser un mero escudo a convertirse en una cúpula de energía que las criaturas no pudieron penetrar. Lentamente, las moscas se dispersaron, buscando presas más fáciles.
El peligro había pasado... por ahora. Rick sabía que aquello solo era el comienzo. La energía de la Nymphofly Antaria, ahora parte de él, había llamado la atención de las criaturas del bosque. Pero no temía, porque aunque era pequeño, ahora tenía un propósito, y el bosque mismo parecía protegerlo.
El campo se volvió a llenar de calma. El sol continuaba su ascenso, y Rick, con la luz acariciando sus pétalos, entendió que su camino apenas empezaba. Sentía que algo había cambiado en su esencia, que su conexión con la naturaleza era más fuerte que nunca.
Sistema:
Felicidades: Has defendido con éxito los Tesoros de la Antaria.Título mejorado: Guardián del Girasol Renaciente.Nuevas habilidades desbloqueadas:Espinas de Luz (nivel bajo): Crea pequeñas espinas de energía solar para defenderse de criaturas hostiles.Susurros del Viento (nivel bajo): Permite sentir presencias hostiles en un rango limitado.Recolección de Maná Mejorada: Incrementa la absorción de maná en un 20%.
Rick sabía que lo que había hecho era solo una pequeña victoria. Aún no podía moverse, aún no podía explorar el vasto mundo que le rodeaba, pero ahora sentía que el poder del bosque le respaldaba. El legado de la Antaria estaba en buenas manos... o, mejor dicho, en buenas raíces
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