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un antiguo enemigo tsufuru

Una semana después de que Vegeta desbloqueara la forma de Super Saiyan, la Base Ike estaba llena de actividad frenética. La Gran Estrella Gete, obediente a las órdenes de Vegeta, había estado ocupada creando diversas naves y cazas estelares, inspirados en el diseño del Imperio Galáctico de Star Wars. La base ahora estaba repleta de nuevas armas, y los saiyans se preparaban para incorporarlas a su arsenal.

Vegeta, observando el bullicio desde su posición, se acercó al hangar donde se estaban ensamblando las naves. Los saiyans trabajaban incansablemente, algunos entusiasmados por la idea de nuevas herramientas poderosas, mientras que otros mantenían reservas sobre el cambio en las tácticas de su raza.

Vegeta: (dirigiéndose a los saiyans) ¡Escuchen, guerreros! Estas nuevas naves son cruciales para nuestra supervivencia y expansión. No somos como los fríos seres del imperio de Freezer. No podemos sobrevivir en el espacio sin protección.

Algunos saiyans murmuraban entre ellos, expresando su descontento por la dirección que estaba tomando la raza.

Vegeta: (continuando) Necesitamos estar preparados para enfrentar cualquier desafío, y eso incluye la capacidad de movernos por el espacio. Estas naves nos brindarán esa oportunidad. No olviden que nuestro objetivo es convertirnos en los gobernadores del universo.

A pesar de las dudas iniciales, los saiyans comenzaron a comprender la lógica detrás de las decisiones de Vegeta. El príncipe saiyano continuó explicando que, para cambiar el curso de la historia y elevar a los saiyans a la cima del poder, debían adaptarse y superar las limitaciones impuestas por su propia biología.

Vegeta: (concluyendo) No se trata solo de estas naves. Estamos creando un imperio saiyano, y eso implica utilizar todas las herramientas disponibles. Nuestro poder no solo reside en nuestra fuerza bruta, sino también en nuestra astucia y capacidad para evolucionar.

La resistencia inicial entre los saiyans disminuyó gradualmente mientras comenzaban a comprender la necesidad de estas nuevas adiciones a su arsenal. A medida que las naves estelares se completaban, los saiyans se entrenaban en su uso, ansiosos por explorar el espacio y conquistar nuevos territorios.

La Gran Estrella Gete, fusionada con Vegeta, también estaba satisfecha con su papel en la construcción de estas naves avanzadas. Su lealtad inquebrantable a Vegeta y el deseo de ayudar a su raza a alcanzar nuevas alturas la motivaban a seguir trabajando incansablemente.

Con el tiempo, los saiyans comenzaron a ver los beneficios de estas nuevas herramientas. Las naves les brindaban movilidad en el espacio, permitiéndoles explorar mundos lejanos y expandir su influencia. Vegeta, ahora en su forma de Super Saiyan, lideraba la carga, guiando a su raza hacia un futuro donde los saiyans serían los arquitectos de su propio destino en el universo.

Vegeta, gracias a la Gran Estrella Gete, detectó a gran distancia el planeta M2. La mención de este lugar resonó en su mente, ya que recordó su vida pasada como Ramiro, cuando había enfrentado a Baby, el Tsufuru vengativo. La detección de este planeta en su estado de desarrollo despertó la preocupación de Vegeta, quien sabía que debía tomar medidas rápidas para evitar cualquier amenaza futura.

Se acercó a la Gran Estrella Gete, fusionada con él y lista para obedecer sus órdenes.

Vegeta: Estrella, ¿cuánto tiempo tomaría para ti crear una flota de 5 cruceros de batalla?

Gran Estrella Gete: Aproximadamente dos meses, mi señor.

La respuesta resonó en la mente de Vegeta, quien sabía que el tiempo estaba en su contra. Aunque tenía cierta ventaja al conocer el planeta y su historia, también era consciente de la necesidad de actuar con rapidez. Se dirigió hacia la población saiyana de la Base Ike para comunicar la situación.

Vegeta: Sa... ¡Saiyans! Escúchenme bien. Hemos detectado el planeta M2, hogar de Baby, el Tsufuru vengativo. No podemos permitir que esa amenaza crezca y se vuelva una fuerza contra nosotros. La Gran Estrella Gete necesitará dos meses para crear una flota de cruceros. En ese tiempo, todos deben entrenar y prepararse para lo que vendrá.

La noticia se esparció rápidamente por la base, y los saiyans, conscientes de la importancia de la situación, se sumergieron en un intenso entrenamiento. Vegeta lideró la carga, entrenando más duro que nunca, aprovechando su recién desbloqueada forma de Super Saiyan para alcanzar nuevos niveles de poder.

Mientras entrenaba, Vegeta también se enfocó en perfeccionar sus habilidades tácticas y estratégicas. Sabía que enfrentarse a Baby requeriría más que fuerza bruta, y él estaba decidido a liderar a su raza hacia la victoria.

Durante el proceso de entrenamiento, la Gran Estrella Gete trabajaba incansablemente para construir los cruceros de batalla. La base estaba llena de actividad, y los saiyans, motivados por la amenaza que se cernía sobre ellos, entrenaban con un fervor renovado.

El tiempo avanzaba, y cada día acercaba a Vegeta y los saiyans a la fecha límite para enfrentar a Baby. La Base Ike se había transformado en un crisol de poder y determinación saiyana. Vegeta, mientras observaba el progreso, se sintió orgulloso de su raza y su capacidad para adaptarse y crecer.

Finalmente, llegó el día en que la Gran Estrella Gete anunció que la flota de cruceros estaba lista. Vegeta, en su forma de Super Saiyan, se dirigió a la población saiyana con noticias alentadoras.

Vegeta: ¡Saiyans! La flota de cruceros está lista. Es hora de enfrentarnos a Baby y asegurar nuestro futuro. Cada uno de ustedes ha entrenado arduamente, y estoy seguro de que juntos prevaleceremos.

La flota se preparó para partir, liderada por Vegeta. Se dirigieron hacia el planeta M2, listos para enfrentar cualquier desafío que Baby pudiera presentar. La tensión en el aire era palpable, pero la determinación de los saiyans no flaqueó.

A medida que se acercaban al planeta, Vegeta reflexionó sobre la importancia de esta batalla. Sabía que, al vencer a Baby, no solo protegerían su raza, sino que también enviarían un mensaje claro al universo: los saiyans estaban de vuelta y no serían subestimados.

La batalla que se avecinaba sería una prueba de la fortaleza de los saiyans y de la visión de Vegeta como líder. La flota de cruceros descendió sobre el planeta M2, desatando el poder de los saiyans y la tecnología avanzada de la Gran Estrella Gete contra cualquier amenaza que pudiera surgir.

La invasión al planeta M2 estaba en marcha. Vegeta, acompañado por los Ciberninjas, Droides B1 y B2, y un destacamento de saiyans, avanzaba hacia la fortaleza del Dr. Myuu y el Imperio Saiyan rebelde. Los destructores imperiales se erguían en formación, desplegando su formidable poder de fuego. La alianza entre las máquinas del Dr. Myuu y los renegados saiyans parecía formidable, pero Vegeta estaba decidido a poner fin a la amenaza de Baby y reclamar el planeta para su propio imperio.

La batalla estalló con ferocidad. Rayos de energía, explosiones y el choque de metales llenaban el aire mientras las fuerzas enfrentadas luchaban por la supremacía. Los Ciberninjas se movían con una precisión letal, enfrentándose a las máquinas del Dr. Myuu con habilidades mortales. Los Droides B1 y B2 avanzaban implacables, respaldados por la fuerza de los saiyans que rugían y lanzaban energía destructiva.

En medio del caos, Vegeta se lanzó al frente, enfrentándose a los destructores imperiales y liderando la carga hacia las líneas enemigas. Su aura de Super Saiyan brillaba intensamente, marcando su posición como el líder indiscutible de la ofensiva.

Vegeta: ¡Saiyans, máquinas, avancen! ¡Hagamos que este planeta sea nuestro!

Las fuerzas del Dr. Myuu respondieron con fuerza, pero la combinación de la tecnología avanzada saiyana y la ferocidad de los Ciberninjas y saiyans superaba con creces a las máquinas enemigas. Sin embargo, algo llamó la atención de Vegeta: la presencia de Baby, el Tsufuru vengativo, aún no se había manifestado.

La batalla continuó, y Vegeta lideró la carga hacia el corazón de la fortaleza enemiga. Los Ciberninjas se infiltraron hábilmente, desactivando sistemas de defensa y despejando el camino para el avance saiyano. Pero al llegar al núcleo, una sorpresa aguardaba a Vegeta.

En una cámara de experimentos, el Dr. Myuu estaba supervisando la situación mientras Baby se encontraba en una forma vegetal, conectado a una serie de máquinas. La visión de Baby en tal estado desató un recuerdo en la mente de Vegeta sobre como este ser casi derrotaba a goku mientras veia gt en su vida anterior

Vegeta: (para sí mismo) Baby, pareces haber perdido más de lo que recuerdo.

El Dr. Myuu, notando la presencia de Vegeta, sonrió maliciosamente.

Dr. Myuu: Vegeta, has venido justo a tiempo para presenciar mi obra maestra. Baby ahora es parte de mi ejército perfecto.

Vegeta: ¿Tu ejército perfecto? ¿Crees que te dejaré salirte con la tuya?

Vegeta avanzó hacia el Dr. Myuu con determinación. Sin embargo, en lugar de atacar al científico, decidió tomar una ruta diferente.

Vegeta: Estrella Gete, escucha. Quiero que tomes el control de Myuu y lo conviertas en nuestro esclavo. Baby será útil para nosotros de una forma u otra.

La Gran Estrella Gete, obedeciendo las órdenes de Vegeta, extendió su influencia hacia la mente del Dr. Myuu. En cuestión de momentos, el científico se encontró incapaz de resistir la voluntad de la estrella.

Dr. Myuu: (con voz manipulada) Sí, mi señor Vegeta. Estoy a tu servicio.

Vegeta, satisfecho con la eficacia de la estrella, dejó al Dr. Myuu bajo su control y se volvió hacia el estado vegetal de Baby.

Vegeta: Muy bien, Baby. Parece que las cosas han cambiado desde nuestra última confrontación. Pero incluso en este estado, eres útil para mí.

La Estrella Gete extendió su influencia sobre Baby, asegurándose de que el Tsufuru vengativo estuviera bajo el control del imperio saiyano.

Con la fortaleza ahora bajo control saiyano y el Dr. Myuu convertido en un esclavo, Vegeta dejó el planeta M2 como una nueva adición a su creciente imperio. Los saiyans, las máquinas y los Ciberninjas se retiraron triunfantes, con Baby convertido en una herramienta valiosa en manos de Vegeta.

La noticia de la victoria de Vegeta se extendió por la Base Ike, y el príncipe saiyano se preparó para enfrentar nuevos desafíos en su camino hacia la conquista del universo. Con la Estrella Gete a su lado y un Baby sometido a su voluntad, Vegeta avanzó hacia el futuro con determinación y la creciente certeza de que el universo pronto se inclinaría ante el imperio saiyano.

Vegeta, tras la exitosa conquista del planeta M2, se encontraba en su nave rumbo a la Base Ike. La victoria sobre el Dr. Myuu y la incorporación de Baby como una herramienta valiosa habían fortalecido aún más la posición de Vegeta en el universo. Sin embargo, el príncipe saiyano tenía planes más ambiciosos en mente.

En la intimidad de su cámara, Vegeta reflexionaba sobre el potencial sin explotar de Baby. El Tsufuru vengativo, a pesar de estar bajo el control de la Gran Estrella Gete, aún no estaba en su forma completa. La mente estratégica de Vegeta ideó un plan audaz: fusionarse con Baby en el futuro para alcanzar un poder aún mayor.

Vegeta: (para sí mismo) Baby tiene un potencial sin explotar. Si logro fusionarme con él, podríamos convertirnos en una fuerza imparable. Pero tendrá que ser en el momento adecuado, cuando su desarrollo esté completo.

La Estrella Gete, consciente de los pensamientos de Vegeta, respondió en su mente.

Gran Estrella Gete: La fusión con Baby es una posibilidad intrigante. Podría amplificar significativamente tu poder y habilidades. Sin embargo, como mencionas, deberá ser en un momento futuro cuando Baby alcance su forma más completa.

Vegeta asintió con determinación. Sabía que apresurarse en la fusión podría resultar en un poder subutilizado. La paciencia y la planificación serían clave para garantizar el éxito de esta estrategia.

A medida que la Base Ike se acercaba en el horizonte, Vegeta se sumió en sus pensamientos sobre el futuro. La creación de su propio imperio saiyano, la sumisión de enemigos y la búsqueda de poderes más allá de lo conocido eran objetivos que impulsaban cada una de sus decisiones.

El viaje hacia la grandeza continuaba, y Vegeta se preparaba para enfrentar desafíos aún mayores. La fusión con Baby, cuando llegara el momento, sería un paso crucial en su camino hacia la conquista del universo.

En la base, los saiyans continuaban su entrenamiento, los Ciberninjas perfeccionaban sus habilidades y la Gran Estrella Gete trabajaba incansablemente para mejorar la tecnología del imperio saiyano. Las piezas estaban en su lugar, y Vegeta sabía que cada movimiento estratégico lo acercaba más a la realización de sus ambiciones.

A medida que la nave aterrizaba en la Base Ike, Vegeta se preparó para informar sobre la victoria en el planeta M2 y compartir sus planes para el futuro con aquellos que seguían sus órdenes. La fusión con Baby era una carta que guardaba celosamente, consciente de que su revelación debía ser precisa y en el momento adecuado para evitar interferencias indeseadas.

El príncipe saiyano se sumergió en la agitación de la base, donde soldados saiyans se entrenaban, científicos trabajaban en nuevas tecnologías y los Ciberninjas perfeccionaban sus tácticas. Era un imperio en ascenso, y Vegeta estaba decidido a llevarlo a nuevas alturas.

Mientras se dirigía hacia el centro de comando, Vegeta mantuvo su mirada fija en el futuro. La fusión con Baby sería un punto culminante en su camino hacia la supremacía universal, y estaba decidido a asegurarse de que cuando llegara el momento, nada podría detenerlo.

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