En un distante planeta, Vegeta y Nappa se encontraban inmersos en la conquista. La brutalidad de su poder saiyajin se desataba mientras arrasaban con la resistencia del planeta. Aunque los habitantes luchaban valientemente, eran insignificantes ante la imparable fuerza de los guerreros saiyajin.

Mientras destruían ciudades y desafiaban a los defensores del planeta, una transmisión llegó a sus rastreadores saiyajin. Era un mensaje que mencionaba las míticas Esferas del Dragón en la Tierra, capaces de conceder cualquier deseo. Vegeta, intrigado por la idea de aumentar su poder, decidió que era hora de abandonar temporalmente su conquista y dirigirse a la Tierra.

Vegeta: (pensando) Las Esferas del Dragón... podría obtener algo que me haga más fuerte. Y si los Saiyanos de este universo son tan fuertes como yo, no puedo subestimar lo que podrían representar esas esferas.

Vegeta estaba consciente de que se acercaba la tan esperada Saga Saiyajin, pero su enfoque estratégico le impedía hacer demasiados cambios antes del momento adecuado. Nappa, siempre ansioso de pelear, estaba emocionado por la idea de enfrentar nuevos desafíos en la Tierra.

Nappa: ¡Vegeta, eso suena interesante! ¡Vamos a la Tierra y aplastemos a esos débiles!

Vegeta asintió, compartiendo la emoción de Nappa, pero sus pensamientos iban más allá. Sabía que la Tierra albergaba guerreros poderosos, y la posibilidad de las Esferas del Dragón solo intensificaba su interés en el planeta.

La pareja saiyajin se retiró del planeta conquistado y se dirigió hacia la Tierra, listos para enfrentar lo que fuera necesario para obtener las preciadas esferas. Mientras surcaban el espacio en sus naves, Vegeta se sumió en sus pensamientos, planeando meticulosamente cada paso. La inminente llegada de los Saiyanos a la Tierra sería un punto crucial en su historia, y Vegeta estaba decidido a asegurarse de que su participación marcara la diferencia.

La tensión en el aire era palpable cuando Vegeta y Nappa llegaron a la Tierra. Con la información sobre las Esferas del Dragón en sus manos, decidieron aterrizar lejos de los poblados para evitar llamar la atención. Vegeta tenía claro que debían ser cautelosos, especialmente después de enterarse de la muerte de Raditz.

Una vez en la Tierra, utilizaron sus rastreadores para localizar el poder más alto. La lectura los llevó hasta Piccolo, Gohan y Krillin. Vegeta, siempre astuto, identificó la voz de Piccolo gracias a las comunicaciones previas con Raditz. Piccolo, por su parte, no ocultó su hostilidad hacia Vegeta y Nappa.

Vegeta: Así que tú eres el Namekiano que mató a Raditz. No subestimo a tu especie, pero no será tan fácil acabar con nosotros.

Piccolo: No subestimes a los Namekianos, saiyajin. Tenemos habilidades que podrían sorprenderte.

Vegeta, consciente de la amenaza que presentaban los Namekianos, mantuvo su guardia alta. Nappa, sin embargo, parecía más interesado en la acción directa.

Vegeta: (a Nappa) Quita ese rastreador. No servirá contra ellos.

Nappa obedeció, desactivando el rastreador. En ese momento, Vegeta ordenó a Nappa que liberara a los Saibaman. Los pequeños guerreros se materializaron, preparados para la batalla.

Vegeta: (a Piccolo y los demás) Estos son los Saibaman. Pelearán contra ustedes.

Piccolo, Gohan y Krillin se prepararon para el enfrentamiento. Sin embargo, en un giro inesperado, Yamcha, Ten Shin Han y Chiaotzu aparecieron, listos para unirse a la batalla. Ten Shin Han se adelantó y enfrentó a uno de los Saibaman, derrotándolo con relativa facilidad.

Ten Shin Han: (serio) No subestimen a los humanos.

Por otro lado, Yamcha luchaba contra otro Saibaman. Aunque inicialmente parecía tener la ventaja, subestimó al pequeño guerrero. En un momento de descuido, el Saibaman activó su técnica de autodestrucción, y la explosión resultante no solo acabó con el Saibaman, sino también con Yamcha.

Vegeta observó la escena con frialdad. No mostró ninguna emoción por la pérdida de Yamcha, demostrando su falta de conexión con los sentimientos de los demás.

Vegeta: (serio) Uno menos. Espero que los demás sean más entretenidos.

La batalla continuó, y Nappa lanzó a otro Saibaman para reemplazar al perdido. Los guerreros Z, conscientes de la gravedad de la situación, se prepararon para enfrentar a los invasores saiyajin.

La explosión de la ráfaga de ki de Krillin resonó en el campo de batalla, dejando a la mayoría de los Saibaman reducidos a cenizas. Sin embargo, Vegeta y Nappa apenas parecieron afectados por el ataque, destacando la brecha en poder entre los guerreros Z y los saiyajin invasores.

Con la amenaza de los Saibaman eliminada, Nappa, sin perder tiempo, decidió tomar la iniciativa y enfrentarse directamente a los guerreros Z. Se lanzó hacia Ten Shin Han, quien se puso en posición de combate. El combate fue intenso, pero Nappa demostró ser demasiado poderoso para el humano modificado. En un momento, Nappa logró arrancarle un brazo a Ten Shin Han, debilitándolo significativamente.

Viendo la situación crítica, Chaos decidió tomar medidas extremas. Se sacrificó utilizando una técnica de autodestrucción para intentar derrotar a Nappa. La explosión envolvió al saiyajin, pero cuando la humareda se disipó, Nappa emergió ileso, solo con la armadura dañada.

Chaos: (mientras se desintegra) ¡Asume el control, Ten!

La desesperación se apoderó de Ten Shin Han, y decidió apostar todo en un ataque final contra Nappa. Su técnica lanzó un potente ataque de energía que alcanzó a Nappa de lleno. Sin embargo, el saiyajin resistió el ataque y Ten Shin Han cayó al suelo, sin vida.

Krillin: (gritando) ¡No! ¡Ten!

La situación se volvió aún más crítica cuando Nappa, sin perder tiempo, se lanzó hacia Krillin, Piccolo y Gohan. Pero antes de que pudiera llegar a ellos, Vegeta intervino, deteniendo a su compañero.

Vegeta: (serio) ¿Ese tal Goku es Kakaroto?

Krillin: (nervioso) S-sí, él es Goku. ¿Por qué?

Vegeta: (sonriendo malévolamente) Esperaremos tres horas. Prepárense.

Nappa no estaba contento con la idea de esperar, pero no podía desobedecer a Vegeta. Se retiraron a un lugar más alejado para aguardar la llegada de Goku.

Mientras esperaban, Vegeta reflexionó sobre su próximo enfrentamiento con Goku. Aunque no lo admitiría abiertamente, la idea de enfrentarse a su antiguo compañero saiyajin lo emocionaba. Recordó la rivalidad y la competencia constante que compartían desde su infancia en el Planeta Vegeta.

Vegeta: (pensando) Kakaroto, ahora veremos qué tan fuerte te has vuelto. Será un placer recordarte quién es el príncipe saiyajin.

Durante esas tres horas de espera, Vegeta y Nappa descansaron y se prepararon para la batalla que se avecinaba. La atmósfera estaba cargada de tensión, y los guerreros Z se enfrentaban a la difícil tarea de superar a los invasores saiyajin y proteger la Tierra de esta amenaza interplanetaria.

Goku llegó en el último momento, justo cuando Nappa estaba a punto de acabar con Gohan. Con un rápido movimiento, Goku se interpuso entre Nappa y Gohan, salvándolo del fatal pisotón. La Nuve Voladora, llevando consigo las dos semillas del ermitaño, se posó junto a ellos.

Goku: ¡Gohan, Krillin, coman estas semillas del ermitaño y recuperen sus fuerzas!

Goku entregó las semillas a Gohan y Krillin, quienes las aceptaron agradecidos. Mientras comían las semillas, Goku observaba con furia y determinación a Nappa, quien se burlaba de la llegada de Goku.

Nappa: ¿Así que eres Kakaroto, el mono que nos abandonó?

Goku: (serio) He vuelto para detenerlos. No dejaré que lastimen a mis amigos.

La batalla se reanudó, pero esta vez, Goku estaba en la escena. Gohan y Krillin, recuperados gracias a las semillas, se unieron a Goku para enfrentarse a Nappa. La superioridad de Goku era evidente, y Nappa, aunque poderoso, estaba lejos de ser un desafío para el guerrero saiyajin.

Con un rápido movimiento, Goku esquivó los ataques de Nappa y contraatacó con una ráfaga de golpes y patadas. Gohan y Krillin, inspirados por la valentía de Goku, se unieron a la ofensiva. Nappa, sorprendido por la habilidad de Goku, comenzó a mostrar signos de agotamiento.

Goku: (serio) Ya es suficiente, Nappa. Ríndete y deja de hacerle daño a la Tierra.

Nappa: ¡No me rendiré tan fácilmente!

A pesar de sus palabras, Nappa estaba en desventaja. Goku, con su superioridad en combate, derribó a Nappa con un fuerte golpe. Herido y debilitado, Nappa se rindió finalmente.

Nappa: (resignado) No esperaba que fueras tan fuerte, Kakaroto.

Goku, mirando a Nappa con seriedad, se dio cuenta de que la verdadera amenaza aún estaba por llegar: Vegeta, el príncipe saiyajin. La lucha contra Nappa había sido una muestra de poder, pero el enfrentamiento con Vegeta sería mucho más desafiante.

Goku: (pensativo) Vegeta está en otro nivel. Tendré que darlo todo cuando me enfrente a él.

Mientras Goku se preparaba para el próximo enfrentamiento, Nappa, derrotado y humillado, observaba desde el suelo. El destino de los guerreros Z y el destino de la Tierra pendían de un hilo mientras la amenaza saiyajin continuaba su avance.

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