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Prologo: El Despertar de Shadow: Enfrentando un Nuevo Mundo

En el frío vacío del espacio, un destello de confusión y miedo brillaba en los ojos de un joven de dieciséis años. Se encontraba flotando en una extraña cápsula, sumergido en un líquido desconocido, conectado a un equipo respiratorio que zumbaba rítmicamente a su lado. La última imagen que recordaba era algo o alguien encima de él, sosteniendo algo, pero ahora todo era una confusa nebulosa.

Con un esfuerzo titánico, abrió los ojos y se encontró con la mirada de un anciano con bata de científico. La figura sonrió con calidez y presionó un botón, desencadenando una serie de movimientos mecánicos que finalmente liberaron al joven de su confinamiento. Se desplomó al suelo, sintiendo como si sus extremidades se negaran a obedecerle.

El científico, con una serenidad que contrastaba con el caos en la mente del joven, lo ayudó a levantarse y le habló con una voz tranquilizadora.
???: Me alegro de que hayas despertado, Shadow. Soy Gerald Robotnik.

La mención del nombre resonó en la mente del joven como un eco lejano de un pasado que apenas podía recordar. Miró al anciano, su corazón latiendo con una mezcla de asombro y terror. ¿Cómo era posible que estuviera frente a él un personaje de un videojuego? ¿Y por qué estaban en el espacio?

Antes de que pudiera articular ninguna pregunta, el joven se miró a sí mismo y su corazón casi se detuvo. No era él. No era su rostro reflejado en el brillo de la cápsula, sino el de Shadow the Hedgehog, el anti-héroe legendario de los juegos de Sonic.

El pánico se apoderó de él, su respiración se volvió entrecortada y sus manos temblaban incontrolablemente. ¿Cómo podía ser real esta pesadilla? ¿Cómo podía haberse convertido en un personaje de ficción? Las preguntas retumbaban en su mente como un tambor ensordecedor, pero las respuestas parecían estar más allá de su alcance.

Gerald Robotnik colocó una mano reconfortante en su hombro, pero el joven Shadow se apartó bruscamente, retrocediendo con horror ante la perspectiva de lo que había ocurrido. Su mente se tambaleaba al borde de la cordura, luchando por comprender el incomprensible giro que había tomado su vida.

El universo giraba a su alrededor en una espiral caótica de incertidumbre, y el joven Shadow se encontraba atrapado en el centro de todo, enfrentándose a un destino que parecía haber sido escrito en las estrellas mucho antes de que él naciera.

El joven Shadow luchaba por encontrar palabras que expresaran el torbellino de emociones que lo invadía, pero solo lograba emitir sonidos guturales y balbuceos incoherentes. La frustración lo envolvía como una neblina densa, dificultando incluso el respirar.

Gerald, con paciencia infinita, observaba con comprensión la lucha interna del joven. Con una voz suave, rompió el silencio que había envuelto la habitación.
Gerald: No te preocupes, Shadow. Es comprensible que te sientas abrumado. No puedes hablar todavía, pero con el tiempo, lo podrás hacer.

Las palabras del anciano resonaron en la mente del joven, calmando la tempestad que se agitaba dentro de él. A medida que la calma comenzaba a retornar, el joven Shadow miró la mano extendida de Gerald con cautela. ¿Podía confiar en este hombre? ¿Podía confiar en alguien en este mundo tan desconcertante?

Con un corazón lleno de dudas y temores, el joven finalmente extendió su mano y tomó la de Gerald. Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el contacto humano, pero también experimentó un destello de esperanza. Tal vez, con la ayuda de Gerald, podría encontrar respuestas a las preguntas que lo atormentaban...

Gerald asintió con una sonrisa tranquilizadora, como si entendiera las luchas internas del joven mejor de lo que él mismo lo hacía. Juntos, se enfrentarían a un futuro incierto, unidos por lazos que trascendían el tiempo y el espacio. Pero por ahora, en ese pequeño instante de conexión, el joven Shadow encontró un rayo de luz en la oscuridad que lo rodeaba.

Fin

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