1
Sofía era una chica de veinte años que acababa de llegar a su casa de trabajar. Encendió la luz y dejó el bolso en la encimera. Después de darse una relajante ducha y cenar se puso cómoda en el sofá y puso su serie favorita.
- ¡No entiendo porqué Destiel no se hace real! - se quejó lanzando una palomita a la pantalla - ¡Qué injusto Chuck!
Y en menos de dos segundos, Sofía ya no estaba en su sofá, sino en un lugar vacío y blanco.
- Qué... - frunció el ceño mirando alrededor - ¿Qué está pasando?
- Moriste - dijo una voz detrás de ella.
Sofía se volteó.
- ¿Como dice? ¿Quién es usted?
- Moriste mientras veías la televisión por un misil que bombardeó tu ciudad.
Sofía parpadeó varias veces.
- Y soy Dios.
- Claro - lo miró desconfiada - ¿Y ahora qué?
- Esperaba una reacción de tu parte.
- Deme unos segundos... - inspiró y... - ¿¿¡¡ESTOY MUERTA!!?? ¿¿¡¡USTED ES DIOS!!?? ¡YA NO PODRÉ SEGUIR VIENDO SUPERNATURAL! ¿¡COMO SUPERARÉ ESO!?
- ¿Te afecta más no seguir viendo supernatural que estar muerta? - la interrumpió haciendo que se quedara quieta muy seria.
- Hay prioridades hombre. Entonces, ¿Fue bastante drama o sigo?
- No - dijo sacándole una sonrisa de lado.
- ¿Y ahora qué?
- No debías morir todavía pero ya no hay nada que hacer, aunque...
- ¿Sí? - lo incitó a que siguiera curiosa.
- Puedo llevarte a esa dimensión y darte una misión.
- ¿Eh?
- Te llevaría a la dimensión donde existen Dean y Sam para que los ayudes.
Sofía agradeció estar muerta, sino hubiera caído redonda de la impresión.
- ¿Yo? - se señaló - ¿Dices que conoceré a...? ¡Ay Dios mío! Osea tú, quiero decir...¡Agh! - se llevó las manos a la cara y respiró para tranquilizarse - un segundo - lo miró - ¿Como se supone que los ayudaré? No sé nada, ni siquiera e visto todo lo que sucede, yo...
- Te daré algunos conocimientos - le puso la mano en la frente dejando salir un brillo - ahora eres un Arcangel que ayudará a los hermanos Winchester.
- ¿¡ARCÁNGEL!? - el brillo se intensificó y tuvo que cerrar los ojos y cuando los abrió se encontró tirada en lo que parecía una habitación.
Se levantó y fue cuando se dio cuenta de algo.
- Son más pequeñas - murmuró mirándose las manos, buscó el baño y brincó del susto - ¿¡Qué mierda!? ¿Esa soy yo?¿¡Qué tengo doce años!?
- Esa boca.
- ¿Quién ha dicho eso? Espera, ¿Acabo de oír una voz en mi cabeza?
- Soy Dios, de vez en cuando podré hablar contigo a través de tu mente. Sí, eres esa chica y tienes doce años. Los Arcángeles y Ángeles acaban de saber de tu existencia así que ten cuidado.
- ¿Vendrán por mí? - se asustó.
- Espero que no, solo cuando te vean sabrán que eres su hermana.
- Un consuelo serlo - hizo una mueca - ¿Podrías guiarme hacia los Winchester?
- Teletransportate al bunker, ya sabes dónde es.
- Pero no se puede entrar al bunker, está protegido de todo ser sobrenatural.
- Yo me encargo, por cierto ahora tu nombre es Hanael.
Ella cerró los ojos y con el ruido de un aleteo desapareció de ese lugar. En todo el lugar se oyó un golpe muy fuerte llamando la atención de los presentes.
- Auch, vaya leche - se quejó levantándose del suelo.
- ¿Perdón?
Ella levanta la mirada de golpe y los ve ahí con caras confusas.
- ¡AY MI PADRE! ¡AY MI PADRE! ¡QUE EMOCIÓN! - chilló, corrió y lo abrazó - ¡DEAN! - abrazo - ¡SAM! - abrazo - ¡CASTIEL! ¡HOLA! ¡HOLA!
Los hermanos ni siquiera reaccionaron a los abrazos todavía shockeados al a ver visto una niña aparecer en el bunker.
- ¡Me llamo Hanael! - sonrió feliz de la vida teniendo enfrente a sus ídolos.
- La alegría de Dios - dijo Castiel.
- ¿Qué? - lo miró confuso Dean.
- Su nombre significa la alegría de Dios - explicó Castiel - tú debes ser el Arcángel que él ocultó.
- ¿Ésta mocosa? / ¿Es un Arcangel? - se asombraron Dean y Sam.
Hanael miró a Dean indignada. ¿Qué mocosa ni qué mocosa? Tenía veinte años, aunque ahora qué se paraba a pensar tenía la apariencia de una niña de doce años.
- Sí - dijo Castiel - entonces eres mi hermana.
- ¡HERMANO! - se lanzó otra vez a abrazarlo haciendo sonreír a Sam; ya le había ganado con esa actitud tan tierna.
- ¿Un Arcangel? ¿Porqué tienes esa apariencia? - le miró Dean.
- ¿ Y tú porqué tienes esa apariencia?
- ¿Qué se supone que tengo que decir? ¿Así me hicieron mis padres?
- Lo mismo digo.
Sam rió.
- Te calló.
- ¿Porqué te ocultó de nosotros? - preguntó Castiel.
Hanael recordó la historia que inventó Dios.
- Porque no era seguro para mí, dijo que os estabais matando y no quería que me pasara lo mismo - se encogió de hombros.
- Entonces, ¿Dios te ocultó de tus hermanos para protegerte? - preguntó Sam.
- Ajá - asintió.
- ¿Sabes dónde está ahora?
- No - negó mirando a Dean - me dijo que viniera aquí y os ayudara.
- ¿Dios quiere que nos ayudes? ¿Tú?
- Sí, ¿Por qué repiten lo que digo?
- Nos resulta difícil de creer.
- Ten un poco de fe, estoy de su parte - dijo haciendo un puchero.
- ¿Porqué?
- ¡PORQUE SON LOS WINCHESTER! ¡SON LOS MEJORES! - dijo fingiendo desmayarse de la emoción.
Sam rió y la ayudó a levantarse.
- No se ha desmayado de verdad.
- Lo sabemos Cas - dijo Dean suspirando.
- ¿Me dejan quedarme? No como, no duermo y casi no ocupo lugar. ¿Puedo? ¿Puedo? - juntó las manos y puso ojos de cachorro.
- Vaya - Dean se cruzó de brazos mirando a su hermano - pone la misma mirada que tú cuando quieres convencerme de algo.
- ¡Sí! ¡Hazla! ¡Hazla! - Hanael agarró a Sam y lo puso a su lado - tú también Castiel.
Castiel los observó y luego miró a Dean imitando la mirada de cachorro.
Dean bufó y se dio media vuelta para irse a la habitación.
- ¡Hay pai en la nevera!
- Bienvenida al bunker mocosa - Dean se volteó rápido yendo a la cocina deseando comer el pai.
- Buen soborno - rió divertido Sam alzando la mano.
Hanael sonrió y chocó los cinco con Sam y luego con Castiel después de enseñarle.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro