Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pólux morirá

La noche había caído, pero seguíamos con nuestro camino. Los alces estaban fatigados, apenas pudieron descansar cuando nos topamos con un pequeño arroyo de agua, hasta me daba pena hacerles esto, pero ellos cumplían con su labor fielmente.

Faltaba poco, podíamos estar seguros una vez llegásemos a la aldea de los comerciantes. Hasta en la lejanía se podía ver cómo el humo oscuro del fuego se difuminaba con las grisáceas nubes, como si varias fogatas y chimeneas ocasionaran este humo.

El problema era que atrás mío estaban Nao y Tiara, encima del alce, con una mirada fría y sin voz luego de lo que había pasado hace unas horas.

Tiara al recuperar la conciencia pidió información y al recibirla sus garras fueron lo primero que vi. Con las garras de sus patas apuntándome solamente le dije claro lo que hice y su responsabilidad al dejarla con vida.

Una persona como ella daría su vida por salvar a otros, pero al ver que su resolución no fue así, lo único que pudo hacer era maldecirme, por aquellas acciones que ella odiaba.

Le dije: "¿Crees que lo hice por gusto? Me eres de utilidad y estarás bajo mi cargo. Tu familia ha muerto y yo fui quien los mató, así que si quieres mi cabeza mátame cuando menos me lo espere".

Al decirle eso solo pude sentir esos ojos fríos y llenos de odio hacia mí. Pasado el tiempo no ha dirigido una sola palabra hacia mí, era como si me considerara ahora su enemigo.

Lo mismo puede ir para Nao, puede que no me odie, pero me teme. Esa vez que acerqué mi mano lo reconocí, reconocí que había dejado de ser un humano, era ahora un demonio, aunque decir esto en este mundo pueda ser incomprensible, pero con la cultura en mi mundo, donde nací, en verdad si me considerarían un demonio.

Astaroth: (Amelia, algo nos sigue).

Amelia: (¿Los elfos?).

Astaroth: (No... es algo que me es imposible comprender)

La Demonio dejó de hablarme y al instante sentí un breve frío correr por mi espalda, un ambiente tenso y un poco de miedo a mi alrededor.

Amelia: Chicas, algo se acerca, mantenga su posición.

Bajé de mi montura y alcé mis manos, esperando el momento para invocar unas bolas de fuego y atacar.

En la inevitable oscuridad que tenían los árboles, un ser fantasmagórico apareció, parecía una mujer, con un cabello abundante y cenizo...

Astaroth: Una Banshee. Es extraño ver un ser como esos, no lo ataques, es inofensivo, pero puede romperte tus oídos con su alarido.

Las Banshee son almas perdidas, que se representan como una mujer y esta anuncia la muerte próxima de una persona cercana a ti, otras veces cuando estas se presentan en una ciudad o un lugar con personas; significan que en ese lugar va a haber muerte.

Aquel Fantasma se acercó a mí, mostrando ese horripilante rostro; esquelético y con trozos de carne apenas ocultando estos huesos, pero en sus ojos había unas lágrimas.

Esta Banshee tenía un largo vestido blanco, este desaparecía por debajo de sus rodillas, mostrando como levitaba, sin pies que tocaran el suelo, solo libre como el viento.

—Lo... Lo siento...— Con una voz triste, la Banshee comenzó a hablar— Uno de tus amigos morirá pronto...

¿Uno de mis amigos?...

No puede ser cierto.

Entonces Rastus, Pólux, Tristán y Arthur están vivos...

Amelia: Pero... ¿Quién morirá?

—Lo siento...— La Banshee lloraba, apenas pudiendo hablar— La muerte de Pólux hará que otros mueran...

Pólux...

Va a morir...

Amelia: ¿Sabes dónde están?...

—E-Están en tu camino... pronto... los encontrarás...— Fueron las últimas palabras de la Banshee.

Amelia: E-Espera...

Al momento de querer detener a la Banshee con mi mano, Astaroth me detuvo, controlando mi cuerpo.

Astaroth: No sigas, son peligrosas.

La Banshee, llorando, comenzó a retirarse, desvaneciendo entre la espesura de la oscuridad de la noche...

...

...

...

Apreté mis labios y empuñé mi mano.

Joder, después de todo mis amigos van a morir...

Por lo menos... quiero unas palabras con ellos...

Antes de...

Nunca volverlos a ver...

Nao: Mi Lady, debemos continuar— Su voz me sacó de mis pensamientos.

Hay que continuar despues de todo.

Es a lo único que nos podemos conformar...

A continuar...

###

Perspectiva de Rastus.

Lo primero que vi al llegar a este mundo fueron unos cientos de golpes en mi rostro.

Luego de eso, como si fuera perro rabioso, me encadenaron de manos y pies, lo único que pensé en ese momento fue: "Oh Mierda, qué buen par de tetas".

Yo allí en el suelo, con mi nariz botando sangre, con mi culo de pa' arriba, mi cabeza en el suelo y mi amigo a punto de tener una erección, vi una belleza.

Frente a mí había una chica, encadenada, llorando, con frío en su desnudez, mientras que, yo solo le miraba ese par de rifles.

Esa chica tenía unos largos cuernos en su frente, escamas en su mano y un par de alas cortadas, sin plumas y oscuras, mientras que sus ojos eran rojos, como el rubí.

Era realmente una belleza...

Mientras yo miraba a esa chica, embobado en mis fantasías, recibí su mirada. Con solo ver sus ojos inyectados en mí, todo el dolor de mi cuerpo desapareció y me enderecé, me senté en el sucio y mojado suelo ,y, con mis manos encadenadas, oculté a mi gran amigo de abajo que estaba en su momento de gloria.

Rastus: Ah, hola. No creas que te estaba mirando ni nada por el estilo, no estaba pensando en cosas sucias ni nada, así que no lo malinterpretes—Suspiré al decir tantas verdades...

La Chica dejó de llorar y tan solo sonrió tímidamente.

Rastus: No te creas que esos cuernos se te ven hermosos, ojalá yo también tener unos como esos, me vería igual de increíble como tú.

—¿Qué tonterías dices?— Soltó una pequeña carcajada la chica— Es la primera vez que un humano me habla de manera tan casual.

Mierda, se me paró.

Tosí con fuerza, intentando calmar a mi gran amigo de abajo que estaba a punto de mostrarse a través de mis manos.

Rastus: Por cierto, ¿Cómo te llamas? Tampoco lo malinterpretes, no es como si quisiera ligarte ni nada, solo quiero saber tu nombre, de seguro debe ser lindo...

La chica volvió a reír, limpiando sus lágrimas con sus manos que estaban atadas, y luego las bajó, ocultando con su brazo sus pezones.

Una lástima...

—Me llamo Stella, soy una demonio— Finalizó con una tierna sonrisa.

Rastus: ¿Demonio? El demonio soy yo por mirarte tus tet... —Tosí otra vez, casi ahogándome— Ignórame, es que me golpearon un poco en la cabeza y parezco un poco tonto.

Stella: Es cierto ¿Te duele mucho tu cabeza? Hace poco habías parado de sangrar. Si no tuviera estas cadenas te hubiera ayudado...

Malditas cadenas...

Rastus: Estas heridas no se comparan con las tuyas, debe doler más lo que te han hecho.

Stella: Para nada, por suerte no me han golpeado... solo me... cortaron mis alas...— Movió lo que quedaban de sus alas, viéndolas con rencor y tristeza.

Rastus: A mí por suerte no me han cortado mis bolas— Alcé mis manos y miré al cielo— ¡¿Qué sería de mí sin mis bolas?!

Stella: ¿Qué cosas dices?— Soltó una pequeña carcajada.

Uno de los guardias golpeó con su espada los barrotes de hierro que nos encarcelaban.

Rastus: ¡Qué grosero! ¿Acaso no sabes como tratar a una dama?— Le respondí al Guardia.

—¿Qué? ¿Acaso quieres morir?— El Guardia rugió amenazando con su espada.

Rastus: ¡Mejor muerto que ver a una mujer llorar!

Stella: Oye detente, no importa esto.

Rastus: Claro que importa, tú no deberías estar aquí en este lugar, tu deberías estar con tu familia y con un hombre que te proteja.

—El que la protegerá será tu cadáver cuando mueras, maldito esclavo— El guardia tomó sus llaves y con ira abrió la reja de la celda.

Una fuerte patada fue incrustada en mi cabeza, haciendo que perdiera la conciencia.

###

Que dolor...

Espero que esos malditos de Phoenix, Polux, Tristán y Arthur estén sufriendo lo mismo que yo...

No, de hecho, espero que no lo estén sufriendo, porque vaya bendición lo que está frente a mis ojos.

Stella: Despertaste.

Mi cabeza estaba apoyada en unos esponjosos muslos y mi vista era opacada por dos grandes pecho y un hermoso rostro.

Mierda... se me va volver a parar.

Stella: ¿Todavía te duele?— Acarició mi cabeza, sintiendo cómo sus delicados dedos cepillaban mi cabello.

Si sigue así definitivamente se me va a parar...

Rastus: ¡Sí! ¡Estoy bien!— Me levanté al sentir cómo mi amigo comenzaba a moverse— Solo mira mi bicep, hasta creció con solo verte.

Stella: Oye, no bromees, estás herido, sigue descansando.

Rastus: ¿Eh? De seguro debes tener tus piernas entumecidas con mi cabezota.

Stella: Cállate y acuéstate— Jaló de mis hombros, haciendo que volviera a apoyar su cabeza en sus muslos— No mires mucho para arriba, es incómodo.

Rastus: Lo siento mi señora, eso es algo que debo de hacer si quiero ser más fuerte.

Stella frunció sus comisuras y con su mano tapó mis ojos.

Stella: Haz lo que te digo y punto.

Rastus: A sus órdenes...

A pesar de todo, no era tan malo estar aquí encerrado, a pesar de que el sol nos caía directamente y sentía como mi piel estaba siendo rostizada, PERO ESO NO ERA TAN MALO.

Rastus: Oye Stella... ¿Y tu familia?...

Stella: Fue asesinada por esos vulgares hombres...

Rastus: Ya veo, lo siento si te hago hablar de algo que no quieres.

Stella: No importa, con solo verte me pareces que no eres alguien malo ¿o si lo eres? No te atrevas a mentirme.

Rastus: ¡Nunca te mentiría!

Stella: Si lo haces te cortaré tus testículos.

Rastus: No lo haga por favor mi señora, ten piedad de un hombre como yo...

Stella: Era broma, no te creas todo lo que te digo...— Ella quitó sus manos de mis ojos, volviéndome a dejar ver— ¿Y tu familia?...

Mi familia...

De seguro siguen con vida...

Sin embargo... como estarán esos idiotas.

Rastus: Ellos... dejaron de existir...

Al final, no podré volver a ver a mi familia jamás...

En este nuevo mundo, estaba solo y sin familia...

Stella: Parece que estamos en las mismas condiciones— Una sonrisa ocultó esa tristeza que guardaba.

Eso me hizo pensar en... que linda que es...

Joder, quiero metérsela...

Dejando eso de lado, había algo que debía hacer, como el hombre que soy debía hacerlo, costara lo que costara...

Rastus: Oye Stella...

Stella: ¿Qué pasa?

Rastus: Quiero proponerte algo...

Stella: ¿A qué se debe algo tan repentino?

Me senté y me di la vuelta, para mirarla a sus ojos. Tomé sus manos y las acerqué a mi pecho, sin dejar de mirarla a sus hermosos ojos.

Rastus: Si yo... si yo... si yo te saco de aquí... yo quiero...—Tomé una bocanada de aire, intentando ocultar mi timidez y vergüenza— ¡Cásate conmigo cuando te saque de aquí!...

Lo dije...

Por fin lo dije...

Pero la vergüenza era incontrolable... ni siquiera podía mirarla a sus ojos...

Sin embargo, sus manos abrazaron las mías y la miré a sus ojos, que parecían querer llorar.

Stella: Si logras sacarme de aquí... si me casaré contigo...

¿ESO ES UN SI?

Rastus: ¡Hurra!— Me levanté y comencé a saltar de felicidad.

—¡SIMIO, MANTENTE CALLADO SI NO QUIERES MORIR!— Gritó un guardia.

Rastus: Si, señor— Rápidamente me arrodillé.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro