Mis sentimientos
Pasaron alrededor de 4 horas.
La puerta de la habitación fue abierta silenciosamente y poco a poco unas pisadas se asentaron a mi lado.
Toqué con suavidad la espalda de Lilith para despertarla, yo en cambio fingía estar dormido.
La Hermana de Lilith, Ashly, con sigilo ató mis manos con una cuerda y me levanta hasta apoyarme sobre su hombro.
Cualquiera ya hubiera despertado con tales actos...
Salimos de la casa y Ashly junto a los guardias comenzaron su camino hacia el castillo del Rey.
Yo desde el hombro de Ashly, podía ver a los guardias que estaban atrás, mirándome con cara de señores malos...
Por suerte pasamos de largo de la gran hoguera del centro de la ciudad, pero claro, podía ver las cenizas de los que antes eran elfos.
Amelia: Oye Ashly... ¿No es esto un poco romántico?...
Fue repentino, tanto que los guardias quisieron reírse, pero la protagonista Ashly me ignoraba, aún así continué.
Amelia: Mira las estrellas mi amada Ashly, además el relajante silencio, tal vez no te lo hayan dicho, pero tu cabello y tus ojos brillan más que el sol en esta oscura noche.
Ashly: Callate.
Bingo, mostró interés.
Amelia: No, en este momento. Justamente hoy haré algo que siempre he querido hacer desde el primer dia que te vi.
Yo en su hombro, mirando a los guardias que estaban a punto de estallar de risa. Abracé la cabeza de Ashly, para así reforzar mis palabras.
Palabras que realmente... ¡VIENEN DEL CORAZÓN!.
Amelia: ¡Ashly¡ —Acerco mi boca a su oído y le susurro—Cuando te vi por primera vez no pude evitarlo... hoy... ¡Hoy!—Suelto unas pequeñas lágrimas de mis ojos—Hoy... ¡Me confesaré!.
Ashly—------ Yo... te—--a-amo...
Lo dije... mi rostro mostraba un gran rojo de vergüenza.
Los guardias se estallaron de risa, en cambio Ashly tenia una actitud opuesta a ellos.
Para reforzar mis sentimientos, con un movimiento antinatural, acerqué mi boca hasta la boca de Ashly, era el momento de besarla.
Estaba a un solo centímetro mi boca de su boca.
Ashly: Dije que te callaras...
Sin piedad, la gran caballero Ashly me deja caer al suelo, cayendo de espaldas... los ojos de Ashly mostraban el mismísimo demonio en sus ojos.
Amelia: Duele... Ashly, querida. Esa no es la manera de tratar a la chica que confesó sus sentimientos... pero no me importa si eres así de ruda en la cama...
Ashly: Cállate.
Agarra mi hermoso cabello y con furia me levanta del suelo.
A pesar del dolor no me rendí, era un hombre bastante batallador. Con mis manos atadas me acerqué al lado de Ashly, y con un pequeño saltito le dí un beso en la mejilla a Ashly y luego apoyé mi cabeza sobre su hombro, como una completa enamorada.
Amelia: Ashly, el amor de mi vida. Si este va a ser mi final quiero por lo menos estar a tu lado...—En ese momento cambio mi voz super femenina y la fuerzo a que sonara super tierna—... ¿P-Puedo?...
Le miré con tiernos ojos de gato a sus ojos llenos de repugnancia hacia mi.
Me ignoró...
Siguió caminando, ignorándome por completo mientras jalaba mi cabello.
Vaya... es de esas mujeres duras, con un poco de esfuerzo sé que lo lograré.
Yo había reconocido algo, ni la mujer más fría podía evitar los encantos de este angelical cuerpo.
Y eso se podía ver cuando me permitía caminar a su lado, aunque mi cabello estaba de por medio...
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Entramos al castillo, en verdad, no era algo realmente magnífico, todo estaba hecho de piedra refinada y tenía bastantes decoraciones por dentro, en mayoría de telas finas decorando el suelo y grandes candelabros decorando el techo, pero el oro era inexistente, algo que me esperaba llegando a un mundo de fantasía.
En una esquina cerca del trono había 5 elfas, cada una con sus manos atadas y con solo una túnica blanca como ropa. Dos de ellas tenian cuerno, pero yo era la unica con cabello blanco, las otras tenian un hermoso color amarillo y era notable ver la angustia en sus hermosos ojos, mostraban miedo y dolor, con solo verlas era seguro que no trendriamos una muerte instantanea, estaba seguro que lo unico que me esperaba era una larga secuencia de torturas.
Amelia: Ashly, mi amor. ¿Puedo hablar con alguna de ellas?—Señalo con mi índice a las elfas—Si te pones celosa no es mi culpa, pero me haría feliz...
Frunció sus cejas y me ignoró, saludo a los guardias que custodiaban a las elfas y les pidió que continuaran.
Sin embargo, había algo que me impresionó y a la vez me llenó de esperanzas.
Había elfos, elfos ejerciendo la labor de guardias. Mi plan principal se basa en la suerte y parece que la suerte está de mi lado.
En fila caminamos, atravesando una gran portón, dejando atrás la sala del trono, cada elfa era acompañada por un guardia, y caminábamos por un largo pasillo, acercándonos a las instancias del Rey o eso parecía.
Al lado de otro gran Portón había un guardia elfo, un elfo que significaba mi oportunidad, a pocos centimetros de estar a su lado...
Amelia: Kyaaa...
Finjo tropezar, cayendo en los brazos del guardia elfo.
Ashly: Dejate de estupideces Elfa.
Sin piedad, Ashly jaló de mi cabello, allí enderecé mi postura y volví a caminar.
En esos momentos hice una movimiento exagerado, moviendo mi cabello para que Ashly lo soltara y eso me permitió ocultar mi boca y susurrando le transmití unas confusas palabras al guardia Elfo que me ayudaba a levantarme.
Amelia: Muere por nosotras.
Continué mi camino junto a Ashly, era claro que el guardia estaba perplejo, pero espero que al final entienda.
Era algo bastante difícil de aceptar, pero esperemos que con suerte cumpla su labor.
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