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La hegemonía de los Dioses

Amelia: ¿Tienes todo listo?.

Nao: Eso creo— Observaba con detenimiento su bolsa con bienes necesarios.

Amelia: Apúrate, tenemos que aprovechar el sol.

Comencé a caminar, dejando atrás a la preocupada Elfo Nao, también dejando atrás la tumba de Lilith, una tumba donde encima de la tierra había una piedra, donde tallé su nombre en mi idioma y además encima de la roca dejé uno de los tres collares que llevaba Lilith.

Me llevé los otros dos collares de Lilith, estos siempre estarán en mi cuello, mostrando que no moriré hasta ver de nuevo a Lilith, hasta que estos collares puedan volver a tocar su cuello

El primero y el que dejé en su tumba solo era un rubí, mostrando el color carmesí de mis ojos, claro lo enterré en la tierra para que no fuera robado, pero los otros dos eran importantes, era como si el destino lo supiera, como si supiera que esos dos rubíes representaran mis ojos, mi llegada...

El segundo collar mostraba una pequeña nota donde hablaba de sus padres, pero solo pude saber eso ya que tenia un idioma distinto, gracias a Nao descubrimos que era dirigido a sus padres, el idioma era de la raza demoníaca, algo que ninguno de los dos sabíamos, pero Nao reconocía un poco las palabras.

El tercer collar era una pequeña esfera, que dentro de ella guardaba una hoja, este guardaba la imagen de un dibujo un poco mal hecho de su hermana Ashly y Lilith...

Nao: Si seguimos esta dirección nos encontraremos con la aldea de los Arpianos— Decía eso mientras veía un pequeño mapa— Nunca he ido, pero han dicho que es una raza no hostil, por lo que creo que estaremos bien.

Amelia: Espero que si, quiero descansar un poco...

Nao: Eres un poco floja Lady Amelia.

Amelia: ¿Qué dices? No han pasado ni 10 horas del cataclismo que creé sin darme cuenta.

Si maldición, estaba cansado, como cuando tienes un examen de matemáticas y estudias tanto que al día siguiente del examen estás super agotado, así de mal me siento.

Nao: ¿Cómo no te diste cuenta de lo que hiciste? ¿Eres estúpida o que, Lady Amelia?.

Amelia: Duele si lo dices de forma grosera Nao ¿Cómo puedes ser tan sádica con una pobre alma como la mía?.

Nao: No sé... ¿Nací así? o tal vez seas muy fácil de molestar...

Amelia: Espero que nunca llegues a tocar un látigo en tu vida...

Puedo imaginarme a Nao en mi mundo torturando a los masoquistas... Si que existen fetiches raros en este basto mundo.

Amelia: Pero hablando en serio, necesito un caballo. Caminar por este bosque no es cosa fácil.

Nao: ¡Tú puedes Ame! Solo faltan unas 8 horas para llegar.

Amelia: Por favor, necesito un caballo urgentemente.

Mientras caminaba con agotamiento, repentinamente me detuve, escuchaba como los arbustos se movían, y había pisadas en el espeso bosque.

Para luego, unas pequeñas voces nos perturbaron nuestro camino, claramente estábamos rodeados y no eran pocos.

Amelia: Nao ¿Son enemigos?.

Miraba con detenimiento mi alrededor, varios seres se ocultaban en los arboles y arbustos, estos seres tenían una tez verde, como si se camuflaran con el color del bosque.

Nao: Espera Lady Amelia. Baja tus manos— Baja mis manos que estaban en posición de batalla, claramente se le notaba un poco asustada— No son enemigos, pero no te dejes engañar. Son Ninfas.

Amelia: ¿Ninfas?.

Ninfas son criaturas femeninas, creadas de la misma naturaleza y protectoras de la misma. Se dice que con sus hermosas voces y sus bellos cuerpos atraen a los viajeros, pero se dice que no les hacen nada malo, solo les dan placer, bastante curioso y algo que me gustaría intentar.

Nao: ¿Qué es lo que buscan?— Habla Nao con un poco de enojo.

—No sigan.

—Es peligroso.

—Pueden morir.

—No tengan miedo.

—Queremos ayudarlas.

Varias Ninfas hablaban a la vez, creando un desorden de palabras, aún así seguían ocultándose, pero ¿De qué es lo que nos advierten?.

Amelia: Emmm ¿Qué es lo peligroso?.

—Un Monstruo.

—Un Semi-Dios.

—Un glotón.

—Da mucho miedo.

—Es aterrador.

Bueno, son amables al responder. Sin embargo quería tocar a una Ninfa, son idénticas a una planta, a excepción de su estructura de cuerpo humano.

¿El tacto de su bello rostro verde será igual al de una hoja?.

A comprobarlo.

Había una Ninfa oculta en un arbusto muy cerca de mi, poco a poco me acerqué, pero la Ninfa se alejaba, saliendo de su escondite y dejándose ver.

Nao: ¡¿Amelia?!.

Corrí hacia la Ninfa y salté para atraparla, algo que logré y la tenia en mis brazos. La Ninfa estaba completamente asustada, de tan solo tocarla comenzó a temblar como si fuera a morir.

—La atrapó.

—Nos asesinará.

—Tengan cuidado.

—Nos violará y comerá.

Amelia: ¡NADA DE ESO!.

Apoyé su cuerpo en mis rodillas y acaricié el cabello igual a una enredadera de la Ninfa, claramente no era muy sensacional acariciar su cabello largo, era áspero y nada suave.

Amelia: Perdona por asustarte, solo quería tocarte... Discúlpame solo era simple curiosidad.

Soy honesto, lo admito, lo bello debe apreciarse pero no tocarse, lo entiendo, pero éticamente estoy haciendo algo malo y no me importa.

—¿Ehhhhh?— Suelta un gemido la Ninfa frente a mi— Pensé que me ibas a violar y comer.

Amelia: Bueno...—Le susurro al oído a la Ninfa—Si eso quieres no me importaría.

La Ninfa se sonroja, creando un poco de confianza y haciendo que las demás Ninfas se acercaran.

Su vestimenta era bastante calentona, solamente llevaban hojas en sus partes íntimas, sin olvidar su escultural cuerpo y su distintivo color verde en sus cuerpos, era literalmente una mujer humana pero hecha de hojas.

Nao: ¿Pueden decirnos cuál es el peligro?.

—Una Bestia.

—Quédense aquí.

—Las protegeremos.

—Morirán si continúan.

—Esperen a que se vaya.

Amelia: ¿Y donde está la bestia?.

—Está cerca.

—Busca comida.

—Quiere matar a todos.

Nao: ¿Cómo sabemos que no nos engañan?.

—Les ayudaremos.

—Les daremos comida.

—Les daremos refugio.

Amelia: ¿Qué quieren a cambio?.

—Nada.

—Compañía.

—Amistad.

—¿Amor?.

Nao: Jeje...—Suspira pesadamente—Esto va a ser difícil.

—Difícil.

—Super Difícil.

—Sígannos.

—Las llevaremos a nuestra aldea.

Asentimos y las seguimos.

Caminamos adentrándonos en el bosque, viendo cómo de a poco el sol caía y las luciérnagas mostraban de a poco su esplendor, convirtiendo de este bosque en algo mágico.

En medio del bosque había un lugar muy espacioso, donde no había arboles y había decenas de Ninfas jugueteando y hablando entre sí.

Toda una comunidad de Ninfas.

No habían casas y ni fogatas, tampoco comida, nada de eso, algo bastante ideal para un ser destructivo como el ser humano.

—Bienvenidas.

—Unas viajeras.

—Nuevas visitas.

—Después de tanto tiempo nos visitan.

Como si fuéramos el centro del espectáculo, todas las Ninfas se acercaron a nosotros y comenzaron a conversar entre si, creando un gran malestar en mi oído al oír tantas voces a la misma vez.

Ya que estaba en esta aldea debía buscar conocimientos.

Amelia: Perdonen ¿Pueden llevarme con la líder?.

—Qué bonita voz.

—Qué bonito cabello.

—Es muy hermosa.

—¿Cómo se llama?.

Me ignoraban, solo se centraban en mi apariencia...

—¿Qué pasa con el escándalo?—Una dulce voz proviene desde atrás de la multitud.

Una Ninfa de alrededor de dos metros, con sus cabellos tan largos que se enredaban en el abundante pasto, una real hermosura para mis ojos, aunque... Hay tantas hermosuras que voy a quemar esa palabra.

—Unos visitantes.

—Unas Elfos.

—Unas viajeras.

Amelia: Perdona si te molestamos, agradezco la ayuda y la advertencia.

—Acompáñenme, estas malcriadas solo estorbarán—Dice la Líder de las Ninfas con exasperación, empujando a algunas ninfas que solo buscaban jugar.

Amelia: Lo agradezco.

Las Ninfas nos abrieron paso y siguiendo a la líder, nos detuvimos frente a un gran árbol, el cual tenía un agujero, entramos en él y nos sentamos.

Por dentro había cosas mínimas, altares y varios libros con dibujos de conjuros por el suelo, después de todo era bastante pequeño el interior del gran árbol.

Nao: ¿Para que nos trajeron?.

—No lo tomes a mal, solo mis pequeñas quisieron ayudarles, un semi-dios está rondando por el bosque y como no hemos tenido visitas hace un tiempo se emocionaron un poco.

Las otras Ninfas se habían alejado del árbol, dejándonos a solas con la gran líder de dos metros y una deslumbrante hermosura.

Amelia: ¿Qué es ese Semi-Dios?.

—Una bestia de 10 metros, su cuerpo es el de un oso, y es cubierta su piel por la armadura de una escarabajo rinoceronte y en su boca tiene dos gigantes colmillos como los de un mamut y su pelaje es igual al de un buey.

Difícil de creerlo.

Amelia: ¿Cómo quieres que te creamos?.

Nao: Espera Amelia, lo he escuchado ¿Es la criatura inmortal?.

—Veo que lo conoces, se llama Palkar, la criatura inmortal.

Amelia: Como buen ateo que soy, no creo sin que mis ojos no lo hayan visto, lo se, soy alguien pragmático.

—Eres una elfa curiosa y estúpida, a pesar de ser noble eres bastante terca. En fin— Suspira—Haré lo que desees, solo no te desmayes.

###

Caminamos por el bosque, la espesa niebla cada vez era más notable y la luna se posaba en el firmamento, pero lo peor era el asqueroso olor.

Con cada paso sentía una gran presión en mi cuerpo, el peligro era inminente, cada sutura de mi cuerpo quería huir de aquel lugar. Nao sentía lo mismo, podía notarse su temblor, en cambio, la Ninfa estaba completamente natural, como si nos llevara a nuestra propia muerte.

Amelia: ¿A poco quieres matarnos y chupar nuestra sangre?.

—No digas estupideces, elfa tarada. Aprecia por ti mismo a Palkar, la criatura inmortal.

Los ronquidos y el pesado aliento de la criatura eran notables, de hecho, la niebla por la que pasamos era el mismo aliento, esa niebla era su asqueroso aliento.

Allí estaba la enorme criatura dormida, rodeada de pequeños animales, de verdad era aterradora, era igual a como lo describió la Ninfa, parecía una quimera con sus variables de animales en la constitución de su cuerpo.

—Amelia— Coloca su mano en mi pelvis, haciéndome sonrojar al instante— Dentro de ti hay una gran maldad, pero a la vez una gran bondad.

Amelia: ¿Q...Qué quieres decir?.

—No alteres la hegemonía de los Dioses Amelia, si te enfrentas a los Dioses perderás tu existencia misma. Hay Dioses tan aterradores que con un solo un ataque pueden destruir un planeta, otros que pueden comer tu alma y hacer que tu existencia se convierta en nada.

Amelia: ¿Por qué me lo dices?...

—Porque eres una tarada Amelia, mi Diosa me enseñó a no meterme en los asuntos de los Dioses. La ley de los Dioses se debe respetar.

Nao: Espera Ninfa— Habla Nao, pero la Ninfa le interrumpe.

Lishia: Llámame Lishia, esa boca grosera tuya me irrita si me comparas con esas cabezas huecas, soy más educada, no busco a cada rato un hombre que me satisfaga, puedo hacerlo yo misma, no como otras que solo piensan en eso.

Nao: Ah, bueno. Lishia, quería preguntarte. ¿Sabes algo sobre la resurrección?.

La Ninfa Lishia se mantuvo en silencio, pensando en si decirnos algo sobre ello.

Lishia: Volvamos a la aldea.

Nao: ¡Espera Lishia! Dime que sabes.

Lishia: No grites, levantarás a Palkar.

Nao: Lo siento... pero...

Lishia: No se nada, cómo te dije, mi Diosa me enseñó a no alterar a los Dioses.

Amelia: Entonces quién es tu Diosa.

Lishia: Solo puedo decirles que es la Diosa de la Superficie.

Nao: ¿Por qué no puedes decir nada?.

Lishia: Mi Diosa al ser la Diosa de la Superficie, también es la guardiana y ella es una de las principales a matar por todo lo que ha hecho.

Su Diosa es también un gran misterio.

Amelia: Oye Lishia, te agradezco por la información, pero ¿podrías decirme si sabes alguna cosa de los Guardianes?

Lishia: Los Guardianes fueron creados para proteger la vida en la superficie y mi Diosa es la creadora de los Guardianes, además... Los Guardianes... son un sacrificio.

Amelia: ¿Sacrificio?.

Lishia: Lo siento, dije de más, no puedo hablar sobre eso.

¿Sacrificio?...

Esa palabra me generó un fuerte escalofrío en mi espalda.

¿Esta responsabilidad que me fue concedida me traerá estragos?.

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