Totalmente acorralados.

Amelia: Qué interesante.

Esas palabras salieron de mi boca, mientras una gran expresión de ira se apoderaba de mi rostro envuelto en lágrimas...

¡ESTA VEZ NO VOLVERÁ A SUCEDER!.

¡NO LO VOLVERÉ A REPETIR!.

A pesar de que éramos 3 contra casi 5.000 guerreros mi esperanza no caía.

Miraba mi mano, sentía la sangre de mis amigos pasar por ella, no quería volver a pasar por lo mismo, no quería volver a morir y mucho menos volver a ver alguien especial caer ante mí.

En la guerra nos acostumbran a vencer a un ejercito, pero pocas veces se enseña como enfrentarse a un solo hombre.

¿De verdad que es más peligroso?

Amelia: No pierdan la compostura...—Les mire y grité—Hoy no es el día de nuestra muerte.

Miré el cielo, el despejado cielo con su radiante sol, que a pesar de todo, allí arriban posaban unas estrellas.

Allí habían 6 estrellas, con su propia luz en medio del día, luces tan características como esa visión donde me reuní con los Guardianes.

Soy una Guardiana y puedo pedir ayuda a los Guardianes...

Amelia: Prepárense para luchar, no estamos solas. Nao, Lilith, tenemos un gran viaje por delante.

Las dos chicas me miraron, perturbadas y abrumadas, viendo ese ejercito a lo lejos, tan significativos como si eso solo significara una cosa; la muerte.

Lilith: Ya estás delirando Amelia, muy encantadora de tu parte...—Se levanta del suelo, con esa misma expresión llena de terror, como si lo único que pensara es que debo estar loco— Dije que te iba a proteger y pagar mi deuda por llevarte a tu muerte— Lilith se acerca a mi, apoyando su mano sobre mi hombro, frunciendo su entrecejo, preparada para pelear.

Amelia: Espero que seas tan fuerte capaz de derrotar a todo un batallón.

Lilith: Por supuesto, soy la hermana de Ashly. ¿No sería normal que fuera más fuerte que mi hermanita?.

Es cierto, ser hermana de alguien tan poderosa puede significar igualdad, pero igual siguen siendo casi 3000 vampiros y del otro lado 2000 humanos. Bastante optimista la verdad.

Lilith había desenfundado su espada y se acerca hasta los Vampiros que chupaban la sangre de los alces.

Está claro.

No podrá.

¿Por qué se muestra como alguien fuerte?.

¿Tal vez no querrá morir?.

Un deseo tan fuerte de vivir que es capaz de enfrentarse a miles de seres...

Veo que somos iguales Lilith, este mundo puede tener sus cosas buenas después de todo...

Lilith, viviremos y protegeremos a Nao.

—¡Hola Elfos! Un gusto verlos—A través de la niebla un Vampiro con ropas lujosas se acercaba a nosotras, con una sonrisa llena de confianza y un aura tan intimidante que lo único que quisieras es huir.

Amelia: La verdad es que el gusto no es nuestro, de hecho es todo un disgusto conocerte...

Ríe el Vampiro al escuchar mi broma —Así que tu eres Amelia, la Elfo, será un gusto beber de tu lindo cuello.

Amelia: Le ruego que por favor no lo haga y nos deje ir, si gustas puedo darte de mi sangre, pero que no sea mucha, tengo trabajo por hacer— Sonreí a pesar de mis sátiras llenas de miedo y mala suerte.

En esos momentos, todos los vampiros guardaron silencio y luego toda la multitud rió...

—Lo siento, tengo órdenes de matarte, una gran recompensa está tras de ti— Dijo el Vampiro, sacando a relucir sus colmillos.

Era como esa vez, como cuando vi a ese hombre dar ordenes para matar a mis amigos ¿Cómo se puede sonreír a pesar de hacer cosas malas? ¿Tan mal de la cabeza se debe de estar para hacer algo como eso?

Mierda... esto comienza a enojarme, como si lo unico que pasara fueran esos recuerdos tan bonitos de esa vez que mordí el rostro de aquel hombre...

No hablé, en esos momentos ocultaba mi gran ira con mi mano, quería matar a todos los que se atravesaran en mi camino, solo tenia un objetivo en mente.

Me prometí no morir.

Y mi lucha había comenzado.

Pase lo que pase lucharé, hasta la última gota de sangre de mi cuerpo.

Cerré mis ojos y toqué con mi índice mi pelvis, tocando la marca de Guardiana Maga.

(Préstenme su ayuda mis hermanos, ayúdenme a derrotar a mis enemigos e infundir la paz en este mundo, préstenme su poder, préstenme una ayuda para proteger a mis amigos. Ayúdenme a vivir un día más...).

Dije, intentando parecer lo más amable posible, como si con solo hacer eso ellos pudieran escucharme, como si algo tan imposible pudiera ser verdad...

Solo podía ver como el que parecía ser el Rey Vampiro perdía la paciencia y desenfundaba su espada para matarme.

(Por favor, les ruego su ayuda, los recompensaré...).

Nada sucedía, estaba abandonado a mi suerte...

Maldición... quiero llorar.

¿Cómo quieren que salga con vida?...

¿Cómo?...

¿Cómo podía sobrevivir a este lugar?

¿Por qué todas las alternativas que surgían de mi cabeza solo me llevaban a lo mismo?

Solo la muerte pasaba por mi cabeza...

Lilith: ¡AMELIA CUIDADO!.

En el cielo se escuchaba un potente objeto dirigiéndose a mi, una gran lanza llena de oscuridad se acercaba a mi con gran velocidad.

Como si una bala se acercara en dirección a mi cabeza...

¿Mi fin?...

Cerré mis ojos... Dandome por vencido... 

¿Era mi rendición?

Caí al suelo, sintiendo unas gotas calientes recorriendo mi rostro.

El impacto de la lanza me dejó aturdido, ese gran estruendo fue en un instante, tan poderoso que me hizo temblar, hasta la tierra misma de mi alrededor se desquebrajó ante tal fuerza.

Al abrir mis ojos vi la sangre escurrirse.

Grandes gotas caían a mi rostro, deslizándose por mi rostro hasta el deteriorado suelo.

¿Cómo pudo suceder?.

La sangre salía sin parar y los grandes quejidos de dolor penetraban mis oídos...

Amelia: ¿L-Lilith?...

Frente a mí, veía la espalda de Lilith y en su corazón estaba clavada la lanza, yo estaba en el suelo y la punta de la lanza casi atravesaba mi pierna.

Pero no era lo importante...

Amelia: ¡LILITH! ¡POR QUÉ LO HICISTE!.

Lilith...

Lilith...

Lilith...

Lilith: T-Te... lo...—Tose, dejando salir sangre de su boca—pro-metí... t-te pagaría... la deu-da...

Lilith, con sus ojos cada vez perdiendo su color, escurría sangre de su boca y el agujero ocasionado por la lanza, lanzada por su hermana comenzaba a arrebatarle la vida...

Nao estaba en el suelo, temblando de terror...

¿Qué podía hacer?.

Frente a mí Lilith perdía su vida.

No podía dejarlas morir, no quería que sucediera lo mismo.

Amelia: Por favor, si en este mundo existen Ángeles y Demonios deseo que me ayuden, cualquiera que esté dispuesto a ayudarme lo recompensaré debidamente... Solo ayúdenme a mantenerme un día más con vida y a ayudar a mi querida amiga...

Hablaba con una gran ira, mis ojos mostraban las lágrimas de rabia por mi gran impotencia.

Debido a eso, Lilith estaba a punto de morir.

Rezar nunca ayuda...

Después de todo rezar te hace ocupar de solo eso, dejando de lado el luchar...

—No es el momento de rendirse— Una fuerte voz provino del aire.

La sangre de Lilith era transportada a una pequeña marca en el suelo.

En el suelo lleno de sangre se podía ver el logo de un casco, mostrando poco a poco una luz verde, iluminando en medio del sol mientras absorbía la sangre de Lilith.

La figura de un hombre bastante corpulento se formaba poco a poco, un hombre bastante alto, con alrededor dos metros de altura, pero su gran distintivo era su gran armadura, cubierta por cada rincón de su cuerpo, mostrando su imponente casco, dejando verse por sus pequeñas ranuras los ojos llenos de bondad de la persona que vino a mi ayuda.

—Es un honor conocerla Guardiana Maga—El gran hombre cubierto de su gran armadura de metal, se arrodilla frente a mí, dándome un saludo bastante inesperado para la situación.

—Yo soy Einar, el Guardián del casco.

Frente a mí había llegado uno de los que había visto en la reunión de los guardianes, era él, Einar el Guardián del Casco, la persona que podría sacarme de aquí.

—Ayúdame a salir de aquí, ayuda a Lilith, no podemos tardar...—Limpio mis lágrimas y vuelvo a mirar a Einar—Ayúdame a salir con ellas de aquí.

Einar se levanta y mira detenidamente todo su alrededor para luego fijar su mirada en la asustada Nao y luego en Lilith.

—Ella está muerta...

Recita esas palabras el Guardián del Casco.

Era de esperarse...

Solo no quería reconocerlo... 

Ya lo sabia desde un principio...

La lanza había atravesado el corazón de Lilith...

Convirtiendola en solo un recipiente, sin vida, sin esa gentileza de sus ojos y esa hermosura de su piel. Ahora solo estaba palida, con unos ojos gris y una serenidad imperturbable en su mirada sin vida.

Tomé la mano de Lilith, su mano llena de sangre y fría.

Reconocí el poco tacto que tengo con las muertes, siempre he sido muy poco expresivo y cualquiera estaría al borde de las lágrimas en este momento, al ver a una persona conocida mirando al cielo con sus lágrimas envueltas en sangre.

Es imposible no recordar los dos primeros días con Lilith, las cosas malas que me hizo, pero el amor que me generó ella me hizo olvidar de aquellos problemas que su tiranía me hizo recorrer.

—Lilith...—Encima de la muralla se podía observar a una humana, la hermana de Ashly, afligida y atónita.

Ashly salta de la muralla de aproximadamente 15 metros, cayendo al suelo sin ningún daño, como algo bastante natural a pesar de la gran altura.

Einar me aleja y me oculta detrás de su espalda al reconocer la hostilidad detrás de Ashly.

Los Vampiros desde hace buen rato habían detenido su batalla al haber visto a Lilith asesinada, solo se dedicaban a observar a la ahora Ashly; totalmente alterada, mostrando un gran tiritar en sus manos, con sus ojos bien abiertos y formándose lagrimas, solo podía observar el cuerpo de su hermana.

—¿Qu.... Qu-e he hecho?— Cae al suelo Ashly, viendo como acababa de matar con su lanza a su querida hermana por error.

Amelia: Einar ¿Puedes contra todos ellos?— Le susurro.

Einar: Imposible.

Claro... Además Einar no llevaba espadas. Parecía ser solo un escudo como lo representa su sello del casco.

Ashly: Es tu culpa... Es tu culpa... ¡AMELIA!—Un miasma de oscuridad poco a poco la consumía.

Einar: Una persona superada por la Ira, su alma poco a poco está siendo destrozada.

Amelia: ¿Qué quieres decir Einar?.

Einar: A cambio de un gran poder ella está dando su alma a cambio.

Esto es malo...

Demasiado malo...