
Capítulo 6: Adiós
POV Julie
Al llegar tío Charlie, vio mis ojos hinchados, por lo que me abrazó, comimos pizza tranquilamente y le di el té, poco tiempo después cayó agotado, suspiré y lo llevé a su habitación, estaba segura de que le haría bien dormir, coloqué un atrapasueños en el que concentré cierta magia para evitar malos sueños.
Una vez verifiqué que su sueño era profundo, fui directo a la salida, me concentré en verificar que no hubiese nadie a mi alrededor que me viera y tras eso, tomé las cenizas de mi padre y salí corriendo hacia el bosque, saltando entre los árboles como si no hubiera un mañana, hasta perderme en el bosque, donde respiré profundo un aire mucho más limpio que llegaba a mis pulmones y me causaba nostalgia…
Me relajé y mi cabello cambio de color a su original tono rojizo magenta, trepé el árbol más alto, la noche era tranquila, el frío no era tan intenso, por lo que resultaba agradable, el cielo despejado me dejaba admirar las estrellas y la luna en su máximo esplendor, esperando que, donde quiera que estuviera, el alma de mi padre descansara en paz junto a mi madre.
Abracé sus cenizas y lloré, mientras la luna que se sentía más cerca que nunca se volvía mi confiable confidente, no supe cuánto tiempo estuve así, pero cuando me percate ya comenzaba a amanecer y tendría que ir al instituto, hoy iniciaría clases y pronto tendría que conocer a los vampiros codiciados de Forks.
Abrí un portal y salté en el cayendo en el ático, me di un baño, y me preparé a toda velocidad, después fui en busca de mi tío Charlie, que se encontraba saliendo de su cuarto, entonces pensé en Bree, ella escaparía de casa y se las vería muy mal, pero tenía que ser paciente y esperar, quería que conociera a Diego, Fred y a los demás para ayudarlos a todos, no me importaba que se convirtieran en vampiros, los protegería sin dudar de todos.
Tomé mis accesorios principales, dado que cada uno tenía su función específica, pero pronto crearía más, tal vez algo muy específico para adoptar a Bree a mi familia, algo que controlara su sed de sangre, ya se me ocurriría algo… hice un desayuno sencillo, tío Charlie no tenía mucho en su alacena, ya haría después las compras necesarias.
—Tío Charlie, creo que es hora de que me vaya… — dije acabando mi comida lo más rápido posible.
—¿no quieres que te lleve en tu primer día? — dijo algo incómodo y nervioso.
—Sino es mucha molestia — ante eso me sonrió y negó — entonces sí, estaba por entrar en pánico, pues mi motocicleta llegaría hoy en la tarde y tendría que ir a la escuela a pie — dije aligerando el ambiente y el rio ligeramente.
—Me alegra saber que puedo ayudarte en algo — dijo mientras desayunaba.
—Tu simple presencia ya hace mucho por mi tío — dije y ambos sonreímos un poco tristes.
—Bueno, será mejor irnos de una vez, recuerda que tienes que pasar por tu horario — dijo mientras nos levantábamos de la mesa y tomaba mis cosas.
(…)
Pronto llegué al colegio en compañía de mi tío, hablamos acerca de lo que haría saliendo, pues él trabajaría hasta tarde para ponerse al día, al final le dije que Richard pasaría por mí, a lo que el asintió satisfecho con la respuesta… cuando se conocieron por primera vez Richard y mi tío no se agradaban, era de imaginarse, uno era policía y el otro un exdelincuente, pero al final se terminaron por aceptar.
Bajé del auto del tío Charlie, me concentré en buscar la oficina principal, que encontré más rápido de lo esperado, me acerqué a la mujer pelirroja que se encontraba ahí, estaba algo dudosa, en sí desde que llegué todo era un mar incontrolable de dudas en mi cabeza, no quería involucrarme en la trama, pero era evidente que no me libraría con facilidad de esto…
—¿Te puedo ayudar en algo? — dijo sacándome de mi mundo.
—¡Oh! Claro, soy Julie Swan — le informé, y de inmediato noté en su mirada un atisbo de reconocimiento.
Tal como pensé, me esperaban, el tío Charlie debió haberles informado, y por su reacción, sabía que trataban de ser discretos con lo referente a mi perdida.
—Por supuesto — dijo. Rebuscó entre los documentos apilados hasta encontrar los que buscaba. — Precisamente aquí tengo el horario de tus clases y un plano de la escuela.
Trajo varias cuartillas al mostrador para enseñármelas. Repasó todas mis clases y marcó el camino más idóneo para cada una en el plano; luego, me entregó el comprobante de asistencia para que lo firmara cada profesor y se lo devolviera al finalizar las clases. Me dedicó una sonrisa que ocultaba su pena por mi perdida y, me dijo que esperaba que me gustara Forks, a lo que terminé devolviéndole una sonrisa sincera.
Con lo poco que había estado en Forks, era seguro que me encantaba, la cantidad de árboles que me dejaban respirar un aire limpio, además del clima frío del lugar que era perfecto para acompañarlo con un buen libro y una taza de chocolate calientito mientras me sentaba en el sofá con una frazada. Tal vez no haya tanto turismo, pero siempre es relajante caminar por el bosque, además de que tiene todo en uno, hay que no muy lejos de aquí, también está en la playa. Sigo pensando que no hay lugar más perfecto que Forks.
Examiné el plano en el monovolumen, memorizándolo para ubicarme mejor, aunque tal vez tenga que fingir el perderme unas cuantas veces, después de todo, no conozco la escuela y tener un recorrido con Eric o Angela parecía lo más conveniente. Lo guardé en la mochila, me la eché al hombro y respiré hondo. Puedo hacerlo.
Anduve hasta la acera abarrotada de jóvenes, caminé con seguridad, después de todo, he sobrevivido a peores cosas que un año más en un colegio lleno de gente que no tiene nada más de que hablar, sin contar que todo depende que como uno se relacione y se de a respetar, simples leyes de conducta.
Una vez pasada la cafetería, el edificio número tres resultaba fácil de localizar, ya que había un gran «3» pintado en negro sobre un fondo blanco con forma de cuadrado en la esquina del lado este. El aula era pequeña, no dudé en poner mi abrigo en las perchas más próximas como todos los demás.
Entregué el comprobante al profesor, un hombre alto y calvo al que la placa que descansaba sobre su escritorio lo identificaba como Sr. Masón. Se quedó mirándome embobado al ver mi nombre, era obvio que gran parte de las personas en Forks sabían lo de mi papá, pero no me dedicó ninguna palabra de aliento, una parte de mi lo agradeció, no sabría cómo responder, además de que sería como si clavaran agujas de forma inconsciente y constante en mi pecho.
Me envió a un pupitre vacío al fondo de la clase sin presentarme al resto de los compañeros. No quise concentrarme en las miradas sobre mí, solo saqué un libro y comencé a leerlo.
La lista de lecturas que me había entregado el profesor fue algo sencillo a mi parecer, pero si realmente querían motivar a que los alumnos leyeran, podían intentar con otro tipo de literatura. Bronté, Shakespeare, Chaucer, Faulkner, son clásicos, pero es poco práctico hacer que personas que no tienen la costumbre de leer, se pongan a leer clásicos.
No me di cuenta del pasar de las horas, solo me percaté cuando sonó el timbre, y un chico delgado, con lentes y pelo negro liso, se ladeó desde un pupitre al otro lado del pasillo para hablar conmigo.
—Tú eres Julie Swan ¿verdad? — Parecía amable, le sonreí de forma amigable y asentí.
—Exactamente, esa soy yo — le dije sonriendo, tenía que salir un poco de mis pensamientos. En un radio de tres sillas, todos se volvieron para mirarme.
—Yo soy Eric, los ojos y oídos de este lugar. Podría ser un guía turístico, una cita para almorzar, un hombro en el que quieras llorar. — dijo y sonreí. No solo porque era uno de los personajes carismáticos que me caían mejor, con respecto a los compañeros que tenía Bella en el colegio.
—Un placer, supongo que me quedaré con el Eric del turismo, necesito llegar a mi clase a tiempo — dije y reí ante su sonrojo sorpresivo.
—¿Dónde tienes la siguiente clase? — preguntó.
—Historia, con Jefferson, en el edificio seis. — contesté a su pregunta de forma amable, él me sonrió nervioso.
—Voy al edificio cuatro, podría mostrarte el camino — contestó y yo asentí.
Pasamos junto a la cafetería de camino hacia los edificios de la zona sur, cerca del gimnasio. Eric me acompañó hasta la puerta, estaba contenta, al final si resultaba ser una persona muy atenta.
—En fin, suerte — dijo cuando rocé el picaporte — Tal vez coincidamos en alguna otra clase.
Parecía esperanzado, por lo que asentí, no tenía por qué negarme a llegar a tener amigos en Forks. El resto de la mañana transcurrió de forma similar. Mi profesor de Trigonometría, el señor Varner, fue el único que me hizo a permanecer delante de toda la clase para presentarme a mis compañeros. Me presenté y el día transcurrió sin problemas.
Una vez llegó la hora del almuerzo, Eric, me saludó desde el otro lado de la sala. Y allí estaba, sentada en el comedor, intentando entablar conversación con los demás, ya tenía una idea de quienes eran. Sin pensarlo tanto me dirigí con ellos esperando que todo saliera bien.
Pronto divisé a los Cullen, se sentaban en un rincón de la cafetería, en la otra punta de donde yo me encontraba.
No conversaban ni comían pese a que todos tenían delante una bandeja de comida, justo como los describían en el libro, todos en su propio mundo, sin interés en los demás, debe ser una vida muy aburrida. Me miraron al instante, me tensé, tenían una mirada demasiado pesada en mi persona.
Sin mucho que pensar, me dirigí hacia donde Eric agitaba su mano de forma enérgica, en vez de ir por el almuerzo, saqué chucherías y el refrigerio que preparé la noche anterior, hoy iría a despedirme de mi padre.
Vi como Jessica miraba en dirección a los Cullen, esperando que preguntara acerca de ellos, así que les di una mirada para dar luz roja a que los sacara a conversación, no estaba de más darle una pequeña lección…
—¡Oh! Ya te fijaste en los Cullen — dijo con un tono de inocencia demasiado fingida para mi gusto ¿Cómo una persona puede ser tan obvia?
—Supongo que te refieres a los de la mesa en el rincón de la cafetería — dije normal mientras me volvía a centrar en mi almuerzo.
—¡Es correcto! Ellos son Alice, Rosalie — al mencionar a Rosalie, hizo una mueca — Emmet, Jasper y Edward — dijo resaltando mucho el nombre de ella. Me tranquilicé un poco al notar que realmente ejercía mucha fuerza en mi pobre sándwich que estaba siendo mutilado. — aunque bueno son Jasper y Rosalie Hale, ellos son gemelos. Alice, Emmet y Edward son Cullen. Todos son hijos adoptados del doctor Cullen y su esposa. Siempre me he preguntado si es que ella no podrá tener hijos.
Ante eso no pude evitar sacar la gaseosa previamente agitada, Emmet y Jasper tomaron de los brazos a Rosalie, que estaba hecha una furia mientras miraba a Jessica.
—Bien, yo creo que eso es un comentario de mal gusto de tu parte — dejé en claro y me miraron sorprendidos mientras Jessica frunció el ceño — se supone que somos una generación nueva, eso déjaselo a tus padres y abuelos, somos de mente más abierta. — ante eso Jessica se tornó colorada de vergüenza y enojo — lo siento, me gusta ser directa, no tiene nada de malo adoptar, es tan maravilloso como el hecho de tener tu propio hijo cuando uno se siente preparado y toma la decisión, aunque bueno — dije y sonreí con un poco de malicia — es justo decir que el adoptar es preferible, comparado al hecho de tener hijos no planeados por dejarse llevar por sus hormonas alborotadas.
¿qué le pasaba? Tuve muchas vidas y no tuve hijos en ninguna, eso no tiene nada de malo. Pronto suavicé mi mirada, pero escuché la risa bien aguantada de Emmet, quien se tapaba la boca con disimulo.
— el darse la oportunidad de ser padres y darles a ellos la oportunidad de tener una familia, es el regalo más hermoso que puedan tener. Seguramente tiene que ser unos padres ejemplares que soñaron con una gran familia — dije segura.
—Es que aquí el caso es que, ellos tienen más bien una relación amorosa, que sentimientos fraternales — dijo Jessica intentándose ponerse a la defensiva — además, quién sabe si eso es legal, incluso resulta asqueroso, no les cuesta nada fijarse en alguien más — dijo agarrando confianza al no ser interrumpida por mí, que llevé mi mano al puente de mi nariz en una señal algo cansada e irritada.
—Chica, enserio, no son los únicos hombres en el planeta, si te rechazó no es el fin del mundo — ante eso la mesa se sumergió en un gran silencio — seguramente hay alguien para ti allá afuera, y, por si fuera poco, la belleza no lo es todo, en mi opinión, la arrogancia lo mata todo — dije y escuché la risa de Emmet, con Edward que tenía el ceño fruncido. — ¡Pasa la página mujer! o seguirás en una historia donde solo lo veras irse con otra, y serás la frustrada del cuento — dije con confianza. Ante eso ella se puso colérica, por lo que decidí que era hora de marcharme. — es un consejo gratis, tómalo o déjalo.
—T-tu no lo entiendes — dijo intentando discutir — tu fuiste criada de otra forma, no puedes llegar e intentar corregir nuestras vidas de esa forma.
—Si, tal vez fui criada de otra forma — dije seria y todos guardaron silencio mientras agachaban la mirada y Jessica se ponía pálida — el corregir ciertos rasgos es decisión de ustedes, pero no está de más decir lo que me incomoda, el ser sincero desde un inicio es lo que te da más oportunidad de encontrar verdaderos amigos. — sentencié.
Ellos bajaron la mirada, al parecer ya sabían que mi padre estaba muerto igual que mi madre, las noticias en este pueblo corren como la chispa en la pólvora, aunque supongo que eso los haría un poco más conscientes de lo que hablan.
—Bueno… — intentó decir Mike, quien se pegó más a mí, supongo que intentando darme consuelo, pero lo interrumpí.
—Bueno, yo me tengo que ir, si compartimos nuevamente clases, ahí nos veremos, adiós — dije levantándome sin dudar —ah, cierto, toma, te obsequio mi soda, después de todo, ya no tengo apetito — dije tranquila, se sorprendieron, pero al final Jessica la tomó.
Al salir solo pude escuchar los gritos de Jessica, quien seguro había abierto la soda, seguido de la carcajada de Emmet que se distinguían de forma muy peculiar entre las demás risas del resto del alumnado.
Caminé por los pasillos del colegio. Recordé a mis amigos, al amor de papá por mamá, tantos tipos parejas que vi a lo largo de mis vidas, tantos tipos de amigos y compañeros eran precisamente los ejemplos más grandes por los que aprendía… los que me llevaron a conocer y enamorarme de Luke…
Pronto llegué a un aula vacía, era el salón de música, miré a todos lados y no había nadie alrededor, ante eso, me animé a entrar.
(Fukumenkei Noise)
Sabía que por mi poder Edward no podría leer mi mente y lo haría sentir frustrado, aunque no sabía acerca de los demás, ya que no soy humana no sé su Alice realmente puede ver mi futuro y Jasper interferir con el cómo me siento, me senté frente al piano, recordando a esa agradable anciana que me había enseñado alguna vez a tocarlo, sin darme cuenta, mis manos ya estaban comenzando a tocar el piano con una melodía dulce, no me resistí y seguí hasta el final la canción.
Después de eso, me emocioné, sentía en mi pecho un leve cosquilleo que se extendía por mi cuerpo, resonando claro y fuerte, entonces tomé más confianza y comencé a tocar el piano una vez más, esta vez una pieza llamada “Scarborough Fair”.
Mi mente se sumergió en un paraíso de neblina densa, que por más que caminara, me sentía sola, atrapada y aterrada, mis sentimientos como torbellinos comenzaban a dispersar la niebla, viendo a todas las personas que dejé atrás, a mis padres fallecidos, amigos y pareja… una lagrima traicionera se escapó, fue entonces que sonó el timbre y reaccioné para salir corriendo a mi siguiente clase.
Cuando salí, me estampé de frente con un abrumado Edward, que me miró con sorpresa, pero yo solo hice una inclinación de cabeza y me fui corriendo a mi siguiente clase, me había tocado un horario similar al de Bella, después de esto, tendría biología y después Educación física. Fui a mi casillero por mi libreta, en el camino solo me concentré en regular mis torbellino de emociones antes de llegar a clase.
Al entrar, Ángela ya estaba dentro, el único lugar que quedaba era junto a Edward, me dirigí a la mesa y di un asentimiento en forma de saludo, el resto de la clase fue molesto, él me veía, fruncía el ceño y miraba para otro lado, al parecer no le había hecho gracia mi comentario como a Emmet, pero tampoco me importaba. Así fue hasta terminar la clase, donde tomé mis cosas y salí de ahí rápidamente, sentí su mirada sobre mi nuca cuando abandoné el salón.
Pronto entre a la clase de educación física, donde el profesor simplemente nos puso a jugar voleibol a lo que yo destaqué, entre meditación y meditación, me di cuenta de que los Cullen en general me miraban extraño, no solo Edward no podía leer mis pensamientos, ahora podía estar casi segura de que, Alice no podía ver mi futuro y Jasper no podía distinguir correctamente mis sentimientos.
Si ese es el caso justificaría el por qué me veían de esa manera, sobre todo por el hecho de que no huelo a lobo, y también mi corazón se encuentra latiendo, por lo que el ser como ellos también les quedaría descartado. Que se rompan el cerebro tanto como quieran, yo tengo cosas más importantes que hacer…
(…)
Al terminar las clases, Richard ya se encontraba fuera, todos veían embobados hacia él, y es que no había traído el auto que le dije, en lugar de eso, vino por mí en la limusina, que era solo para eventos estrictamente especiales. No podía enojarme con él, ya que el día de hoy era importante para mí, el reunir las cenizas de mi padre y mi madre, sería lo más especial que podría hacer con sus almas…
No lo pensé tanto, subí a la limusina ante la mirada atenta de todos; antes de ir a reunir a mis padres, pasé a cambiarme a casa por ropa más adecuada, pronto me puse en camino al cementerio, abracé la urna de mi padre contra mi pecho, todo el camino, mis manos temblaban, estaba nerviosa, mientras mis lagrimas inundaban silenciosamente mis mejillas… le había pedido a Richard un tiempo a solas con las cenizas, antes de que llegara mi tío.
— Vaya… — dije sonriendo con tristeza — creo que realmente fracasé… ni con toda la fuerza otorgada, ni tomando las precauciones logré librarte de la muerte… — me incliné tocando la tumba donde descansaban los restos de mi madre — mamá… no sabes cuánto lamento que siendo la primera vez que vengo a visitarte, sea en esta situación… nunca tuve el valor, mi padre tampoco quiso insistir… — mi voz salía entrecortada — gracias — dije regulando mi respiración lo más que podía — gracias por darme la vida, por resistir un poco más… por su amor incondicional… — dije recordando esa mirada exhausta pero llena de afecto de mi madre… — les prometo dar lo mejor de mi… hasta que de mi último respiro…
—Julie… — llamó el tío Charlie a mis espaldas.
—Esta bien… — dije levantándome para aproximarme a él, abrazándolo con cuidado para no lastimarlo.
—El quería que le cantaras una de tus canciones, cuando viniera aquí con tu madre… — dijo mirándome con suma tristeza.
Solo pude asentir con la cabeza… me posicioné al frente, regulando mi respiración y concentrándome en la canción que cantaría, mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y a picar, la canción salía de mí de forma fluida, no cerré mis ojos con fuerza, la imagen de mis padres que visualizaba constantemente se hizo presente mientras comenzó a llover…
Mi canción se estremecía con el viento, que acumulaba mi tristeza, compartiéndola y haciendo que mis penas fueran más llevaderas... Fue entonces que percibí que no solo nosotros estábamos aquí, había otros ojos curiosos de vampiros a mi alrededor... Pero solo me concentré en lo que sentía en ese momento, nada era más importante que estar con mi padre y mi madre, por fin juntos...
Al terminar la canción, sentí dos manos tocando mis hombros, el tío Charlie y Richard estaban a mi lado, la lluvia ya no caía sobre mí, pues Richard había colocado un paraguas, sonreí con tristeza.
Poco después decidimos que era hora de irnos la lluvia paró y unos rayos de sol, que era poco habitual el Forks, se hicieron ver a través de algunas nubes, nos alejamos en dirección a la salida, pero antes de abandonar el cementerio, dirigí una última mirada en dirección a la tumba de mis padres… solo esperaba que en el lugar a donde fuesen, puedan ser felices, que no se preocupen por mí, seré fuerte… solo, necesito tiempo para llorar un poco más… mañana será un nuevo día…
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Gracias por su apoyo, me sorprendió mucho todo el apoyo que le dieron a mi historia con apenas cinco capítulos ♥️
Les traigo este con el que estuve dudando mucho, pero al final, lo logré terminar. Tengo muchos planes para está historia, espero que sea de su agrado.
Nos leemos pronto 🥰💜💜💜
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