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Capítulo 12: Familia Cullen

POV Julie
Después de la intensa discusión llevada con el imbécil de Eduardo, evidenciando mi metida de pata, me sentía algo perdida; cuando llegué a casa con el tío Charlie, fue la entrada perfecta para el momento más incómodo que tendría con él, no me gustaba mentirle, el ocultar información innecesaria acerca de mí misma es algo, pero el mentir descaradamente a él es algo muy distinto, aunque sabía que llegaría. 

— ¿entonces? — comenzó tío Charlie.

— Bueno… tal vez no ha sido lo mejor, pero no hubo heridos — dije sin poder evitar mi diarrea verbal gracias a los nervios.

— Julie… tú no eres así… imprudente… las cosas pudieron salir mal… ¿no pensaste en lo que pensaría cuando me dijeran que mi sobrina se vio envuelta en un accidente? — dijo con cierto cansancio. — no quiero perderte Julie… no a ti… — dijo triste.

Esas palabras attavesaron fuertemente todo mi ser. Fueron las últimas palabras de mi padre antes de que yo lo abandonaran.

— Yo lo entiendo… es la preocupación que me llena siempre que estoy lejos de ti… estoy consciente de que eres un magnífico jefe de policía, pero eso mismo te expone a que pueda perderte — dije sincera mientras jugaba con mis dedos — eres todo lo que me queda… sin ti mi mundo se viene abajo. — dije aguantando mis lágrimas

— No hay nada que pueda causar eso en Forks Julie — dijo mientras suavizaba su mirada.

— Nunca podemos dar nada por sentado… sabemos muy bien todas las vueltas que nos da la vida… no es bueno retarla — dije y fue hasta que vi la expresión de tío Charlie que me di cuenta de que había mucha aflicción en mi rostro.

— Entiendo… — dijo después de unos instantes sumido en silencio, sabía que pensó en mi padre — prometo cuidarme más Julie… — asentí satisfecha con su respuesta y lo abracé — aun así, quiero que tú también te cuides, será un compromiso de ambos, no quiero saber que te inmiscuiste de nuevo en un accidente.

— Como tu digas — dije con seguridad.

Después de todo, dijo “accidentes” nunca dijo algo como “no te metas con un vampiro chupa sangre destinado a matar a uno de mis mejores amigos” o algo por el estilo, si solo lo salvo y dejo a victoria para ser asesinada por alguien más no será un problema más grande, creo yo.

(…)

Al día siguiente en la escuela, procuraba evitar a los chicos, falte a las clases que compartía con ellos, además de que me fui a encerrar a la biblioteca, donde decidí escribir para pasar el rato, mi plan iba de maravilla, por lo menos hasta que las ganas de ir al baño atacaron a tal punto de ser imposibles de ignorar. Por lo que terminé encontrándome con Alice. Chica lista ¿eh?

— No puedes evitarnos toda la vida — dijo apenas me diviso.

— Oh, hola, si he tenido un buen día ¿y tú? Yo solo venía al baño — dije mientras pasaba a un lado con algo de urgencia.
— Lo siento… — dijo desde afuera mientras me encerraba en un cubículo.

— Perdonada, pero enserio agradecería un poco de privacidad — dije mientras sentía como los otros vampiros se aproximaban.

— Yo también — dijo para resoplar.

Al salir lave mis manos mientras pensaba en qué hacer, no quería demostrar mis habilidades a los demás, ni siquiera Charlie y Leah lo saben, no quiero que nadie más lo sepa, por lo menos por ahora, eso me expondría con los chupasangre de Volterra, y ahora mismo es lo que quiero evitar.

— Solo quiero hablar en privado con Alice, agradecería que se alejaran a una distancia adecuada — dije y los escuché bufar; encendí nuevamente un poco de salvia — bien, creo ahora si está bien.

— ¿entonces por qué no hiciste eso desde un principio? — dijo extrañada.
— Se hubiesen dado cuenta — dije encogiéndome de hombros.

— Bueno… tienes que ir hoy a casa… no estoy segura de si estas al tanto de todo, pero hay reglas…

— Las conozco, un humano no puede saber de su existencia, están destinados a morir si eso pasa — dije con simpleza.

— ¿Cómo puedes decir eso con tal naturalidad? — dijo llamándome la atención cual madre a su hija.

— Cuidado con tu tono jovencita, recuerda que soy mayor que tu — la reprendí y me hizo un puchero. — por otro lado, comprendo ciertas reglas, ya tenía una idea, después de todo, no pueden ir convirtiendo humanos en vampiros a diestra y siniestra solo por ser descubiertos.

— Yo sé que no eres humana, pero tampoco podía revelárselos a ellos, por eso quiero que hables con ellos… si les decimos ahora…

— Definitivamente no — dije seria y ella parecía sorprendida — no te ofendas, no quiero que nadie más aparte de ti lo sepa… es algo muy arriesgado ahora mismo. — dije y ella asintió. — enserio, el introducir esa información a sus cabezas solo me haría exponerme ante otros vampiros que tengan dones similares a los de ustedes…

— Aun así, necesitamos calmar a todos… — dijo algo incomoda — yo sé que tu no dirás nada… pero quiero que los demás lo entiendan no solo porque yo lo diga…

— Entiendo… está bien, iré hoy al terminar las clases — dije y ella parecía más tranquila. Aunque una parte de ella demostraba estar algo insatisfecha.

(…)

Justo como lo prometí, al salir de la escuela, tomé mi motocicleta y fui a la casa de los Cullen, no sin antes llevarle a Charlie algo de comer y confiscarle más de la mitad de la chatarra que había comprado y había escondido en el escritorio de uno de sus compañeros.

(…)

Al llegar a la casa de los Cullen pude notar que se encontraban todos, bajé de mi moto y caminé hacia la entrada, estaba por tocar, pero la puerta fue abierta por Alice, quien me recibió con una sonrisa, pasé algo insegura, todos parecían nerviosos, fue entonces que apareció Carlisle.

— Hola… — fue lo único que pude articular ante la inusual situación frente a mí.

— Hola, Julie… veo que te encuentras mejor… — dijo Carlisle de forma amable.

— Sé que debe ser muy incómodo, pero quiero que vayamos al grano de una vez — dije con firmeza y Jasper sonrió.

— Pareces demasiado tranquila — dijo Edward mirándome fijamente.

— ¿por qué no lo estaría? — dije seria en su dirección, todavía seguía dolida con él. — volviendo al punto… — desvié mi mirada hacia Carlisle y Esme.

— Julie… nosotros queríamos hablar contigo ya que es una situación delicada… — comenzó Carlisle — sé que no eres una mala persona… solo…

— Sé que no puedo hablar de esto… nunca lo hice y nunca fue mi intención traerlo a una plática — dije parándolo — yo nunca los juzgué, ni lo haré a estas alturas, sería algo muy racista — dije y Emmet rio — ustedes no han hecho nada malo, además de que me salvaron, no tengo porque desconfiar de ustedes, créanme, se guardar secretos.

— ¿Cómo lo notaste? — dijo Edward — no parecías sorprendida…

— Tampoco es que sean muy disimulados, solo que la mayoría es Forks tiende a ser muy despistado, dejando de lado el aire de superioridad, magnifica memoria, que no comen nada en el almuerzo, la temperatura de su piel, que nunca se enferman y solo tienden a faltar cuando los días soleados llegan, creo que es muy evidente, literalmente llaman mucho la atención. — después de decir eso todo se sumió en un silencio algo pesado.

— ¿Cuándo lo notaste? — dijo Rosalie algo incómoda.

— Creo que desde un inicio… — dije y ante la mirada de sorpresa me sonroje — sí, creo los analice muy rápido.

— Chica lista — dijo Emmet con algo de burla, recibiendo un golpe de Rosalie.

— Si no quieren ser descubiertos necesitan por lo menos, aparentar que comen algo en la cafetería, ya que no pueden comer, pueden fingir que lo hacen — dije y me miraron raro. — agreguen unas faltas extra, no me meteré con sus calificaciones, pero deberían hacer algo, con ciertos aspectos con respecto a su actitud…

— ¿y eso que tiene que ver? — dijo Rosalie frunciendo el ceño.

— No todos son tan malos — dije y frunció el ceño — tal vez involucrarse un poco más como alumnos normales en actividades del colegio… como la organización de unos eventos… tal vez así puedan hablar con alguien más…

— Eres una humana agradable Julie, pero no todos son así — dijo Rosalie.
— Y no te estoy diciendo que hables con todo el mundo de un día a otro, los cambios son chiquitos, creo que será bueno intentar… tampoco digo que sean amigos de todo el colegio, tal vez con que sean cordiales y entablen platicas normales estaría bien.

— Creo que ese tipo de cosas las podemos hacer — dijo Carlisle.

— Bien — dije sonriendo.

— Aun así… Julie, te estamos confiando un secreto muy importante… — dijo Carlisle mirándome seriamente.

— Y yo lo sé… la verdad prefería el seguir fingiendo que no sabía nada, pero a estas alturas no pueden… — dije sonriendo con cierto deje de tristeza.

— Agradezco el apoyo que le has brindado a mi familia — dijo, con esas palabras y su mirada tan amable, me sentí aliviada, después de todo, se dio cuenta de que no tengo malas intenciones con su familia.

— Entonces… supongo que podemos seguir siendo amigos ¿no? — dije en dirección a Alice, Emmet y Rosalie, quienes sonrieron. — claro, si nos dan permiso — dije en dirección a Esme y Carlisle, quienes sonrieron y asintieron.

— Tampoco es como si estuvieras pidiendo nuestra mano en matrimonio, relájate — dijo Emmet con cierta burla, y comenzamos a reír.

(…)

Después de una extensa charla acerca de lo loca y extraña que soy por no asustarme, y lo poco disimulados que son ellos, deciden hacer algo para cambiar ciertas cosas, iniciando con las compras en familia, faltas por enfermedad o fatiga, de lo cual se encargaría Carlisle, me sentí más ¿tranquila? ¡había cambiado la trama! ¿Qué son unos pequeños cambios?

Alice parecía muy feliz por mí, pues al parecer podíamos seguir entablando una amistad y ellos no se irían de Forks, me la pensaría un poco más acerca de contarles de la existencia del libros de leyendas de los Quileute, quiero ayudarlos, pero no estaba segura, después de todo, eso depende de Edward y Bella, no podía cambiar eso.

Decidí instalar un laboratorio como el que teníamos Aladdín y yo, para comenzar una serie de experimentos, si todo salía como quería, tal vez podría hacer una crema que los ayudara con algo como salir al sol.

(…)

Me encontraba en casa, Rosalie era la que me había acompañado, parecía mucho más tranquila conmigo, era la primera vez que podía decir que la fortaleza, muro o barrera que nos separaba tan fuerte e insistentemente estaba derrumbada por completo.

— Gracias… — dijo sin más antes de que bajara del auto. No pude evitar la mirada de confusión que se dibujó en mi rostro — gracias a ti nosotros podemos sentirnos más normales… encajar… nunca pensé que se sentiría tan bien, no lo sabíamos hasta que te conocimos, incluso pensamos que sería algo imposible para nosotros, pero tu llegada… cambio a muchos… — admitió y sonreí.

— Yo… si te soy sincera, no sabía si acercarme, realmente me parecían agradables, dudé mucho de si eso les agradaría, pero cuando los conocí, solo tenía una cosa en mi mente, quería conocerlos más, hacer recuerdos al lado de ustedes — ante eso me su mirada fue de sorpresa, pero sonrió — ayudarlos y darles un poco de felicidad… la merecen… — dije y ella me sonrió.

— Es que, eso me sorprende… eres tan distinta… — dijo y la miré con incredulidad — naturalmente, nos escondemos porque los humanos nos pueden tomar como una amenaza o algo que anhelar, tu solo nos ves como amigos, no quieres ser inmortal, ni siquiera parece que lo hayas considerado, sabiendo que puede ser así, no temes decir lo que piensas y atesoras la vida que tienes y parece que aceptas todo…

— Hay cosas que realmente no cambiaría por nada, digo, amo comer — dije en broma y ambas reímos — me gusta como soy ahora, además, jamás les pediría algo así… — ella me miró con sorpresa — ustedes son muy buenas personas… sería inhumano pedirles que me vean sufrir solo por ser un ser inmortal, son mis amigos, si es un proceso doloroso, no querrían que pasara por eso… además, eso significaría dejar a la persona más especial en mi vida… mi única familia… Charlie no se lo merece…

— Perdón si resulta incómodo para ti, pero… ¿no tiene él una hija? — dijo ella y no pude evitar que mi mirada se ensombreciera.

— Ella… es un tanto complicada… también se podría decir que me odia…

— Eso sí que es imposible de creer — dijo y cuando la miré parecía completamente sorprendida — digo, incluso influiste de manera positiva en las chicas más odiosas del pueblo — dijo y yo reí. — si te odia, debe estar realmente loca.

— Supongo que si tiene cierta locura que la distingue — dije recordando su mirada desesperada deseando que cayera por el risco cuando visitamos por primera vez la Push. — siempre intenta hacer lo que hago… y es muy complicada, pues cuando no le funciona me mira con un odio profundo… no la puedo ayudar… — dije riendo sin ganas — pero ese es mi límite, no se puede ayudar a personas que no quieren ser ayudadas, por mucho que intenté llevarme bien con ella, siempre me rechazó y miró con despreció, lo que lamento es que eso solo lastima más a tío Charlie e incomodaba a mi padre…

— Julie… — dijo abrazándome — no tienes que demostrarle nada a nadie… — cuando dijo eso sonreí, cerrando los ojos disfrutando del abrazo, pensando que tal vez, solo tal vez así se hubiera sentido el abrazo de mi madre en esta vida.

(…)

Me encontraba en la escuela, todo resultaba ser “normal” no había hablado con Edward, parecía ser el más esquivo desde lo sucedido, lo que no me importó en un inicio, Alice parecía divertida con la situación, lo cual no entendía, Jasper parecía contento y hablaba más conmigo.

En la semana había iniciado ciertas clases con las chicas, pues se enteraron de mis antiguas actividades, cofcof me investigaron cofcof por lo que Lauren me pidió ayuda, ella quería esforzarse por entrar en el mundo del espectáculo, lo que ya imaginaba, después de todo, en el libro fue estafada por ese deseo de ser bonita.

Desde que lo comentó me centré en sus rasgos distintivos, habíamos mejorado mucho, ahora nos estábamos centrando en pulir sus rasgos y talentos, el baile no era uno de sus fuertes, pero el canto podía relucir un poco más, siendo lo mismo para Jessica, les enseñé lo básico de los instrumentos, aunque aprendían más a tocar bajo o guitarra.

Me encargué de ir registrando sus avances, lo que mencionaron al inicio fue que formara parte de su grupo, ya que lo querían formar, pero solo eran dos, y querían que fuera parte de este, no quería rechazarlas desde un inicio, por lo que les dije que lo pensaría, dado que tenía un horario algo apretado.

Cuando llegó el viernes, no tenía intención de ir a la cafetería, por el contrario, quería caminar por la escuela, dejándome llevar por mis pasos, al llegar al salón de música, sonreí un poco y me adentré siendo recibida por el piano de cola color negro de la última vez, pasé mi mano suavemente sobre este, me senté una vez más, no lo pensé, solo dejé que mis dedos viajaran por las teclas como la última vez.

Una suave canción comenzaba a vibrar desde el fondo de mi pecho hasta la punta de mis dedos que tocaban el teclado. Pero paré abruptamente cuando sentí la presencia de Eduardo al otro lado, resoplé fastidiada, mas tarde haría una llamada con mis amigos en Nueva York.

— Si vas a espiarme, ten los pantalones para no huir cuando eres descubierto — dije y abrió lentamente la puerta. — eso está mejor — dije y me desvió la mirada.

— Lo siento Julie… — dijo y fijó su mirada en la mía, yo se la devolví inexpresiva, esperando a que siguiera, suspiró — ¿tienes un momento?

— Creo que te estoy dando tiempo solo porque fuimos amigos en su momento — dije y pareció que mis palabras realmente lo lastimaron.

— Julie… lo lamento, fui un tonto — dijo.

— Idiota — corregí.

— Si… fui un idiota al tratarte de esa forma… pero…

— No te justifiques Edward — dije sin emoción alguna y quedó de piedra, si es que eso era posible, parecía que ahora, o por lo menos por ahora, aborrecía que lo llamara por su nombre — cuando te justificas, le quitas peso a la disculpa, significa que no te arrepientes del todo por que no te equivocaste. Deja que eso lo juzgue yo… — al instante bajó la mirada.

— Fui el peor tipo de persona contigo… no lo merecías — dijo y al instante suavicé mi mirada.

— Escucha claramente, entiendo que tienes la habilidad de leer los pensamientos, y por alguna razón que no entendemos no puedes leer la mía, estas acostumbrado a leer a las personas de esa forma, por lo que desconfías de mi al no poder hacerlo, estabas inseguro, pues ya no estas acostumbrado a conocer a las personas de la forma tradicional, por lo que no tenías un lugar al que clasificarme. — dije y desvió la mirada.

— Pero al parecer tu puedes leer a las personas a la perfección, aun careciendo de nuestras habilidades — dijo y reí para mis adentros.

— Soy como un metalista — dije con superioridad y sonrió. — tal vez conmigo puedas intentar aprender nuevamente esta forma de conocer a las personas. — dije sonriendo gentil en su dirección, fue entonces que él tomó mi mano.

— Sé que he sido un idiota, pero creo que en parte ha sido por lo que siento — si ha de sentir mucha pena. Pensé.  — no quería admitir lo que sentía por ti… — dijo y ahora me tocó a mi quedar de piedra — al ser tu una humana y yo un vampiro, me negué a aceptar mis sentimientos, estaba aterrado… pero no deseo ser solo tu amigo — creo que ya se para dónde va esto ¡tierra trágame! ¡Tlaloc te lo ruego, que diga mejores amigos! — Julie Swan… si me perdonas… ¿me darías el honor de ser mi novia? — ante eso mi boca se secó y mi corazón ya no distinguía si se había parado o estaba acelerado al mil por hora.

Cuando me di cuenta tenía su cara frente a mi a punto de unir nuestros labios.

— ¡alto ahí! — dije llevando mi mano a su boca — ¡para tu carro Eduardo! — dije inconscientemente y el sonrió, lo que me hizo sonrojar tal vez un poquito. — ¡¿si quiera te das cuenta de lo que dices?! ¡me acabas de pedir disculpas y ahora quieres que salga contigo! ¡¿no crees que me toca desconfiar de ti ahora?! — dijo y frunció el ceño extrañado — ahora piénsalo tú, ¿no sería algo muy conveniente? ser mi novio y sacrificarte para mantener mi boca cerrada — dije y suspiró.

— No es eso… debo admitir que eso sonó lógico y retorcido al mismo tiempo, pero yo deseo que seas mi novia porque me gustas, porque soy feliz a tu lado… — dijo tomando mi mano entre las suyas. — porque te quiero… — dijo y al instante se abrió la puerta de golpe mostrando a un agitado Jasper.

Alice estaba sonriendo al igual que Emmet, mientras Rosalie fruncía el ceño molesta, no sabía si era conmigo o con él, esperaba que fuera con él, pues apenas nuestra relación de amigas se acaba de definir y no lo quiero arruinar.

— Julie… — iba a articular Jasper.

— Piénsalo — dijo Edward pesando el dorso de mi mano para después dirigirse a la salida.

¡¿Qué demonios acababa de pasar?! ¡¿si quiera tiene sentido?! Alice entró dando brinquitos de felicidad, mientras Jasper tenía la mirada perdida cosa que me hizo sentir incómoda. Ahora si tenía mucho en qué pensar. Al verme así Alice me miró confundida, yo solo desvié la mirada pensativa.

Al instante mi mente viajó al recuerdo de Luke, sentí un pinchazo en el pecho, ¿tendría sentido iniciar una relación nuevamente a estas alturas?

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Gracias por leer, esta historia ya la tenía algo abandonada, falta se telefono o por muchas razones, pero ya volvi🤗

Espero que haya sido de su gusto,I ya quiero leer sus comentarios.

Nos leemos pronto 💜

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