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82. ¡Tú de nuevo!

En el capítulo anterior: Luego de ver la guerra desde una perspectiva ajena a la de nuestro protagonista y de conocer las historias y experiencias de los combatientes de los otros frentes tanto del Imperio como de la Federación, es momento de regresar a la historia de Black y sus amigos ¿Qué les deparará en esta nueva fase de la guerra? ¿Tendrán el camino fácil a partir de ahora? ¿O solo les esperan más problemas?

Luego de descansar un par de horas Kale y yo despertamos para asearnos y posteriormente reunirnos con Zamasu y los demás en el puente de mando, una vez ahí pregunte a Zamasu:

- ¿Qué tal las cosas?

- Todo bien hasta ahora, Black, ya están por cargar las provisiones para continuar con nuestro avance.

- Excelente – dije satisfecho.

A lo cual el shinjin nos pregunta a Kale y a mí:

- ¿Se pudieron reponer de su batalla?

- Sí... Sí, todo bien – dijimos ambos.

- Me alegro ya que hay muchas cosas por hacer.

- ¿A qué te refieres? – le pregunté a Zamasu.

- Pregúntales a ellos – contestó él.

En entonces Zamasu le da la pasada a unos Almirantes y Generales a los cuales saludo, luego de eso ellos me piden que los acompañe a la sala de conferencias, entonces yo invité a Zamasu y Kale a acompañarme para ver de qué se trataba, una vez ahí se encontraban las proyecciones holográficas de los altos mandos de las fuerzas armadas Imperiales ahí pude reconocer al Virrey Sadala, Frost, el Supremo Comandante Jápeto del Frente Sur entre otros, junto con jefes de los departamentos administrativos del Imperio, entonces tomamos asiento y pregunté:

- ¿Dónde están Kyabe y los demás?

- El Supremo Comandante Kyabe se encuentra en medio de una batalla su Majestad, por lo tanto, yo el comandante Caronte seré su representante en esta conferencia.

- Muy bien – asentí – entonces iniciemos esta conferencia, vayamos por el asunto más delicado, el frente sur.

A lo cual el Supremo Comandante Jápeto agradeció para luego dar su reporte:

- Muchas gracias, Lord Black y a todos los presentes – se aclara la garganta – bueno la situación en el frente sur es crítica, el avance Federal es implacable alcanzando a ocupar el 80% de los territorios del sur, pero luego de coordinar una acción con el Virrey de Sadala unas 10.000 legiones a cargo de Frost fueron enviadas a reforzar el sur.

- Excelente decisión Supremo Comandante – le dije.

- Muchas gracias, señor Black, por otro lado – agregó Jápeto – hemos conseguido contactar con algunas bolsas de resistencia en los territorios ocupados y según la información que hemos podido recabar ellos están armando a los civiles y organizando movimientos guerrilleros para mantener distraídos a los Federales mediante sabotajes y misiones de inteligencia.

- Bien Supremo Comandante ¿Es todo el reporte? – pregunté.

- Es todo mi Lord, los detalles los podrá ver en la carpeta que acabo de enviarle.

- Muchas gracias, Supremo Comandante.

Luego me dirigí al Virrey Sadala para darle la palabra:

- Bien, el siguiente es el Virrey Sadala, por el frente centro.

- Muchas gracias mi Lord, la situación en nuestro frente es neutra, hemos conseguido escasos avances en el territorio enemigo y las incursiones no han sido muy exitosas, pero la Federación tampoco ha conseguido penetrar en territorio Imperial y como ya lo mencionaba mi camarada el Supremo Comandante Jápeto para evitar el cierre de una tenaza por el sureste decidí enviar a Frost junto con 10.000 legiones a reforzar el frente sur, pero con 10.000 legiones menos dudo mucho que nuestra línea de defensa aguante mucho tiempo. Es todo su Majestad.

- Ok, ahora vamos con el frente norte – proseguí.

Entonces el Comandante Caronte, en representación de Kyabe me dijo:

- El enemigo ha ofrecido más resistencia de la esperada mi Lord, pese a que hacemos todos los intentos por ganar terreno, cada día se vuelve más complicado, en especial con la estrategia empleada por el general Vesta la cual nos ha presionado a realizar grandes saltos estelares separándonos demasiado de las fuentes de recursos y obligándonos a destinar tropas y naves para proteger a los transportes.

- Entiendo – concordé – aquí en el brazo superior también presentamos dicho problema, en resumen, podríamos decir que la Federación está dando más pelea de la esperada y nuestra guerra relámpago se está estancando aparentemente, pero con la muerte del general Vesta les puedo asegurar que todo está bajo control.

- Entonces ¿Qué propone su Majestad? – me preguntó el Virrey Sadala.

- Propongo no perder la coordinación y el contacto entre los frentes, mantener la mayor resistencia posible, por otro lado, tendremos que solicitar a los gobiernos locales movilizar la mayor parte de sus fuerzas locales a reforzar los frentes de batalla, junto con movilizar a los reservistas, iniciar una campaña de reclutamiento masivo en todo el Imperio.

En eso el Jefe de la Oficina de Defensa Imperial me cuestionó:

- Mi Lord no estará pensando en hacer efectivo el estado de guerra total.

- Lamentablemente sí – le contesté – siendo sinceros no quería llegar a este extremo, pero las circunstancias nos están obligando a movilizar todo el material disponible para ganar esta guerra.

Por su parte el Jefe de la Oficina de Hacienda dijo:

- Pero señor, hacer efectivo el estado de guerra total implica un desembolso gigantesco de dinero, las arcas Imperiales no aguantarán semejante peso.

El Jefe de la Oficina de Economía por su parte agregó:

- Además, un estado de guerra total significa movilizar a toda la población adulta masculina en condiciones de pelear y enfocar toda la producción y los capitales a la creación de armamento, perderemos gran parte de nuestra mano de obra y eso devastará la economía a largo plazo.

- Lo sé, lo sé – intentando calmar los ánimos – estoy consciente de las consecuencias de un estado de guerra total, pero tengo fe que eso equilibrará las cosas no solo en calidad sino también en cantidad y permitirá acelerar nuestro avance y mientras más rápido tomemos la capital Federal más rápido esta guerra terminará, confíen en mí.

- Lamento diferir mi Lord – cuestionó el Jefe de la Oficina de Economía – pero esto no es solo una cuestión de fe, es también de números y estadísticas.

- Con que quieres hablar de números ¿Eh? – contesté con algo de agresividad – pues es simple, si conquistamos la Federación daremos con Mabus Herzog y si damos con Mabus podremos expropiar todas sus riquezas para pagar todo el gasto militar, esos son grandes números que alcanzan y sobran para financiar toda la guerra.

Luego un silencio incómodo invade el lugar y yo continué:

- Ok, señores pasemos a otras materias, frente digital ¿Cómo van las cosas por ahí?

- Buen punto mi Lord – dijo el Jefe de la Oficina de Defensa Imperial – permítame decirle que nuestros equipos de sabotaje hacen todo su esfuerzo para hackear los servidores de la computadora central de la Federación, pero nuestros intentos han sido infructíferos, incluso las divisiones de hackeo Tsufur y Terrícola que son las más sofisticadas han sido incapaces de dar con una computadora central, por el contrario han encontrado cientos de nodos de control diseminados a lo largo de todo el espacio Federal cada uno con códigos de hackeo muy dispares entre sí.

- Interesante, entonces ¿Me estás diciendo que los Federales tienen un sistema de control descentralizado? – le pregunté.

- Efectivamente mi Lord – dijo el Jefe de la Defensa.

- ¡Rayos! – rechisté – Será más complicado de lo que creí, pero qué más da, tendremos que hackear todos los nodos uno por uno ¿Cuánto tiempo crees que tomaría una operación así?

- Varios días señor Black – estimó el jefe.

- Tsk... Lo que me temía, bueno ya no hay de otra, habrá que hacerlo de la forma difícil, informe a las divisiones de hackeo que se enfoquen en hackear las computadoras fronterizas para reprogramar a los androides y ponerlos a pelear de nuestro lado.

- ¡Sí señor! Sí lo conseguimos será mucho más rápido que reprogramar individualmente a los androides capturados.

A lo cual el Jefe de Hacienda decidió intervenir:

- Mi lord, lamento interrumpir, pero estuvimos conversando con el Jefe de Economía y consideramos que no sería mala idea desviar los fondos del proyecto Bio-Androide y Super-Androide para fabricar androides como lo hace la Federación, quizás sería más barato y menos nocivo para la economía que movilizar a todos los civiles.

- Siendo sinceros me lo he planteado también, quizás sea mejor apostar por la cantidad – dije convencido por la idea.

Por su parte el Jefe de la Oficina de Defensa Imperial manifestó:

- No es mala idea, si mis cálculos no fallan podríamos igualar a las fuerzas enemigas en unos 2 meses con todas las fábricas trabajando día y noche.

- Me parece bien, pero no olviden que para fabricar esos androides necesitaremos mucho metal y dudo mucho que podamos conseguir las materias primas suficientes sin volar en pedazos los planetas – les recordé.

- Es un riesgo que debemos asumir si queremos equipararnos a la capacidad productiva de la Federación – dijo el Jefe de Economía.

- Demasiado para mi gusto – lo dudé por un momento – pero está bien – sin más opciones – apruebo que se desvíen unos fondos para fabricar nuestros propios androides, pero no en los volúmenes que me piden.

- Pero señor, es urgente – reclamaron los Jefes.

- Me queda claro – levanté la voz – pero dada la urgencia es más rápido movilizar a los civiles que fabricar todos esos androides, así mejor lleguemos a un término medio, solo llamaremos a la mitad de los civiles para no sacrificar nuestra industria y a la vez producir nuestros androides ¿Qué opinan?

- Estoy de acuerdo – dijo el Jefe de Defensa.

- También estoy de acuerdo – concordó el Jefe de Hacienda.

Por su parte el Jefe de Economía se tomó unos segundos para pensarlo:

- Bueno, al menos nuestra industria no se verá tan afectada, aunque discrepo un poco de la idea de movilizar a la gente, pero si lo dice mi Lord debe ser por algo ¿No? Pues

- entonces estoy de acuerdo con la medida.

- Muy bien – dije con seriedad – entonces está hecho se llamará solo a la mitad de la población masculina en condiciones de luchar y se destinará la mitad de los fondos de las superarmas para fabricar androides de batalla.

Todos asienten y yo continúo:

- Muy bien ¿Hay más reportes señores?

- Bueno sí señor – dijo el Jefe de la Oficina de Comunicaciones – recientemente los medios Federales han iniciado una campaña masiva de difamación en contra de su persona y de nuestra causa empleando afiches y caricaturas satíricas al respecto – esboza un pequeña sonrisa.

- Ya veo y por casualidad ¿Tienen algunas de esas caricaturas? – pregunté con curiosidad.

- Eh... Claro, claro de inmediato se las mostraré de inmediato – dijo el Jefe proyectando un el holograma.

Observo el holograma y sorprendido digo:

- Pero ¿Qué carajos es eso?

- Pero que feo te ves Black – dijo Kale tratando de aguantar la risa.

- No te burles – dije sonrojado y enojado.

- Creo que tiene razón – dijo Zamasu – no te pudieron dibujar más feo, a veces los mortales son realmente graciosos.

- Tsk... - me quejé.

Luego los presentes también intentaron aguantar la risa hasta que yo finalmente dije:

- ¿Saben qué? Ríanse todo lo que quieran, supondré que se ríen por lo absurdo de la propaganda en lugar de lo feo que me dibujaron – cruzado de brazos.

El afiche en cuestión era la caricatura de un monstruo feo de 3 cabezas, las del Virrey Sadala, Frost en su tercera forma y la mía con sus rasgos y facciones exageradas, el cual se encontraba agarrando planetas y galaxias con una mano para meterlos dentro de una bolsa que sostenía con la otra la cual decía opresión, todo ello se hallaba acompañado de un mensaje que decía "¡Blackzilla quiere más! ¿Tú lo dejarás? ¡Únete ya a la milicia Federal!"

Luego de ver el afiche dije seriamente:

- ¿Es todo?

- No mi Lord jajaja, aún hay más – dijo el Jefe de Comunicaciones entre risas.

Aparece otro afiche, pero esta vez aparecíamos Kale y yo atendiendo a unos enfermos de la Federación dándole la espalda a grupo de enfermos muriéndose aparentemente del Imperio y arriba aparecía la siguiente cita "¡INDIGNO! ¡Un líder que se preocupa más del enemigo que de sus propios desposeídos! ¡Dedícate a tu trabajo Black!" luego dije:

- Al menos en ese no salgo tan feo, siguiente.

- Efectivamente señor – dijo el Jefe de Comunicaciones.

Luego el Jefe proyecta otro afiche en el que aparecía Kale un tanto exagerada en sus rasgos con dientes afilados y comiendo niños con una cita que decía "Que no te engañe su cara bonita, los saiyajin son solo bestias indómitas" al ver el anuncio no pude aguantar las ganas de reír, entonces dije:

- ¡Jajajaja! ¡A ti sí que te hicieron fea!

- No seas malo – se sonrojó Kale.

- Pero si tú también te reíste cuando viste mis caricaturas – reclamé.

- Pero intenté aguantarme – se justificó la saiyajin.

- Si claro y yo soy Santa Claus – dije para molestarla.

Por su parte Zamasu comentó:

- Definitivamente los mortales pueden llegar a ser interesantes jajaja.

- Tú no te rías – Kale lo golpea en el brazo sonrojada.

En eso el Jefe de Comunicación le dijo a Zamasu:

- Bueno señor Zamasu también hay afiches de usted.

- ¿Qué dices? – preguntó el shinijn.

El jefe proyecta otro afiche en el que aparece Zamasu deforme asomándose desde una muralla mirando a un paisaje con casas lujosas con la siguiente cita "La envidia de no tener nuestra calidad de vida te pone verde, calvo y feo" de inmediato Zamasu se sorprende:

- Tsk, pero cómo se atreven.

Kale y Yo nos miramos para luego decir entre carcajadas:

- ¡JAJAJAJAJAJA! Esa sí que estuvo buena.

- ¡No se burlen! – dijo el shinjin molesto.

- Ay, amigo no tienes humor – le dije.

- ¡No! Definitivamente los mortales deben ser exterminados.

- Definitivamente este tipo no tiene humor – concluí.

- No seas tan serio, a todos nos pasó – sonrió Kale.

- Ella tiene razón – concordé.

- Tsk... Como quieran – contestó Zamasu fingiendo molestia.

Después de aquel momento de humor el Jefe de Comunicaciones me preguntó:

- Bueno... ¿Qué propone que hagamos al respecto señor?

- Combatir fuego con fuego – contesté – crearemos nuestra propia propaganda para responderle a los Federales, podrían hacer una en la que aparezca yo con varios brazos dando comida tanto a los desposeídos del Imperio como a los de la Federación y que diga lo siguiente "El Emperador cumple tan bien con sus deberes que se hace cargo del de ustedes"

Al oírlo todos aplauden por la idea, entonces yo continúo:

- Y hay más señores, podrían hacer un afiche en donde aparezcamos los 3...

- No me metas en esto – dijo Zamasu sonrojado.

- Bueno todos ustedes menos Zamasu, con escudos, espadas y conmigo al frente y que diga "Nuestros líderes dan la cara y luchan por su pueblo, mientras los Federales se ocultan muertos de miedo"

Los demás asienten y para terminar digo:

- Y por último quiero que hagan otro afiche en el que aparezca un sujeto cualquiera sosteniendo la bandera Imperial parado sobre unos escombros, seguido de un ejército con nuestras naves, los Bio-Androides junto con todo lo que represente nuestra fuerza militar y detrás de las personas y todo ello pongan un sol naciente de fondo, a su vez quiero que entre los escombros se note al general Vesta y demás líderes militares juntos con las armas de la Federación, destruidas por cierto, y que diga "Un nuevo amanecer para el Universo, el comienzo de la era del Imperio"

Los demás aplauden y yo sentencio:

- Bueno es todo por mientras, si necesitan ideas para afiches políticos me consultan.

- Sí mi Lord – dijo el Jefe de Comunicaciones.

- Ok ¿No tienen más reportes? – pregunté.

- No señor... Es todo... Nada más que decir... - dijeron los presentes.

- Bien, entonces doy por finalizada esta sesión, que el secretario levante acta de todo lo hablado, buena suerte camaradas, larga vida al Imperio.

- ¡Larga vida al Imperio! – exclamaron los presentes.

Entonces los hologramas se desvanecen quedando solo Kale, Zamasu, unos cuantos oficiales y yo, entonces nos retiramos al puente de mando y me acerco a la ventana a observar las estrellas y todo lo que sucedía en ellas, ahí pude ver, un sin número de batallas, de los demás frentes, pude ver tortura, miseria y hambruna por doquier, pero también sentí que algo oscuro se tejía en el espacio profundo, algo muy oscuro que podría resumirse en traición, poder, codicia y destrucción, entonces Kale se me acerca y me toma la mano sacándome un poco de ese trance reflexivo y ella me pregunta:

- ¿Ocurre algo amor?

- Más o menos Kale, siento que hay algo más allá de las estrellas, algo muy malo se está gestando en las entrañas de la Federación.

- ¿Crees que sea la fuerza oscura o Demigra? – me preguntó.

- No exactamente, no se siente fuera del multiverso, más bien es algo que está adentro, pero muy oculto – enfoqué mi mirada hacia la profundidad del espacio.

- ¿Mabus? – preguntó ella.

- Es probable, aunque más que una energía es una sensación, son intenciones y sentimientos oscuros aislados que nublan mi visión de aquel sector y pareciera ser que tarde o temprano se unirán como las piezas de un gran rompecabezas dando origen a algo abominable – miro al espacio con seriedad.

A lo cual Zamasu interviene:

- No me digas que se trata de otra visión premonitoria.

- Más o menos, Zamasu, aunque se trata más de una sensación, de un presentimiento más que una auténtica premonición. Creo que la Federación aún no nos ha mostrado lo mejor que tienen, sugiero ser cauteloso.

- ¿Y de qué podría tratarse? – preguntó Kale.

- No lo sé con exactitud, pero sea lo que sea es bastante diabólico y huele peligro – dije con seriedad.

- Vaya, entonces ¿Qué sugieres? – inquirió Zamasu.

- Lo de siempre, ser precavidos y enfrentar el peligro.

Kale y Zamasu asienten y en eso entra un Oficial diciendo:

- Mi lord ya terminamos de embarcar los pertrechos para continuar con el avance.

- Muy bien, entonces comunique a los demás que aborden para salir.

- ¡Si señor! – el oficial se retira.

Luego de eso miro a los chicos y les pregunto:

- ¿Están listos para volver al juego?

- ¡Sí! – asintieron con entusiasmo.

- Esa es la actitud – sonreí – ahora guardemos energías ya que debemos recuperar el tiempo perdido así que esta vez no nos confiaremos con el enemigo.

- ¡Si! – asintieron ambos.

- Y por favor que alguien me traiga una taza té – dije.

- Yo voy por ella – se ofreció Kale.

- Que sean 2 – dijo Zamasu entre risas.

- Oye no te aproveches – rio Kale.

Después de eso iniciamos el despegue desde el embarcadero orbital en el que estábamos y el Imperator saltó a la hipervelocidad junto a su flotilla hacia el espacio profundo en dirección al sector C1, no obstante, ese sería un viaje bastante largo, de casi 1 hora puesto que teníamos que salir del sector C3 y cruzar todo el sector C2 (ya asegurado) para llegar a nuestro destino, así que mientras viajábamos Kale, Zamasu y yo bebíamos el té, fue entonces que dije:

- Hace tiempo que no probaba un té así, desde que llegué en este mundo jajaja.

- ¿Tanto así? – preguntó Kale.

- Sí, así es – contesté.

- Lo mismo digo, me hacía falta una taza té despejar la mente y aclarar las ideas – dijo Zamasu.

- Eso es verdad – asentí.

Kale bebió un poco de té y dijo:

- Siendo honesta tampoco recuerdo haber tomado té, por lo menos han sido varios años desde mi última taza, pero me sigue gustando.

- ¿Así que te gusta el té? – le pregunté.

- Así es – sonrió Kale.

- Me lo hubieras dicho antes – sonreí – te habría preparado todo el té que quisieras.

- Jeje – se sonrojó Kale – no importa Black – me toca la espalda.

Zamasu mientras revolvía su té, para luego decir:

- Y díganme ¿Qué piensan hacer después de beber el té?

Kale y yo nos miramos y respondimos al unísono:

- Entrenar.

- Me lo imaginaba – Zamasu bebe un sorbo – Y ¿Qué pasó con eso de guardar energía?

- Es cierto – suspiré – dije guardaríamos energía, pero nunca dije que no haríamos nada, aunque esto más que un entrenamiento será un calentamiento para las batallas, ya sabes para no perder la forma – termino de beber mi taza.

- Ya veo – el Shinjin bebe de su taza.

Luego de tomar el té Kale, Zamasu y yo nos fuimos a la sala de entrenamiento de la nave y como esta era ocupada por los altos mandos para entrenar a las tropas era un complejo muchísimo más grande que las salas de gravedad repartidas a lo largo de la nave en las que con suerte cabían 4 personas, de inmediato nos sorprendimos por el tamaño del lugar, entonces yo dije:

- Es bastante amplio, será perfecto para entrenar al tener más espacio para moverse que las cámaras de gravedad estándar.

- ¿Por qué no lo habíamos usado antes? – preguntó Kale.

- Para no interferir con las sesiones de entrenamiento de los soldados y porque solemos pasar más tiempo en batalla que en la nave – contesté.

- Cierto, por poco lo olvido – rio Kale.

- Y supongo que a este lugar se le puede aumentar la gravedad ¿Cierto? – consultó Zamasu.

- En efecto – contesté – el límite de este lugar es 100.000 G, lo cual no es mucho comparado con nuestros límites, pero estará bueno para entrenar nuestro poder base.

Y Kale me preguntó:

- ¿Crees que el piso soporte nuestro peso?

- Bueno, si se diseñó para soportar 100.000 G pues debería soportar 100.000 veces nuestro peso ¿No? – le pregunté.

- Jeje, pues no quiero terminar enterrada en el casco de la nave – rio Kale.

- O terminar en el espacio como una waifu misil – bromeé.

Ambos reímos mientras Zamasu suspiraba:

- Ay estos saiyajin, no tienen remedio.

Después de reír un rato me puse serio y les dije a los chicos:

- Muy bien, comencemos y para hacer el calentamiento más divertido usemos estas pesas – haciéndolas aparecer.

Zamasu y Kale asienten y los 3 nos pusimos las pesas programando la gravedad en 100.000 G iniciando nuestro calentamiento.

Luego de unos minutos entrenando:

- ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! – lancé varios puñetazos.

- ¡Toma! – Kale me hace una barrida.

- Tsk... - hago una voltereta y me pongo de pie.

Zamasu lanza una estocada a Kale mientras le grita:

- ¡No te distraigas!

Kale se agacha y toma el brazo de Zamasu diciéndole:

- Lo mismo digo – hace una palanca y lo lanza al suelo.

- Buen movimiento – dijo Zamasu en el suelo.

Luego aparezco por detrás y les digo:

- ¡Los tengo! – los envuelvo en una burbuja de ki.

- ¿Qué? – dijeron Zamasu y Kale.

En eso cierro la mano haciendo explotar la burbuja de ki mientras reía como maniaco:

- Jajaja, ni lo vieron venir.

- Eso sí que me tomó por sorpresa – dijo Zamasu.

- Y qué lo digas ¿Y esa técnica, Blacky? – preguntó Kale.

- Se la copié de Jiren jajaja.

- Pues se ve útil – dijeron ambos.

- Para ataques sorpresa sí que lo es ¿Están listos para otra ronda? – me pongo en guardia.

- ¡Ataca con todo! – gritaron ambos poniéndose en guardia.

De pronto suena un timbre en el gimnasio:

- ¿Qué es ese ruido? – preguntaron los chicos.

- Una llamada entrante... ¡Diga! – exclamé.

- Majestad – dijo un soldado – lamento interrumpir su sesión de entrenamiento, pero lo necesitan en el puente de inmediato, es algo urgente.

- Ok, voy para allá – contesté.

En eso desactivé la gravedad y nos aseamos con mi magia para ir al puente de mando, una vez ahí pregunté:

- ¿De qué se trata?

- Majestad que bueno que llega – dijo el almirante Herse – se trata de un reporte proveniente de la línea de ataque inferior, la del Supremo Comandante Kyabe.

- ¿Sucedió algo malo? – pregunté con seriedad al almirante.

- Se toparon con un enemigo bastante poderoso y molesto, el cual, si bien lograron derrotar, pero debido a los daños sufridos en las naves no les quedó de otra que regresar para reabastecerse.

- ¿Ok? – sospechando - ¿Qué más dijeron?

- También dijeron que tanto la apariencia física del oponente, como las técnicas empleadas, además de sus estrategias de batalla coinciden de manera sorprendente con las del General Vesta lo cual, según ellos, fue corroborado por el mismo sujeto quien se presentó a sí mismo como el General Vesta.

Sorprendido exclamé:

- ¡Imposible! Se supone que Vesta está muerto.

- Black tiene razón – agregó Kale – los 3 acabamos con él, vimos cómo se desintegraba frente a nuestros propios ojos.

- Se supone que no quedó nada de él, no debería haber vuelto – dije con seguridad.

- No se precipiten – dijo Zamasu – podría tratarse de un impostor.

- Es probable – pensé – de casualidad ¿Tienen una imagen del sujeto en cuestión?

- Sí señor, mire – dijo el almirante.

En ese momento el Almirante proyectó un holograma que nos dejó helados a los 3, no importaba por qué lado lo viéramos, ni cuanto no los negáramos, pero nuestros ojos no mentían, ese sujeto no era otro más que el General Vesta, de inmediato comenzamos a murmurar:

- No puede ser él... ¿Cómo pudo sobrevivir? – pregunté con horror.

- Lo veo y no lo creo... Es Vesta, el auténtico General Vesta... - dijo Zamasu atónito.

- Ese rostro de salamandra vieja es inconfundible... Tiene que ser él... - dijo Kale con desagrado.

Entonces el almirante interrumpió:

- Entonces ¿Qué hacemos Majestad?

- ¿Qué haré? Querrá decir – dije con molestia.

- ¿Eh? – preguntó el almirante confundido.

- Te diré lo que haré – dije seriamente – esta vez terminaré con el trabajo que empezamos ayer, sin errores ni contratiempos, me encargaré de que esa salamandra vieja sea borrada de la existencia permanentemente no sin antes sacarle toda la información posible para dar con Mabus Herzog y terminar con este absurdo conflicto. Es probable que Vesta ya nos esté esperando así que ¡A toda máquina almirante!

- ¡Si señor!

Y todas las naves aceleraron el paso para llegar a nuestro objetivo el sector C1.

Por mientras en un planeta del sector C1 Mabus Herzog hablaba con Vesta a través de un holograma diciéndole:

- Me has dejado anonadado General, de verdad no esperaba que sobreviviera a ese encuentro.

- Tengo mis trucos Lord Mabus, por algo siempre he dicho que soy el sujeto más calificado para ser su mano derecha.

- Es cierto, nunca he puesto en duda sus capacidades General – en tono hipócrita.

Vesta contestó notando la hipocresía en las palabras de Mabus, pero sin darle importancia:

- Como diga mi Lord, pero creo que por esta hazaña merezco un aumento en mis honorarios ¿No cree?

- Claro, claro, lo que tú digas, con gusto puedo poner unos cuantos ceros a tu cheque.

- Sí, pero esta vez no quiero cheques, Lord Mabus.

- ¿Cómo? – cuestionó Mabus.

- Ante al riesgo constante que supone estar en el frente de batalla no creo que tenga tiempo para cobrar el cheque, deposítelo directamente a mi cuenta.

- Tsk... Está bien, lo depositaré directamente, pero tú sabes que M&H Bancos y Créditos cobra una tarifa por las transferencias – dijo Mabus tratando de convencerlo de aceptar el cheque.

- No me importa, más vale tener el dinero a la mano ahora que a perderlo después – dijo Vesta.

- Ok, te haré la transferencia. Ahora volviendo al tema principal, es una fortuna tenerlo de vuelta, ya que durante su breve ausencia no encontraba a nadie con las competencias necesarias para dirigir el proyecto de los Zombies, incluso pensé en acelerar el proyecto Apofis, pero veo que ya no será necesario.

Ocultando su disgusto Vesta le dijo a su jefe:

- Insisto mi Lord, no tiene por qué molestarse buscando a un reemplazo, yo soy único e irrepetible, ninguno de sus sirvientes puede compararse conmigo.

- Lo sé general, lo sé, pero usted debe saber que siempre hay que tener un plan B por si acaso y no porque no confíe en sus competencias, sino más bien por una cuestión cautela – se justificó Mabus.

- Es comprensible mi Lord, viendo las circunstancias.

- Así es. Ahora cambiando un poco a lo que nos convoca, las fuerzas de Black no tardarán en llegar a su posición general ¿Está preparado para recibirlos?

- Por supuesto Lord Mabus, tengo reservada unas cuantas sorpresas para el querido emperador – Vesta se hace tronar los puños.

- Excelente general Vesta, hágalos sufrir – sonrió.

Continuará...

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