78. Un Último Esfuerzo, Adiós General.
En el capitulo anterior: Luego de una intensa batalla nuestros héroes se quedaron luchando contra los clones de General Vesta, pero había un problema y ese era que faltaba un clon, el cual nuestros héroes no tardaron en deducir que se trataba del original el cual se había ocultado mientras sus clones hacían el trabajo sucio, pero luego de un tiempo batallando nuestros héroes se deshicieron temporalmente de los clones y decidieron repartirse por el planeta en busca del escurridizo general Federal, mientras los clones pretendían impedir el avance de nuestros héroes, en el proceso perdieron al Bio Androide 101, para hacer las cosas más simples nuestro protagonista decidió emplear sus clones para cubrir más terreno y confundir al enemigo. Finalmente y luego de una ardua búsqueda Kale consiguió hallar al escurridizo general quien aprovechó de emboscarla por sorpresa. ¿Podrá Kale hacer algo contra Vesta? ¿Serán capaces Black y Zamasu de llegar a tiempo al lugar? ¿Será este el final para el malvado general Federal?
El general Vesta tenía a Kale inmovilizada mientras ambos eran rodeados por los clones, pero por alguna razón que Vesta no comprendía Kale estaba bastante tranquila y segura de sí misma a pesar de estar en una aparente desventaja, entonces el general un tanto confundido le pregunto a la saiyajin:
- ¿Cómo que no esté tan seguro de mi victoria? Explíquese.
- Para qué darle explicaciones si puede comprobarlo usted mismo – dijo una sonriente Kale.
- ¿Cómo? – preguntó Vesta confundido.
Sin dudarlo Kale incrementa su poder hasta el límite del Super Saiyajin 2 para avisarnos que había dado con el general, provocando una explosión de ki que hizo retroceder a los clones, entonces con su fuerza superior logró librarse del agarre de Vesta sin muchas dificultades para darle un codazo en las costillas y proceder a teletransportarse detrás de él inmovilizándolo con sus piernas y uno de sus brazos mientras que con el otro inmovilizaba la cabeza del general para que este no pudiera hacer contacto visual con ella neutralizando de ese modo la mirada de medusa, entonces un sorprendido general Vesta le dijo
- Maldición, pero que fuerza tiene esta muchacha – intentado liberarse de Kale, pero esta aprieta con más fuerza - ¡Ahhh! – adolorido.
- Listo, así no podrás moverte ni usar tu molesta habilidad de parálisis en mí.
- No importa, aún tengo los clones, niña.
- Yo lo pensaría 2 veces si fuera usted, aunque tus clones usaran la parálisis también te afectaría y si intentan atacar, nos lastimarán a ambos así que ya no tienes escapatoria.
- Tsk... Ingeniosa jugada mocosa ¡Ah!
- Para nada, Vesta, solamente hice lo mismo que hizo conmigo, tomarte de rehén y usarte de escudo para que los demás no puedan atacar.
De inmediato llegamos Zamasu y yo, entonces al ver que Kale sostenía a Vesta con fuerza mientras los clones simplemente miraban sin saber que hacer comencé a aplaudir para felicitarla:
- Bravo, maravilloso Kale, no puedo creer que hayas podido dar con el original y encima tienes a los clones a tu merced.
- Gracias Black – sonrió ella – nada más le estoy dando un trago de su propia medicina – aprieta con fuerza haciendo tronar los huesos del general.
- ¡AHHHH! – gritó Vesta.
- ¿Te gusta? – dijo Kale con rabia – Eso fue por lo que hiciste a este planeta – aprieta con más fuerza.
- ¡AHHHHH! – sufrió el general.
Luego debido al dolor Vesta pierde la concentración y los clones desaparecen, entonces Kale le dice:
- Eso fue por haberte burlado de nosotros – aprieta con más fuerza rompiendo los huesos del general.
- ¡AHHHHHH! – agonizando de dolor.
- Y eso fue por intentar abusar de mi ¡Maldito depravado! – gritó Kale con furia.
En eso Kale suelta a Vesta quien cae de rodillas, acto seguido Kale le da una patada mandándolo contra unas rocas, pero como era de esperarse Vesta se recupera e intenta ponerse de pie, pero justo en ese momento me aparezco frente a él y este se agarra de mi bota pensando que era una roca, entonces el general reptiliano alza su mirada solamente para ver mi rostro inexpresivo, el miedo de inmediato se hizo notar en su cara y yo le dije:
- Esto aún termina mi estimado general.
- Tsk... ¿Qué vas a hacerme?
- Al igual que Kale, darte un trago de tu propia medicina – le dije con seriedad.
De inmediato levanté al general con mi telekinesis estrangulándolo en el proceso y con un potente empuje lo estampé contra la roca para después lanzarle una tormenta de rayos eléctricos que rostizaron lentamente el cuerpo del general de adentro hacia afuera causándole un dolor indescriptible, para después alzarlo y estrellarlo contra el suelo y las rocas en repetidas veces con la telekinesis para finalmente traerlo frente a mí dejándolo en el suelo, entonces un ya exhausto y tostado Vesta comenzó a arrastrarse para tratar de levantarse, pero en ese momento puse mi pie en su espalda hundiéndolo en el suelo y le dije:
- Ahora sí, estás acabado – pisando con más fuerza.
- ¡AHHHH! ¡MALDICIÓN! – sufrió Vesta.
- Si te rindes ahora tendrás el privilegio de recibir un juicio justo y quizás tu ejecución sea más misericordiosa Vesta.
- ¡Jamás! – gritó el general.
Entonces presioné con más fuerza su espalda hasta hacer crujir su columna, luego levanté mi pie y procedí a pisar su cabeza mientras los alaridos de dolor del general resonaban en toda el área, mientras le decía:
- Por favor, no te humilles más y ríndete.
- ¡Nunca! ¡Esa no es la esencia del guerrero! – exclamó el general - ¡Ay! Nunca me rendiré, no importa que tan fuerte sea el oponente... ¡Ah!
Vesta intenta levantarse, pero lo presiono con más fuerza contra el suelo y el continúa hablando:
- Y mucho menos pienso rendirme ante un asqueroso, miserable, sucio e incivilizado saiyajin... ¡Ay! Si es eso o morir ¡Prefiero morir!
Entonces quité mi pie de la cabeza de Vesta para levantarlo con mi telekinesis y decirle:
- Pues entonces morirás.
Encendí mi aura y levanté mi puño para decirle:
- A ver si puedes regenerarte después de esto ¡MUERE!
Y sin dudarlo le di un puñetazo de Vesta con todas mis fuerzas desintegrando su cuerpo por completo y creando una onda de choque tan potente que arrasó con valles, montañas islas y continentes completos solamente con la ráfaga de viento creada la cual a su vez derritió todas las rocas a su alrededor arrancando de raíz la corteza y manto superior del planeta dejando tras de sí una gigantesca brecha de roca fundida, aproximadamente una cuarta parte de la superficie del planeta había desaparecido por completo, luego de eso dije:
- Hasta nunca Vesta.
A lo cual Zamasu dijo:
- Por avanzada que fuera su regeneración es imposible que haya sobrevivido a semejante golpe.
- No me gusta presumir, pero creo tomé una buena decisión al no apuntar directamente al planeta o si no lo habría pulverizado con ese golpe – comenté.
- Tienes razón – dijo Kale – creo que ya no veremos más a esa salamandra.
- Bueno chicos – les dije – ahora solo nos queda destruir ese planetoide metálico y nuestro trabajo aquí habrá terminado.
- ¡Sí! – asintieron Kale y Zamasu.
Luego de eso apunté hacia el planetoide cargando una pequeña esfera de ki en la punta de mi dedo índice para proceder a destruirla.
Por mientras en el Devastador de Mundos la computadora central dijo:
- Incremento de energía detectado.
- Maldición ¡Escudos al máximo! – gritó el almirante Palas.
- Reactor en proceso de refrigeración señor, los escudos se activarán cuando el proceso haya terminado – dijo la computadora.
- De esta no salimos – dijo el almirante con molestia.
De vuelta en el planeta, cuando estaba a punto de disparar mi rayo contra la estación espacial sentí algo impactando contra mi espalda, al voltearme mi sorpresa se hizo notar, era el general Vesta quien me había atacado por la espalda mientras aún estaba en proceso de regeneración, entonces me dirigí al viejo réptil Federal para decirle ya en un tono de hartazgo:
- Tsk, por favor ¿Qué no te puedes morir de una buena vez para darle continuidad a esta trama?
- ¿Cuál trama? – preguntó Vesta.
- ¡La que golpea en la cara!
Rápidamente le doy un puñetazo en el rostro al general, pero este aprovechó su regeneración para usar sus tentáculos y amarrarse a mí para jalarme al suelo, mientras el lanzaba una lluvia de esferas de ki, pero inesperadamente Zamasu y Kale emprendieron vuelo contra Vesta, mientras yo me recomponía para lanzarme también contra Vesta, pero este ya tenía un plan bajo la manga, entonces cuando estábamos a punto de golpearlo Vesta dijo:
- La tomaré prestada tu técnica ¡TAIYOKEN!
- ¡¿Qué?! – gritamos los 3 al unísono.
De inmediato nos cubrimos los ojos, pero lamentablemente Vesta había conseguido cegarnos para escapar, en eso el general terminó de regenerarse y cuando mientras el efecto del Taiyoken pasaba escuchamos al general decir:
- ¡Ya fue suficiente! ¡No volveré a subestimarlos malditos insectos! ¡Esta vez me aseguraré de ir con todo! ¡DOPPELGANGER!
Enseguida Vesta se multiplica hasta completar los 16 quienes gritan:
- ¡PODER AUMENTADO A 10 VECES!
En ese momento los 3 recuperamos la vista solo para ver como todos los clones comenzaban a concentrar toda su energía en sus manos para que luego el Vesta original nos dijera:
- ¡Ahora si no quedará nada! ¡LOS BORRARÉ A TODOS JUNTO CON TODAS LAS GALAXIAS!
- ¡Oh no! – dijimos los 3 al unísono.
Mientras el grupo de clones gritaron al unísono:
- ¡RÁFAGA GALÁCTICO! ¡HAAAAAAA!
Y presenciamos atónitos como las 16 ráfagas de energía verde se combinaban en una sola ráfaga monstruosa que se acercaba hacia nosotros a toda velocidad.
Por mientras en el frente inferior Goku, Vegeta, Kyabe y Caulifla combatían ferozmente contra los androides de la Federación cuando de pronto algo llamó su atención:
- ¡Ha! ¿Eh? – dijo Goku.
- ¿También lo sentiste Kakarotto?
- Sí, Vegeta, es una energía gigantesca, más grande que las energías inviduales de Zamasu, Black o Kale.
- Es enorme – dijo Kyabe preocupado.
- Si no es Black, ni tampoco de Kale ni del tipo verde ¿De quién será? – preguntó Caulifla confundida.
- ¿Contra quién estarán peleando? ¿Será el general Vesta? – preguntó Goku intrigado.
De vuelta en el frente superior, los clones continuaron incrementando su ki hasta sus límites, entonces dije con evidente preocupación:
- Maldición, esa cosa tiene suficiente poder para destruir varias docenas de galaxias.
- ¡Debemos detenerlo antes de que sea tarde! – exclamó Zamasu.
- ¡Sí! – asentimos Kale y yo.
Los 3 incrementamos nuestro poder al límite de nuestras actuales formas y procedimos a cargar nuestros ataques icónicos.
- ¡Triturador Cósmico!
- ¡Ira Divina!
- ¡Cañón Borrador!
Para luego liberar todo nuestro poder de un fuerte grito a lo unísono, de inmediato nuestras 3 ráfagas de energía se fusionaron en una sola gran ráfaga la cual impactó con la mega ráfaga de los Vestas creando una gran esfera de energía entre ambos ataques iniciando un choque de poderes que pudo sentirse en todo el universo.
En el frente inferior:
- Es increíble – dijo Goku.
- ¿De qué se trata Kakarotto? ¿Acaso es un choque de poderes?
- Así es Vegeta.
En el palacio de Champa, el susodicho estaba descansando cuando de pronto sintió aquel poder ante el cual reclamó:
- Pero ¿Qué diablos están haciendo eso tontos?
Rápidamente Vados tomó su báculo para observar los sucesos mientras le decía al dios destructor:
- Al parecer están en ya un choque de poderes, ya están en la fase final de la batalla.
- Más les vale que se contengan, no quiero que destruyan mi universo y bajen mi nivel de mortales – dijo Champa con su malhumor típico.
- Pues al parecer lo están haciendo bastante bien – sonrió Vados – tanto el señor Black como la señorita Kale no han pasado más allá del Super Saiyajin 2.
De vuelta en la batalla, el choque de poderes continuaba y ambas ráfagas estaban bastante parejas a pesar de ser solo 3 contra 16, pero aún no era suficiente poder así que potenciamos nuestros ataques:
- ¡HAAAAAA!
Haciendo que la mega ráfaga de Vesta comenzara a retroceder lentamente, pero el general no estaba dispuesto a darse por vencido:
- ¡No me derrotarán! ¡HAAAA!
Al potenciar su ataque la mega ráfaga verde nuevamente avanzó equilibrando la balanza mientras la esfera de energía del centro de ambas ráfagas de hizo más grande, al mismo tiempo y debido a la gran cantidad de poder acumulado el planeta comenzó a desmoronarse cada vez más llenándose de grietas de las cuales brotaban inmensas columnas de lava y nubes de ceniza que no tardaron en oscurecer el cielo mientras las montañas colapsaban, los océanos hervían y enormes remolinos y rayos aparecían por todo el mundo, al verlo le dije a los chicos:
- ¡Si no acabamos con esto rápido! ¡Este planeta explotará por la cantidad de poder acumulado!
Los chicos asintieron y nuevamente potenciamos nuestro ataque haciendo retroceder a Vesta, pero el general seguía sin dar su brazo a torcer, y gritando con todas sus fuerzas dijo:
- ¡MÁXIMO PODER!
Y los 16 descargaron todo su poder aumentando exageradamente el tamaño de la mega ráfaga la cual rápidamente nos hizo retroceder hasta dejarnos a unos pocos metros de la esfera de choque, pero nuevamente potenciamos nuestro ataque logrando parar en seco la demoledora avalancha de energía, entonces Kale me dijo:
- ¡No hay caso, estamos igualados! ¡Black usa tus clones!
- ¡No será necesario! – dije con esfuerzo - ¡Aun nos quedan fuerzas! ¡Los Vestas en cambio están a su límite, esto es lo máximo que pueden dar!
- ¡Black tiene razón, Kale! – dijo Zamasu.
- ¡Entonces! ¿Qué hacemos? – preguntó la peliverde.
- ¡Concentraremos nuestra energía para atravesar la mega ráfaga!¡Y a mi señal liberaremos todo nuestro poder! ¿Preparados?
- ¡Sí, Black!
Entonces los 3 comenzamos a concentrar nuestra energía en una ráfaga más estrecha y densa que poco a poco se fue abriendo paso a través de la mega ráfaga y cuando hallé oportuno el momento le dije a los chicos:
- ¡AHORA CHICOS! ¡HAAAAAAA!
- ¡HAAAAAAAAA! – gritaron Kale y Zamasu.
En ese momento los 3 liberamos todo nuestro poder haciendo retroceder lentamente la mega ráfaga de los Vesta quienes impotentes no sabían que hacer frente a ese tren de ki imparable venía hacia ellos a toda velocidad, puesto que ya lo habían dado todo de sí, entonces al igual que nosotros los Vestas concentraron su energía en un flujo más estrecho para igualar densidades logrando ralentizar nuestro avance, pero nuestra energía bruta simplemente era mayor por lo que de todos modos siguió avanzando y abriéndose paso a través de la energía de los clones del general hasta que finalmente nuestra ráfaga terminó consumiendo a la de los Vestas desencadenado una gigantesca explosión blanca que iluminó no solo al planeta y al sistema estelar, sino a todo el grupo de galaxias cercanas, mientras veíamos como los clones de Vesta iban desapareciendo uno a uno pasando de 16 a solo 8, luego 4, después 2 hasta llegar al Vesta original el cual comenzó a retorcerse y deformarse mientras decía:
- ¡AHHH! ¡NO PUEDE SER! ¡NO ES POSIBLE! ¡QUE EL GRAN VESTA HAYA SIDO DERROTADO! ¡NOOOOO...!
Para luego desintegrarse mientras gritaba de dolor con todas sus fuerzas en su lenta agonía, partiendo por sus piernas y brazos, seguido de su cintura, los hombros y su torso para finalmente concluir con su cabeza la cual se carbonizó lentamente mientras se resquebrajaba siendo reducida a pequeños trozos los cuales terminaron desintegrándose por completo en el ardiente flujo de energía de la explosión. Luego de unos segundos el brillo se disipó dejando tras de sí una nube de humo y un enorme cráter producido por la gran cantidad de energía acumulada durante el choque de poderes, entonces yo dije con alivio:
- Sí, por fin terminó – vuelvo a mi estado base.
Kale regresó a su forma base cayendo de rodillas mientras decía:
- Eso parece, no detecto su ki por ningún lado, eso si que fue intento – sonrió la morena.
- Es verdad – contesté – aunque ahora que lo pienso aún nos queda un pequeño detalle – apuntando al Devastador de Mundos.
A lo cual Zamasu comentó:
- Es cierto, ese planetoide aún sigue en órbita.
- ¿Nos encargamos de ellos? – dijo Kale un poco exhausta.
- No todavía – suspirando – antes quiero comprobar algo.
Entonces usé los ojos de Kaioshin para analizar la situación el Planetoide y luego de unos segundos les dije a los muchachos:
- No será necesario atacarlos, sus escudos están caídos y su reactor en proceso de refrigeración lo que significa que no podrán usar su arma principal y tampoco los escudos.
- ¿O sea ellos están indefensos? – preguntó Kale.
- Así es – estirándome y tronando mis huesos – así que no vale la pena desgastarse con ellos, le ordenaré a la flota para que se haga cargo del asunto, por ahora busquemos a los soldados para regresar.
- Claro – dijeron el shinjin y la saiyajin.
Entonces los 3 nos dispersamos por el planeta para ir en busca de los soldados que Vesta había dejado inconscientes al principio de la batalla, mientras que por el lado de los Federales ellos confirmaban atónitos la noticia de la muerte del general Vesta:
- No puede ser Almirante – dijo un oficial.
- ¿Qué sucede oficial? – dijo el almirante Palas.
- Luego de aquella masiva liberación de energía nuestros sensores dejaron de detectar la energía del general Vesta y la energía de Black y los demás aún está presente – dijo el oficial alarmado.
- No puede ser, eso solo significa una cosa... El general Vesta... Ha sido derrotado – dijo el almirante con incredulidad.
Un silencio incomodo se hizo presente en la sala de control por unos segundos hasta que los oficiales comenzaron a murmurar desconcertados:
- Ni siquiera el gran general Vesta, el más poderoso soldado y brazo derecho de Lord Mabus fue capaz de vencer a los saiyajin.
- Si él no pudo ¿Qué posibilidades tendremos nosotros?
- ¿Qué hacemos almirante?
- ¿Nos retiramos?
Pero el Almirante Palas respondió con severidad:
- ¡No! no señores, que no cunda el pánico soldados, la opinión pública no debe enterarse de la muerte del general Vesta o de lo contrario habrá caos en nuestras filas, juren con sus vidas que esto quedará solo entre nosotros.
- ¡Si señor! – dijeron los presentes.
Entonces el Almirante agregó:
- Y ahora que no está el general Vesta toda la responsabilidad de nuestra victoria recaen en mi persona, ahora depende de nosotros detener el avance del Emperador, por lo tanto, no habrá retirada.
- ¡Señor! ¡Sí señor! – gritaron los oficiales y soldados.
En eso un oficial le comunica a su superior:
- Señor, siento interrumpirlo, pero el cargamento con el espécimen mutante ya está en camino a las instalaciones del planeta H N°22 del sector F-5.
- Muy bien, al menos el cargamento está asegurado – suspiró aliviado el almirante.
Luego otro oficial informa:
- Almirante la flota Imperial ha salido al ataque.
- Entonces ¿Black no va a atacar? – preguntó el almirante confundido.
A lo cual la computadora del planetoide confirmó:
- Negativo, no se han detectado incrementos de energía.
- Que alivio – suspiró Palas – pues en ese caso, preparen los cañones.
- ¡Si señor! – responden los oficiales.
Los oficiales comienzan a teclear las pantallas y salta una pequeña alerta, entonces uno de los oficiales le dice al Almirante:
- Eh... Almirante debido a que el reactor todavía está en proceso de enfriamiento solo tenemos el 50% de nuestra artillería disponible y los escudos a solo el 1%.
- Tsk... No importa, soldado ¡Pelearemos con todo lo que tengamos disponible hasta el final! ¡Como lo haría el general Vesta!
- ¡Si señor! – alzaron sus puños los presentes.
A continuación, el Almirante Palas les dio un breve sermón a sus hombres para envalentonarlos pese a la tragedia del momento:
- ¡Tal vez el general Vesta haya sido de derrotado! ¡Pero su legado y esencia aún vive en todos nosotros! – apuntando los presentes - ¡Y hoy día honraremos a la memoria del general! ¡La llama del guerrero no ha muerto! ¡POR EL GENERAL VESTA! ¡POR LA FEDERACIÓN! ¡HASTA LA MUERTE!
- ¡HASTA LA MUERTE! – gritaron los hombres.
- Ahora ¡Todos a sus puestos! – ordenó el almirante.
Todos los presentes corren a sus puestos y preparan todo para la batalla, por mientras la flota Imperial se pone en posición de ataque, entonces nuestro Almirante Herse finalmente da la orden abriendo fuego contra la estación espacial, por su parte la artillería dispuesta en el ecuador del Devastador de Mundos respondió a la lluvia de disparos proveniente de la flota Imperial apoyado por el fuego de unas pocas naves Federales que habían sobrevivido al primer enfrentamiento con la flota Imperial iniciando un intenso intercambio de disparos entre ambas fuerzas, pero las fuerzas Federales estaban demasiado debilitadas como para hacerle frente al Imperio por lo que en tan solo cuestión de minutos los pocos cruceros Federales que quedaban comenzaron a caer frente al intenso fuego de nuestra flota la cual rápidamente se impuso sobre la Federación.
Por mi parte observé todo lo que sucedía desde la superficie del planeta mientras recogía a los soldados que Vesta había herido, luego de encontrar a mis hombres me reuní con Kale y Zamasu entonces reunimos los cuerpos de los 8 soldados que nos acompañaban de los cuales solo 3 habían sobrevivido, pero con daños internos masivos, el resto estaba muerto, si bien los cuerpos aparentaban estar buen estado sus órganos internos estaban literalmente pulverizados por dentro, entonces le dije a los muchachos:
- De verdad tuvimos suerte, de no haber sido por nuestro nivel de poder hubiésemos terminado con los órganos reventados al igual que nuestros camaradas.
- Es verdad – dijo Kale.
- Excepto por ti Zamasu – bromeé para sobrellevar la pérdida.
- Tsk... Mejor cura a los sobrevivientes – dijo el shinjin.
- Está bien – le respondí viendo a los soldados.
De inmediato curé a los 3 sobrevivientes quienes recobraron el conocimiento rápidamente, entonces uno de ellos preguntó:
- ¿Majestad? ¿Qué pasó? ¿Y el general Vesta?
- Tranquilo, todo está bien, ganamos.
- ¿Ganamos? Qué bueno, majestad – sonrío el soldado aliviado.
- Kale ¿Puedes ayudarme con los demás? – le pregunté.
- Claro, Blacky, ven aquí amigo – Kale lo ayuda a levantarse.
- Gracias, señorita Kale – agradeció aquel soldado.
- También ayudaré – se ofreció Zamasu ayudando a otro soldado a levantarse.
- Gracias, señor Zamasu – dijo el otro soldado.
- Tómese de mi mano soldado – dije yo.
- No se moleste Majestad.
- No es molestia – insistí.
- Gracias, señor Black – dijo el tercer soldado.
Luego de ayudar los 3 sobrevivientes a ponerse de pie uno de los soldados preguntó:
- ¿Qué pasó con los demás?
- A juzgar por sus heridas ellos habían muerto apenas recibieron el golpe – dije con algo de tristeza.
Entonces uno de los soldados se inclinó frente a uno de los cuerpos tocando su rostro ya frío mientras decía:
- Él era mi mejor amigo, éramos casi hermanos – gruñó de impotencia – maldito Vesta.
Todos nos pusimos tristes al escuchar aquello, cuando de pronto sentimos un ki familiar, entonces todos nos volteamos sorprendidos y yo de inmediato dije:
- Ese ki, no puede ser.
- ¿Sobrevivió? Pero ¿Cómo? – dijo Kale.
- Esto es increíble – comentó Zamasu.
Entonces una figura familiar apareció frente a nosotros y comenzó a acercarse con un paso algo cansado, en ese momento dije:
- ¿Bio-A101 eres tú?
- Así es amo Black.
- Creímos que ese clon de Vesta te había exterminado – dijo Zamasu.
- Bueno yo también pensé que sería mi fin – dijo el Bio Androide – pero aquel clon estaba tan desesperado con detenerlos que no apuntó bien su ataque desintegrando todo mi cuerpo con excepción de una pequeña parte de mi pie a partir de la cual regeneré todo mi cuerpo.
Todos nos sorprendimos por eso, entonces le dije al Bio Androide:
- A eso lo llamo tener suerte.
- Sí – suspiró el androide para luego mirar al espacio – Se ve que los Federales están teniendo un gran problema con nuestra flota.
- Si, su reactor se sobrecalentó debido al ataque anterior y ahora tienen que esperar a que se enfríe para volver a utilizar el superlaser – le dije.
- Ya veo – dijo el bio guerrero.
Luego le pregunté:
- Dime Bio-A101 ¿Cuáles son nuestras probabilidades de victoria en esta batalla?
- 99% señor.
- ¿Y cuál sería ese 1% de victoria para el enemigo?
- Que el reactor logre refrigerarse a tiempo, señor.
- Lo bueno es que eso no pasará, miren – les dije.
La batalla continuó igual de intensa, una vez que todo el remanente de la flota Federal había caído nuestras naves concentraron todo su poder de fuego en el planetoide sobrecargando rápidamente el debilitado escudo de la estación espacial logrando dañar directamente la superestructura del planetoide, a los disparos le siguieron los superlaser de nuestros cruceros los cuales con tan solo la primera ráfaga lograron ocasionarle daños masivos al Devastador de Mundos.
Frente a su inminente derrota la ansiedad y el nerviosismo comenzaron a volverse más notorios en el personal abordo, en especial el Almirante Palas quien deseaba desesperadamente que el reactor ya estuviera disponible, entonces uno de los oficiales dijo:
- Integridad de la estación espacial 75%, rectifico 74%.
- ¡Maldición! – exclamó Palas – Computadora ¿Cuánto falta para que el reactor esté disponible?
- 5 minutos, almirante.
- No creo que la estructura pueda soportar un bombardeo de semejante magnitud en tanto tiempo ¡Activen el otro 50% de nuestra artillería!
- Pero señor – cuestionó un oficial – si usamos todo el poder de fuego de nuestras baterías el proceso de refrigeración se retrasará.
- ¡No importa! O es el reactor o somos nosotros ¡Todas las baterías abran fuego! – ordenó el almirante.
- Sí señor – dijeron los oficiales tecleando las pantallas.
A pesar de que las baterías del Devastador de Mundos aumentó la copiosidad de sus disparos su patrón de tiro estaba demasiado desconcentrado entre todas las naves de la flota por lo cual los escudos podían resistir la lluvia de disparos y no conforme con aquello las naves comenzaron a disparar hacia las baterías de la estación para deshabilitarla y así continuar con el bombardeo, frente a esta situación el Almirante Palas comenzó a desesperarse por estar perdiendo poder de fuego poco a poco, luego comenzó a sonar una alarma que alertaba que los cañones estaban comenzando a sobrecalentarse y que la estación había recibido daños en zonas críticas, luego otra alarma se activó avisando que algunos sectores del planetoide había perdido energía eléctrica, finalmente una tercera alarma comenzó a sonar para advertir que la integridad del planetoide había llegado al 50%, fue entonces que el pánico se hizo evidente en el Almirante quien ya no sabía qué hacer y para colmo un oficial le dijo:
- ¡Perdemos potencia señor! ¡Nuestra integridad está por debajo del 50%! ¡Qué hacemos!
- ¡Debemos evacuar inmediatamente! – dijo otro oficial.
- ¡Maldita sea! – dijo el almirante - ¿Por qué no usé la estrategia que mencionó el general Vesta? La de concentrar todo el poder de fuego en una sola nave para destruir sus escudos, ya es muy tarde – dijo arrepentido.
- Entonces ¿Qué hacemos? – preguntó otro oficial.
Entonces el oficial dijo:
- Cometí un error y por él tendré que pagar con mi vida.
- Almirante, no me diga que piensa cometer suicidio – dijo un oficial.
- ¡No es un suicidio! – gritó el Palas – Es pelear hasta morir ¡Pronto! ¡Roten la estación para apuntar el superlaser a la flota!
- ¿Qué...? ¿Por qué...? ¿Qué está haciendo...? – murmuraron dudoso los oficiales.
- ¡Es una orden! – gritó Palas.
- ¡Si señor!
Pronto el planetoide comenzó a rotar apuntando su superlaser hacia la flota Imperial, entonces el Almirante Palas dijo:
- ¡Activen reactor primario al 5%, configuración disparo múltiple! ¡Rápido!
- Pero señor el reactor aún no está disponible.
- Integridad del 30% - dijo otro oficial.
- ¡Ahora! – insistió el superior.
- Cómo ordene señor.
- Lo apostaré todo en este disparo – dijo el almirante esperando.
Entonces Palas observó como sus oficiales llevaban a cabo los preparativos para el disparo:
- ¡Activando reactor primario al 5%...! ¡Integridad del 28%...! ¡Configuración disparo múltiple...! ¡Blancos en la mira...! ¡Perdemos potencia en diversos sectores...!
De inmediato el dañado y humeante Devastador de Mundos comenzó a concentrar su energía en su cañón principal para disparar el superlaser mientras los oficiales decían:
- Superlaser cargado... Esperando órdenes señor...
- ¡Aquí se acaba todo! – gritó el almirante - ¡FUEGO!
Y justo cuando el Devastador de Mundos estaba por disparar sucedió lo esperado, en lugar de salir múltiples láseres del cañón se escuchó un ruido muy feo acompañado de una gran explosión en el cañón la cual inició una reacción en cadena que provocó otras explosiones a lo largo y ancho del planetoide las cuales fueron desgarrando su coraza, de inmediato las naves de la flota dieron media vuelta para replegarse a una zona segura, por mientras en el planetoide las alarmas estaban como locas mientras una gran tormenta de fuego consumía los pasillos de la estación espacial, en el puente de mando todo estaban en el suelo por el estruendo de las explosiones, entonces en el último segundo el Almirante Palas preguntó:
- ¿Qué sucede? ¡Computadora diagnostico!
- Límite de temperatura excedido, fusión del núcleo del reactor, falla de los hiper motores, daños masivos en el fuselaje, explosión inminente.
- ¡¿QUÉ?! – gritó el almirante.
Entonces el planetoide metálico comenzó a colapsar sobre sí mismo comprimiéndose mientras enormes geiseres de energía emanaban del fuselaje de este para finalmente explotar violentamente acabando con todos a bordo, desde el planeta apreciamos el espectáculo de luces en el cielo y cuando todo terminó yo dije:
- ¡Victoria! Por fin ganamos la batalla más importante de esta guerra por ahora.
- Así es – sonrió Kale.
- Bueno, ahora por fin podremos ocupar este planeta para seguir con nuestro avance – dijo uno de los soldados.
Luego de eso comencé a apreciar el paisaje y dije:
- Lamentablemente no podremos establecernos en este mundo ya que está muy devastado.
- Entonces ¿Qué sugiere Majestad? – preguntó uno de los soldados.
- Me temo que tendremos que retroceder – dije con desagrado.
- ¿Qué? – preguntaron todos al unísono.
- Lo sé, lo sé – razoné – sé bien que durante todo este conflicto jamás habíamos retrocedido y también estoy consciente que si lo hacemos perderemos nuestra imagen de invencibilidad frente a la opinión pública, pero estratégicamente hablando sería lo mejor ya que ese Devastador de Mundos y el mismo Vesta causó bastante daños a nuestra flota y si seguimos avanzando nos separaremos demasiado del resto de la armada y eso podría ser contraproducente a la hora de pedir refuerzos.
Todos los presentes asienten y luego nos teletransportamos al Imperator, entonces el Almirante y el Capitán del acorazado nos recibieron y les expliqué sobre nuestro siguiente movimiento lo cual dejó bastante contrariados a todos, pero desde una perspectiva estratégica era necesario para reunirnos con el resto de la armada, reabastecernos y reparar a las naves que estuvieran dañadas, entonces así fue, nuestra flota dio media vuelta y se dirigió a un sistema fronteriza con el sector C 3 en donde esperaba el resto de flota para abastecernos, ahí me reuní con los demás Almirantes para conversar respecto a nuestros siguientes movimientos, también me puse en contacto con Son Goku y compañía para coordinar nuestro avance y contarles con lujo y detalle lo sucedido con el general Vesta.
Al final de esa jornada pensé que si bien esa batalla había sido una victoria en lo militar, fue también una derrota en lo propagandístico ya que ese retroceso había dejado en claro que el Imperio no era invencible ni perfecto los cual podía tener repercusiones significativas en la confianza de la ciudadanía, frente a aquella situación los medios me exigieron una explicación al respecto por lo que de inmediato di un comunicado a la población explicándoles que la guerra relámpago continuaba y que el retroceso nada más había sido un pequeño contratiempo por una cuestión estratégica, también para mantener la confianza y la moral en alto les dije que el legendario general Vesta había sido derrotado y que por tanto la cadena de mando de la Federación ahí sido descabezada cosa que facilitaría nuestro avance y finalmente cerré el comunicado con una frase que me gustaba decir en mi otra vida la cual era "A veces hay que retroceder 1 paso para avanzar 2" (aunque la frase original era al revés) terminado el comunicado decidí retirarme a mis aposentos junto con Kale a descansar un poco y recuperarnos para continuar puesto que en toda esta semana que llevábamos de guerra habíamos combatido casi sin parar, así que un pequeño respiro de todo esto no nos haría mal, una vez ahí ambos nos tiramos a la cama exhaustos y Kale me dijo:
- Por fin un respiro amor.
- Así es linda, esta guerra ha sido bastante corta en comparación a las guerras convencionales, pero ha sido muy intensa, incluso para nosotros – suspiré.
- Sí, una semana completa peleando sin parar – dijo Kale.
- Así es – tallándome los ojos.
- ¿Crees que ganemos, amor?
- Eso espero, Kale.
- ¿Cómo que eso esperas? – preguntó ella confundida.
- Lo que escuchaste, amor, eso espero ya que si nuestro avance se estanca la Federación nos dará vuelta la mano con su superioridad numérica y no tendremos más alternativa que pelear con nuestro verdadero poder lo cual molestaría a Champa Sama lo cual podría empeorar aún más las cosas.
- Es cierto – Kale miró al techo.
- Pero claro que eso es hablando solo desde la perspectiva del frente militar, ya que aún tenemos el frente digital y propagandístico que son tan o más importantes.
- Oh... - se sorprendió la morena.
- Siempre lo he dicho – gesticulando con las manos – las guerras modernas no solo se ganan en el campo de batalla, también se ganan en lo digital y propagandístico o mejor dicho en lo psicológico ya que de nada sirve tener a los mejores soldados, ni a los mejores estrategas o la mejor tecnología si no tienes la moral y la motivación de tu lado.
- Tienes razón – dijo Kale pensativa.
- Por eso es fundamental tener una buena imagen ante la opinión pública ya que eso depende que nuestra gente crea en nosotros y considere a nuestra causa como una que valga la pena defender – concluí.
- Sí... - Kale bosteza - bueno amor, creo que ya es hora de dormir.
- Sí – bostezando – tienes razón Kale.
Luego de eso ambos nos tapamos con las sábanas y procedimos a dormir, aunque para mí fue difícil conciliar el sueño puesto que tenía la cabeza plagada de pensamientos y preguntas sobre la guerra, pero luego de un gran esfuerzo logré despejar mi mente y finalmente conciliar el sueño tan necesario para mí.
Continuará...
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