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73. Los Horrores de la Guerra.

Que bien, por fin he salido de vacaciones, luego de un extenuante semestre tapizado en exámenes y controles, además esto coincide con el hecho de haber alcanzado los 300 seguidores y que esta historia haya alcanzado las 80.000 lecturas lo cual me pone bastante contento, la verdad nunca imaginé que llegaría a estas cifras cuando creé mi cuenta.

Así que todo lo anterior es motivo para celebrar, por lo tanto doy inicio al especial de 300 seguidores y 80.000 lecturas, disfrútenlo :) 

[Nostalgia otra vez :')]

En el capítulo anterior: Luego de ser detenido por Vados y Champa, el Ángel del Universo 6 transportó a nuestro protagonista junto a su hermano Wiss con el propósito de advertirle las consecuencias de continuar actuando y manipulando la realidad en la forma que lo estaba haciendo o de lo contrario se arriesgaba a ser borrado o desterrado por Zeno Sama. Luego de advertirle Vados le contó a Black la historia del Supremo Kaiosama del Universo 13 Zheo quien pretendió desafiar la autoridad de Zeno Sama resultando en su destierro del Multiverso revelando a su vez que ella era el Ángel de dicho universo en aquella época y que se sentía culpable en el fondo por lo sucedido lo cual explicaría su preocupación por los actos de Black.

Ahora surge la pregunta ¿Qué hará Black ahora que sabe las consecuencias de sus actos? ¿Podrá continuar con la guerra sin romper las reglas? ¿Podrán desentrañar los secretos de aquella fuerza oscura que los atormenta?

Luego de consultar con Vados si era prudente contarle a los chicos lo que habíamos hablado, esta terminó con la condición de que prometíamos no hablar del caso Zheo con nadie, entonces le conté todo a los chicos sobre la razón por la cual no podía dar rienda suelta a mis Hax's junto con la importancia de mantener el balance dentro de los universos y finalmente terminé contándole sobre el caso Zheo el cual sorprendió bastante a los presentes, en especial a Zamasu puesto que él jamás pensó que alguien tuviese la inteligencia y paciencia para elaborar semejante plan a espaldas de Zeno Sama y Daishinkan como también el valor para plantarle cara a los mismos directamente, luego de relatar la historia nos quedamos pensando y reflexionado un poco hasta que finalmente le dije:

- Bueno, creo que debemos terminar con esta guerra rápido, Vados ¿Podrías ayudarme a encontrar a Mabus Herzog?

- Sé que no debo interferir con sus asuntos de mortales, así que, si bien no les daré la dirección exacta, les daré pistas para que puedan encontrarlo más rápido – dijo Vados.

Vados saca su báculo y comienza a buscar una pista para llegar a Mabus Herzog, pero justo cuando iba a dar con la dirección aproximada de este, su báculo comenzó a despedir unos rayos negros apagándose, entonces todos preguntamos a Vados:

- ¿Qué pasó?

- Ni siquiera yo lo sé – contestó ella – simplemente mi báculo se bloqueó, mmm... Es muy raro.

- Debe ser la fuerza extraña – le dije pensativo.

- ¿Fuerza extraña? – dijo Vados.

- Así es – le dije – desde hace unos días que nuestros sentidos han estado fallando lo cual nunca había pasado antes y luego de repetidos intentos nos dimos cuenta de que siempre suele manifestarse una presencia difusa cuando fallan nuestros sentidos por lo cual llegamos a la conclusión de que podría tratarse de alguna entidad poderosa capaz de anular nuestros poderes que está al servicio de Mabus.

- O que podría tratarse del mismo Mabus que nos está gastando alguna mala jugada – agregó Kale.

- Exacto – le dije.

Vados lo pensó un segundo para luego decirnos:

- Entiendo... A ver, tratemos de localizarlos todos juntos para ver si también puedo detectar esa presencia.

Todos asentimos y Vados agregó:

- Muy bien cuando les diga, tomen mis manos y concéntrense ¿De acuerdo?

- De acuerdo – asentimos todos.

En ese momento Vados dio la señal y todos nos tomamos de las manos concentrándonos para tratar de localizar a Mabus con todos los métodos, el ki, los ojos de Kaioshin y el báculo de Vados, en un principio nuestros sentidos estaban nublados, pero comenzamos a esforzarnos más hasta que luego de unos segundos comenzó a aparecer una silueta difusa de lo que parecía ser Mabus, fue entonces que yo dije:

- Lo estamos logrando, juntos sobrepasamos a esa fuerza extraña.

Pero se pronto se escucha una voz profunda diciendo de forma burlesca:

- ¡Jamás!

Y la silueta desaparece tornándose todo oscuro de golpe, repentinamente salimos del trance, entonces le pregunté a Vados:

- ¿Lo sintió? ¿Pudo oír esa voz?

- Si, lo sentí – dijo Vados un poco desconcertada.

- Dime ¿Alguna vez habías sentido algo así? – le pregunté.

- La verdad no – contestó Vados – es muy extraño, es la primera vez que siento algo como eso, pero sea lo que sea debe ser muy poderoso como para nublar nuestros sentidos a pesar de lo hicimos todos juntos.

- ¿Qué crees que sea? – preguntó Kale.

- No lo sé, pero si sentí esa presencia muy difusa y lejana, como si estuviera fuera del multiverso – respondió el ángel.

Cuando Vados mencionó que la presencia se sentía afuera del multiverso recordé la historia de Zheo, entonces le pregunté a Vados:

- Vados ¿Cree que pueda tratarse de Zheo?

- Imposible, señor Black, dudo mucho que Zheo haya alcanzado semejante nivel como para nublar nuestros sentidos de esa forma, es más ni siquiera tendría la fuerza suficiente como para romper la pared del multiverso e ingresar a este por lo que mucho menos podría influir dentro de él.

La respuesta de Vados solo me generó más dudas por lo que dije:

- Entonces si no es Demigra, ni tampoco Zheo ¿Quién o qué será esa fuerza oscura?

A lo cual Zamasu intervino:

- Nadie lo sabe, pero sea lo que sea se trata de algo muy poderoso que por alguna razón no quiere que encontremos a Mabus ni que esta guerra termine rápido.

- ¡Rayos! Esto es realmente molesto – dije algo frustrado.

Entonces Kale me preguntó:

- ¿Qué propones que hagamos amor?

- Tendremos que seguir con la guerra, pero a la antigua ya que tampoco puedo hacer trampa, por el bien del orden cósmico – mirando a Vados la cual asentía mientras hablaba.

Por su parte Champa dijo:

- Bla, bla, bla, bueno, creo que ya no tenemos nada que hacer aquí ¡Vados vámonos!

- Como diga Champa Sama, bueno muchachos nos vemos.

- Nos vemos, oh por cierto Vados – le dije – y perdón por pedirte tantos favores, pero, aunque no nos puedas ayudar con Mabus ¿Podrías estudiar esa fuerza misteriosa por mientras continuamos con la guerra?

- Por supuesto señor Black – dijo Vados sonriendo.

- Eso sí que no – protestó Champa irritado – alguien tiene que atenderme.

- Pero si usted se la pasa comiendo y durmiendo, Champa Sama, así que no necesita atención de tiempo completo, ni que trabajara tanto ohohoho – rio Vados.

Todos reímos por el comentario de Vados y luego ella agrega:

- Bueno señor Black investigaré al respecto durante mis tiempos libres.

- Muchas gracias Vados, de verdad te lo agradezco, lo compensaré de alguna forma – le dije.

- Descuide señor Black, no hay porque molestarse – sonríe – de todos modos, para mí no hay mejor compensación que el hecho de que usted respete el orden cósmico.

- Es verdad – le dije.

- Bien muchachos, nos vamos en otra ocasión ¡Adiós!

Zamasu, Kale y yo nos despedimos de Champa y Vados quienes desaparecen en un destello de luz blanca, entonces miré a los chicos y les dije:

- Bueno muchachos, con o sin nuestros sentidos debemos tener claro nuestro objetivo y ese es derrotar a la Federación y a Mabus Herzog a como dé lugar y lo que quiera que sea esa fuerza misteriosa nos tiene sin cuidado, a partir de ahora ya no es nuestro problema, Vados se encargará de investigarla, por lo tanto, ahora podremos enfocarnos completamente en pelear y planificar las estrategias.

- Estoy de acuerdo – dijo Zamasu.

- También yo – asintió Kale.

Entonces les dije a los chicos:

- Muy bien, ahora volvamos al Imperator y continuemos con nuestra campaña, tenemos una guerra que ganar.

- ¡Si! – asintieron Kale y Zamasu.

Posterior a eso regresamos a nuestra nave y continuamos con nuestra campaña contra la Federación.

Fue así que los días pasaron y las luchas se hicieron cada vez más intensas, ya que mientras más nos adentrábamos en territorio enemigo más fuerte era la resistencia, tanto los sujetos como los robots eran más poderosos y sofisticados, por otro lado Goku, Vegeta, Kyabe y Caulifla también consiguieron avanzar por el frente inferior, por su parte en el frente del centro el Virrey Sadala y Frost consiguieron escasos avances, no obstante consiguieron mantener a raya a las fuerzas de la Federación y finalmente en el frente sur las fuerzas del Ex Imperio Katari junto a los Androides y Bio androides resistían con gran fervor a las poderosas e interminables oleadas de la Federación mostrando su gran eficacia en batalla, pero no todo fueron victorias, el Imperio también tuvo desastrosas derrotas que costaron cientos de miles e incluso millones de vidas por culpa de los Devastadores de Mundos de la Federación además de los constantes ataques de las flotas Federales por los flancos, lo cual hizo necesario dejar un contingente permanente en los mundos ocupados para su ocupación o destrucción además de proteger a los convoy de ayuda humanitaria frente a cualquier ataque sorpresa lo cual supuso un mayor desgaste ya que mientras más avanzábamos teníamos que destinar una mayor cantidad de tropas para asegurar los sectores lo que se traducía en dispersar a la fuerza de ataque inicial debilitándola poco a poco, pero de algo estábamos seguros y es que en tan solo una semana de guerra se dejó ver lo peor de ambos bandos, por un lado, la Federación destruía planetas a diestra y siniestra con sus devastadores de mundos, mientras que por nuestro lado también destruimos o mejor dicho destruí varios planetas con bases y regimientos militares como respuesta, sacrificando a gente inocente en el proceso, pero ya no me importaba mucho si morían inocentes en el proceso ya que estábamos en una guerra y tarde o temprano morirían civiles, la única opción que tenía era intentar minimizar las bajas civiles en la medida de lo posible puesto que la intensidad del conflicto demandaba pensar rápido sin tener tiempo para hacerse cuestionamientos ni mucho menos para reflexionar de mis actos, simplemente eliminaba a cualquiera que supusiera una amenaza y destruía todo a mi paso, pero yo no fui el único afectado por esa situación, Kale y Zamasu también comenzaron a sufrir algo de estrés por el conflicto, Kale se había vuelto un poco agresiva aunque se esforzaba por mantener su personalidad, Zamasu por su parte frente toda la crueldad presenciada comenzó a cuestionarse cada vez más la neutralidad de los dioses pensando en varias ocasiones la posibilidad de retomar el plan cero humanos, pero de forma moderada, por mi parte comencé a volverme más severo con mis soldados y también más autoritario con los habitantes de los sectores ocupados, si bien habían algunas revueltas por parte de los civiles que aún se creían las mentiras de la Federación, ya no intentaba razonar con ellos, simplemente los condenaba a muerte y se acababa el problema, ya tenía suficiente con estar lidiando con la Federación y el escurridizo Mabus Herzog como para lidiar con las revueltas de un grupo de civiles idiotizados, simplemente no los iba tolerar, lo mismo aplicaba con la desobediencia de mis hombres, soldado que desobedecía era soldado que desaparecía ¿Cómo? Eso se los dejo a su imaginación. Por parte de Goku, Vegeta, Kyabe y Caulifla las cosas no fueron diferentes, a ellos también se les notaba más cansados por la guerra, en especial Vegeta y Caulifla con los cuales era casi imposible hablar sin caer en una discusión, por lo tanto el que se encarga de ser el puente entre ambas fuerzas para mantener la coordinación eran Kyabe y Goku al cual la guerra lo estaba haciendo madurar un poco haciendo que tomara más en serio los hechos, quizás eso fue lo único bueno de la guerra, pero más allá de eso por muy poderosos que fuéramos parecía que la cantidad ganaba terreno por sobre la calidad.

Otra cosa que también dificultaba nuestro desempeño era el hecho de que Champa nos pedía constantemente que limitáramos en nuestras peleas para evitar destruir más de lo necesario por lo tanto tampoco podíamos pelear con todo nuestro poder, también durante la última mitad de semana de guerra la Federación había adoptado una nueva estrategia la cual consistía en devastar o derechamente destruir los mundos que teníamos en frente para que no tuviéramos donde abastecernos obligándonos a seguir de largo con el riesgo de quedarnos sin recursos, devolvernos para reabastecernos retrasando el avance o a desviar el curso lo que nos podría llevar a una emboscada, parecido a lo que hicieron los Rusos contra los Franceses y los Alemanes ¿Cómo vencer a un enemigo imparable? Simple, destruye todos los pueblos y campos para que ellos se mueran hambre y luego cuando se retiren atácalos por la espalda con todo, además habíamos recibimos numerosos reportes del General Vesta el cual había causado gran devastación a lo largo del frente norte ganando de manera aplastante en todas sus batallas procurando siempre dejar solo 1 sobreviviente para contar la historia lo cual me intrigó bastante, y no conforme con todo aquello y como cerecita sobre el pastel teníamos el factor "Fuerza Extraña" o como yo le decía "Ley de Murphy" que suprimía nuestros sentidos y habilidades en el peor momento lo cual dificultaba las cosas más de lo debido futrándonos más de la cuenta.

Pero pese a todo lo que habíamos visto en esta primera semana de guerra, nada nos prepararía para estar a la altura de lo que veríamos cuando llegáramos a la capital del sector C2.

El día anterior en el planeta C2 1° 1' 4" (capital del sector).

Se hallaba el general Vesta dando un discurso a un grupo de trabajadores desde lo alto de un cerro acompañado del Jefe de los trabajadores:

- ¡Las fuerzas de los invasores Imperiales no tardarán en llegar a este planeta! ¡Por lo tanto requerimos que todos ustedes luchen a favor de la Federación!

- ¡Y qué ganamos con eso! – protestó un trabajador.

- Se les aumentará la ración de alimentos y además recibirán una serie de privilegios – contestó el general Vesta.

A lo cual otro trabajador protestó:

- ¡Eso es mentira! ¡A los trabajadores de otros mundos se les ha hecho la misma promesa, pero solo conseguimos derrotas y grandes masacres!

Luego otro obrero protestó:

- ¡Ni siquiera nos entregan armas o implementos para combatir!

Pero el jefe intentó poner orden a sus trabajadores:

- ¡Escuchen bien! ¡Ustedes no están en posición de reclamar nada! ¡Las decisiones las tomamos nosotros y ustedes solo les queda obedecer!

- Además – agregó Vesta – no deben olvidar que si se niegan a pelear serán considerados traidores y supongo que saben bien lo que eso significa.

- No creo que lo sepan General, son demasiado ignorantes para entenderlo – dijo el jefe en tono despectivo.

Frente a este último comentario uno de los trabajadores alzó la voz diciendo:

- ¡Nosotros no somos ignorantes! ¡Somos lo suficientemente consientes como para entender como ustedes nos han explotado durante generaciones!

- ¿A sí? – dijo Vesta para luego agregar – Y ¿Ustedes saben lo que les hace el Imperio a los civiles de los planetas ocupados? Ellos exterminan a todos los hombres para comérselos y hacer jabones y lubricantes con su grasa, además se violan a las mujeres y a los niños, entre otras atrocidades así que no es muy distinto a lo que viven diariamente aquí, salvo por el hecho de que nosotros les damos la garantía de otorgarles privilegios e incentivos en caso de que peleen contra el Imperio.

De inmediato la gente comienza a murmurar:

- Oh, pero que horror... ¿Qué hacemos...? ¿Mamá qué es violar...? Papi no quiero que nos maten... ¿Serán ciertos esos privilegios de los que habla...? ¿Valdrá la pena luchar por la Federación...?

Esos cuestionamientos y esa tímida apertura de la gente a aceptar unirse a la guerra hicieron que una maquiavélica sonrisa se dibujara en el rostro del General Vesta cuando de pronto un grito familiar acabó con las expectativas del general:

- ¡Eso es mentira! ¡El Imperio se preocupa de la gente! He escuchado que ellos cuando ocupan los planetas de inmediato distribuyen ayuda humanitaria para la gente – se para en una roca - ¡Compañeros no hagan caso de las mentiras de estos tipos!

- Baja de ahí amor, por favor – le gritó la esposa de aquel agitador.

Luego aquel trabajador continuó con sus dichos:

- Amor, estos sinvergüenzas nos han estado explotando desde que tengo uso de razón, durante generaciones ¿Y qué hemos ganado? ¡Nada! Nos prometieron progreso ¿Y qué nos dieron? ¡Dolor! ¡Miseria! Y ¡Esclavitud! ¡Ellos siempre prometen y jamás cumplen! ¿Y ahora quieren que peleemos por ellos con la promesa de una vida mejor? ¿Ustedes creen que cumplirán? ¡No señores! Si no cumplieron antes, menos lo harán ahora ¡Es más de lo mismo! ¡Abran los ojos!

De inmediato un silenció de hizo presente en la zona mientras los demás trabajadores se cuestionaban la situación:

- Es verdad... Tiene razón... Muy cierto... Siempre lo hacen...

Aquel discurso caló hondo en la conciencia de aquellos trabajadores quienes comenzaron a encontrarle la razón, entonces el General algo irritado le pregunto al jefe de los trabajadores:

- ¿Quién es ese sujeto?

- Él es el jefe de la confederación de sindicatos obreros unidos – contestó el jefe.

A lo cual el general cuestionó:

- Pero los sindicatos y organizaciones similares son ilegales.

- Lo sé mi General, toda esa confederación no es más que una organización clandestina e ilegal – suspirando con impotencia – pero estos animales son unos malagradecidos cada vez me cuesta más controlarlos, en especial a ese maldito agitador – apuntando al líder de los trabajadores – que lo único que hace es agitar los obreros y llamar a huelga.

Vesta entrecerró sus ojos para luego decirle al jefe de la empresa:

- Bueno, eso se soluciona fácilmente – levantando su dedo y apuntando al líder de los trabajadores.

Por mientras los trabajadores comenzaron a agitarse y alzar la voz cada vez más violentos mientras los androides comenzaron a apuntar a la masa efervescente, entonces la esposa del agitador comenzó a decirle:

- Amor por favor, detente o harás que nos maten a todos.

- No podrán matarnos a todos, amor, sin nosotros ellos no podrán producir – dijo el agitador mientras alzaba los brazos invitando a la multitud a revolucionarse.

- Papá por favor, no quiero que te mueras papito – dijo el joven hijo de aquel líder.

Y aquel padre solo dijo:

- Hijo no llores, esto lo hago por todos nosotros, por nuestra dignidad como personas, no podemos dejar que ellos sigan pasando por encima de nosotros, que nos maltraten, que nos exploten, que nos humillen, que nos ma...

De pronto un fino rayo de energía verde atraviesa el pecho del agitador el cual rápidamente cae al suelo muerto mientras la masa guarda silencio de forma atónita el cual eventualmente sería roto por el llanto de la esposa y los hijos que fueron a socorrer al padre de familia quien yacía inerte en el piso, entonces el general Vesta dijo:

- Eso es solo una pequeña advertencia para que les quede claro el destino que les aguarda a quienes osen rebelarse contra la Federación, ahora que les quedó claro espero contar con su apoyo incondicional y para recordarles su lealtad a la Federación les pido amablemente que por favor se arrodillen en silencio – invitándolos a arrodillarse.

Entonces los trabajadores poco a poco comenzaron a arrodillarse cabizbajos temiendo correr el mismo destino de su colega revolucionario, luego cuando todos se encontraban de rodillas el general dijo:

- En este universo solo existe una gran y absoluta verdad, y es que ustedes son nada, son reemplazables, son ignorantes y también prescindibles, no son muy distintos a los animales salvo porque pueden hablar, sus vidas valen mientras puedan producir, ustedes llegaron a al mundo para servirnos, los derechos son un mito, la dignidad es un mito, la ética y la moral son un mito, en esta vida no existe más dios que el dinero, el poder absoluto radica en la riqueza y en la fuerza física, su voluntad no existe, su opinión no vale, mientras no tengan el dinero o la fuerza ustedes solo son peones de los designios de sus superiores y del gran líder Mabus Herzog. Los sujetos como Sir Heobat y sus cómplices como el Almirante Toru fueron unos tontos idealistas que osaron pensar distinto y desafiar el poder de Lord Mabus, pero fueron silenciados junto a sus mundos, su colega revolucionario también fue un tonto que osó retar nuestro poder y fue eliminado y finalmente, el Emperador del Mal Black Goku es otro gran idealista que pretende destruir nuestro paraíso libertario y al igual que los senadores, el almirante y su colega ¡Será silenciado! Por lo tanto y con todos esos ejemplos espero que con el poco y nada de razonamiento que tienen no se les ocurra morder la mano que les da de comer, porque esa mano amiga también puede pegar – levantando el dedo y cargando una esfera de poder – y pega bastante fuerte ¿Quedó claro?

Entonces y para sorpresa de todos, un trabajador se pone de pie gritando al general Vesta:

- ¡Asesino!

Junto a él le siguen 2 más, luego 4, 10, 30, 50, 100, después toda la muchedumbre comienza a alzar la voz contra el general Vesta y el jefe, a lo que el general simplemente dijo:

- Estos animales carecen de materia gris.

A lo que el jefe responde:

- No se preocupe general yo me encargo... ¡Silencio! ¡Vuelvan a sus puestos o los despido!

Pero los trabajadores hicieron caso omiso a la advertencia a lo que el jefe nuevamente advirtió:

- ¡Si no obedecen les negaré la comida y confiscaré la que tengan!

A pesar de los intentos del jefe los trabajadores cada vez se enardecían más y más por lo que el general finalmente dijo:

- No se desgaste apaciguando a estos ignorantes con palabras, de todos modos, ellos tienen que morir.

- Cómo diga señor – asintió el empresario.

Luego Vesta dijo:

- Una de las razones por las cuales el Amo Mabus confinó a los senadores en la capital fue precisamente para cortar el contacto entre ellos y sus planetas permitiendo de ese modo que los generales y almirantes tomáramos el control directo de los sectores y así poder ejecutar sus planes sin contratiempos como ahora.

El Jefe asiente y el general Vesta dice:

- ¡Soldados! Desháganse de esta gente, ellos son solo un montón de traidores – moviendo la mano en señal de desdén.

- ¿De todos? – preguntó el único sargento orgánico de ese pelotón.

- De todos, sin excepción – dijo Vesta.

- ¡Si señor! – dijo el sargento.

En ese momento los androides apuntaron a la muchedumbre enardecida y abrieron fuego sin piedad, de inmediato la gente se tomó de las manos creando una cadena humana para intentar proteger a las mujeres y niños mientras recibían la lluvia de disparos por parte del ejército siendo asesinados al instante, los androides por su parte siguieron disparando sin cesar durante varios minutos sin importar los gritos y el llanto desesperado de las personas en especial el de los niños hasta que finalmente lo que alguna vez fue una muchedumbre que clamaba enardecida por su dignidad ahora yacía como una montaña de cadáveres inertes, sanguinolentos y destrozados por la intensa descarga de tiros por parte de los androides, entonces el general Vesta dijo:

- Ya está hecho.

- Muchas gracias general – dijo el jefe – no sabe el alivio que siento al haberme quitado ese peso de encima, al menos no tendré que desembolsar dinero para alimentar a esos miserables, las maquinas son mucho más eficientes, además no dejan crías ni reclaman.

- Bien dicho – dijo Vesta con indiferencia – pero creo que esto no es suficiente, si este puñado de trabajadores se negó a pelear no dudo que los demás no hagan lo mismo, por lo tanto, es mejor ser precavidos, aunque eso me tiene sin cuidado ya que de todos modos se iban a morir combatiendo contra el Imperio, por otro lado, Black y sus tropas no tardarán en llegar por lo que debemos asegurarnos de que el Imperio no tenga recursos disponibles ¡Sargento!

- Si mi general – dijo el sargento.

- Como la población de esta colonia ya no nos es de utilidad quiero que ordene a sus androides comenzar con la limpieza de este mundo de inmediato, además, quiero prepare los Defoliadores Planetarios.

- Cómo ordene general Vesta – asintió el sargento.

- Y también asegúrese de que los cadáveres estén a la vista, para que el enemigo entienda lo que le espera.

- Sí... Sí señor – dijo el sargento con algunas dudas.

Luego Vesta dijo:

- Pero antes, evacúen a los oligarcas y aristócratas fuera del planeta junto con sus riquezas.

En eso el Jefe de la empresa le pregunta al general con evidente preocupación:

- Oiga y ¿Qué pasará con nuestras empresas?

- No se preocupe – dijo Vesta – cuando ganemos la guerra se les asignarán los planetas conquistados del Imperio y recuperarán todo, ahora retírese a la bahía de embarque más cercana, ahí los esperarán sus transportes.

- Oh, sí general Vesta – dijo el jefe.

Fue así como las tropas del general Vesta comenzaron el exterminio de toda la gente trabajadora como también a quemar todo en el planeta para limpiarlo de cualquier medio que el Imperio pudiera usar para abastecerse, a la vez que las castas superiores eran evacuadas del planeta, mientras se llevaba a cabo el genocidio el general Vesta fue contactado por un agente de Mabus Herzog exigiendo un reporte de la misión:

- General un mensaje de Lord Mabus – dijo un androide.

- Proyéctalo.

- Enseguida, señor – dijo el androide.

El soldado pone el holoproyector en el suelo desde cual aparece el holograma de un sujeto encapuchado el cual se presentó como un sirviente de Lord Mabus:

- General Vesta.

- Saludos – dijo Vesta.

- Lord Mabus pregunta ¿Si pudo convencer a los lacayos de pelear por nosotros?

- No, los trabajadores se rebelaron en el último minuto así que ordené el exterminio de todos ellos – contestó Vesta.

- Excelente trabajo general Vesta de todos modos esa gente iba a morir, por cierto, antes de retirarse Mabus Herzog pidió asegurarse de llevarse todas las riquezas, provisiones e insumos disponibles y dejar este planeta completamente vacío y chamuscado para que el enemigo no tenga nada con que abastecerse.

- No tiene por qué mencionármelo, ya estoy en eso – dijo Vesta un poco irritado con el asistente.

Después llegó otro androide para decir:

- Los oligarcas y aristócratas ya han están siendo evacuados junto a sus riquezas ¿Qué hacemos general?

- La flota Imperial está a casi un día de aquí y debemos terminar cuanto antes, que los Defoliadores comiencen a trabajar, también quiero que las tropas se dispersen y empleen gases para aniquilar a la población que haya podido escapar de los Defoliadores.

- Entendido señor.

Luego de eso las tropas de Vesta continuaron con la limpieza del planeta, los soldados y androides dispersos por el planeta recorrían los guetos para sacar a la gente y matarlas, los métodos fueron variados desde simples fusilamientos, pasando por incendiar los guetos con todos adentro hasta llegar al método ordenado por Vesta que era cubrir las ciudades con nubes tóxicas hasta sofocar a la población, por su parte los Defoliadores Planetarios comenzaron a operar en los sectores más alejados del planeta, estas eran unas enormes naves con forma de disco de varios kilómetros en cuya parte inferior tenían enormes incineradores desde los cuales despedían una tormenta de fuego capaz de incinerar una ciudad completa en segundos, por otro lado en la parte superior tenía unos enormes tubos de escape o chimeneas de los cuales salía una densa nube de humo tóxico verdoso oscuro casi negro el cual al ser más denso que el aire caía para permanecer en suelo durante horas e incluso días aniquilando a cualquier ser vivo que aspirara el aire contaminado, dichos Defoliadores de alineaban uno al lado del otro creando una línea desde unos cientos hasta miles de kilómetros que recorría todo un planeta hasta devastarlo por completo, en tan solo un par de horas los Defoliadores podían aniquilar por completo la vida orgánica de cualquier planeta dejando a las máquinas intactas.

Mientras los Defoliadores hacían su trabajo el general Vesta ordenó la retirada de sus hombres dejando solo a los androides para que se encargaran de los detalles. Después de unas horas la mayor parte del planeta estaba envuelto por una niebla tóxica, desde su nave en la órbita el general Vesta apreciaba el espectáculo:

- Pero que hermoso color, los planetas son más bellos cuando tienen ese manto verde negruzco, le da un toque fantasmal y misterioso, simplemente esplendido.

- Tiene razón general ¿Cuál será nuestro siguiente movimiento? – dijo el almirante a cargo.

- Una vez que esté confirmada la aniquilación total de este mundo reuniremos una gran flota a unos parsecs de aquí para después emboscar a la flota Imperial y para hacer las cosas más simples traeremos un Devastador de Mundos – dijo Vesta.

- Me parece una buena estrategia, general, como la de aniquilar los mundos para que ellos no tengan donde establecerse.

- Es verdad – coincidió Vesta – durante esta primera semana de guerra la estrategia de la guerra relámpago le había funcionado bastante bien al enemigo, pero desde que adoptamos la estrategia de "quemar y olvidar" su avance se ha detenido considerablemente.

- Es lógico – dijo el almirante – al no tener planetas ni recursos a la mano no les queda tiempo para reorganizarse lo cual los hace más fáciles de emboscar.

- Exacto la idea es no dejarlos descansar para que se agoten y terminen matándose entre ellos – sonrió Vesta.

Luego el almirante agregó:

- Además, los androides también han hecho un buen trabajo ya que son baratos de producir en masa y al no emitir ki ellos no pueden saber dónde están.

- Así es – asintió Vesta – por esa razón decidí usar este mundo para estrenar una evolución de nuestra estrategia, además de aniquilar los planetas con los gases llenamos estos mundos de billones de androides para que se resistan con todo, si bien los Imperiales también usan androides no los hacen en las cantidades que nosotros los usamos, son más caros y la mayor parte se encuentran en el frente sur lo cual sumado al hecho de que la mayor parte de sus fuerzas son seres orgánicos, ellos además de lidiar con las hordas de robots deberán lidiar con los gases tóxicos y el aislamiento.

- ¿Y qué pasa con las armas de pulso electromagnético? Si nuestro fuerte son las armas bioquímicas el de ellos son las armas electromagnéticas – preguntó el almirante.

- Tengo prevista esta situación, pero ya ordené a las industrias Herzog producir nuevos modelos de androides más poderosos y con armaduras resistentes a los pulsos electromagnéticos, el primer lote estará listo en unos días.

- Usted piensa en todo – elogió el almirante.

- Solo hago lo que el amo Mabus haría, preverlo todo antes de que suceda – dijo Vesta con indiferencia.

Por mientras en el planeta la gente hacía todo lo posible para huir u ocultarse del fuego y la nube negra tóxica, pero era inútil, el fuego avanzaba a cientos de kilómetros por hora, en cuestión de segundos los edificios, árboles y las personas eran carbonizadas o simplemente vaporizadas dejando tras de sí un manto de ceniza y hollín orgánico, por otro lado quienes lograban sobrevivir a la tormenta de fuego morían asfixiados por el gas el cual irritaba las mucosas y la piel haciendo que esta junto a los ojos, pelo y uñas se derritieran lentamente hasta desprenderse del cuerpo reduciendo a las víctimas a una masa desollada con los músculos y órganos expuestos los cuales seguirían siendo afectados por el gas para desprenderse poco después dejando un montón de huesos rodeado de una masa de carne y tripas licuadas y putrefactas ocasionándole a las víctimas una agonía insana, lo peor de todo era que el gas no discriminaba poder, edad o sexo, simplemente mataba a todo ser vivo que tuviese la osadía o mala suerte de aspirarlo.

Luego de unas horas el general Vesta recibió la confirmación que tanto esperaba:

- General el índice de mortalidad es del 100%

- Excelente trabajo – sonrió Vesta – despliegue al resto de los androides y que permanezcan en el planeta esperando al enemigo apagados hasta nuevo aviso, por nuestra parte nos replegaremos a unos parsecs de aquí en donde reuniremos una gran fuerza de ataque a la espera de mi señal.

- ¡A la orden, general Vesta! – dijeron los demás.

De inmediato salen miles de transportes hacia la superficie del devastado planeta para desplegar una fuerza de varias docenas de millones de androides a la espera del enemigo.

Una vez finalizado el procedimiento el general Vesta ordenó a la computadora central de la nave de control apagar los androides hasta nuevo aviso, finalmente las naves dieron media vuelta y saltaron a la hipervelocidad esperando el momento oportuno para atacar.

De vuelta al presente, cerca del planeta capital del sector C2, Kale, Zamasu y yo nos encontrábamos entrenando en las cámaras de gravedad aumentada de nuestra nave hasta que de pronto sonó la alarma de proximidad acompañado de una voz avisándonos que estábamos cerca del planeta C2 1° 1' 4" entonces de inmediato salimos hacia el puente de mando para preparar el ataque, segundos más tarde la flota salió de la hipervelocidad dejando ver un extraño planeta verde oscuro casi negro, de inmediato dije extrañado:

- Que extraño ¿Están seguro de que esta es la capital del sector C2?

- Así es mi Lord, las coordenadas son correctas C2 1° 1' 4".

- Pues está demasiado muerto para ser una capital de sector – dije con dudas.

- Tienes razón – dijo Zamasu – es la primera vez que veo un mundo así.

- No logro detectar ningún ki en ese planeta – dijo Kale.

A lo cual dije:

- Tampoco yo y les puedo afirmar con total seguridad de que nuestros sentidos están bien.

- Además, tampoco veo ninguna nave enemiga – dijo Zamasu.

Entonces le pregunté a los oficiales de la nave:

- ¿No hay señales de fuerzas mecanizadas en la superficie?

- Nuestros radares no han detectado nada señor.

- Tengo un mal presentimiento sobre esto.

Luego llamé al capitán:

- ¡Capitán!

- Diga mi Lord.

- Envíe una sonda a investigar el planeta.

- Si señor – dijo el capitán.

De nuestro acorazado salieron cientos de robots sonda en dirección al planeta para adentrarse en la atmosfera e informarnos respecto a todo el entorno, por mientras estábamos a la espera de los análisis comencé a meditar para ver si detectaba algún ki en las cercanías lo cual efectivamente sucedió, pero a simple vista no parecían muy fuertes, no obstante una de las presencias me llamó mucho la atención ya que era ligeramente más fuerte que las demás junto con concentrar una cantidad tremenda de maldad y rencor en su ser, intenté indagar en la mente del sujeto sin éxito, pero al parecer todo indicaba podría tratarse del General Vesta y que de una u otra forma él estaba detrás de todo lo sucedido, al usar los ojos de Kaioshin también logré ver que se estaba meditando seguramente preparándose para atacar, luego de eso decidí contactar a Kyabe y Caulifla para preguntarles cómo iban en su frente, pero justo se encontraban en medio de una batalla así que no pudieron contestar por lo que no me quedó de otra que esperar el reporte de las sondas.

Pasados unos minutos por fin llegaron los informes según los cuales y tal como lo sospechábamos el planeta estaba totalmente desprovisto de vida, el agua y su superficie estaba completamente envenenada junto con la atmósfera la cual poseía una gran concentración de dióxido de carbono, azufre, cloro y un compuesto orgánico y volátil muy extraño que al parecer era radiactivo y extremadamente toxico capaz de romper los enlaces moleculares a base de carbono o silicio como si de una enzima digestiva se tratase deshaciendo los tejidos y reduciéndolos a una masa orgánica gelatinosa negra, pero lo que más nos sorprendió fue el hecho de que toda esta aniquilación había sucedido hace no más de 48 horas atrás, no conforme con esa información decidí descender al planeta para presenciar el horror con mis propios ojos acompañado de Kale, Zamasu y unos cuantos soldados de élite y un Bio-Androide, pero antes de teletransportarnos creé un escudo de ki para protegernos de la atmósfera venenosa del planeta.

Una vez en el planeta nos encontramos rodeados de una densa niebla verde oscura que no dejaba ver más allá de 10 metros la cual apenas dejaba llegar la luz del sol, entonces Zamasu dijo:

- Este lugar me trae recuerdos bastante peculiares.

- ¿El futuro de Trunks? – le pregunté.

- Sí, pero mucho más tóxico y lamentable – apreció el shinjin.

- Este lugar es horrible Black – dijo Kale.

- Tienes razón – le dije – pero ya es hora de despejar un poco las cosas – alzando mis dedos índice y medio - ¡Hakai! – disparando una pequeña bola de energía Hakai al cielo.

De inmediato apareció una onda de energía Hakai en el cielo la cual se extendió por todo el planeta borrando todo ese gas venenoso restaurando la atmosfera a su hipotético estado anterior junto con dejarnos ver lo que teníamos a nuestro alrededor, pero lo que presenciaríamos a continuación nos haría desear seguir en las tinieblas de la ignorancia, poco a poco a medida que se aclaraba el entorno comenzaron a aparecer unos bultos, eran dos, luego cuatro, después docenas, centenares, miles y finalmente millones los cadáveres carbonizados, desfigurados y contorsionados de las formas más horrendas y mórbidas que pudiesen imaginar regados por todo el lugar hasta donde alcanzaba la vista, todos los cuerpos tenían expresiones de horror que daban a entender la extrema agonía que debieron haber sufrido antes de morir, los habían de todos tipos, hombres, mujeres, ancianos y niños.

A medida que fuimos avanzando por el planeta las cosas solo empeoraron, si bien la mayoría de los cadáveres se hallaban carbonizados o nada más quedaban sus osamentas, hubieron otros que no corrieron con la misma "suerte" si es que podríamos llamarle así, eso fue lo que pensamos al toparnos con un verdadero bosque de gente empalada, muchos de ellos con su vientre abierto y sus tripas colgando y otros crucificados en posiciones tan obscenas y antinaturales que el único modo de conseguirlas hubiese sido rompiendo y dislocando las extremidades de los sujetos, pero lo peor de todo eran las zonas desde las cuales habían sido empalados y el modo en que se llevó a cabo la ejecución, la mayoría habían sido atravesados en zonas sensibles del cuerpo y a juzgar por los grilletes y pesos que tenían en sus tobillos podíamos deducir que los tipos fueron sentados en las picas para que su propio peso lo jalara hacia abajo haciendo que esta los fuera atravesando lentamente mientras otras picas de menor altura desgarraban sus cuerpos, la escena era tan grotesca y cruda que no me cabe duda que hubiese dejado corto fácilmente al mítico Vlad Tepes, todos estábamos al límite, el solo hecho de pensar en el dolor e impotencia de esa gente simplemente alimentaba mi ira, Kale estaba devastada emocionalmente frente a todo lo visto, pero el horror no terminó ahí ante mi insistente curiosidad por saber cómo pasó todo saqué mi anillo del tiempo y dije:

- Anillo del tiempo, muéstrame los sucesos ocurridos en los últimos 2 días.

- ¿Qué? – dijeron Kale y Zamasu.

En ese instante el anillo comenzó a brillar y de inmediato esté creó una proyección holográfica que envolvió todo el planeta en la cual se podían apreciar todos los hechos ocurridos en el pasado, al ver eso Zamasu me dijo:

- No sabía que el anillo del tiempo tuviese esa función.

- En realidad, no la tiene, pero yo se la incorporé en una de las tantas modificaciones que le hice – dije con seriedad.

Kale miró el holograma y dijo:

- ¿Y se supone que esto es un holograma de todo lo que ha sucedido en el pasado?

- Así es, Kale, prácticamente estamos viendo el pasado sin tener que viajar a este.

- ¿Y pueden vernos? – me preguntó ella.

- No ya que es solo una proyección de otro tiempo, nosotros no podemos interactuar con ellos ni ellos con nosotros como tampoco pueden vernos, pero nosotros sí a ellos, ahora atentos a la proyección.

Kale y Zamasu asienten y comenzamos a ver la proyección en la cual se podía observar cómo unas naves de la Federación llegaban al planeta desde el cual se podía apreciar a la gente mirándolas cuando de pronto llega una nave muchísimo más grande que las demás, casi tan grande como nuestro acorazado el Imperator (que medía más de 10 km de largo) y esta nave tenía un símbolo en la zona ventral el cual de inmediato espantó a las personas quienes no dudaron en huir y tratar de ocultarse mientras gritaban "es él, es él, huyan rápido" en ese momento uno de mis soldados dijo:

- No puede ser, ese símbolo – aterrado.

A lo que yo intrigado pauso la proyección y le pregunto:

- ¿Lo conoce?

- Así es mi Lord, ese símbolo es el emblema familiar de la casa de los "Vesta" un extenso linaje de poderosos guerreros que han gobernado el planeta Umi a lo largo de milenos y también trabajando como mercenarios para el mejor postor, actualmente sirven a la Federación.

- Los Vesta – dije pensando – sí, cómo olvidarlo, Sir Heobat me habló mucho sobre ellos durante nuestras muchas conversaciones, especialmente del actual representante del clan es el Barón Var'nu el-Vesta o General Vesta, comandante supremo de las Fuerzas Armadas Federales y el brazo derecho de Mabus Herzog.

Luego el soldado agregó:

- Según las leyendas los Vesta son lo suficientemente poderosos como para desaparecer estrellas completas, también escuché que el Barón Var'nu es el Vesta más poderoso que ha existido hasta ahora.

- Me consta que sea un sujeto fuerte, pero solo eso lo hará más interesante – dije con seriedad y algo de entusiasmo.

- Disculpe mi osadía, mi Lord, pero ¿No le asusta el hecho de que pueda destruir una estrella completa o incluso un sistema estelar?

A lo cual contesté con seguridad en mí mismo:

- En lo absoluto soldado, destruir una estrella o un sistema solar no es una hazaña tan impresionante que digamos, no es algo que Kale, Zamasu y yo no podamos hacer y sin usar nuestros respectivos máximos poderes.

Luego otro soldado le dijo al primero:

- No sea crédulo con esas viejas leyendas camarada, el Emperador y sus amigos son invencibles.

En ese momento pensé en la fuerza oscura mientras les decía a los soldados:

- No sé si invencibles, pero les aseguro que somos poderosos, aunque no me gusta presumir de eso... Bueno, sigamos con la proyección.

Nuevamente todos asienten y yo reanudé la proyección, en esta se podía ver a los soldados y androides yendo a buscar a la gente para sacarlas de los guetos a la fuerza, luego no pareció suceder nada interesante, entonces adelante la proyección hasta el momento preciso en el que inició el genocidio, se podía apreciar a grupos de personas de buena apariencia abordando unos cruceros mientras otros despegaban de las bahías de embarque, luego de eso se podía ver como los soldados y androides trasladaban a los trabajadores con sus grilletes a punta de azotes y fusilamientos al azar para que instalaban las picas a lo largo y ancho de todo el campo lo antes posible, ante esa imagen Kale dijo:

- ¿Cómo pueden ser tan crueles? ¿Qué ha hecho esa pobre gente para merecer eso?

- Tsk... Malditas sabandijas – dijo Zamasu.

Yo intenté mantenerme serio mientras asimilaba lo que estaba viendo, luego adelanté la proyección hasta que las picas ya estaban instaladas, entonces los androides tomaron a los trabajadores contra su voluntad quienes comenzaron a forcejear aún con sus grilletes en los tobillos para elevarlos a unos cuantos metros sobre las picas y Zamasu dijo:

- ¿Qué hacen?

- Espera – dijo Kale angustiada – no me digas que los van a...

Pero antes de que Kale pudiera terminar su frase vimos como los robots soltaron a las personas quienes de inmediato quedaron empalados en la picas, muchos soldados hicieron muecas de desagrado frente a lo visto, Kale por su parte negó con la cabeza mientras se escuchaban los quejidos de fondo de esa gente que agonizaba lentamente ya que para colmo los robot los lanzaban desde una altura especial, no muy alta para que no murieran instantáneamente, pero tampoco muy baja, para que se pudieran clavar en las picas, lo peor era que al estar en caída libre esta gente podía terminar empalada de cualquier parte, otros menos afortunados se azotaban contra el piso, pero nuevamente eran tomados por los robots para ser lanzados de nuevo contra las picas hasta quedar empalados, así lo hicieron con todos los presentes quienes no podían huir a causa de los grilletes, era complicado mantener la vista fija dada la repugnancia y crudeza de la escena, muchos soldados simplemente se negaron a seguir viendo mientras Kale rompía en llanto apoyada en mi pecho y Zamasu caía de rodillas imponente frente a semejante muestra de maldad, poco a poco la pena y la rabia comenzaron a apoderarse de mí, pero la escena continuó con los robots lanzando a la gente, sin duda lo que más impactó fue ver como una embarazada era lanzada contra las picas con la mala suerte de que la pica en lugar de atravesarla desgarró su vientre dejando caer al feto junto a sus órganos mientras la mujer gritaba de forma desgarradora para ser nuevamente tomada por un robot y lanzada de nuevo contra las picas, esa escena fue el límite para muchos quienes no pudieron contener las ganas de vomitar, el problema era que estábamos dentro de un escudo de energía para no tener contacto con el terreno tóxico así que ya deben imaginarse lo que eso significaba (vomitar dentro del escudo), para ser sinceros admito que en mi otra vida había visto videos gore y similares por morbo los cuales toleraba bastante bien, pero esto era completamente distinto, simplemente me había superado, ya no quería ver más, pero tenía que saber la verdad, por lo que me dejé de tonterías y adelanté la escena hasta que ya todas la personas estaban empaladas, muchos cuerpos estaban destrozados debido a que solían azotar muchas veces contra el suelo o no quedaban completamente empalados dada la mala puntería de los robots al soltarlos lo cual explicaría los vientres abiertos y los cuerpos retorcidos, después los soldados se retiraron dejando solo a los androides los cuales se marcharon dispersándose por el planeta, fue ahí que aparecieron unas naves a la distancia con forma de plato las cuales comenzaron a despedir una verdadera tormenta de fuego desde la parte inferior incinerando todo mientras que en la parte superior soltaban una nube toxica que rápidamente se propagó por todo el entorno hasta llegar al campo de empalamiento, inmediatamente comenzó a aparecer un grupo de sobrevivientes que huían despavoridos de la tormenta tóxica, pero lamentablemente el veneno era más rápido siendo alcanzados rápidamente, lo peor fue que apenas respiraban aquel pestilente aire su piel comenzaba a enrojecerse y llenarse de sarpullido mientras sus ojos, boca, nariz y oídos comenzaban a sangrar, el dolor era tan insoportable que la gente simplemente convulsionaba en el piso mientras vomitaba sangre y su piel se desprendía lentamente hasta quedar reducidos a un montón de huesos en un charco o caldo orgánico de lo alguna vez fueron su piel, músculos y órganos adoptando la posición en la cual los habíamos encontrado, finalmente adelanté la proyección un par de otras hasta que todo el planeta estaba cubierto, ya no se escuchaba ningún lamento o quejido, todo estaba oscuro y silencioso hasta que de pronto en el fondo de veía unos destellos rojos parpadeantes que pasaban a gran velocidad, al parecer eran sondas o androides, aunque lo último era más probable ya que muchas luces rojas aterrizaron en la superficie para después dispersarse y apagarse, entonces quité la proyección y un silencio de ultratumba invadió el lugar, mientras intentaba calmar a Kale quien lloraba desconsoladamente en mi pecho, pero también intentaba controlarme a mí mismo por haber visto todo eso, mis ojos estaban húmedos y las ganas de llorar y gritar rápidamente se hicieron notar, pero pronto toda esa pena e impotencia se transformó en una ira y odio profundos e insaciables, estaba furioso por la crueldad con la que habían actuado estos sujetos y por su impunidad, estaba furioso conmigo mismo por mi incapacidad para evitar estas tragedias, pero además estaba furioso por esa maldita fuerza oscura omnipotente e inexplicable que simplemente no me dejaba actuar cuando más lo necesitaba como si de una mala broma o un juego sádico se tratase, todo esto me tenía al borde del colapso, por un momento pensé en mandar todo al diablo y destruir todo el multiverso de una vez con todos en él para después desaparecer de esta vida, ya que nuevamente la dinámica de mi antigua vida, de la cual tanto me quise alejar, se repetía, de nuevo estaba frente a un mundo enorme y complejo lleno de problemas conmigo como protagonista con muchas ideas y soluciones para esos problemas, pero completamente impotente e insignificante frente a todo, parecía una pesadilla, era como si hubiese regresado al mundo real, la ira me consumía cada vez más y más mientras que sin darme cuenta mi cabello comenzó a alzarse activando por mientras que el cielo se oscurecía acompañado de rayos y el entorno o mejor dicho la realidad misma comenzaba a distorsionarse, entonces Kale me miró y dijo entre lágrimas:

- ¿Black?

Luego Zamasu agregó:

- ¿Cómo es posible que los dioses no intervengan frente a tanta crueldad?

Entonces al escuchar la palabra "dioses" algo se encendió dentro de mi mente e hilando cabos dije:

- La culpa es de ellos, si no me hicieran tantos problemas con lo del equilibrio ya hubiese terminado con esta guerra, hace rato, pero, de todos modos – hice una pausa – aún así está esa fuerza oscura que nos retrasa ¿Quién o qué diablos es?

Todos se voltearon a escucharme y yo continué:

- ¿Acaso de eso se trata, de un castigo divino? - alzando la voz - ¿Acaso será ese Dios del cual cuya existencia siempre negué en mi otra vida finalmente se está manifestando para ponerme en mi lugar? ¿Eh?

Los presentes me miraron con más dudas y miré furioso al cielo para decir:

- ¡Entonces eres tú el que está interfiriendo solo para dejarme en claro tu poder! ¡¿Acaso eres tú?! ¡¿Es parte de tu macabro juego quien quiera que seas?!

En ese momento comencé a mirar fijamente al cielo usando mis ojos de Kaioshin para luego decir:

- ¡Pues no me interesa que tan poderoso seas Dios! ¡Si de verdad quieres desafiarme aparécete ante mí! ¡AHORA! ¡Y RESOLVAMOS ESTO ENTRE TÚ Y YO! ¡PERO INVOLUCRES A LOS DEMÁS!

- Black detente, me estás asustando – dijo Kale.

- Estás delirando amigo – agregó Zamasu.

Pero no estaba delirando, en ese momento realmente pude ver una sombra oscura más allá de las estrellas con un sonido como se risas, como si aquello se estuviera burlando de mí frente a mis narices, pero al escuchar esas palabras recapacité de lo que había dicho, respiré hondo e intenté calmarme volviendo mientras el entorno volvía a la normalidad, entonces, cabizbajo y con lágrimas en los ojos dije:

- No estaba delirando muchachos, realmente pude verlo, más allá de las estrellas, burlándose de mí.

Entonces Kale se me acerca y me abraza para decirme:

- Tranquilo mi amor, ya encontraremos la forma de solucionar todo esto, además Vados está estudiando esa fuerza.

- Tienes razón Kale, Pero sigo sin entender ¿Por qué esa fuerza extraña nos atormenta?

- A lo mejor todo esto que nos pasa no sea un castigo divino como piensas, tal vez sea... Una prueba – teorizó Kale.

- ¿Prueba? – dudé.

- Eso es lo que yo creo – dijo la saiyajin.

Por su parte Zamasu pensó en una posible explicación a todo:

- Es lógico, a lo mejor existe una deidad superior a Zeno Sama que de vez en cuando ponga a prueba a los demás seres para que estos superen sus defectos.

- Tal vez tenga sentido – dije – en mi caso mi defecto sería la soberbia y es muy lógico ya que desde que llegué a este mundo obtuve un poder que jamás hubiese imaginado tener en mi vida pasada y ese cambio drástico de pasar de ser un mortal común a tener un poder que supera a los Dioses me han vuelto un hombre vanidoso y soberbio al punto de creerme un Dios absoluto y más allá... - pensando - sí, quizás de eso se trata, este balde de agua fría tal vez sirve para no olvidarme de ser humilde a pesar del poder y conocimiento que pueda tener, para que no sea el próximo Zheo, pero eso sería en el caso de que la fuerza oscura sea benigna, recordemos su naturaleza e intenciones siguen siendo desconocidas para nosotros.

Zamasu, Kale y los soldados asienten y yo levanto la cabeza mirando al cielo y digo:

- Entonces tal vez de eso se trata – mirando a Kale y Zamasu – bueno, si realmente es una prueba demostremos a lo que quiera que sea esa fuerza que nosotros podemos superar nuestros defectos y salir adelante frente a lo que sea.

Kale y Zamasu asienten y yo agrego:

- Muy bien, primero que todo debemos desintoxicar este mundo, para después darle digna sepultura a los fallecidos y luego de eso establecernos – observando el entorno – ok, esto no será una tarea difícil.

En ese momento saqué mi alabarda de ki la cual usaba como "varita mágica" y dije:

- Que se desintoxique este mundo.

Entonces la punta de mi alabarda salió del escudo y cuando tocó el suelo apareció un destello blanco que envolvió todo a su alrededor durante varios segundos, y cuando el destello se disipó levanté la barrera, al parecer había funcionado, pero la alegría fue efímera puesto que apenas se fue el destello aparecieron millones de androides de todos los tipos y tamaños a nuestro alrededor entonces Kale dijo:

- Esto es malo – se pone en guardia.

Luego pudimos apreciar desde el cielo como una flota de cientos de naves Federales salían de la hipervelocidad acompañado de un planetoide de metal, entonces le respondí a Kale:

- Demasiado malo – me pongo en guardia.

- ¡Maldición! Nos tendieron una trampa – exclamó Zamasu.

- Majestad ¿Qué hacemos? – preguntó un soldado.

- Demostrarles de lo que estamos hechos – contesté tronándome los puños.

Luego Zamasu agregó:

- Aunque puedo detectar un ki muy grande proveniente del planetoide de metal.

- También lo siento – dijo Kale.

Y yo dije:

- Ese debe ser el General Vesta.

- ¡El General Vesta! – gritaron los soldados nerviosos.

- Calma soldados, Vesta no supone ningún reto que no podamos superar – dije tratando de calmarlos.

Por mientras en el espacio:

- General Vesta, hemos llegado al planeta C2 1° 1' 4".

- Excelente – se pone de pie y camina hacia la ventana que da con el planeta – comiencen el ataque de inmediato.

- ¡Entendido! – dijeron los androides.

Finalmente, el general dijo:

- Ya es hora de poner a prueba el poder del Emperador Black – haciéndose tronar los puños con una risa siniestra.

Continuará...

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