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70. Los Devastadores de Mundos.

Hello there, al fin, después de un tiempo indefinido por fin subo otro capítulo, pero como ustedes sabrán los exámenes consumen un montón de mi tiempo, si bien soy buen estudiante y los exámenes no son tan difíciles eso no me da derecho a relajarme o subestimar la dificultad de la universidad por lo tanto debo estudiar, pero en fin, aquí estoy de vuelta. Por otro lado me doy cuenta que esta novela (si se la puede catalogar como tal) está cerca de las 70k de vistas y casi 6k de votos lo cual me deja bastante satisfecho, estoy a 30k de mi meta de las 100k así que a darle con todo. 

Finalmente y sin más dilación, los dejo con esta obra loca de la ficción, difrútenlo, compartan y comenten :v 

[Cuanto tiempo pasó]

En el capítulo anterior: Apenas comenzó la guerra nuestros héroes ya se habían topado con las fuerzas enemigas tanto en el frente de nuestro protagonista como en el frente a cargo de Kyabe a las cuales destruyeron sin muchas dificultades. Luego de destruir una flota Federal nuestro protagonista y sus fuerzas se trasladaron hacia el mundo más cercano que tenían en su camino con el propósito de ocuparlo y establecer un punto de control a partir del cual prepararían las siguientes ofensivas, mientras Goku, Vegeta, Kyabe y Caulifla hacían lo propio en el frente inferior, pero a pesar de llevar tan solo unas escasas horas de guerra fue suficiente tiempo para que Mabus Herzog comenzara a sospechar de que algo no cuadraba con sus cálculos y con la información otorgada por los servicios de inteligencia Federales, por lo tanto el maquiavélico Lord solicito traer a los responsables ante su presencia para aclarar la situación ¿Qué le deparará a estos sujetos? ¿Sir Heobat tendrá algo que ver en esto? ¿Estará en riesgo la estrategia de Black? 

Mientras se llevaban a cabo las invasiones en los sectores B8 y D6, en las galaxias del centro y principalmente en el sur las fuerzas de la Federación iniciaban su ofensiva masiva contra el Imperio mientras las flotas, androides y bio androides hacían todo lo posible para contener su avance.

Por otro lado, en el mundo de Mabus Herzog el viejo esperaba pacientemente junto al recién llegado general Vesta la llegada de los encargados de los cuerpos de inteligencia hasta que luego de unas horas los sujetos llegaron:

- Mi Lord, los encargados de los cuerpos de inteligencia han llegado – dijo un sirviente.

- Hágalos pasar – dijo Mabus.

- Por aquí caballeros – dijo el sirviente.

En ese momento los jefes de los servicios de inteligencia entraron a la oficina de Mabus Herzog, pero antes de que entraran el señor Herzog hizo caer un biombo polarizado con forma de cubo alrededor de su escritorio para no ser visto por los jefes de los servicios mientras el general Vesta espectaba desde un rincón oscuro de la habitación, entonces Mabus dijo:

- Adelante señores, tomen asiento.

Los encargados se sientan y Herzog continúa:

- ¿Se sienten cómodos señores?

- Sí... Sí... Muy amable señor Herzog, es todo un honor estar ante su ilustre presencia señor – dijeron los encargados.

- Qué bueno – sonrío Mabus – ahora hablemos de negocios, como ustedes sabrán yo he desembolsado miles de millones de créditos para mantener el orden y la prosperidad económica de la Federación mediante las Industrias Herzog, durante mucho tiempo he financiado campañas políticas para tener a los mejores al mando y tener a todos los altos mandos a mi servicio y ustedes no son la excepción.

- Así es amo Herzog, siempre hemos estado a su servicio – dijo uno de los encargados.

- Pero a veces siento que no invierto lo suficiente ya que en ocasiones los servicios suelen fallar – dijo Mabus.

- Disculpe – dijo otro encargado con evidente confusión.

Mabus prosiguió:

- Yo les pago a ustedes para que me brinden información precisa de mis enemigos ¿Cierto?

- Si señor – asintieron todos los invitados.

- Pero creo que en esta ocasión han faltado a su palabra – sentenció el magnate.

Los encargados simplemente se quedan en silencio mirándose nerviosos mientras Mabus prosigue:

- Les pagué a ustedes para que se infiltraran en el Imperio y me dieran toda la información posible y también precisa respecto a las estrategias que el apestoso simio saiyajin de Black usaría para invadir mi Federación, pero lamentablemente fallaron rotundamente en ese punto, puesto que la información que recibí decía "guerra total", pero resultó ser que nuestro enemigo usó "guerra relámpago" entonces me gustaría saber ¿Cuál fue el motivo de esa incoherencia? Si es que tienen motivos.

- Bueno señor, la verdad nosotros... - dijo uno de los encargados.

- Infiltramos hombres al Imperio como se nos dijo – agregó otro encargado – pero por alguna razón que no logramos explicar todos ellos fueron exterminados, al parecer los métodos de contraespionaje del Imperio son superiores a los nuestros ya que de otro modo no podemos explicarnos cómo fue posible que los descubrieran con esa precisión.

- Pero aun así se atrevieron a darme la información incorrecta en lugar de agotar todas las instancias posibles para rectificar su información – dijo Mabus – emplear otros métodos para conseguirla ¿No creen?

- Eh... Bueno... Nosotros... - dijeron los presentes con evidente nerviosismo.

- Se equivocaron – dijo Mabus.

Pero uno de los encargados dijo enérgico:

- Señor nosotros si conseguimos la información se lo juro.

- ¿Y cuál es la fuente? – inquirió Mabus con escepticismo.

- Un senador logró contactar con el Emperador Black, el senador del sector C4 Sir Heobat III – dijo otro encargado.

Al oír el nombre Heobat, Mabus dijo con un poco de sorpresa:

- Heobat, ese senador siempre fue un fiel servidor de mis intereses ¿Por qué se empeñaría a darnos información errónea?

- A lo mejor Heobat tiene otros planes – dijo otro de los encargados.

- Ya veo, entonces Heobat no era más que otro bastardo traidor – pensó Mabus.

Luego otro encargado se armó de valor para preguntar:

- Entonces ¿Ya podemos retirarnos mi Lord?

- No señor – sonrió Mabus.

Rápidamente los nervios se hicieron notar en los encargados quienes hacían un millón de preguntas mientras Mabus Herzog les decía:

- Se supone que ustedes son profesionales, debieron seguir investigando en lugar de conformarse con la información dada por un viejo senador con supuesta fama de buen servidor, lo siento mucho, pero a mí no me sirve la ley del mínimo esfuerzo, les pagué para que me brindaran la información correcta y no lo hicieron por lo tanto ustedes fueron una inversión perdida, una inversión que debo recuperar de algún modo.

En eso un par de ojos verdes de aspecto reptiliano aparecen en un rincón oscuro de la oficina de Mabus para proceder a acercarse a los presentes, entonces uno de los encargados dijo:

- Pero... Señor... No es necesario podemos compensarlo de alguna forma... Trabajaremos gratis.

- Lo lamento – dijo un Mabus intransigente – pero por culpa de su error comenzamos mal esta guerra por lo cual tendré movilizar nuevamente a nuestras fuerzas lo que supone más gasto de dinero, dinero que no se podrá recuperar jamás.

Los encargados murmuran nerviosos:

- Por favor, señor no lo haga... No... No por favor...

Finalmente, Mabus sentenció:

- Todo tiene un precio señores, hasta sus vidas y su error fue más caro de lo que podrán pagar así que nada más me quedan sus vidas para compensarlo.

De las sillas salieron grilletes que atraparon los brazos y piernas de los encargados y el general Vesta se situó detrás de los sujetos, entonces entre los gritos de desesperación de los encargados Mabus le preguntó al general:

- Cuando algo no funciona ¿Qué se hace general Vesta?

- Se desecha – contestó el general con una sonrisa.

Luego el general creó una gran espada ki verde amarillento, entonces Mabus dijo:

- Se acabó caballeros y para completar el valor de la pérdida a causa de su fracaso sus familias son las siguientes.

Uno de los encargados en su impotencia nada más dijo:

- ¡Eres un hijo de puta Mabus Herzog!

Molesto por la insolencia, Mabus pasó su dedo por su cuello y Vesta hico un movimiento limpio decapitando a todos los encargados con su espada de ki, luego de eso Mabus dijo:

- Estos animales son unos malagradecidos, les das lo que se merecen y se quejan, por eso son mejores los robots.

Levanta el biombo polarizado y llama a los sirvientes:

- ¿Usted me llamó Lord Mabus?

- Sí, necesito que llames al senador Sir Heobat III – mandó Mabus.

- Como ordene señor – obedeció el sirviente.

- Creo que el querido senador ya no nos será más de utilidad – sonrió Mabus.

Después Mabus miró al general Vesta para decirle:

- Bien hecho general, su trabajo aquí terminó, regrese al frente de batalla para eliminar algunos cabos sueltos antes de confrontar a Black y compañía.

- Así lo haré mi Lord – dijo Vesta haciendo una reverencia.

- Demuéstreles a esos simios Imperiales de lo que estamos hechos, no tenga piedad general y acabe con todos ellos.

Vesta hace una reverencia y se retira rumbo a su destino:

Por mientras en el sector B8.

Estábamos estableciendo nuestras tiendas de campaña lo cual fue muy fácil gracias a una tecnología de las capsulas proporcionadas por los terrícolas, por mientras el ejercito comenzó a esparcirse por el planeta tomando el control de los campos y minas más cercanos, entonces decidí contactar a Sir Heobat III para avisarle que le enviaría una flota a ocupar su planeta para que él pudiera huir lo más rápido posible al Imperio, luego de un par de intentos logré hacer contacto con el susodicho:

- Saludos señor Heobat.

- ¡Lord Black! Me alegra volver a verlo.

- A mí también ¿Cómo se encuentra? – pregunté.

- Muy bien afortunadamente – respondió Heobat.

- Qué bueno – sonreí – quería avisarle que estamos conquistando la capital del sector B8 y una vez que estemos lo suficientemente cerca enviaré una flota al sector C4 para liberar su mundo.

- Excelente, de verdad se lo agradezco mucho señor Black – dijo Heobat.

- Por favor avise a su gente para que no opongan resistencia y se preparen para unirse a nosotros, si tiene guerreros y naves no dude en usarlos – sugerí.

- Eso haremos señor – respondió el senador.

- Muy bien, para mañana ya habremos conquistado el planeta y la mayor parte del sector B8, cuando pasemos las tropas al sector B4 aprovecharé la concentración de fuerzas para enviar una flota de 100 naves para resguardar su planeta, pero me tomará unos 2 o 3 días – informé.

- No se preocupe Majestad, no tenemos problemas en esperar 2 o 3 días.

- Nos estaremos viendo pronto Sir Heobat – le dije.

- Al fin el calvario terminará – dijo Heobat aliviado.

- Nos aseguraremos de eso, tiene mi palabra.

- Adiós señor, Black y que la fortuna esté de nuestro lado – me deseo el anciano.

- Igualmente, amigo.

Luego de cortar la transmisión un oficial de expedición llegó al centro de control y me dijo:

- Hemos regresado de la expedición.

- Deme el reporte – dije.

- El bombardeo iónico tuvo una efectividad del 95%, la mayor parte de las unidades mecanizadas del hemisferio sur han sido neutralizadas, el 5% restante se oculta en bases subterráneas.

- ¿Algo más oficial?

- Sí Su Majestad, también nos hemos topado con focos de resistencia protagonizado por civiles, pero están pobremente armados y carecen de experiencia militar.

- Entonces nuestras suposiciones fueron ciertas, están usando a los civiles para pelear su maldita guerra – dije con desprecio.

- Ese Mabus si que es un maldito – dijo Zamasu.

- Se merece lo peor – dijo Kale.

- En ese caso que el general distribuya rápido a las tropas para ocupar este planeta lo antes posible y pasar al siguiente sector ¡General!

- ¡Si señor! – dijo el general.

- Asegúrense de capturar a los civiles con vida, en la medida de lo posible obviamente, por mientras contactaré a la flota para que se dispersen por el sector y lo conquisten lo más rápido posible y comiencen a pasar a las siguientes zonas ¡Kale, Zamasu!

Kale y Zamasu prestan atención y les digo:

- Prepárense para ir al norte, vamos a neutralizar sus fuerzas restantes, reuniré a mis hombres.

- Ok, Black – dijeron ambos.

Luego de eso fui a reunir a una fuerza de élite para atacar al norte del planeta por mientras los demás soldados conquistaban el sur, una vez reunidas las tropas emprendimos vuelo hacia el norte para iniciar el ataque, durante el viaje Kale me dijo:

- Entonces vamos al norte a deshacernos de sus fuerzas mecánicas ¿Cierto?

- Exacto Kale, la idea es neutralizar el máximo de fuerzas posibles para que el ejército se enfoque solo en limpiar lo que quede y ocupar el territorio.

- Entiendo – dijo ella.

Entonces les dije a los muchachos:

- Por cierto, estuve pensando en emplear esa misma estrategia con los demás sectores, nosotros atacamos y barremos con todo mientras el resto ocupa y conquista.

- Es una excelente estrategia, además nos sirve de entrenamiento – dijo Zamasu.

Sonreí y dije:

- Cuando terminemos con esta batalla reuniré a los bio-androides, super androides y a las tropas más fuertes para crear una legión de elite para barrer con el enemigo.

Ambos asienten y continuamos volando con los soldados hasta llegar a las cercanías de una ciudad industrial, de inmediato las baterías antiaéreas comenzaron a disparar y les dije:

- ¡Dispérsense y destruyan todas las baterías! ¡Después acabaremos con las fuerzas terrestres!

- ¡Si señor! – dijeron los demás soldados.

Las tropas se dispersan mientras Kale, Zamasu y yo comenzamos a destruir las torretas y tanques enemigos, yo volaba entre las torres disparando rayos de los ojos y los dedos destruyendo cuanta torreta o tanque se me cruzara en frente, por su parte Kale y Zamasu hacían lo mismo al igual que los demás soldados, entonces en un encuentro con Kale le dije:

- A este ritmo conquistaremos este planeta en tan solo unas cuantas horas.

- Es verdad – dijo Kale golpeando un androide.

- Aunque me pregunto ¿Acaso no existirá alguna computadora central que controle a estos androides? – pregunté destruyendo algunas torretas.

- Tal vez – dijo Kale.

Luego dije:

- Si la hubiera las cosas serían tan fáciles como destruir dicha computadora y con eso desactivar a todos los androides – destruyendo un batallón de androides golpeando el suelo – o en su defecto podríamos hackearla y reprogramarlos para que peleen a nuestro favor – tomando a Kale de su brazo izquierdo para impulsarla contra unos tanques enemigos.

- No sería mala idea amor ¡Cuidado! – gritó Kale.

- ¿Qué carajos? – esquivando el ataque de energía.

En ese momento me di cuenta de que mi atacante era un robot de más de 100 metros de altura el cual comenzó a atacarnos rápidamente a pesar de su tamaño, entonces le dije a Kale:

- Ese es enorme.

- Yo me encargo - dijo Kale.

- Espera, no te llevarás todo el crédito amor.

- Alcánzame si puedes Blacky jeje.

- Será pan comido – sonreí.

De pronto aparece otro robot gigante frente a mí para atacarme y mientras esquivaba sus ataques le dije a Kale:

- ¡Oye amor ya no importa! ¡Ve por ese y yo me encargo de esto otro!

- Ok, Black.

Fue ahí que inició el combate contra el robot gigante el cual me atacaba de forma brutal, pero esquivé todos sus golpes para después proceder a lanzarle un pequeño ataque de ki, pero el robot lo resistió, fue ahí que me di cuenta que el robot tenía un campo de fuerza que absorbía los ataques, pero eso no supondría ningún reto para nosotros, nada más haría el combate más divertido, nuevamente la gran mole de acero comenzó a atacarme con sus extremidades gigantes, pero luego de varios intentos fallidos reveló otra de sus armas la cual era un poderoso rayo láser proyectado desde su ojo rojo el cual por poco me golpea, no obstante impactó contra una montaña haciéndola desaparecer por completo, en ese momento recordé el aliento atómico de Godzilla, entonces le dije a Kale:

- ¡Kale viste eso!

- Si lo vi.

- Debemos evitar que ataquen a la ciudad – le advertí.

- Estoy en eso, Black.

Ambos comenzamos a atacar con más fuerza a los robots, en mi caso el robot estaba a punto de golpearme, pero por mucha fuerza que tuviera, era la nada misma en comparación con la mía así que detuve su puño sin dificultades y con un puñetazo lo mandé a volar varios kilómetros fuera de la ciudad pulverizándole una mano, Kale por su parte también manda a volar al robot con un ataque de ki, entonces los robots aterrizan y comienzan a atacarnos con sus láseres destruyendo una gran porción de terreno, pero nosotros rápidamente los esquivamos, entonces uno de ellos trató de pisarnos, pero yo logré sostener su enorme peso con mis manos para mandarlo a volar con una explosión de ki, por mientras el otro robot disparó su láser contra nosotros, pero Kale logró rechazarlo con una ráfaga de ki iniciando un breve choque de poderes, no obstante el ataque de Kale superó rápidamente a la del robot provocando una gran explosión, aprovechando la aparente distracción el segundo robot se puso de pie para atacarnos, pero de pronto recibe un potente golpe que lo hace tambalearse, se trataba de Zamasu el cual bajó con nosotros y nos dijo:

- Parece que esos robots les está dando más problemas de lo debido.

- Bueno... La verdad solo los estábamos poniendo a prueba – aclaró Kale.

- Y por lo visto aguantan bastante – agregué.

Zamasu por su parte elogió el ingenio mecánico de los Federales:

- Esos sujetos son increíbles para construir máquinas tan resistentes.

- Es verdad – concordamos Kale y yo.

De pronto los robots se levantan y de sus cuerpos salen una gran cantidad de tentáculos con proyectores láser y sin dudarlo comenzaron a disparar una lluvia de láseres que destruyeron todo a su alrededor, pero nuevamente los esquivamos, entonces dije:

- Bueno ya fue suficiente, vamos a volar a esos robots de una buena vez.

- ¡Si! – dijeron la saiyajin y el shinjin.

Entonces los 3 comenzamos a cargar nuestros ataques icónicos:

- ¡Ira Divina! – gritó Zamasu.

- ¡Cañón Borrador! – dijo Kale.

- ¡Kame Hame...! O cierto, lo olvidaba ¡Triturador Cósmico! – concluí.

Los robots detectaron nuestro incremento de energía y comenzaron a concentrar su energía en el ojo central de su pecho para después disparar una ráfaga masiva y en ese momento lanzamos nuestros ataques con un potente grito, los cuales rápidamente se dirigieron contra el superlaser de los robots gigantes iniciando otro choque de poderes, entonces yo dije:

- Vaya está más complicado de lo que creí, estos robots sí que están bien hechos.

- Es verdad – dijo Kale.

- Ya quiero comprarme unos cuantos jajaja – dije entre risas.

Todos reímos por lo que dije y luego dije:

- Ok no ¡Pulvericemos a estos Mecha Godzilla de una buena vez!

- ¿Y qué es eso? – preguntaron ambos.

- ¡Después se los digo! – fijando mi atención en los androides.

Finalmente, los 3 potenciamos nuestros ataques abrumando al ataque doble de los androides quienes finalmente fueron mandados al espacio siendo vaporizados en el proceso, entonces dijimos al unísono:

- ¡Lo hicimos!

Kale por su parte pregunto:

- Por cierto, Black ¿Qué es Mecha Godzilla?

- Oh eso – comienzo a explicar – lo que pasa es que de dónde vengo existe una franquicia de monstruos gigantes conocidos como "Kaiju" dentro de la cual el más importante es Godzilla el cual es un reptil como de 100 metros de alto y una de sus habilidades principales era el aliento atómico el cual es un rayo de energía que disparaba de la boca destruyendo todo.

- Interesante – dijo Kale.

- Jeje sí, pero el punto no es ese – continué – lo cuestión es que en esa franquicia aparecía un Godzilla mecánico llamado Mecha Godzilla el cual era uno de los tantos enemigos que tenía este Kaiju y estos robots me recordaron a este.

- Oh, ahora todo tiene sentido – sonrió Kale.

- Si quieres podríamos ver las películas de Kaijus en nuestros ratos libres – le sugerí a la saiyajin.

- No sería mala idea – dijo Kale pensando.

Luego me dirigí a Zamasu para decirle:

- Por otro lado, Zamasu me impresionas, no pensé que pudieras usar la Ira Divina sin estar fusionado.

- Gracias Black – agradeció el shinjin – lo que sucede es que después de te fuiste al universo 6 comencé a estudiar la naturaleza de nuestras técnicas estando fusionados las cuales después uno tiempo aprendí, además que Wiss me enseñó los principios de la doctrina egoísta para mejorar mi rendimiento en combate.

- Vaya, es sí que es impresionante – contesté.

Después Zamasu su preguntó:

- Y supongo que estos son todos los robots ¿Verdad?

- Eso parece – contesté mirando a mi alrededor – bueno, sigamos recorriendo el norte del planeta en busca de más focos de resistencia.

Kale y Zamasu asienten y los 3 emprendemos vuelo recorriendo el planeta en busca de focos de resistencia.

Por mientras en la capital Federal:

Los senadores opositores a la Federación se hallaban reunidos en una sala secreta mientras conversaban respecto al destino de sus mundos:

- Así que el viejo cayó en el juego del Emperador Black – dijo uno de ellos.

- Así es – contestó Sir Heobat.

- Y al final ¿Qué le recomendó el emperador Black? – preguntó otro senador.

- Me sugirió que volviera a mi mundo y que estuviera preparado para recibir a las fuerzas Imperiales – contestó el senador aliado.

Otro colega advirtió:

- Aunque esa sería una movida arriesgada Sir Heobat, sobre todo si consideramos que, debido a la guerra, por ley los miembros del Parlamento Intergaláctico tenemos prohibido abandonar el sector D0.

- Además – agregó otro – por los microchips de rastreo, si lo detectan saliendo del área de resguardo podrían detenerlo y desvincularlo de su cargo o peor aún, hacerlo "desaparecer".

Luego otro senador de la oposición dijo:

- Y para colmo si tratamos de adulterar el chip de inmediato se enviará una alerta a lo largo de todo el espacio Federal y las autoridades nos reprenderán.

Entonces Heobat respondió:

- Bueno esos son detalles menores que el Emperador Black no tenía por qué saber, pero tampoco crean que me he olvidado de esos riesgos, además el Imperio aún no está lo suficientemente cerca como para realizar un escape seguro, aunque no me molesta la idea de esperar un poco más, la paciencia tiene sus recompensas.

De pronto Heobat recibe una transmisión de un asistente:

- Señor Heobat por favor repórtese en el módulo AX-12, Bahía de embarque número 3.

- Voy para allá – contestó Heobat para luego decir a sus colegas – Señores, me despido.

- Adiós Sir Heobat... Ojalá no sea nada malo... - dijeron los demás senadores.

- Eso espero – dijo el senador.

Luego de eso Heobat abandona al grupo y toma un transporte para dirigirse al módulo AX-12, una vez ahí el viejo senador desciende y comienza a caminar hacia la Bahía de embarque número 3, en dicha bahía se hallaban 2 guardias esperándolo:

- Buenas noches, caballeros – dijo el viejo senador.

Los guardias no contestan y solo se limitan a hacerle una reverencia para acto seguido darle la pasada a su transporte, entonces dentro del transporte un asistente le dice:

- Buenas noches, señor Heobat:

- Buenas noches, podría saberse ¿Para qué me citaron? – preguntó Heobat.

- Por supuesto, Sir Heobat, la razón por la cual lo citamos es porque Lord Mabus así lo exige – dijo el asistente de forma cortante.

Con evidente duda y un creciente nerviosismo Heobat preguntó:

- ¿Lord Mabus? ¿Y para que me quiere?

- No nos especificó aquello, Sir Heobat solo dijo que lo trasladáramos al sector F-5 por un asunto urgente – dijo el asistente.

Confundido Heobat preguntó:

- Sector F-5 ¿Esa no es la zona de pruebas de armamentos?

- Así es, pero insisto que los motivos no los explicó – contestó el asistente.

- ¿Y qué hay con la prohibición de salir del sector D0? – inquirió Heobat.

- Respecto a eso, el amo dijo que con usted se haría una excepción – dijo aquel asistente.

Heobat comenzó a tragar saliva, nervioso por el posible destino que le esperaba.

De vuelta en el frente de batalla superior.

Luego de unas horas de batalla conseguimos derrotar a todos los robots, pero lamentablemente surgió un nuevo problema y estos eran los civiles que seguían peleando contra nosotros, de hecho en más de una ocasión unos cuantos civiles se nos amotinaron, pero luego de luego de combatirlos los derrotamos aunque debo reconocer que hubieron más bajas de lo que imaginé, pero lamentablemente el salvajismo con el que atacaban nos obligó a matar unos cuantos, luego de eso establecimos la ley marcial y procedimos a tomar de prisioneros a todos los civiles en sus hogares, pero al buscar dichos hogares nos dimos cuenta que en este planeta los civiles no vivían en casas sino en guetos en una condiciones insalubres y de extremo hacinamiento ellos vivían en la inmundicia misma, los niños completamente desnutridos y los ancianos postrados literalmente pudriéndose en vida repletos de hongos, infecciones y demás enfermedades, había gente mutilada presumiblemente por accidentes en sus trabajos quienes tenían sus muñones agangrenados y putrefactos, entonces al ver el deplorable estado en el que se hallaban esas personas les pregunté por qué defendían con tanta devoción a la Federación y la respuesta que me dieron nos indignó bastante. Varios de esos civiles confesaron que el motivo de su resistencia era porque sus "amos" les prometieron aumentar la ración diaria de alimento entre otras cosas si demostraban plena lealtad a la Federación, luego de eso decidí salir a reunirme con Kale y Zamasu para decirles:

- Es peor de lo que pensé, esta gente vive en la inmundicia misma.

- Pobrecitos – dijo Kale.

- Esos malditos de la Federación tienen pagar por esto – reprochó Zamasu.

- Contactaré con el resto de la flota para que envíen ayuda humanitaria a los sectores conquistados, está gente no puede seguir así – declaré con indignación.

Luego de eso contactamos con la flota Imperial solicitando ayuda humanitaria para el sector, por mientras también aproveché de reunir a la población civil en la plaza central de la ciudad para darles un pequeño sermón e informarle respecto a su suerte, una vez reunidos les dije:

- Ustedes han sido engañados, pero no los culpo, lamentablemente a la Federación no le importa su bienestar ya que de ser ese el caso al menos se hubieran preocupado de darles un entrenamiento militar decente, provisiones y armamento apropiado para enfrentarnos en lugar de entregarle solo falsas expectativas, con eso no se gana una guerra, pero no se preocupen, no los mataremos ni mucho menos los esclavizaremos, ahora están en buenas manos y nos aseguraremos de entregarles toda la seguridad, el bienestar y la dignidad que se merecen como personas.

La gente simplemente asiente temerosa y yo continuo:

- Pero ya no será necesario que vuelvan a esos guetos inmundos, en estos momentos estamos trayendo ayuda humanitaria para el sector, tales como viviendas para que ustedes puedan establecerse, medicinas, provisiones y demás ayuda, también nos haremos cargo de sus enfermos, ancianos y niños, así que no tienen nada más que temer, ahora están bajo la protección del Imperio Infinito.

En ese momento al centro de la plaza hice aparecer un monolito de obsidiana gigante con la Constitución Imperial tallada en este como símbolo que de que ese mundo ahora estaba bajo el dominio Imperial.

Minutos más tarde de ese pequeño sermón comenzaron a llegar las primeras naves de la flota con ayuda humanitaria mientras la gente hacía fila para recibir su paquete de provisiones los cuales eran cajas con cápsulas que tenían de todo, por otro lado los médicos de campaña atendían a los enfermos, no obstante admito que al principio costó organizarlos ya que era tal la desesperación de la gente que muchas veces solían colarse en las filas y pelearse por recibir su caja de ayuda o ser atendidos primero, pero luego de unos minutos logramos tomar las riendas del asunto y todo terminó saliendo bien, salvo por algunos incidentes aislados, incluso Kale encontró un pasatiempo hablando con los niños del planeta:

- Y así fue como mi hermana y yo pasamos de ser unas delincuentes a ser parte importante de la realeza Imperial – dijo Kale.

- Wow, otra vez, otra vez... - pidieron los niños.

- Está bien, se las contaré otra vez – sonrió la saiyajin.

En eso yo aparezco y le digo a Kale:

- Veo que te diviertes con los niños.

- Oh, Black ¿Desde cuando estás aquí? – preguntó ella.

- Desde hace 30 segundos – contesté.

Al verme uno de los niños dijo:

- ¡Miren es el Emperador Black!

De inmediato los niños de amontonan para abrazarme y yo les correspondo entonces uno de ellos dice:

- Usted es muy fuerte... Vimos como apareció y derrotó a ese robot... Vino haciendo ¡Swush! Luego hizo ¡Pum! Y después ¡Bang! Y el robot salió volando...

- ¡Si es increíble! Pero la señorita Kale es también es muy fuerte – dijo otro niño.

Kale se sonrojó de ternura, luego otro niño dijo:

- Eso es porque son saiyajin.

- Cuando sea grande quiero ser como ellos – dijo otro niño.

- Pero eso es imposible – agregó el primer niño – los saiyajines son una raza guerrera solo ellos pueden ser así de fuertes.

En eso el segundo niño se entristece un poco a lo cual Kale le dice al primer niño:

- Oye no le digas eso.

- Oh perdón señorita Kale – dijo aquel niño.

Luego Kale se dirige al niño cabizbajo para decirle:

- Tranquilo, tú serás muy fuerte amigo.

- ¿Enserio? – preguntó el niño recuperando la esperanza.

- Claro – dijo la saiyajin agachándose para decirle – el poder no es solo una cuestión de razas, sino también de esfuerzo por ser cada día mejor y de creer en ti mismo.

- ¿Creer? – se preguntó aquel niño.

Entonces Kale le dijo:

- Así es amigo, nadie debe decidir lo que quieres ser más que tú mismo y para eso debes creer que puedes hacerlo y también hacerlo.

- Gracias, señorita Kale – dijo el niño contento e inspirado.

- Recuerda amigo, nada es imposible – dijo Kale abrazándolo.

Las palabras de Kale me conmovieron al punto de soltar una pequeña lágrima, entonces llega Zamasu y me dice:

- ¿Qué hacen?

- Oh... Zamasu ¿Desde cuando estás aquí? – le pregunté.

- Desde hace 30 segundos más o menos – dijo el shinjin.

De inmediato los niños lo reconocen diciendo:

- ¡Oigan miren! ¡Es el tipo verde!

- Él también es muy fuerte – dijo una niña.

Los niños corren a abrazarlo y Zamasu se aparta un poco, pero yo le digo:

- Descuida, son solo niños.

- Tsk... Las criaturas más letales del universo – dijo el shinjin.

Todos reímos y luego Kale me pregunta:

- Por cierto ¿Qué necesitabas Black?

- O cierto, lo que quería era avisarte que te prepararas para salir al sector B7.

- Oh claro – Kale se pone de pie.

En eso un niño pregunta:

- ¿A dónde va señorita Kale?

- Debo irme al frente de batalla junto con Black – dijo la saiyajin.

- Y ¿Nos volveremos a ver? – preguntó el niño.

- Claro que nos volveremos a ver, estoy segura de eso – dijo Kale para luego voltearse algo triste.

Luego de eso nos despedimos de los niños y nos juntamos afuera, entonces Zamasu dijo:

- Pobres niños, son tan inocentes que no comprenden el horror de la guerra y de este régimen.

Kale agregó con tristeza:

- A pesar de todo están siempre con una sonrisa en sus rostros.

Y yo dije:

- Así son las cosas, ellos no lo entienden, pero al final son los que más sufren, por eso muchas veces los adultos no demuestran esa inseguridad para no alarmarlos.

- Al final viven en una mentira piadosa – dijo Kale reflexiva.

- Bueno... Debemos continuar si queremos liberar a toda esta gente de este calvario – dije seriamente.

Ambos asienten y Zamasu y yo nos retiramos para preparar nuestras cosas, pero de pronto me doy cuenta de que Kale se había quedado parada cabizbaja pensando, entonces regresé con ella, luego de eso ella levantó su mirada y nos miramos un rato, de pronto y sin previo me abraza poniendo su cabeza en mi pecho y estalla en llanto mientras dice:

- ¡No quiero dejarlos amor! ¡No quiero dejarlos con una promesa que no se cumplirá! ¡No quiero! – dijo Kale entre llantos.

Yo la abrazo mientras evito llorar, entonces le dijo con un nudo en la garganta:

- Yo tampoco quiero dejarlos mi amor, pero lamentablemente esto está recién comenzando y debemos terminarlo rápido.

- Lo sé, lo sé... Todos esos niños... Huérfanos... Por culpa de ese viejo maldito – sollozó Kale.

Abrazo más fuerte a Kale y le digo:

- Juro que haré todo lo posible por arreglar todo esto Kale y para hacer pagar a Mabus Herzog.

Mientras tanto por el lado de Zamasu, este se queda sentado en una roca pensando:

- "¿Por qué los dioses no intervienen? ¿Cuánta maldad y dolor deben causar los mortales para que intervengan? ¿Cuánto más deben padecer para que hagan algo?"

Luego de reflexionar un rato nos retiramos del lugar de vuelta a nuestra nave, entonces le dije a Kale:

- Tranquila, cuando toda esta locura termine te prometo que volveremos a ver a esos niños.

- Gracias Black, espero que así sea – agradeció Kale abrazándome con fuerza.

Yo correspondo al abrazo mientras le digo:

- Así será, te lo prometo... Y prometo también pasearme por todo el Imperio con la cabeza de Mabus para que la gente haga lo que quiera con ella.

A lo cual Zamasu agregó:

- Ese hombre se merece como mínimo la inmortalidad para ser torturado eternamente y quizás ni con eso será suficiente para pagar por todos sus pecados.

- Concuerdo contigo Zamasu – le dije - ¿Inmortalidad como castigo? Esa es una interesante idea – pensé detenidamente.

Después de llegar a la nave esperamos a que llegaran un par de escuadrones para que protegieran el planeta y una vez establecidos hicimos los preparativos para saltar a la hipervelocidad con mi escuadrón el cual decidí nombrar como "Escuadrón Libertador" ya que esa sería nuestro principal rol combatir y liberar a los mundos sometidos al yugo Federal.

Por su parte en el sector F-5:

El transporte de Sir Heobat estaba llegando a la órbita de un planetoide metálico de aproximadamente 50 km de diámetro, que se hallaba orbitando alrededor de un gigante gaseoso.

Entonces Heobat le dijo a uno de sus sirvientes:

- ¿Eso es un Devastador de Mundos?

A lo cual el asistente responde con una mirada retorcida:

- Así es... Señor – haciendo una pausa incómoda.

- ¿Y con qué propósito me trajeron hasta acá? – preguntó Heobat.

El asistente no responde y a Heobat no le queda de otra que mantenerse mudo tragando saliva por los nervios, por su parte el transporte continúa su camino hacia el ecuador del planetoide en el cual de encontraban los hangares, una vez ahí ingresa hacia el interior de este aterrizando finalmente, en ese momento son recibidos por el Almirante a cargo del planetoide:

- ¿Almirante Toru? – preguntó el viejo senador.

- Sir Heobat, cuanto tiempo sin vernos – correspondió el almirante.

- Así es – dijo Heobat con algo de alivio.

- Bueno, pase por aquí por favor – dijo el almirante Toru – Lord Mabus está ansioso por verlo.

- ¿Lord Mabus está aquí? – preguntó Heobat.

- Así es viejo amigo, pero no en persona obviamente – dijo el almirante.

En eso Heobat pensó:

- "¿Habrá sospechado de mí traición?"

Luego de recorrer los pasillos llegaron a una habitación en la que se encontraba un escritorio con una silla alta dando la espalda hacia una gran ventana desde la cual se encontraba un planeta, de pronto se escucha una voz distorsionada:

- Bienvenido Sir Heobat.

- ¿Lord Mabus? – preguntó Heobat.

La silla se da vuelta mostrando una proyección holográfica del susodicho, pero encapuchado el cual dijo:

- Así es – sonriendo.

- ¿Y qué es lo que se le ofrece mi Lord? – preguntó Heobat.

- Simplemente quiero hacerle una pequeña demostración de lo que sucede con aquellos que osan traicionarme – dijo el encapuchado.

Heobat intentando mantenerse firme pregunta:

- ¿Traicionarlo? ¿Pero de qué está hablando? Creo que esa lección no es para mí, yo he trabajado fielmente para usted durante más de 50 años.

- Lo sé, pero yo nunca dije que usted fuera el traidor – aclaró Mabus.

El senador se tranquilizar y Mabus agrega:

- Pero uno nunca sabe cuándo tus más fieles servidores pensarán en traicionarte así que prefiero tomar medidas preventivas.

- ¿Cómo una advertencia? – preguntó Heobat.

- Correcto, una advertencia – sonrió Mabus para luego agregar – y de paso el debut un nuevo método que me permitirá "explotar" con mayor facilidad los recursos mineros de los planetas.

- ¿Ok? – dijo Sir Heobat confundido.

Luego Mabus le dice a su viejo amigo:

- Por cierto, Sir Heobat ¿Ve aquel planeta frente a usted?

- Por supuesto – contestó Heobat confundido.

Entonces Mabus procede a explicar su idea:

- Bueno aquel planeta ha sido minado durante décadas para obtener la misma cantidad de metal que consigues minando un asteroide durante un par de meses.

Heobat asiente y Mabus continúa:

- Y cómo usted se habrá dado cuenta minar un planeta con el viejo método no es rentable si consideramos que la mayor parte de la riqueza de un mundo se halla en su núcleo.

- Eso es muy cierto – aseveró Heobat.

- Y supongo que también sabe que la forma más fácil de exponer el núcleo de un planeta es por medio de una gran explosión – dijo Mabus.

En ese momento Heobat comienza a hilar los cabos del plan de Mabus diciéndole al magnate:

- Entonces ¿Usted piensa usar a los devastadores de mundos para exponer el núcleo de los planetas y así minarlos más fácilmente?

- Brillante Sir Heobat, por eso usted es uno de mis mejores sirvientes – lo elogió Mabus Herzog.

- No hay de qué mi Lord – dijo el senador algo confundido.

De inmediato Mabus ordenó:

- Almirante Toru.

- Si amo – contestó el almirante.

- Apunte el superlaser al planeta para dar inicio a las pruebas – dijo el magnate.

En eso el almirante cuestionó:

- Pero mi Lord ¿No evacuaremos a los esclavos que aún están trabajando el planeta?

A lo cual Mabus contestó con indiferencia:

- Es una orden.

- Está bien señor – contestó Mabus a regañadientes.

No obstante, Heobat también cuestionó la decisión de Mabus:

- Pero señor, hay millones de inocentes ahí, en especial ancianos y niños.

- Lo sé – dijo Mabus – pero si no estuvieran en el planeta no sería una lección Sir Heobat, no tendría el suficiente impacto psicológico para usted.

- Pero sacrificar a millones de inocentes por una simple lección de lealtad me parece excesivo, por no decir injusto – cuestionó Sir Heobat.

Heobat miró fijamente a los ojos de Heobat detrás de las sombras de su capucha para contestarle:

- Como también lo es entregar información fallida, yo le ordené contactar con el Imperio para sacarle toda la información necesaria para nuestros planes y evidentemente falló.

Sir Heobat guardó silencio y Mabus continuó:

- Por cierto, Almirante Toru asegúrese de disparar con solo el 1% de la capacidad total.

- ¿Qué? – preguntó Heobat.

- La idea es que lo disfrute en detalle – sonrió Mabus.

Por mientras en la sala de operaciones:

- Preparen ignición primaria de reactores, solo 1%

- Entendido señor, solo 1% - dijeron los operarios quienes comienzan a teclear y manipular palancas y monitores.

Volviendo con Mabus y Heobat:

- Espero que con esto entienda su posición señor Heobat y que toda actuación o decisión tiene un precio ¡Guardias!

En ese momento unos androides inmovilizan a Heobat y una voz altoparlante dice:

- Superlaser cargado a solo 1% de su capacidad, objetivo en la mira, estamos listos para disparar señor.

- Excelente – sonrió Mabus para luego dirigirse a Heobat – espero que la imagen que está por ver se grabe en su mente para siempre Sir Heobat...

El holograma de Mabus voltea hacia la ventana donde se apreciaba aquel planeta para luego decir:

- ¡Fuego!

Heobat solo gritó con impotencia:

- ¡NOOOO!

Después de todo ese proceso una poderoso rayo verde salió desde el ojo central del planetoide dando de lleno en el planeta que tenía enfrente rostizando su atmosfera al instante y agrietando la superficie de la cual comenzó brotar el magma proveniente del manto del planeta mientras terremotos apocalípticos destrozaban los continentes del planeta hasta que luego de 30 segundos el planeta se convirtió en una bola ardiente y agrietada con un enorme agujero en la zona de impacto que cual se hacía más grande a cada segundo mientras la corteza fundida se desprendía seguida del manto superior y luego del inferior y así hasta llegar al núcleo, finalmente lo que alguna vez fue un planeta junto a sus millones de habitantes fueron reducidos a un campo de asteroides incandescentes que poco a poco se fueron apagando de la misma forma en que lo hicieron las almas de sus habitantes segundos atrás, entonces un silencio de ultratumba invadió el lugar y Heobat cayó de rodillas impotente por el genocidio que había presenciado, entonces Mabus dijo:

- ¿Por qué te importan tanto esas vidas? Esa gente solo nació para sufrir y yo les di un escape, al menos ya no tendré que mantenerlos.

- Usted... ¡Usted es un maldito! – gritó el senador.

- La vida no es justa Sir Heobat – dijo Mabus – solo la gente con dinero puede decidir su destino libremente... Y también el de otros – sonrió.

Heobat se encuentra cabizbajo y Mabus agrega:

- No es para tanto, veámosle el lado bueno, ahora solo tendremos que esperar a que los fragmentos se enfríen para después recolectarlos y refinarlos jajaja.

El viejo senador hace una pausa para después alzar su mirada al holograma de Mabus y decir:

- Entonces, supongo que eso es todo ¿Verdad?

- Oh no, supones mal viejo amigo, aún no terminamos con las lecciones – rio Mabus.

- ¿Eh? – preguntó Heobat.

- Lo de recién fue solo una pequeña lección sobre como maximizar la eficiencia en la explotación minera – dijo Mabus – la verdadera lección de lealtad comienza ahora, para ello tengo mente usar como siguiente blanco un planeta muy especial del sector C4, un planeta también minero como el que acabo de destruir.

Al oír ese sector Heobat abre los ojos sorprendidos y piensa:

- "¿Sector C4? Mi sector, pero si en ese sector casi no hay planetas mineros salvo"

Y Mabus continúa:

- Es un planeta muy conocido, si mal no recuerdo su nombre era – haciendo una pausa dramática – Mitt.

Heobat simplemente quedó helado al escuchar que el próximo objetivo sería su planeta natal, entonces sin dudarlo se quita a los androides de encima y se abalanza contra el holograma de Mabus con impotencia mientras dice:

- ¡Eres un hijo de puta! ¡Rata miserable! ¡Con mi planeta no!

El holograma de Mabus simplemente ríe a carcajadas mientras los androides inmovilizan a Heobat de sus brazos propinándole un puñetazo en el estómago para dejarlo algo aturdido, entonces Heobat dice:

- Debiste haber pensado en las consecuencias antes de siquiera pensar en traicionarme, viejo amigo ¡Almirante Toru! – ordenó Mabus.

- Diga señor – responde el militar.

- Ponga rumbo al planeta Mitt y ordene un bloqueo al planeta para asegurar nuestra llegada y también evitar que la gente huya – sonrió el encapuchado.

Luego de eso Heobat mira a su viejo amigo Toru y le niega con la cabeza para que no lo haga y Toru lo mira de vuelta con rostro de arrepentimiento y Mabus agrega:

- ¿Acaso no fui claro, soldado? ¡Obedece!

- Eh... Sí, sí señor... Enseguida lo hago, señor – dijo Toru algo confundido.

En eso Mabus ordena a uno de los androides propinarle otro golpe a Heobat quien cae inconsciente, entonces el magnate dijo:

- Muy bien, que los guardias lleven al traidor a su celda hasta que hayan llegado al planeta Mitt, es todo.

Los androides asienten, luego el holograma desaparece y Heobat es llevado a la prisión, por mientras Toru da la orden para realizar el hipersalto hacia el planeta Mitt, pero después de todo lo que había visto y hecho comenzó a reflexionar respecto a aquello durante su viaje.

De vuelta en mi frente de batalla:

Mi escuadrón "Libertador" ya iba en camino hacia el sector B7 planificando nuestras estrategias con los chicos y mis soldados, cuando de pronto sentí una molestia que me hizo levantarme del lugar y caminar hacia la ventana mientras observaba las estrellas pasando rápido por nuestro lado, esto confundió un poco a los presentes en especial a Kale y Zamasu quienes de inmediato se pusieron de pie para ver cómo estaba, entonces Kale me preguntó:

- ¿Ocurre algo amor?

- Así es, Kale, tuve un extraño presentimiento, sentí como millones de voces aterradas eran silenciadas de golpe.

- También lo he sentido – se dio cuenta Zamasu.

- Es verdad – concordó Kale – fueron muchas pequeñas energías desapareciendo en un lugar lejano.

En ese momento dije un poco preocupado:

- Solo espero que no sea – pensando en Demigra – No, no pudo ser él, o si no hubiera sentido su ki, seguramente fue la Federación, tal vez se trate de una superarma o algo por el estilo.

- Es probable – dijo Zamasu – de otro modo no me explico cómo han desaparecido tantas energías sin que se haya sentido ningún ki poderoso en las cercanías.

- Esos malditos – dije con molestia - ¡Capitán!

- Diga, mi Lord.

- ¡Ponga los motores al máximo, debemos acelerar el paso o no llegaremos nunca! – ordené.

- ¡Enseguida, señor! ¡Motores al máximo! – ordenó el capitán.

- ¡Como ordene capitán! – dijeron los oficiales

Los oficiales comienzan a teclear el panel de control, entonces Zamasu me dice:

- ¿No sería más rápido usar la teletransportación para llegar a la capital y conquistarla de una vez?

Sorprendido dije:

- No puedo argumentar contra esa lógica ¿O sí? Si lo es, pero me verían más como un criminal golpista que como a un libertador ya que la mayoría de los civiles de la Federación tienen una mala imagen de nosotros, entonces si bien es la opción más fácil no es la mejor estratégicamente hablando.

Kale por si parte dijo:

- Entonces tú quieres hacerlo de la forma normal para "darnos a conocer a los civiles" como los buenos.

- Exacto y también para no meterme en problemas con tú sabes quién – pensando en los dioses y los ángeles.

- Vaya, tú sí que piensas en todo – dijo Kale.

- Gracias – contesté – lo que sucede es que gran parte del éxito en una guerra yace también en lo propagandístico.

- Pues no puedo argumentar contra esa lógica – rio Zamasu.

Todos reímos por la situación y continuamos con nuestro viaje al sector B7.

Continuará...

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