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Capítulo 5.

1,2, Jepri renace,
3,4, Kephera despierta,
5,6, Ra se eleva,
7,8, Tem se oculta,
9,10, Jnum se va,

Cantaban dos niñitas a la orilla de un río. Su piso era una especie de escalera de piedra tallada que bajaba al río, mas al paisaje era una clase de jardín semiacuatico, el paisaje natural de flores y árboles que lo rodeaba daba belleza al esplendoroso lugar fértil, las aves daban vida al aíre  y el agua, ibis[1] posaban entre los arcoiris de flores de loto[2] flotando en el rio, el canto de las ranas llenaba el vacío del lugar, el sol parecía ser el farol de tal paraíso que parecía no tener cielo. Pero la verdadera alegría del lugar surgía de las dos preciosas niñas que jugaban con sus manos. Ambas eran de piel morena con rasgos árabes-africanos, su pelo era negro con reflejos azules, su complexión física era idéntica, sin embargo había ciertas diferencias en su apariencia. Una de ellas tenía el pelo chino sobré los hombros, su vestido era verde con decorados dorados y sus ojos eran tan amielados que semejaban al sol. La otra tenía el pelo mas ondulado, su vestido era como el otro solo que se sustituía el azul por el amarillo y sus ojos eran coloridos, su iris resaltaba amielado como la otra pero sus orillas eran verdes como esmeraldas.

11,12, devuelta empieza.

Al final de la canción las niñas se abrazan riéndose contentas.
-Siempre seremos mejores amigas.
-Para siempre, hasta el fin de los tiempos.
Y se ríen dulcemente. No querían soltarse, deseaban que ese momento fuera eterno. Pero la  pequeña de los ojos coloridos pronto cambia su expresión un poco preocupada.
-Pero, -dice separandose -¿y sí nos separamos?
-¿Por que nos separariamos?- dijo la otra confundida.
-Papá dijo que algún día tendremos que tomar nuestra propia ruta, y si nos alejamos, y si nos olvidamos.
-Eso no pasara, nunca me olvidaría de ti.
-Pero y si yo me olvido de ti.
Las pequeñas se quedan viéndose en silencio unos segundos, la idea de no estar juntas para siempre las hacía añicos. Se querían mucho como para sobrevivir sin la otra.
-¡Ya se! -dijo la pequeña de ojos amielados- tus ojos, -la otra niña no parecía entender- te reconocere por tu mirada, -luego toma las manos de la otra niña viéndola a los ojos con una sonrisa -compartimos los mismos recuerdos y al vernos a los ojos veremos nuestros momentos juntas.
La otra niña pronto recupera la alegría, alza su mano izquierda
junto con su amiga en muestra de juramento.
-Juro que si te pierdo te buscaré en tus ojos y tu me reconoceras por los míos.
-Y yo juro que si te pierdo te buscaré en tu mirada y tu me reconoceras por la mía.
Con eso las pequeñas se abrazan fuertemente llenas de felicidad, el momento no podía ser mas conmovedor. Sabían que ya nada podía arruinarles su felicidad, habían hecho un juramento que lo aseguraba.
La pequeña de ojos coloridos abraza fuerte a su amiga, sus manos se hundían entre la tela del vestido de ella, cada vez sentía como la piel de la pequeña se alejaba mas de sus manos, por lo que la abrazaba cada vez mas fuerte. Al final ya no sentía a su amiga, término abrazandose a ella misma. Era como si se hubiera esfumado en el aire. La pequeña se petrifico de lo ocurrido, volteaba a todos lados buscando a su amiga mortificada.
-¿Donde estas? -dijo tímidamente -si es un juego no me gusta- daba vueltas en su lugar tratando de encontrar alguna señal de ella- ¿¡Donde estas!?
La niña quería llorar, se sentía sola y abandonada, aquélla alegría que antes abundaba en ella había escaseado. No lo resistió, empezó a llorar cayendo de rodillas frente al río.
-Dijiste que no me olvidarías- dice casi ahogandose con su llanto.
La pequeña se lleva las manos a la cara sumisa. No tarda mucho en sentir que sus piernas están húmedas. Piensa que no pudieron ser sus lagrimas, aún no recorrían todo su cuello. Con temblor quita sus manos de la cara, el río había crecido asta ella llegandole a la cadera y seguía creciendo. Él vestido se alzaba en el agua, luego se tornó lentamente rojo seguido del agua, el color se esparcia rápidamente por todo el río. Cuando la pequeña toca el agua esta es espesa y huele mal, como sangré. Algunos peces y otros animales del río salieron flotando, mientras algunas aves volaron en masa del río y el jardín. La pequeña se atemorizo y salió del agua desesperada, trepó por los escalones que conducían al río a toda prisa. Pero cuando sus pies descalzos tocaron fuera de esté, el pasto se marchito bajo sus pies. Sin tiempo para aterrarse se dio cuenta quel agua roja crecía rápido, corrió por el jardín llena de miedo, cada paso que daba marchitaba mas el pastó. Cuando llegó al primer árbol y lo tocó por accidente, se marchito como si fuera una pequeña planta, los otros árboles lo imitaron sin haber sido tocados. El resto del jardín se marchitaba con el paso de la niñita, atrás de la pequeña el agua se llevaba la vegetación muerta. Pronto todo el jardín se volvía seco, los animales que en el había se chupaban desdé adentró hasta ser esqueletos secos. La pequeña corría a la dirección del sol, gritaba del terror, sus piernas le dolía de tanto correr, su hermoso jardín se volvía un desierto estéril a su caminó y delante, la niñita empezó a caerse en las arenas del desierto.
Lanzaba gritos que retumbaban por los montículos de arena, trepó por uno grande que se acercaba al sol. Sus lagrimas escurrían por su cara, estaba toda manchada y sucia, chillaba sin control. Veía el sol sobre ella cada vez mas potente, al llegar a la cima el sol estaba sobré ella. Del centro se formaba una figura, parecía humana, como una mujer. Era como el fuego, el resto de su cuerpo era difícil de definir por su luz, tenía la cara baja, sus cabellos se agitaban como llamaradas sin consumirse, se sentía una indescriptible atracción por verla. Cuándo alzó la cara para ver a la niña, aquella atracción se volvió terror. El rostro de la mujer era feroz, sus ojos la veían con muerte de color amarillo, como los de un animal; al abrir su boca mostró colmillos tan blancos como la nieve, sus mejillas se expandian en su cara mostrando algo semejante a una sonrisa pero nada carismático, sino letal, su mirada era de odio penetrante a toda criatura. Su calor y luz eran tan poderosas que la pequeña no lo resistió y cayó al otro lado del montículo. La caída era larga y empinada. Rodaba por la arena hasta el suelo arenoso, tras ella una enorme ola de sangré golpeó la pared del montículo, dándole tiempo de dar su último grito antes que la ola le cayera encima ahogándola. Lo último que vio fue la mirada de esa mujer.
-¡¡¡NOOO!!!-grito saltando de mi cama.
Me desperté en mi cama alterada, pase una mano por mi cara y luego otra. Estaba sudando como nunca, no dejaba de temblar. Jamás había despertado de esa manera, mucho menos estar en esté estado. He tenido muchos sueños raros como este...pero nunca como este. Normalmente no se si son simples sueños o pesadillas, simplemente me son sueños, este sin duda debió ser una pesadilla...un sueño horrible. Pero lo mas raro de esté sueño fue la mujer, nunca jamás la había soñado antes, no tenía idea de quién era, como le apodaria, no sé, ni quiero soñarla otra vez. Aún recuerdo su mirada, esa letal mirada de "muérete", creó que jamás la olvidaré. Quise calmarme pero fue inútil, mis manos estaban pegadas a mi cara, respiraba con dificultad cada momento.
-Sólo fue un sueño,-me dije-no fue real.
Cuándo me quité las manos de mi cara me percate que era de noche, además ya había vuelto la luz al lugar, de la calle se escuchaban ruidos de los vehículos, algo típico de Nueva York. Me acerque a la ventana, para mi sorpresa era un caos automovilístico allá abajo, mas de lo usual. Luego recordé todo lo que había pasado: Cheshire, la caja, las cosas raras que pasaron sin darme cuenta ¿Fue real? Y mis extraños síntomas ¿Que me paso o me pasa?
-No-me exigía-, debí perder otra vez la memoria...¿qué me está pasando?
Mientras meditaba un ruido se escuchó de afuera del cuarto. Vi una sombra pasar por la luz bajo de la puerta. Algo raro porque estaba sola. O no. Llegué a la puerta y giré la manija lentamente, al abrir la puerta todo en la casa perecía normal, si mal recordaba la casa era un desastre pero todo estaba en su lugar, excepto por algunas cosas desaparecidas o algo rotas. Cuando llegue a la sala vi que la caja ya no estaba. El ambiente, no se, no era el mismo, no para mi, era como si no estuviera tranquila ni segura, esto me puso los nervios alertas. . Cuando me di la vuelta a la cocina, hay estaba el. Cheshire. Estaba caminando en dos patas sobre la mesa taradeaba una canción mientras acomodaba unos platos. Solamente lo estoy viendo sorprendida, hasta que se da la vuelta, cuando me ve ambos nos miramos atónitos. Estuvimos así por unos segundos sin mostrar señas de movimiento.
-Heee...miau-dice imitando un maullido. Iba a gritar pero Cheshire salta sobre mi tapándome la boca-. ¡No!-me advirtió. Yo lo tome con mi mano y lo tire de golpe contra el piso alterada. Y limpiándome la boca-. ¡Oye! para que te lo sepas, soy un gato higiénico e hipoatagenico-me dice ofendido.
-Hipoalergenico.
-¿Que?
-Es Hipoalergenico-le corregi.
-Y yo ¿que dije?
-Hipoatagenico (en serió estoy  corrigiendo a un gato)-sacudo mi cabeza por esa idea-. Alto, tu...-cuando me di cuenta lo perdí de vista-¿Cheshire?-pregunte  buscándolo.
Ahora desapareció. No se porque eso me deja parada en dónde estoy, simplemente en mi cabeza pienso en Cheshire ¿donde se había metido? Volteo a todos lados, algo me impulsa a estar alerta de su presencia. De la nada algo me toca la pierna que me hizo sobresaltar. Cuando volteo no hay nada, solo me alerto mas. Alcanzó a ver algo moviendose bajo la mesa de color negro, me acerque para luego agacharme y comprobar que era Cheshire, pero esté se fue corriendo a la sala en cuanto me vio.
-¡Espera!-le grite. Tenía la sensación de que tenía que agárralo por lo que lo seguí a la sala. Cheshire saltó en los sillones reuyendome sin aser ruido-. ¡Ven aquí!-le ordene pero no me obedeció. Al ver que así no lograba nada tomé un cesto de papeles que tenía cerca, en el momento justo me lance al gato y lo atrape-. ¡Te tengo!-exclamé victoriosa.
-¡Ay! Karma-exclamó molestó tratando de salir.
-No irás a ningún lado.
-Te parece-dice sarcástico-. Si no me liberas yo...he...yo, a quién quiero engañar no puedo hacer nada en este estado.
-Te parece-le digo. El no dijo nada.
Tenía a Cheshire ¿y ahora que? ¿Que hago con un gato parlante atrapado bajo una canasta? No se ni que ocurre, hace rato todo era un caos, me pierdo por...¿cuanto tiempo estuve dormida? El reloj de la sala ya no esta al igual que muchas cosas. Parecía que en mi ausencia se intento restablecer las cosas, y solo había una criatura que sabía que lo que pasaba. Tengo que saber que fue lo que paso asé rato, en especial que me sucede y hace que me comporte tan raro, me estoy inquietando ¿por qué?
-Dime que esta pasando-le exigi.
-Hagamos un trató, tu me liberas nos calmamos y hablamos de ésto mas tranquilos-dijo el. (¿Puedo confiar en un gato?)
-Como se que puedo confiar en ti, o que no saldrás corriendo otra vez.
-No lo haré.
-¿Por qué te creería?
-Porque yo no miento- me dijo algo ofendido.-Además, he estado con tigo toda tu vida (Estoy reconsiderado esa idea)...¿crees que pueda ocultarte algo?
-Tal...tal...vez (¿por qué tartamudeó?).
-Se que no es sencillo que lo entiendas-dijo compasivo-, pero tiene una explicacion-yo no dije nada-. ¿Sam?
Por dentro algo me impulsaba a creerle, no sé que era pero me obligaba a hacerlo, lo más raro era que me parecía bien. Levanté la cesta despacio. Cheshire estaba sentado viéndome a los ojos, su mirada me parecía tierna, me daban ganas de cargarlo entre mis brazos y llorar. Cada cosa que pasaba sacaba de mi interior algo nuevo, no se lo que es, me hace reaccionar de manera subita a todo y de diferente forma. Solo espero que
Cheshire sepa lo que me pasa.
-Muy bien-dije-, dime ¿qué paso asé rato?¿por qué la calle es un ca

pero fue el quién dio el primer paso a nuestro acercamiento hasta subir a mis brazos y acurrucarse en ellos. Lo abrace débilmente, su pelaje era suave sin suciedad, jamás creí que estaríamos en esa postura, el en mis brazos y yo acariciandolo con mi mano, ambos estábamos disfrutando de la pena del otro.

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