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Sombras

Sukuna paseaba por la habitación de Megumi, la preocupación le carcomía los huesos, los hechiceros son unos inútiles, tienen que tener un plan o no atacarán a los Zenin, cuando hay más de una vida en peligro.

Él tenía un mal presentimiento, tenía miedo de que sucediera lo mismo otra vez, que le arrebataran nuevamente su bendición.

El aroma de Megumi siempre logró tranquilizarlo, por lo menos lo ayudaba a no perder el control y atacar a todas las personas que se cruzarán en su camino.

Su vista paseaba por toda la habitación cuidadosamente,estaba ordenada, demasiado ordenada. Megumi había tenido un tic de limpieza en esos días, se la pasaba limpiando siempre desde la librera, el clóset y el escritorio. No podía ver nada fuera de su lugar porque lo consideraba un desorden. Según Nobara era el síndrome del nido, que era algo normal en los omegas en esa etapa tan avanzada del embarazo y que se ha dado desde el inicio de los tiempos o bueno, eso era lo que decía el internet.

Escuchó como alguien tocaba la puerta, tres veces para ser exactos, la maldición solo levantó una ceja y observó cómo Itadori abría lentamente, la mirada que le daba a Sukuna era algo comprensiva, el alfa odiaba verse débil y más si era con ese mocoso.

Un gruñido salió profundamente de la garganta de Sukuna por la irritación que sentía. También porque técnicamente Itadori estaba entrando en su territorio sin su permiso, pero el beta no parecía consciente de ello. Estaba demasiado preocupado por su amigo para pensar en otra cosa.

— Creo que no es momento aún para hablar — mencionó nerviosamente Yuji.

— No, no lo es — contestó cortante Sukuna sin despegar la mirada en la colección de libros favoritos de Fushiguro.

Itadori cerró rápidamente su boca, lo último que quería era meterse en problemas con Sukuna. Más ahora que estaba casi a su cien por ciento de poder, contando que le arrebataron a su manada, era como tratar con un animal salvaje. Hay que tener cuidado y delicadeza, si no quieres morir en el intento.

— Maki-senpai tiene un plan — comentó lentamente Yuji. Fue todo lo que necesito decir para que la mirada carmesí de Sukuna lo viera con curiosidad. Si la alfa lo ayudaba a recuperar a su familia, la escucharía.

Solo quería recuperar su bendición.

— ¿Por qué tardaron tanto en llegar?

Noaya parecía impaciente cuando comenzaron a llegar los hechiceros de categoría uno. Necesitaba la energía maldita suficiente para hacer sellos con los cuales contrarrestar la energía que emanaba Fushiguro en ese momento, que el alfa teoriza que sería la misma cantidad de energía que poseerá el cachorro.

Algunas omegas femeninas y betas se encontraban en la habitación de un lado a otro, mientras los gritos del omega se escuchaban de fondo.

El parto ya había iniciado y con contracciones demasiado fuertes.

— El chico aún es muy joven para aguantar un parto como este — comenta una enfermera a otra en susurros, para que el alfa no las escuchará. Los gritos de Megumi dejaron heladas a las mujeres, podían sentir como la energía maldita corría por la habitación como si fuera un río. Varias figuras de distintos animales y criaturas comenzaban a proyectarse en las paredes, lobos, aves, serpientes, elefantes, conejos y varias criaturas más, queriendo escapar del reino de las sombras. Era una película de terror lo que ellas estaban presenciando.

— Pongan la restricción, el infierno de esta habitación está iniciando  — dio la orden Naoya, mientras algunos hechiceros se juntaron y usaron su energía maldita para hacer una restricción de lugar, para que la energía de Megumi no saliera de la habitación.

— Ya es demasiado tiempo solo en contracciones — comentó una mujer muy preocupada, que estaba cerca de Megumi, viendo como el omega gritaba sin cesar y las lágrimas salían de su rostro.

— Su vientre es demasiado grande para un solo niño — susurraba otra enfermera, una beta intentaba ponerle algo de morfina al chico que estaba apunto de perder la conciencia por el dolor. Pero la muñeca de la mujer fue sujetada con fuerza por un tercero.

— Al omega no le colocarán morfina ni anestesia, eso liberaría más su energía maldita y eso no queremos ¿Verdad?

La beta solo asintió temblando por las palabras que le dirigió Naoya, palabras crudas y sin empatía.

Pero otro grito de Megumi hizo sobresaltar a los presentes. La energía maldita disminuyó de golpe. Los gritos cesaron, las lágrimas se comenzaron a secar en las mejillas del chico. Nadie sabía lo que sucedió, una enfermera tocó ligeramente el cuello de Megumi, al no recibir más gritos, sollozos o una señal de vida.

La mirada de la joven estaba llena de dolor y tristeza, sus labios comenzaron a temblar, antes de que dijera una palabra, las criaturas proyectadas en las paredes y queriendo escapar, salieron por fin de la prisión de las sombras.


— Una emboscada de frente, es lo que tratas de decir — razonó Sukuna, su voz se escuchaba más tranquila, tan tranquila que daba miedo.

— Exacto, en el primer escuadrón estaría Yuta, Itadori y tú, ustedes atacarán de frente y  Nobara, Inumaki y yo estaremos en el segundo escuadrón, entraremos por una entrada secreta para poder entrar al corazón del clan, así podremos entrar a los calabozos y habitaciones.

Maki había planeado atacar a los Zenin desde pequeña, pero ahora tenía la oportunidad de usar su plan y atacar por fin el complejo del clan.

— Seremos la distracción — hablo Yuta.

— Así, será mi querido Yuta — hablo Nobara complacida por el plan de su novia.

— ¿Y yo qué voy hacer ? — pregunto Panda.

— Panda, Panda, Panda, tú tienes la misión más importante de todas — nadie tenía un buen presentimiento a dónde se dirigía las palabras de Nobara — te quedarás con Gojo-sensei y evitarás que los peces gordos envíen hechiceros para proteger el clan Zenin.

Panda solo asistió con la cabeza.

— Tienes razón, es una tarea muy importante.

— Si lo es.

Hablaron un momento sobre el plan, pero los presentes se quedaron helados por la fuerte presencia que se cernía sobre ellos. Era como la primera vez de Itadori usando a Sukuna o cuando Yuta entró al salón de clases por primera vez.

Pero está presencia era mil veces peor, los vidrios se quebraron de golpe y la energía roja como la sangre comenzaba a hundirlos. Todas las miradas  llenas de miedo se posaron en Sukuna.

La maldición parecía perdida en sus pensamientos, cuando sus cuatro ojos parpadearon al mismo tiempo y se fijaron fijamente en la puerta de la habitación.

Urame estaba allí parado, con la cabeza gacha, su semblante tan frío como siempre. El lugar comenzó a bajar de temperatura hasta que de los labios de Urame salió :

— Ha fallecido Megumi Fushiguro, Sukuna-sama.


Y hasta aquí mi reporte Joaquín

Perdón por tardar en actualizar he tenido otras obras y proyectos pendientes.Como otras obras de Jujutsu kaisen ( algunas siguen en mi mente, otras ya las estoy escribiendo y otras ya están publicadas, así que pueden ir a checar mi perfil)

Pero como buenas noticias :

SALI DE VACACIONES

Y como mala noticia:

Tengo varias ideas para este fanfic y dudo poder hacer todas, pero ya estamos cerca de la recta final.

Espero que disfruten leyendo como yo escribiendo.

Sin más

Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora

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