La tristeza del invierno
Su suspiro se elevaba enfrente de él en una nube blanca como la nieve que tenía a su alrededor, las flores ya sé habían marchitado y el invierno daba la bienvenida despidiéndose tristemente del otoño. Unas lágrimas heladas caen por su mejilla junto con un latido perdido en su corazón.
Vaya... extrañaba a Megumi... extrañaba a su niño de ojos verdes.
Un pequeño medallón dorado colgaba de su mano, era tan pequeño pero en ella tenía una imagen de él junto con los dos pequeños cachorros que adoptó hace años atrás; había sido un regalo de Tsumiki por su cumpleaños... veintinueve y Megumi siempre tendría 17.
— Sensei — Satoru volteo lentamente a la voz que lo llamaba, era Itadori, tenía una linda sonrisa en sus labios junto con una bufanda en su mano derecha — Hace frío y se puede enfermar.
— ¿Creen que el más fuerte necesita algo así para cuidarse?
— Incluso el más fuerte merece ser protegido alguna vez, sensei.
La sonrisa de los labios de Satoru desaparece rápidamente, dejando una mirada melancólica en sus ojos cielo. Era el más fuerte y no había logrado proteger a nadie en su vida. No logró proteger a Riko, a Suguro y a Megumi... ¿De qué sirve ser el más fuerte si no puedes proteger a los demás con ese poder? Todo lo que sus manos tocaban, esa felicidad pasajera era arrebatada por ese estúpido título.
¿El más fuerte?
De qué sirve tener fuerza, poder, recursos, si no puedes lograr salvar a nadie, es como tener una hermosa flor en tus manos y que la llegues a marchitar con tu toque cruel, malvado, como un invierno devastador. ¿Por qué no podía proteger, cuidar y salvar a sus seres queridos?
— Sensei, ¿Está bien? — la mirada preocupada de Yuji hizo que Satoru levantara su mirada, esa misma que era un paisaje invernal en todo su esplendor, la belleza de su mirada estaba mezclada con el mar de arrepentimientos que rodeaban su mente.
"No, no estaba bien"
— Si, lo estoy... — las palabras se quedaron atrapadas en su garganta cuando Itadori lo abrazó con fuerza, como si tuviera miedo de perderlo también, como si el mundo se acabará cuando lo soltara.
Aunque todo era alreves, él, Satoru Gojo, el más fuerte, abrazaba con total fuerza a Itadori, como si lo fuera a perder también, como si esperara que invierno devastador también lo congelará hasta los huesos, pero todo era complemento diferente, Itadori le devolvió el abrazo como si el sol abraza a la tierra en cada amanecer.
Porque él no tenía miedo a congelarse
Itadori no tenía miedo a estar a su lado y padecer. Eso lo hacía sentir bien, lo hacía sentir como si le importara a alguien... alguien que se quedaría a su lado a pesar de todo.
— Sensei, todos estamos aún triste por lo de Megumi, usted no es el único que tiene que cargar con la culpa
— Yo tuve que protegerlo y no lo hice.
Itadori quedó en silencio ante la declaración del alfa, podía ver cómo se formaban lágrimas cristalinas en los ojos de su maestro y él no sabía qué hacer. Simplemente acercó su mano a la Satoru, para darle un pequeño apretón.
— No todo cae sobre usted, es la persona más fuerte pero no siempre significa que puedes salvar a todos — le mostró una pequeña sonrisa, aún recordaba las palabras de su maestro Nanami. Aunque seas el más fuerte, el tiempo, el lugar y la circunstancia siempre estarán en su contra.
Satoru quedó en silencio, no tenía palabras para expresar lo que sentía, bueno, nunca tuvo palabras realmente para expresar su sentir; siempre tuvo que ser perfecto para que los peces gordos no lo vieran como un peón más en su estúpida guerra.
Una sonrisa y una pequeña carcajada escaparon de sus labios dejando a Itadori con curiosidad ante su reacción.
Siempre tuvo que ser el mejor, el más fuerte, pero nunca se detuvo a pensar el porque.
¿Por qué quería ser el más fuerte? Las palabras que Suguro le había dicho en el pasado resonaron en su cabeza.
Eres Satoru Gojo porque eres el más fuerte, o eres el más fuerte porque eres Satoru Gojo.
Ahora no sabía ni quién era en realidad.
— No sé ni quién soy, Itadori.
— Usted es Satoru Gojo, nuestra sensei — Itadori le mostró una sonrisa — Intenta lo mejor para nosotros, aunque nunca sabemos lo que planea. Siempre saltaremos al peligro cuando usted diga.
— Y si no quiero que ustedes estén en peligro.
— No lo estaremos.
Satoru suspiro mostrando el halo helado que su aliento mostraba por el frío del invierno.
— Puede ser el mejor, pero incluso el iceberg más grande y fuerte se derrite o se derrumba. Siempre es bueno dar lo mejor que podemos dar, para nunca arrepentirnos de nada.
— Hay que proteger a los más jóvenes — dijo Satoru recordando a su compañero y amigo de la adolescencia Nanami.
— Pero ellos también crecen.
Satoru miro el paisaje invernal en un silencio junto a Itadori para después recostar su cabeza en el hombre del chico. Itadori no lo apartó simplemente lo dejo estar mientras observaban juntos el paisaje.
El invierno también puede mostrar su tristeza en pequeños copos o escarchas. El invierno también tiene derecho a llorar.
Primer especial completado 1/3
Espero que lo hayan disfrutado y llorado como yo lo hice. Perdón por no actualizar la universidad y algunos problemas personales no me han permitido publicar pero aquí esta.
La canción del multimedia es de un artista que admiro y espero que les guste. Además para comentarles que oficialmente me trasladare a AO3, ya que hace unos días wattpad me bajo una historia que había publicado recién, sin ningún aviso. Así que terminare esta historia y la trasladare a AO3 e Inkitti.
Espero verlos por allí. No olviden comentar y dar estrellita o subo el otro especial hasta 2025 jajaja
Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos.
La Autora
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