Megumi ahora pasaba sus mañanas y tardes leyendo en un árbol del parque de la escuela.

Saturo lo había obligado a descansar, aunque solo tuviera un mes de embarazo, el peliblanco era muy precavido.

Demasiado, para el gusto del azabache

No podía entrenar, no podia ir a misiones, no podía llevar nada pesado.

Literalmente no podia hacer nada.

Pero sin contar que las náuseas y los mareos están peor que antes.

Es horrible...

Siempre se encontraba solo, sus amigos y sensei están entrenado, aunque conociendo a Gojo, se abra perdido en el sendero de la vida.

Los de segundo están en una misión, se trata de una maldición de segundo grado.

Las personas que saben sobre su embarazo son el director que de suerte, dejara que se quede en la escuela de hechicería apesar de no hacer nada, solo estudiar o pasar el rato leyendo.

Los de segundo que lo felicitaron, los maestros y algunos alumnos.

Pero los únicos que saben quién es el padre, son Itadori, Nobara, Gojo y Leiri.

Además la última se encargara de sus chequeos mensuales o semanales como vaya transcurriendo su embarazo.

Eran las de tres de la tarde, el sol estaba brillando en su resplendor, el viento se volvía una caricia sutil, todo estaba tranquilo.

Fushiguro está disfrutando un libro de misterio, era uno de sus géneros favoritos en la literatura.

Se comienzan a escuchar pasos, parece que alguien quería acercarse a él.

Voltea a ver de quién se tratara, por poco y se le salían los ojos de la cara, un sonrojo se instalaba en sus mejillas, como es posible que esté allí.

Si se preguntan de quién hablamos, hablamos de Sukuna.

Estaba vestido con el uniforme de Itadori, tenía una canasta en las manos.

Que rayos hacía él aquí. - Pensaba el azabache.

- Buenas tardes, Meg - Saludo Sukuna.

- Buenas tardes . . . Sukuna.

Se instalo un silencio incómodo, Megumi solo seguía viendo al pelirosa cómo que no lo creía, y Sukuna solo sonreía incómodo.

- ¿ Que haces aquí ? - Demandó Fushiguro.

- Dije que me iba hacerme cargo de tí - Era cierto, cuando le contó a sus amigos sobre el embarazo, Sukuna le dijo a Itadori eso.

Pero que él se lo dijera cara a cara, cambiaba las cosas, si antes el sonrojo que tenía Megumi era pequeño, ahora tiene uno enorme.

Sukuna solo se rió

- Eres tan lindo sonrojado - Dijo la maldición.

El Omega solo le lanzó una mirada fulminante.

- Callate - Ordenó el azabache, pero solo consiguió que el alfa carcajeara.

- Quieres algo de comer - Dijo el pelirosa mientras mostraba la canasta.

El estomago de Fushiguro gruñía, no sabía cuánto tiempo había pasado desde el desayuno.

- Tienes mermelada de fresa - Pregunto el Omega con ilusión, ese había sido uno de sus antojos más seguidos, siempre tiene que ser de fresas.

Leche de fresa, helado de fresa, dulces de fresa.

Algo tenía con esa fruta.

Sukuna no le importo y de la cesta saco un tarro de mermelada de fresa y un par de rebanadas de pan de sandwich.

Preparó el pan con la mermelada y se lo dió a Megumi.

El Omega lo vio con desconfianza.

- Que, no está envenenado - Dijo con sarcasmo el pelirosa.

- No lo sé, se te conoce como el rey de los venenos. - Dijo con ironía.

El alfa solo se carcajeo.

- Si, se me conoce por eso, pero no lo voy a usar contigo, tienes a mi cachorro en tu vientre, así que no pienso arriesgarme.

- isi qii ni piinsi irriisgirme - Se burló el Omega.

Gracias al embarazo a salido a la luz varias facetas de Fushiguro que nadie conocía.

Cómo que sabe hacer berrinches, de esos que dices, ok, tómalo y deja de molestar

O que es un mimado, dramático y muy tímido.

Cómo también muy burlón.

- Ya deja de burlarte o te quito tú pan - El Omega hizo una expresión ofendida, nivel Gojo.

- Ok - Dijo el Omega al final para iniciar a comer el pan con mermelada.

Sukuna sabía que iba hacer difícil conquistar a Megumi, pero no se iba dejar vencer tan fácilmente.

Ok, hace poco e tenido el antojo de comer mermelada de fresa, y que no estoy embarazada.

Pero es demasiado deliciosa, hace tiempo que no la comida.

Por eso, Megumi también tendrá ese antojo.

Jsjsjs

Necesito que me respondan una pregunta.

Si la embarazada come comida dulce, significa que nacerá niña.

O cuando la embarazada come comida salda, significa que nacerá niño.

O al revés.

E tenido este dilema por un buen tiempo, y lo e discutido con varias personas, pero no llego todavía a la respuesta que necesito.

Así si no es de mucha molestia, espero que me den una respuesta.

Sin más

Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora