Cita
Las cosas estaban más tranquilas, bueno, no para el hechicero mas poderoso.
Los Zenin eran un problema, uno grande, aunque solo Gojo supiera de eso, ya que no quiere estresar a sus alumnos, además, no quiere que Megumi tenga un ataque de ansiedad o algo parecido con la idea que le quiten a su cachorro.
Así que por el momento es un secreto que el contrato entre Toji y Naobito esta en vigencia.
...
—No puedo creer que hayas invitado a salir a Megumi, pero no pensaste a donde llevarlo— lo regañaba Itadori, aunque le sorprendía más que Fushiguro aceptará la cita.
—Fue cosa del momento, mocoso.
—¡ Deshonor sobre ti, deshonor sobre tu familia, deshonor sobre tu vaca, cuando ya sabes que hacer en una cita y tengas todo perfecto es cuando invitas al omega, no antes pedazo de imbécil !
—Cálmate, mocoso, se te olvida que hablar con el Rey de las maldiciones, además, tienes que dejar de ver esas películas animadas que solo te pudren el cerebro.
— ¡ Jamás !
Yuji comenzaba a hacer memoria de lo que paso esa mañana y como termino discutiendo con Sukuna.
Megumi salía de su típica revisión de todos los meses con Shoko, el bebé está bien pero le está robando todas su energías así que le dejo vitaminas y si fuera posible una exorcismo, pero como no se puede.
— ¿Qué haces Fushiguro? —preguntaba Itadori, cuando se encontró de casualidad con el azabache.
—Sobrevivir.
—Bueno, aparte de eso —le dijo su amigo con un poco de molestia, pero con una gran sonrisa , en estos días Fushiguro a estado de mal humor, más de lo normal.
—No tengo nada que hacer el día de hoy — dijo pensativo el omega.
—Entonces, te gustaría ir a una cita conmigo — dijo Sukuna manifestándose en la mejilla derecha de Yuji.
Un pequeño sonrojo se formaba en las mejillas del hechicero mientras posaba su mano en ,su ya, abultado vientre.
— Claro — dijo con una pequeña sonrisa, como si no hubiera maldecido segundos atrás sobre la vida.
Y por eso, esta pasando esto, como él, siendo el rey de las maldiciones y un montón de títulos mas, se le ocurrió soltar semejante estupidez - pensaba Itadori.
— Pero tú me vas a ayudar.
— Ve, porque yo —dijo Yuji.
—Primera porque es tu cuerpo, segunda porque no conozco la ciudad de la actualidad — dijo Sukuna viéndolo a los ojos.
Asi es, Itadori evolucionó ya no habla con su mejilla derecha, ahora habla con el reflejo del espejo.
Ya que Sukuna encontró la forma de manifestarse atreves del reflejo de Yuji.
— Y que gano yo con eso.
— Te dejare de molestar cuando estés cerca de ese anciano.
— Hablas del profesor Gojo — dijo sonrojándose, sí, el tenía un pequeño crush por su maestro, pero cuando intenta hablar con él Sukuna siempre lo interrumpe con bromas o insultando al hechicero mayor
— Es lo que dije.
— Está bien — dijo Itadori — Te ayudaré si ya no me molestas.
— Está bien
...
— No sé que usar.
— Megumi solo vas a salir a pasear con el padre de tu hijo que resultó ser el rey de las maldiciones, no te pregunto si te pones un saco de papas él te verá aún así muy atractivo.
— No estoy para tus bromas, Nobara.
— Pero si es verdad — su amiga vio a los ojos a Fushiguro — Te enamoraste de él.
— No digas tonterías .
— No son tonterías, crees que no te veo cuando te sonrojado cuando lo mencionamos o te habla personalmente.
— Creo que no necesitaré tu ayuda, ahora lárgate de mi habitación.
— El amor no es malo, Megumi.
— Si viene de un ser demoníaco, creo que sí.
— Él está demostrando que te ama.
— Pero tengo miedo
— De que — pregunta su amiga.
— No sé
...
Sukuna esperaba a Megumi en una banca de un parque que quedaba cerca de la academia de Jujutsu.
Tardó un buen rato eligiendo ropa, porque Itadori no tenía nada que no fuera normal o muy friki, el chico no tenía equilibrio con su ropa.
Así que eligió algo no tan normal ni tan nerd.
Llevaba una camisa blanca y una chaqueta de cuero, un pantalón negro ajustado y botas militares.
Tal vez hayan salido ellos dos a comprar ropa, solo para esa ocasión.
Pero cualquier idea en la mente de Sukuna fue borrada a ver a su Omega.
Megumi llegaba usando un suéter lila que le quedaba grande, también un pantalón azul y unos cover, tenía la cabeza gacha mientras jugaba con sus dedos.
El rey de las maldiciones notaba como su sangre se había ido a sus mejillas, enserio, ese Omega lo traía loco.
— Hola, Meg.
— Hola, Sukuna — dijo el azabache mientras levantaba su cabeza, un ligero sonrojo adornaban la piel pálida del chico.
Ryomen sintió como su corazón se detenía, Megumi era el único que podía robarle sus latidos y suspiros.
— Te ves muy lindo, Megumi.
El azabache solo se comenzó a sonrojar más de la cuenta.
— Y tú no te ves tan mal, Ryomen — respondió el Omega.
Los dos comenzaron a caminar por el parque, viendo cómo las hojas caían de los árboles, las parejas charlaban cerca de los juegos y los niños jugaban.
— Y como han estado — pregunta Sukuna durante la caminata.
Pregunta por los dos — Pensó Fushiguro, ese pequeño sentimiento hizo que una pequeña sombra de una sonrisa apareciera en su rostro.
— Tu hijo me va a matar en un día de estos — dijo Megumi, no era verdad, pero se sentía así.
La maldición soltó una gran carcajada.
— Creo que nadie con vida o un poco de sentido común va a lograr tocarte.
— Porque lo dices.
Se detuvieron cerca de un árbol de sakura, las hojas comenzaban a caer por el viento, diciéndo que el invierno está cerca.
Los dos conectaron sus miradas, el rojo sangre de los ojos de Sukuna y el mar en calma de los ojos Megumi.
— Porque yo te protegeré
Varios recuerdos sin sentido comenzaron a llegar a la mente del Omega, las mismas palabras dicha tantas veces en el pasado, tan llenas de sentimiento como la primera vez.
Fushiguro perdió la estabilidad y estuvo por caer pero Sukuna logro atraparlo.
Lo llevo a una banca que estaba cerca del árbol, Sukuna estaba hincado viendo al hechicero que tenía la mirada pérdida.
— 真実と愛に満ちた約束の別の人生
Sukuna río.
Megumi comenzó a hablar en otro idioma sin querer.
Era japonés antiguo, el idioma que dominaba en la primera vida del azabache.
Los recuerdos están atormentando su mente — Pensó Sukuna.
La maldición tocó con dos dedos la frente del azabache, Megumi comenzó a parpadear varias veces.
— En dónde estoy — pregunto Fushiguro.
— En el parque que está cerca de la academia Jujutsu.
— Para nuestra cita — Sukuna afirmó con la cabeza. — Yo solo recuerdo que dijistes algo y luego mi mente está en blanco.
— Bueno, ahora que estás bien podemos seguir con el paseo.
Megumi asistió con la cabeza.
Comenzaban a caminar por el parque, cuando una mano se poso en el hombro del Omega.
— Pero a quien tenemos aquí, nada más y nada menos que el hijo de Toji.
Si se preguntan lo que dijo Megumi en japonés es "Otra vida de promesas, llenas de verdad y amor "
Y no es japonés antiguo, solo japonés con ayuda del traductor de Google.
No me juzguen.
Bueno...
Ya se viene lo buenoooo
Okey, me calmó, espero que les allá gustado.
Así se miraba Itadori y Sukuna en el espejo
Sin más
Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora
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