Tengo a Emy, mi hermana pequeña, alojada en casa por unos días, de vacaciones según me ha dicho. Debo agregar que, gracias a ella, Harry y yo no hemos llegado a más después de nuestro beso, puesto que su timbrazo ha sido el que nos ha separado y ha hecho que me llene de remordimientos. Niall no se merece que me comporte así con él.

  Estoy enfadada con Emy: me ha mentido. Ha tenido otra pelea con mi madre, por el mismo tema de siempre, la comida. Cuando se altera por algo, porque en la vida hay altas y bajas, deja de comer. Un conflicto con los amigos, un desencanto con algún chico, no haber conseguido una portada que ambicionaba, la llevan al borde del abismo. Reconozco las señales. Empieza a mirarse una y otra vez frente al espejo, buscando defectos que no existen en la realidad. Es muy guapa, alta, rubia y de ojos verdes, con tipo de modelo, que es a lo que se dedica. En esos momentos parece que se odiara y creo que la comida es la forma que utiliza para intentar controlar algo en su existencia y llamar la atención. Tuvimos una niñez difícil, nuestro padre murió cuando tenía ocho años y mi hermana tres. Mi progenitora tuvo que trabajar y yo hacerme cargo de todo y madurar de golpe.

  Si nuestra infancia fuera la causante de esa enfermedad, anorexia, ¿por qué no la tengo? Adoro mi cuerpo atlético, relleno y musculado, no soy delgada como Emy. Precisamente por eso me agrada más, no quiero formar parte de esas modas uniformes. Ella nunca está contenta. No bien ha comenzado a guardar su equipaje en la habitación de invitados lo primero que me ha preguntado, después de saludarme, ha sido:

ᅳ¿Crees que Adriana Lima es más guapa que yo?, ¿me ves gorda?

  Tú debes de pensar que Emy es tonta, porque cualquier chica estaría dispuesta a cortarse la cabeza para pegársela en su cuerpo pero ésa no es la realidad. Es muy inteligente, tiene un cociente intelectual altísimo, las dos hemos culminado nuestras carreras universitarias, ella en Derecho, yo en Económicas y realizado varios Másters.

ᅳ¿Qué hacía Harry en tu casa? —me pregunta, de improviso—. ¿No estás de novia con Niall?

ᅳ¿Y? Niall no es mi dueño —le respondo, enfadada—. Harry y yo somos amigos y trabajo para él, ¿o ya te has olvidado?

  Creo que la he malcriado porque mi hermana es un poco egoísta. Está inmersa en su mundo y, en el instante en que aparece, todo suele girar alrededor de ella. Pero ahora las dos somos grandes y me digo que es necesario que madure. Estoy harta. No puede esperar que siempre esté ahí para resolverle los problemas. No sé qué me pasa. ¿Estaré tan enfadada porque he visto la mirada que le echaba Emy a Harry?, ¿como si lo estuviese midiendo como próximo objetivo? No vale la pena decirle nada. Prevenirla haría a Harry más atractivo para ella. Si va por ahí, el desastre se huele. Aunque yo me haga a un lado.

  Mi hermana suele proceder de la misma manera en todas las ocasiones. Se propone conquistar al hombre más difícil para ella y lo quiere atar, para siempre. Comienza a abrumarlo con llamadas a toda hora, de día y de noche, a la casa, al trabajo, al móvil. Si una vez no le contesta, ya se monta una película y empieza con las recriminaciones, con las visitas constantes al espejo, que está gorda, fea, que se ha buscado una más guapa, la modelo más cotizada y famosa o la de la última portada. Va por la mañana y por la tarde a la estilista, al mediodía a hacerse masajes y empieza a consultar con el cirujano estético para hacerse un nuevo retoque, que la deje más hermosa. Un nuevo arreglo que nunca la conforma porque siempre aparece un defecto nuevo. Pensaba descansar, en tres días salgo de Londres otra vez, pero voy a dedicárselos a ella. Sé que intentar abrirle los ojos es tiempo perdido: se enfada conmigo. Si Emy no pone su empeño en curarse yo nada puedo hacer. ¡Ni siquiera reconoce que tiene anorexia!

  Menos mal que en tres días Harry tampoco va a estar. Si esos dos se llegasen a juntar, sería toda una catástrofe. El teléfono corta mis pensamientos.

ᅳ¿Puedes venir un momento, Nat, y escaparte de tu hermana? —dice Harry, lo he convocado con el pensamiento—. Tenemos pendiente una conversación.

ᅳCreo que es mejor que lo dejemos así —le digo, molesta—. No me gusta lo que le hemos hecho a Niall.

ᅳ¿Niall es más importante para ti que yo?

  Me quedo unos minutos en silencio, reflexionando.

ᅳ¿No me vas a contestar? —me chilla Harry en el oído.

ᅳSí —expreso, suspirando—. Niall es muy importante para mí. Nunca me ha fallado.

  Escucho cómo corta la llamada aporreando el teléfono.

¿Emy y Natalie terminarán así?

Y mientras tanto, Harry la besa a todas las chicas...

Natalie ve a Harry a diario y sabe cómo seduce a sus fans.

https://youtu.be/JaPGF1E1c3g