8-AÑO 1081: Encuentro antes del amanecer.
Así empezaron Harry y Matilde a encontrarse todas las madrugadas, debajo del mismo roble de la primera vez. Hacer el amor tuvo consecuencias afortunadas para la chica, además de las evidentes, puesto que el caballero dejó de insistirle a su progenitor para que concertara el matrimonio con Niallson. ¿Sabría algo el Conde Rollón?, ¿sospecharía acerca de estas citas a la luz de la Luna? Ella creía que no pero debía reconocer que, con el paso del tiempo, se estaban confiando.
Lo cierto es que, la primera semana, sólo se limitaban a dejarse llevar uno en brazos del otro, las veces necesarias para aplacar una pasión que parecía consumirlos. Vano intento, nunca lo conseguían, siempre necesitaban más. A la tercera semana comenzaron a hablar acerca de sus expectativas. Matilde no deseaba casarse todavía, pretendía seguir acompañando a su padre, durante toda la vida si fuese posible, cuidando su armadura, yendo a las justas, curando sus heridas después de la batalla y sintiéndose libre.
La vida de las mujeres nobles, especialmente de las casadas, se limitaba a estar en casa, controlar a la servidumbre y parir hijos. Harry entendía a Matilde porque las esposas siempre eran objetos en las guerras que los hombres solían emprender. Algunas, en ausencia del marido, debían reunir ejércitos, defender las posesiones del pillaje, administrarlas y, por estos motivos, muchas veces se las llevaban cautivas, eran rescatadas o asesinadas. Siempre peones en el tablero de ajedrez de otros.
De verdad entendía a Matilde. La muchacha deseaba lo mismo que él. Aprender todos los secretos de la lucha, combatir por su rey y gobernarse a sí misma. Para ser sincero, debía reconocer que el Conde Rollón siempre se lo había permitido, nunca la había educado ni tratado como una niña. Después de hacer el amor con ella lo tuvo muy claro. ¿Qué diría Matilde cuando le contara su secreto? ¿Se habría percatado de que él no sería capaz de entregársela en bandeja al hijo de Lord Edwin?, ¿cómo podría hacerlo si la quería para él mismo?
Todavía la chica lo ignoraba pero Harry ya había hablado con su padre y le había pedido su mano. El conde, antes de responderle, había levantado una ceja y le había dado una palmada en la espalda para luego decirle:
ᅳEra hora, amigo. Me estaba extrañando que demorarais tanto en abrir los ojos. Fue una buena jugada hacer venir a Lord Edwin y su hijo Niallson.
Y luego había comenzado a explicarle que ya había hablado con el capellán y que éste le había comentado que no iba a haber ningún problema con la anulación de su unión con Mary ya que ella era estéril, en todos los años de matrimonio no le había dado hijos mientras que el propio Harry tenía un par de bastardos. Anulado el anterior enlace podrían acordar los pormenores del matrimonio entre su hija y su amigo, incluida la boda en la puerta de la iglesia, la entrega de Matilde por parte del propio Conde Rollón, la ofrenda de la dote, la bendición del anillo y demás.
ᅳ¿En qué pensáis? —le preguntó Matilde, trepando encima de él—. No me gusta esa cara, estáis demasiado pensativo.
ᅳTengo muchas cosas en la cabeza, ¿sabéis? —le dijo, dándole un beso apasionado.
ᅳMmmm... Mientras me beséis así, seguid pensando en lo que queráis —le murmuró Matilde en el oído, lamiéndole el lóbulo de la oreja.
ᅳNo me hagáis eso —la regañó él, estremeciéndose de placer—. Tengo que deciros algo muy importante.
ᅳ¿Importante? —se asustó la muchacha—. Cuando usáis esa palabra me preocupáis. ¿Estáis arrepentido de lo nuestro?, ¿es eso?
ᅳVuestro padre lo sabe —largó Harry esta frase de sopetón, poniendo un semblante muy serio.
ᅳ¡No! ¿Cómo se ha enterado? Yo no le dije nada —se horrorizó la chica—. ¿Os ha pedido que me dejéis?, ¿me va a encerrar en un convento?, ¿no voy a poder ir más con vosotros?
Harry soltó una carcajada, incapaz de seguir preocupándola. Ella, encima de él, lo miraba fijo, sin comprender.
ᅳVuestro padre ha organizado por su cuenta el repudio de mi esposa y nuestro matrimonio —le dijo, contento.
ᅳ¡¿Qué?! —se asombró ella—. ¿Nuestro matrimonio?
ᅳSí, la visita de Lord Edwin fue una argucia para hacer que me diera cuenta de cuánto os quiero —expresó él, abrazándola muy fuerte—. ¿Sabéis que es muy raro casarse por afecto? Lo sabéis, ¿verdad?
ᅳCasarse por amor y no por posesiones —expresó ella, batiendo las pestañas de manera seductora—. Todas mis amigas se han casado por eso. Pobres, me van a envidiar.
ᅳEstoy seguro —manifestó Harry, cariñoso—. En especial al ver al novio.
ᅳTonto —lo regañó ella, dándole un pico en los labios.
ᅳ¿Por qué no os veo tan contenta? —la interrogó, frunciendo el entrecejo.
ᅳSí que lo estoy —le aclaró la chica, besándolo muy fuerte—. Pero me da pena Mary. ¿Qué va a ser de ella?
ᅳNo os preocupéis, yo me ocuparé —le prometió Harry—. Hace mucho que no somos marido y mujer. Ella sabe que es necesario que tenga herederos para continuar mi linaje. Guillermo me lo ha pedido en muchas ocasiones pero lo he ido dejando pasar... Hasta ahora.
ᅳ¡No me lo puedo creer, todo se ha arreglado! —exclamó Matilde, riendo alborozada.
ᅳYo voy a hacer que os lo creáis —manifestó Harry.
Sin despegar la mirada de ella le levantó la falda y comenzó a hacerle el amor.
Harry mira a Matilde de lejos, cuando ella está con su padre, el Conde Rollón, recordando los momentos en los que están juntos.
Se acabó el disimulo: ¡al fin van a poder casarse!
¡Al fin preparan a Matilde para la boda!
Y ahora un rap de Liam: ¿será una nueva canción en solitario?
https://youtu.be/m-44Oyo9t0E
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