3. HOY: Running, Central Park.
—Come on, boy!! —le grito a Harry, con voz enérgica.
—Just a minute, please!! —me responde, sin levantar la vista.
No deseo enfriarme, así que troto alrededor de él. Se ha agachado, arriba de la vereda, para atarse los cordones de sus tenis.
—Sorry to keep you waiting, Naty!—me dice, levantándose.
Sin embargo, en lugar de reanudar nuestra carrera por Central Park, se me acerca y me mira directo. Siento que me vuelve a magnetizar con su mirada. Hoy, el verde lo inunda todo. Pese a los años que llevamos juntos, aún no he conseguido definir el color exacto de los ojos de Harry. Siempre me la juegan y cambian de gama, acercándose más a las tonalidades verdosas o a las grises azuladas. Suspiro. Veo que está en plan Harry el Conquistador.
—Si te ven tus fans ahora, se van con Justin Bieber —expreso, con picardía—. ¡Estás horrible, boy!
—Y te quedas sin trabajo, Naty —continúa mi broma—. Esta peluca, las gafas y el gorro me los has dado tú.
Es verdad. He comprado una peluca, rubio nórdico, de pelo natural, que le llega por debajo de los hombros. Las gafas y el gorro, en tono negro azabache, son los que uso normalmente.
—¿Me vas a seguir mirando todo el día? —me burlo—. Creo que es una excusa para no correr. Come on, boy! ¡No me seas flojo!
—Deja de pensar en el trabajo, Naty. Vamos a disfrutar un poco del día.
Soy su personal training, su secretaria, su asistente personal, su chica para todo. La que le permite conectar con el Harry que siempre ha sido y evitar que la fama se le suba a la cabeza. Traducido: la que lo hace tener los pies bien puestos sobre el suelo, diciéndole, incluso, aquello que no desea escuchar. Por ejemplo, que no me gusta el último disco. Y tengo razón, no tiene el mismo éxito que los anteriores.
—O.K —y, luego, manifiesto firme—: Pero hay que bajar ese quilo de las Navidades. Si hoy no corremos, de noche cenas frutas.
—That's right!
No desvía la mirada de la mía. Así, muy cerca. Pasan unas chicas corriendo, con tipos de modelo, y lo miran, sin reconocerlo. Mucho más guapas que yo. Sigue estando muy atractivo, a pesar de la indumentaria. Harry ni se percata. Son demasiado delgadas. A él no lo convencen las mujeres que se confunden con palillos. Le gustan las chicas normales. ¿Por qué será que todas se matan a dieta, para atraer a los chicos, sin darse cuenta de que a ellos les gustan con carne en el cuerpo? "Mejor, más para mí", pienso.
—Menos mal que tenemos este piso como base de operaciones —me dice, guiñándome el ojo—. Es imposible entrar y salir del hotel con tanto paparazzi.
Como siempre, hemos pasado algunas horas en el Soho House Hotel, asignado para todo el grupo. Ha salido unas cuantas veces al balcón para saludar a las chicas. Una multitud frenética que desgarra el aire con sus gritos de admiración. A diferencia de esos paparazzi que se inventan historias sobre su vida privada, no lo molestan. Puede estar todo el día entrando y saliendo. Pero tiene que descansar. La falta de descanso es lo que más lo agobia. Demasiados países, demasiado esfuerzo, demasiados escenarios. El griterío, aquí en Nueva York, continúa también por la noche. Por eso es por lo que le he propuesto comprar o alquilar pisos en las principales ciudades. Para tener una vida propia, como él quería. Los cinco son amigos pero, no por ello, tienen que ir siempre juntos, en un pack.
—Sí —le digo, mirándolo también: siento que, con cada segundo que pasa, me pierdo en sus pupilas y me olvido de todas mis dudas.
—¿Y si nos sentamos en esos bancos, al sol? —me propone, acariciándome la cara.
—O.K, por mí perfecto —le respondo, con una sonrisa.
Sin embargo, al sentarnos, Harry se pasa la mano por la cabeza y hace que la peluca salga disparada. Cae sobre el suelo.
—Shit!—exclama, con pesar—. ¡Me he olvidado de que tenía esta cosa puesta!
Vemos que, alrededor de nosotros, comienza a llenarse de teenagers.Y de periodistas, que aletean sus cámaras para todos los costados, como si fuesen descomunales insectos. Fin del descanso. Hora de partir.
Harry pone a Natalie de cabeza. Sin embargo, siempre hay alguien que los interrumpe.
Es complicado porque ella va de un lado al otro con el grupo... En el que también está Niall.
Y ahora una canción del 2018 de Harry Styles en solitario: Sign of the times.
https://youtu.be/qN4ooNx77u0
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