En medio de los problemas con Harry y mi hermana ha surgido, de donde menos lo esperábamos y de un día para otro, un nuevo inconveniente: Zayn nos ha comunicado que abandona el grupo.

  Han sido jornadas de ir y venir, con llamadas telefónicas, desmentidos constantes de titulares en los que decían que lo habíamos echado, o que le había sido infiel a la novia, o que deseaba seguir su carrera en solitario dentro del jazz y miles de informaciones con las que despertaba y que me hacían alucinar.

  A nadie se le ocurría pensar que la fama exige una cuota de nuestra carne demasiado exagerada y que Zayn, como todo chico de veintitantos años, se había hartado de tener que salir con una peluca pelirroja, gafas y ropa onda retro puestas, sólo para ir a comer un simple helado con la novia sin que se le tiraran cientos de chicas a los brazos. No entendían que la vida privada exige una determinada parcela, muy protegida, a la que no lleguen las miradas de los curiosos.

  Creo que al ver qué había sucedido con Harry y conmigo, después de tantos años juntos y de conocernos tan bien, ha sido lo que ha determinado que tomara conciencia de que su relación corría el mismo peligro si continuaba por la misma senda y que no merecía la pena pagar el precio que demandaba la fama. Así de simple, ningún misterio.

  Lo que no sabían sus fans era que se tomaba un año sabático y que, pasado el mismo, era muy probable que retomara las giras. Mientras, todo el mundo especulaba colgando fotos del nuevo integrante (imaginario) de la banda.

  La parte positiva de todo el rollo ha sido que Harry se ha percatado de lo que ha hecho y ha rectificado. Ha dejado a mi hermana y ella ha vuelto a casa de mamá. Yo he cumplido mi promesa de cambiar mis números personales. Por razones obvias no podía hacer lo mismo con el teléfono profesional, de ahí que todos los días me aguardaban cientos de mensajes suyos, los que habían pasado de la furia y el egoísmo más descarnado a parecer un poco más humanos. En los últimos, incluso, me hablaba durante horas, cortando y volviendo a llamar, de las charlas que mantenía con el psiquiatra que había empezado a consultar. En honor a la verdad, que se las apañara: yo me dedicaba a mí misma por primera vez y pensaba seguir así. Que ella y Harry se las arreglaran sin mí, estaba mucho más tranquila sin esos dos egocéntricos.

  Porque por las noches, ya fuera en mi casa de Londres o en la habitación de los distintos hoteles, Niall y yo la pasábamos increíble. Si hubiera sabido que nuestra relación iba a ser así, no hubiese tenido ninguna duda. No me había equivocado. Harry era parte del pasado.

Y Zayn ahora se las apaña sin el grupo.

Porque las imágenes inmutables únicamente las vemos en las fotos: la realidad siempre está cambiando.

Ahora una canción de Demi Lovato y Zayn Malik:  Why don't you love me.

https://youtu.be/9p8T00crY0E