La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Han pasado varios meses desde que salve a Lavinia, tantos que ya tengo quince años, y una parte de mi se arrepiente un poco, es mimada y quejumbrosa, además tiene una idea muy rara del amor, según ella debo hacerme responsable por salvarla, ya que los príncipes eso hacen, soy el 'Principe del pan' cómo ella dice. Si tuviera la edad de Prim lo entendería, pero es un año mayor que Jennifer.

Al salir del túnel, en las minas, hice explotar más dinamita para provocar que todos salieran y sellar el túnel.

Lo peor fue cuando quise sacarla mezclanonos nr los trabajadores, conseguí ropa de minero vieja y unas máscaras para disimular, el turno acababa antes del atardecer y quedaba poco tiempo cuando la convencí de ponérselo y dejar que le pusiera una pasta en el cabello, mezcla de carbón agua y otras cosas para ocultar su llamativo cabello.

Por suerte nadie trató de hablarnos al salir, todos sol deseaban llegar a sus casas. Y con la explosión no nos revisaron.

Después de dejarla en mi cuarto me dirigí a la casa de Samara, que es donde se reunieron y aunque algo enojadas por la hora me dieron un estofado de pescado muy rico debo decir. De mi parte les di un dibujo a cada una de buen tamaño de ellas mismas conmigo al lado y toque dos canciones que me a mi parecer eran muy románticas: 'Cama y Mesa' de Roberto Carlos y 'Por eso te Amo' de Río Roma. Todas lloraron, hasta Katniss y Liz que no entendían algunas metáforas. Lo importante se logró y me disculparon, aún más cuando les dije que apareció un aerodeslizador, el cuál también vieron ellas.

La parte buena es que fue comprensiva con su situación y se tranquilizó por estos meses enderezada en mi cuarto, por suerte tengo algunos libros de la biblioteca y cosas para dibujar, aunque tuve que comprar materiales para hacer figuritas.

A veces salimos a pasear cuando se que los espías están lejos y las chicas igual, claro la convencí de usar ropa discreta, la cara algo sucia y una peluca negra que compre en mi tienda, aunque no la uso mucho, por ahora. Aún así es difícil de manejar.

Aún no he llevado a Lavinia con Haymitch y la razón es que se que se llevarán fatal.

Por el momento me concentraré en lo importante… El Torneo del Poder…

- [No empieces…]- súplica Alexa.

- Peeta -me llama Lavinia -, se que es la escuela y hay agentes de la paz, pero ¿Puedo ir a verte pelear?-pide poniendo los ojos lloroso- Te prometo que me quedaré con esas chicas.

No sé si sea bueno. Las chicas a las que se refiere son obviamente mis amigas, nos las encontramos inevitablemente el día de ayer y aunque no le dije de dónde era, de la toleraron, les dije que Cray la buscaba así que la es te estaba ayudando y prometí llevarla a un lugar seguro,

- Bien, pero después te llevaré a otro lugar -advierto-, no porque no te quiera aquí, pero tendrás un poco más de libertad aunque tampoco podrás salir a la calle libremente, deberás esperar a que vaya por ti ¿Entendido?

- Entendido, no te preocupes, ya perdí mi identidad de chica del Capitolio -se ríe de sí misma con algo de nostalgia pero alegre-, no pensé que podría ser feliz viviendo así.

- Dejemos de pensar en eso -digo sonriendo- ¡Vamos a ver a la competencia!

- Se que ya te lo dije antes, pero gracias -dice tomándome de la mano-, no sé qué sería de mí si no me hubieras salvado.

Me abraza por un rato hasta que la interrumpo.

- Solo no llores, no le iría bien a tus ’dulces' ojos.

Aceptando mi burla, por su ojos de color Miel, se rie y me deja ir, ella  me espera al salir de casa y salta por la ventana con su disfraz puesto.

Llegando a la escuela me doy cuenta de algo, no hay muchas personas realmente buenas en el combate cuerpo a cuerpo, sin embargo hay muchos concursantes, sobre todo porque hay un premio de quinientos dólares, cinco veces el salario de un minero común.

Las gradas no son impresionantes, pero sí suficientes para unas mil personas, lo bueno es que no hay porristas todavía, sino me sentiría más avergonzado de lo que estoy en este momento, las chicas tienen un cartel con mi nombre y el número 1.

Le indico a Lavinia que vaya con las chicas. Ellas la conocen como Scarlett.

- ¡Peeta! -dicen todas al verme. No solo mis amigas, casi la mitad de las chicas del colegio, por supuesto algunos amigos están ahí así que me acerco a ellos, me siento a salvó.

- ¡Será mejor que ganes Peeta! - dice uno - ¡Aposté mis ahorros a ti!

Bueno era de esperarse. Poco después empiezan las peleas, somos poco más de cien así que habrá peleas eliminatorias para que quedemos sesenta y cuatro.

La emoción comienza después, en la primera ronda, casualmente me toca contra Gale, debo decir que es fuerte pero no sabe pelear, si fuera estilo callejero o logrará sujetarme podría hacer algo, pero le falta disciplina, así que es bastante fácil someterlo en el suelo. Enojado después del punto diecisiete que obtengo a comparación de sus cero puntos empieza a pelear a golpes, el árbitro trata de detener la pelea, pero digo que está bien, le sigo el juego recibiendo todos, claro bloqueando, cuando se de un tiempo para respirar le doy una patada en la mandíbula y cae inconsciente. Los aplausos siguen a su caída con algún que otro abucheo que es silenciado por el apoyo a mi victoria.

Continúan las peleas y ninguna es relevante salvó la de mis hermanos que ganan fácilmente, al final no quedamos solos los tres ya que el cuatro renunció debido a no querer una lesión causada por mi hermano al dejar caer todo su peso sobre su último rival.

Su pelea es rápida ya que no quieren lesionarse entre sí. El mayor avanza a la final mientras que me toca pelear con el mediano, que es casi tan alto como y casi el doble de ancho.

Cómo con el otro contrincante trata de usar su peso para aplastarme, pero logró frenarlo, aunque me arrastra un poco antes de que ser él el que empieza a retroceder… hasta salir del espacio de competición.

Enojado trata de usar la poca velocidad que tiene pero acaba siendo lanzado fuera, después sometido unas veces y mi victoria es lo que queda.

Los vítores por mi van en aumento, incluso la sería Madge me alenta.

La final no resulta mejor para mi hermano, aunque más rápido, no es menos bruto, e igual que con Gale empieza a pelear fuera de las reglas de la lucha libre pero no me importa. La ventaja es que en los últimos juegos se han visto varios estilos de pelea, algunos pulidos otros no tanto, pero me ayudaron a complementar mi entrenamientos de lucha libre con karate, Kung fu, judo, boxeo y jiu jitsu.

Al igual que con Gale le dejo darme unos golpes y lanzarme sin dejarlo marcar puntos. Casi al final cuando él ya está cansado al borde del círculo hago un golpe que tengo desde niño en mi otra vida queriendo hacer 'el golpe de una pulgada'. Mi hermano sale volando y rueda un poco, un silencio de asombro seguido de vítores es mi recompensa. Beso de algunas chicas, para celos de mi amigas y el ser cargado por mis compañeros por un rato se siente fantástico. La recompensa claro la ocuparé para invitarles algo a las chicas, pero antes debo hablar con Haymitch.

Acordando celebrar más tarde, Lavinia y yo, nos dirigimos a la aldea de los vencedores.

- Lavina debo advertirte -digo antes de tocar-, lo más probable es que tengas que quedarte en el sótano hasta que pueda tener una casa propia para que te quedes, además él no es muy limpio este tipo.

- Lo sé -dice resignada-, Haymitch no es muy popular en ningún sentido, pero te digo que lo vi hablar con alguien seriamente y después con mi hermano presente parecía borracho ¡Él debe ser espía!

Esa fue una de las razones para traerla, igual hubiera buscado la forma, pero esto me facilitó las cosas.

Tocó por un minuto hasta que Haymitch se dignó a abrir su puerta.

- ¿Ahora que quieres Peeta? -pregunta irritado como siempre- ¿Es otra de tus novias?

La india se sonroja y suelta un bufido, debo decir que hace año sería adorable.

- Nada de eso -respondo seriamente-, pero preferiría hablar adentro.

Viendo mi rostro y luego a Lavinia nos deja entrar, realmente huele mal pero poco más que la mayoría del Distrito 12.

- Bien, ahora hablemos-dice Haymitch sentándose y ofreciéndonos una silla.

Lavinia se queda la peluca y se limpia el rostro, sorprendido voltea a verme.

Le explicó parte por parte: mi paseo en el bosque, el cómo encontré el túnel, del que ya no existe entrada o salida, cómo me encontré a Lavinia y como ha vivido.

- Por lo que me ha contado, Haymitch dime la verdad ¿Sabes del trece?- pregunta serio pero no de mala forma.

- Si es verdad -responde resignado a contarnos, siendo sinceros no tiene de otra-, durante años el trece se ha infiltrado poco a poco en todos los distritos y el Capitolio.

- Plutarch Heavensbee es su principal espía ¿No es así? -pregunta Lavinia- No lo nieges, los vi hablar hace unos años.

Haymitch sólo asiente.

- Esto no creo que lo sepas pero el Distrito 13 inició la rebelión y en su momento dejó a los demás distritos a su suerte -explica Lavinia-, aún si quieres escapar de la crueldad del Capitolio ¿Vale la pena arriesgarse a ser abandonados por el trece nuevamente?

- Lo sé -responde después de pensarlo-, pero es poco probable que eso pase, en cualquier caso el trece será completamente destruido y nosotros sufriremos aún más o el Capitolio perderá. No creo que exista otro resultado.

Platicamos otro rato donde lo convenzo de dejar que Lavinia se quede, claro en el sótano y se encargará de limpiar, solo saldrá si estoy yo y en esos momentos sacaré la basura de su casa. Es un buen trato, aunque no le gusto tanto a Lavinia.

Antes de irme platico con Haymich sobre los tributos y los juegos.

- Sería bueno si pudiéramos salvar a varios, pero aunque pudiera ocultarlos cómo a Lavinia, no sé cómo -explica Haymitch algo triste y frustrado-. Además no creo que quieran estar vivos y dejar a sus familias angustiadas.

- No creo que todos estén dispuestos -digo pensativo-, pero tengo una idea para salvarlos.

Paso unos minutos explicándole a Haymitch que necesito, pido de más por si acaso y para que no lo repliquen. Si esto funciona, los septuagésimo cuartos juegos del hambre, tendrá más sobrevivientes.

- [¿Harás los experimentos en la dimensión?]-pregunta Alexa.

- Si, pero iré al bosque para disimular -respondo pensativo en mi plan- por el momento disfrutemos de mi victoria.

Alexa solo se ríe mientras canta 'We are the Champions' de Queen.

La suerte está vez sí estará con nosotros.

...

Continuará...

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