capitulo 2. El Templo
Una respiración abrupta rompió el silencio, respiraba entrecortado, viendo a su alrededor, todo estaba oscuro, Yuji en esos momentos solo estaba confundido y dudoso de donde estaba, ¿se supone que había muerto? En todo caso, que era todo este lugar, pronto sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y pudo divisar, lo que era un ¿Templo?
Como había llegado ahí, su mente de niño no entendía eso, simplemente no había respuesta de la duda que se le había formado en la cabeza, se paró de donde estaba y por ultima ves miro a su alrededor, como todo niño, tenía curiosidad y entonces decidió aventurarse en ese lugar, poco a poco podía ver más claramente, veía jarrones, estatuas echas de arcilla, todo parecía muy lujoso, estaba dudoso de que pudiera ser ese lugar, tenía tantas dudas y tanto como miedo en este momento pero aun con ese miedo Yuji camino adentrándose mas a ese tenebroso lugar, a los pocos minutos de caminar y ya no ver mucho debido a la poca luz del lugar, de pronto una antorcha se encendió junto con todas las demás antorchas con su brillante llama, Yuji miro atentamente la llama unos cuantos segundos para luego retomar su camino, esta vez siendo guiado por las antorchas, el no entendía algo, el hace poco se había caído al lago entonces… ¿como termino en un tembló? Parecía los antiguos templos japoneses de los cuales su abuelo le contaba que iban los monjes a dar sus ofrendas y pedir por milagros a los tantos dioses de los templos.
Dejo de caminar mirando atentamente un sitio fijo, un gran cuadro estaba en la pared y en la pintura parecía ser un monje con un tipo de pañuelo tapando su cara y en el pañuelo tenia símbolos raros los cuales Yuji veía solo como líneas raras y sin sentido pero algo dentro de el se movió, algo le decía que debía correr pero Yuji quería saber que hacia ahí y donde estaba, así que el joven peli-rosa camino adentrándose mas al lugar sin notar a dos pequeños niños con mascaras de lobos, uno de un lobo blanco y otro de un lobo negro, cada mascara tenia un triangulo en la frente junto a unos detalles en color carmesí.
Yuji estaba ya cansado de caminar pero faltaba poco para llegar a esa gran puerta de madera, sonrió y corrió lo poco que faltaba para empujar la puerta, abrió los ojos levemente sorprendido ya que el lugar era asombroso todo era brillante y parecía de la época de los ninjas y samurái de los cuentos de su abuelo, el jamás pensó ver algo así ya que solo le veía en imágenes o en series de televisión.
Vio una puerta de color negro con detalles dorados, se acerco para abrirla pero esta puerta estaba cerrada con llave, el pequeño solo suspiro para seguir caminando intentando ver cada habitación del lugar y cada objeto que le traía curiosidad al niño, a veces en ciertos pasillos sentía que lo miraban pero Yuji ignoraba esto.
Mientras caminaba por ese gran pasillo vio una puerta igual de grande que la anterior, se acerco e igual a la anterior intento abrirla sin éxito alguno, soltó un suspiro para voltear y irse pero sin darse cuenta choco contra algo y cayo, volteo asustado imaginando uno y mil escenarios posibles antes de poder ver contra que choco, Yuji se dio cuenta que era un chico mucho mas alto que el, con Cabello blanco y unos hermosos ojos azules, Yuji al verlo se impresiono y rápidamente se levanto para disculparse.
- Lo lamento mucho señor!! -
El chico se disculpo repetidas veces mientras el mayor soltaba una pequeña carcajada.
- Oye no te preocupes, no estoy lastimado y tu tampoco, así que, no fue la gran cosa –
El peliblanco sonrió despreocupado para acariciar los rosas cabellos de Yuji, sonrió para caminar un poco y voltear a ver al niño.
- Quieres un recorrido pequeño? –
- Enserio?? Si! –
Yuji siguió al peliblanco durante todo el recorrido, a veces Yuji se quedaba mirando los objetos de ese gran templo mientras el peliblanco lo miraba desde su lugar.
(…)
Después del pequeño recorrido Yuji ya estaba cansado y el peliblanco lo noto, con cariño lo cargo y llevo a una habitación para que descanse, se sentó en ella y acomodo al pequeño para que su cabeza estuviera en sus piernas y acaricio sus cabellos mientras cantaba una pequeña canción de cuna, Yuji estaba aun medio despierto así que escucho atentamente la canción la cual le parecía conocida aun no sabia de donde, aun así con ese pensamiento se durmió en poco tiempo.
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